domingo, 8 de mayo de 2016

La extraordinaria vida de la Cinta de San Jorge


El emblema de las múltiples acciones patrióticas de los rusos en la Gran Guerra Patria, la Cinta de San Jorge, tiene una larga tradición arraigada en la historia del país. Tras trascender al Imperio Ruso y a la URSS, la cinta está diseñada para transmitir a las nuevas generaciones el recuerdo del valor y coraje de los soldados rusos.


En nombre de Catalina la Grande

La historia de la Cinta de San Jorge tiene su origen en la regencia de Catalina II. En 1769, la reina rusa estableció la Orden Imperial y Militar de San Jorge, Mártir y Victorioso, el cual aparece en el escudo de Rusia como jinete, matando con su lanza al dragón.

La insignia de la orden, o la Cruz de San Jorge, pendía sobre una cinta de color naranja con franjas negras. Tradicionalmente, los tonos icónicos de la cinta representaban, según muchos autores, al humo —la parte negra— y al fuego —la parte naranja—. Según una interpretación alternativa, los colores de la cinta reflejan el escudo del Imperio ruso: el águila imperial negra con oro al fondo.

El uso de la Cinta de San Jorge equivalía a portar la propia Orden. Así, ante la imposibilidad de entregar la Orden, los héroes militares eran galardonados con la Cinta. El caballero de la Orden contaba con un suplemento a su sueldo y, como otro factor importante para la época, se prohibía someterlo a castigos corporales.

Desde los principios del siglo XIX, las Cintas de San Jorge se utilizaban también en el ejército ruso como un elemento de recompensas colectivas, colocándose en las banderas de San Jorge que se entregaban a las unidades más distinguidas por su valentía.

Tal como la Orden homónima, la Cinta fue abolida después de la Revolución de Octubre. Sin embargo, ocupó un lugar dentro del sistema de galardones del Ejército Blanco formado, en su mayoría, por la antigua aristocracia rusa, que luchó en la guerra civil contra los bolcheviques. Se decía que era una forma de identificar a los "suyos" por las cintas sujetadas en las gorras o mangas de los oficiales "blancos".

¿La Cinta de Guardia o la de San Jorge?

En plena Gran Guerra Patria, en uno de los capítulos decisivos de la Segunda Guerra Mundial, que se desarrolló en el territorio de la URSS (1941-1945), el mando soviético decidió acentuar la sucesión de las mejores tradiciones militares rusas, sin contraponer el legado imperial a la ideología comunista. Entre otros galardones, se instituyeron las órdenes de Suvórov, Kutúzov y Alexandr Nevski.

A partir del otoño de 1941, el título honorario "de Guardia" se otorgó a las unidades, destacamentos y naves del Ejército Rojo por su valentía frente al enemigo, permitiéndoles portar la emblemática cinta color negro y naranja. Así, la llamada Cinta de Guardia retomó el lugar histórico de la Cinta de San Jorge.

Guardando el parecido de su antecesora, con sus tres franjas negras en contraste con el anaranjado de fondo, la Cinta de Guardia enmarcaba también la Orden de la Gloria, otorgado personalmente a los soldados y sargentos del Ejército Rojo. El galardón tenía tres diferencias y fue diseñado en forma de una estrella de cinco puntas con un disco central.

A partir de la década de 1970, la Cinta se convirtió en un atributo tradicional de las celebraciones del Día de la Victoria en la guerra antifascista, salvo que en aquel entonces no se trababa de portarla, sino que aparecía en los carteles y como elemento decorativo.

Recuerdo de la Gran Victoria

Al arrancar la campaña conocida como la "Cinta de San Jorge" en 2005, la Cinta de Guardias soviética se volvió a conocer por el nombre histórico del mártir y victorioso San Jorge.

Esta acción no política, ni comercial, es celebrada anualmente para conmemorar el Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria Rusa, se destaca además por su sencillez. Para unirse a los que recuerdan la proeza del pueblo soviético contra la amenaza hitleriana, basta colocar una cinta de San Jorge en el pecho de la chaqueta, del lado del corazón.

Las cintas son repartidas en 85 regiones de Rusia y en 70 países del mundo, entre los que se destacan por su participación más activa Alemania, Francia, Italia, China, México y EEUU. La campaña se celebra bajo lemas, tales como "La victoria de mi abuelo es también mi victoria", "¡Tengo memoria! ¡Tengo orgullo!" y "Gracias abuelo por la Gran Victoria".

Al mismo tiempo, en algunos países del espacio postsoviético, como Ucrania y Lituania, donde se hacen cada vez más potentes las voces del nacionalismo radical, la "Cinta de San Jorge" se ha convertido en un símbolo odiado de la grandeza de Rusia.

Aquellas tendencias no hacen sino afirmar el poder de la cinta color negro y naranja como un emblema de la lucha antifascista a través de los siglos, en el mundo entero.

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