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miércoles, 18 de julio de 2018

El amargo cautiverio: yazidíes secuestradas por ISIS relatan su calvario


Una de las páginas más oscuras del grupo terrorista ISIS o Daesh (autoproclamado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países) es el sistemático genocidio del pueblo yazidí y el secuestro de mujeres con el fin de convertirlas en esclavas sexuales.

Hina Abbas Khalaf es una adolescente yazidí de 15 años natural de Sinjar, Irak, que fue secuestrada por combatientes de ISIS junto a sus hermanas cuando los terroristas tomaron la ciudad en agosto de 2014.

Al cabo de cuatro años tuvo la suerte de ser liberada gracias al pago de un rescate de 16.000 dólares, con lo cual estuvo en cautiverio casi cuatro años, desde agosto de 2014 hasta el 19 de febrero de 2018, y durante este tiempo fue vendida en tres ocasiones.

​Sputnik tuvo la posibilidad de conocer de primera mano sus desventuras tras conversar con ella y su hermana.

Cuatro dueños en cuatro años

El primer propietario de Hina fue un sirio llamado Al Shadad, quien se llevó a Hina de Irak y la obligó a acompañarlo por toda Siria.

Durante este periplo la niña estuvo en Al Raqa, Deir Ezzor, Mayadin y otras.

El extremista la obligaba a aprenderse el Corán, convertirse al islamismo, le exigía orar y le golpeaba si desobedecía, para luego poder venderla a otro extremista.

"Lo recuerdo especialmente, era un violador, un kurdo iraquí de la provincia Solimania del Kurdistán iraquí, todos le llamaban Abu Ayman, aunque no supe nunca su nombre verdadero", relató la joven a Sputnik.

Hina recuerda los maltratos de que fue objeto durante este tiempo.

"Me golpeaba mucho y me maltrataba, podía dejarme sin comida durante varios días", relató.

Posteriormente el terrorista la vendió "a un libio que respondía al sobrenombre de Baqr al Nahli por 15.000 dólares".

"Este también me vendió, pero por 10.000 dólares, a otro miembro de ISIS procedente de Libia, que tenía como apodo Zakria", rememoró.

La joven recordó que "los dos últimos hombres eran bastante jóvenes, poco más de viente años".

"Ninguno de los dos estaba casado, a diferencia de Abu Ayman", relató.


Destino de las hermanas

Sputnik también tuvo la ocasión de conversar con la hermana mayor de Hina, Hanifah Abbas Khalaf, de 30 años.

Justamente ella logró pagar el rescate de sus tres hermanas, años después de que lograse escapar de su cautiverio.

"Cuando Hina y yo nos reunimos lloramos y nos abrazamos durante largo tiempo, ella me preguntaba sobre la familia, dónde y cómo estaban todos", confesó a la agencia.

Hanifah relató que no tuvo valor para comentarle enseguida sobre su padre, que "murió de pena".

"Tenía 50 años, sufrió un infarto cuando se enteró que su hija menor Wadhah, de 9 años, fue violada por terroristas de Daesh", dijo.

Según la mujer, su hermana Hina "tuvo dos abortos en Siria porque no quería tener hijos de terroristas, en aquella época era apenas una niña, pero se decidió".

La hermana relató que "todavía quedan en cautiverio dos hermanas nuestras, Basa, de 20 años, y la más pequeña, Wadhah".

"No sé nada de ellas, no sé qué les sucede, solo sé que están en algún lugar de Siria", dijo.

Las otras dos hermanas rescatadas, Leyla, de 20 años, y Zina, de 10, reciben tratamiento médico.

La mayor sufre problemas de salud debido a los maltratos y deberá ser operada.

Ambas están pasando un curso de rehabilitación psicológica en Alemania.


​El amargo cautiverio

Mientras buscaba a sus hermanas, Hanifah tuvo la ocasión de encontrarse con muchas jóvenes que lograron escapar o librarse del cautiverio.

Las muchachas le comentaron que muchas yazidíes fueron trasladadas a Turquía, donde les "lavaban el cerebro", les metían mentiras en la cabeza, las preparaban como terroristas suicidas para perpetrar atentados en Turquía.

"Ahora en Turquía hay muchas mujeres y niñas yazidíes, los extremistas amenazan al Gobierno turco para que coopere, porque de lo contrario harán cosas", dijo.

Los yazidíes son una minoría religiosa kurda que cuenta con unos 700.000 miembros repartidos entre Siria, Irak, Turquía, Grecia y el Cáucaso, la cual resultó cruelmente masacrada por los radicales de ISIS.

La fe que profesan los yazidíes, de carácter pagano, combina elementos del cristianismo, el islam y de varias creencias antiguas del Oriente Próximo.

La ciudad iraquí de Singal, con predominante población de kurdos yazidíes, fue tomada por ISIS en agosto de 2014, miles murieron, de cinco a siete mil mujeres se convirtieron en esclavas.

Una comisión de la ONU presentó en junio de 2016 en Ginebra un informe en que constató que ISIS cometió en Siria genocidio contra la etnia yazidí, crímenes de lesa humanidad y de guerra e instó a reconocer a nivel internacional el genocidio de esta etnia.

El documento fue elaborado basándose en las entrevistas de las personas que lograron sobrevivir en el cautiverio, de sacerdotes, activistas, contrabandistas, juristas, reporteros y personal médico.

martes, 22 de noviembre de 2016

¿Cómo se hicieron musulmanes los yazidíes?

Begê, el santo inmortal de los kurdos yazidíes, por Yasar Batman

Cuando el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS) inició su brutal expansión a través de Irak y Siria, los yazidíes, una antigua comunidad perseguida en la región, se convirtió en uno de sus principales objetivos y los kurdos ganaron el reconocimiento mundial como la fuerza más efectiva de resistencia a los terroristas del ISIS en la zona.

Aunque se sabe que la mayoría de los kurdos son musulmanes hoy en día, muchos de sus antepasados eran yazidíes antes de ser obligados a convertirse al Islam. El escritor kurdo Yasar Batman detalla la persecución a la que han sido expuestos en su libro ‘Begê, el Santo Inmortal de los kurdos yazidíes’.

Los yazidíes son una comunidad etnoreligiosa originaria del norte de Mesopotamia. Su idioma nativo es el kurdo y su antigua fe, el yazidismo, goza de una rica tradición oral que combina aspectos de las antiguas religiones mesopotámicas, incluyendo el zoroastrismo.

Batman, a través de entrevistas con personas de la región, habla de la vida increíblemente valiente y trágica de Begê y de cómo los yazidíes han sido perseguidos en sus países de origen, centrándose en la historia de una mujer yazidí llamada Begê Samur (1894-1958), de la ciudad de Urfa, que se negó a convertirse al Islam y se aferró a su fe e identidad yazidí, enfrentándose a la persecución.

Begê nació en el pueblo de Mishacerk, en la ciudad de Urfa, en 1894. Su tribu, originalmente yazidí, la tribu Dina, se convirtió al Islam, pero ella se resistió y siguió siendo yazidí.

Debido a su dedicación a su fe, fue condenada al ostracismo por su familia, parientes y resto de la tribu. Los kurdos musulmanes persiguieron a Begê. Incluso los yazidíes recientemente convertidos al Islam también la persiguieron e insultaron por seguir siendolo.

“Cuando había una boda en el pueblo, no la invitaban, y cuando se distribuían alimentos entre los pobres, no le facilitaba nada”, declaró un local a Batman.

Al quedarse sola y conservar su fe a pesar de toda la persecución y los insultos, muchas personas -en particular mujeres- en la islamizada comunidad yazidí, admiraban secretamente a Begê. Con el tiempo, estos sentimientos de admiración convirtieron a Begê en una leyenda, hasta el punto de que cuando alguien quería convencer a otro, juraban por Begê, diciendo “Juro sobre la cabeza, la tumba o el cadáver de Begê”.

Un kurdo que fue entrevistado por Batman cuenta cómo los kurdos fueron introducidos al Islam inicialmente por los ejércitos árabes musulmanes, “los kurdos fueron introducidos al Islam por el califa Omar. Salvajemente, Omar clavó en lanzas las cabezas de los líderes kurdos zoroastrianos, uno por cada kilómetro a lo largo de los caminos, al objeto de mostrar la masacre a todos los habitantes de la región “.

“Durante el salvajismo de Omar, se derramó tanta sangre kurda que, hasta la fecha, se utiliza el término ‘Sorka Alem’ (mundo rojo) para describir esta etapa”.

“Hacia el año 637 d.C., Kurdistán fue invadido por árabes islámicos procedentes del sureste y los habitantes locales fueron masacrados por éstos. Por orden de Omar, todo tipo de documentos históricos, culturales y religiosos fueron quemados y destruidos. Después de esta masacre histórica y cultural, se prohibió hablar kurdo a la población. Trataron de imponer la lengua árabe y la religión a la población local y, sin piedad alguna, cortaban la lengua de aquéllos que se atrevían a hablar kurdo”.

Batman afirma en su libro que casi la totalidad de los yazidíes en su tierra natal fueron asimilados a la fuerza. Hoy en día hay mezquitas y clases coránicas en los pueblos que una vez fueron yazidíes.

Asimismo, Batman hace hincapié en que el estado turco, los musulmanes sunitas locales, así como los yazidíes islamizados, aplican una presión enorme sobre los yazidíes que tratan de mantener sus creencias y cultura.

El libro, publicado en 2014, detalla las diversas presiones sociales, religiosas y económicas ejercidas sobre este pueblo.

Por ejemplo, “cuando un yazidí llevaba unos sacos de trigo en un burro a un molino, inmediatamente le preguntaron de dónde era. Cuando respondió ‘Soy de Mishacerk’ [un pueblo yazidí], le dijeron ‘Eres yazidí, ¿por qué no te conviertes al Islam? ‘Seguidamente, derramaron su carga por tierra y, mientras tanto, su burro escapó. Entonces también lo golpearon. Por lo que el yazidí no sólo perdía el trigo con el que iba a alimentarse, sino también su burro “.

Batman realizó muchas entrevistas y escuchó historias de yazidíes amenazados de muerte si no se convertían; los musulmanes se negaban a comerciar con ellos, llamándolos ‘haram’ (prohibido).

También fueron blanco, junto a los cristianos, durante el genocidio armenio de 1915. Según Batman, había un lema común durante el genocidio: “El que mata a 7 armenios irá al cielo”. También se utilizaba la versión “el que mata a 7 yezidis irá al cielo”.

Tras el final del Imperio Otomano, la República de Turquía, fundada en 1923, también hizo distintos esfuerzos para islamizarlos. Batman expone que el Estado turco ha cambiado los nombres de los pueblos yazidíes para darles nombres turcos, registrado a los yazidíess como “miembros de una religión desconocida” y destruido templos y saqueado tumbas yazidíes.

Según Batman, los yazidíes ubican a sus muertos en sus tumbas yaciendo hacia al sol. Pero muchas tumbas fueron asaltadas y los cadáveres colocados según las normas islámicas -de cara a la Qibla, la dirección de la Kaaba en la Meca-.

Un hombre de 30 años de edad, procedente de Diyarbakir, Turquía, que quiso permanecer en el anonimato, declaró al autor: “Quedaron pocos yazidíess a los que conociera en el pueblo de Mishacek. Pero se hacían pasar por musulmanes porque tenían miedo. Y cuando murieron, fueron enterrados según la fe islámica. ¿Puedes creerlo? A pesar de no ser musulmanes, su entierro se llevó a cabo en una mezquita. Esto es tan devastador, ¿verdad?”.

El libro de Batman es una fuente de reflexión que recuerda a los lectores un tema olvidado para la mayoría, pero significativo: Muchos yazidíess han sido islamizados a largo de los siglos, pero no por voluntad propia.

La mayoría de los kurdos son musulmanes sunitas en la actualidad. Pero la antigua religión de muchos de sus antepasados era el yazidismo y su historia de conversión al Islam no ha sido muy feliz. La comprensión de la historia ayudará a comprender mejor el significado de la resistencia actual de los yazidíess a los yihadistas y supremacistas islámicos.

Fuente: Rudaw.net
Autora: Uzay Bulut

lunes, 15 de agosto de 2016

Reconocer el genocidio Yazidí es el único camino para la vida en Sinjar


Estamos sentados en el campo de refugiados yazidís en Amed (Diyarbarki), comiendo junto a Nahla, una muchacha yazidí de 17 años. Nos reconoce que ayer no cenó y hoy tampoco ha desayunado. Le insistimos “Nahla, tienes que comer, hoy será un día muy largo”. Y Nahla nos contesta “No pasa nada por no comer un día, cuando el ISIS atacó Sinjar estuvimos en la montaña 9 días sin comida ni agua”. Nahla y su madre nos relatan el ataque de los yihadistas “Eran las 03.00 a.m. cuando el ISIS atacó. Estábamos durmiendo. Tuvimos que coger a los niños y huir hacia el monte Sinjar”. “En la montaña estuvimos 9 días sin comida ni agua, los pies nos sangraban, dormíamos en el suelo. Nadie vino a ayudarnos”. Nahla y su familia, como otras miles de familias huyeron de Irak y llegaron a Turquía andando. Las autoridades turcas no les ayudaron. No les han querido dar el estatus de refugiados. Ahora, casi dos años después, se encuentran en un campo de refugiados gestionado por la municipalidad del HDP en Amed. Legalmente no pueden salir del campo, ni acceder a educación ni conseguir trabajo.

Hoy, en el campo de refugiados yazidís de Amed, se ha rememorado la masacre perpetrada por el ISIS hace dos años en la ciudad de Sinjar. Decenas de pancartas reclaman a la comunidad internacional y a los organismos de la ONU que se reconozca el genocidio. “No volveremos a Sinjar a menos de que se reconozca el genocidio” han reclamado las autoridades yazidís. La segunda petición inamovible es que se cree una zona protegida por los organismos internacionales para los yazidís y otras minorías religiosas en la zona de Sinjar. “Queremos volver a Sinjar, pero a un Sinjar seguro y en paz” comentaba Sahira, otra muchacha yezidí del campo de refugiados. Chicas jóvenes vestidas iguales, camisetas dibujadas a mano y una mordaza negra en la boca, se mantienen en fila. Rayan Haji, de 15 años, nos explica el significado de las performance: “el ISIS quemó vivas a 19 mujeres yazidís y lo grabó en vídeo. Antes, les habían servido como comida a sus propios hijos. ¿De qué eran culpables para morir así?”

Chicas yazidís realizan una performa para recordar a las 19 mujeres quemadas vivas en Sinjar 03.08.16 / Campo de refugiados yezidís en Amed

La conjura de Sinjar

Fue el 3 de agosto de 2014 cuando un fuerte contingente de combatientes del ISIS, pertrechado con armamento pesado, carros de combate y morteros, atacó la ciudad de Sinjar, así como los pueblos y aldeas de los alrededores. Las autoridades yazidís, así como las peshmergas (ejército regular del Gobierno Regional del Kurdistán, KRG) preveían un posible ataque a la ciudad, ya que el ISIS tenía en su poder la importante ciudad de Mosul, a unos 130 kms. Unos pocos cientos de civiles yazidís, con escasas armas ligeras, defendían la ciudad. Estaban en estrecho contacto con las fuerzas peshmergas, cuya ayuda esperaron durante horas. Los peshmergas aseguraron que acudirían en apoyo de la ciudad, pero nunca llegaron. El ejército regular huyó, dejando la carretera, por donde deberían haberse evacuado los civiles, en manos del ISIS.

La masacre no se hizo esperar. En unas pocas horas, varios miles de yazidís fueron asesinados y también miles de mujeres y niñas fueron capturadas como botín de guerra. Según diversas fuentes, en la primera semana desde el día del ataque, 50.000 yazidís lograron escapar a las montañas de Sinjar, donde tuvieron que pasar entre 10 y 15 días sin agua ni comida, bajo una temperatura de 45º C. Cientos de ellos murieron de deshidratación y hambre; la mayoría, niños. La comunidad internacional y el ejército regular iraquí trataron de lanzar agua y comida desde helicópteros, pero ninguno de ellos quiso arriesgar sus unidades en una operación por tierra.

Once mil soldados peshmergas estaban destinados a la defensa de Sinjar, de los cuales 200 eran comandantes. El KRG había asegurado “defenderemos Sinjar hasta la última gota de nuestra sangre”, según declaraciones de Serbast Bapirî, Jefe de la 17º sección del KDP (Partido Democrático del Kurdistán). Bajo esta premisa, el KRG se negó a que se formará una sección de protección yazidí, alegando que los peshmergas habían tomado todas las precauciones para la defensa del territorio. Con dicha excusa fueron requisadas las armas que el ejército iraquí había abandonado y aquéllas que los civiles tenían para uso privado, bajo amenaza de severas multas a quien no las entregara.

Fueron las guerrillas del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), junto con las YPG e YPJ (Unidades de Protección Popular de Rojava), quienes abrieron un corredor humanitario por las montañas de Sinjar para que los refugiados pudieran huir de la muerte segura a la que estaban abocados. Así mismo fueron las guerrillas quienes entregaron las primeras armas a aquellos supervivientes yazidís que decidieron resistir y recuperar la ciudad de manos del ISIS. Con dichas armas y entrenamiento se formaron las YBS (Unidades de Resistencia de Sinjar), las cuales actúan conjuntamente con las HPS (Unidades de Protección de Sinjar), guerrillas apartidistas formadas en agosto del 2014 para defenderse del ISIS.

Tras la liberación de Sinjar el pasado 13 de noviembre, Masoud Barzani, presidente del KRG, declaró públicamente ante los medios que “Sinjar fue liberada por sangre peshmerga y ha pasado a formar parte del Kurdistán” y que “sólo los peshmergas han liberado Sinjar”, añadiendo que “ninguna otra fuerza ha estado implicada”. Sinjar es una ciudad clave en la estrategia de control del territorio norte de Irak, ya que se encuentra en la carretera que se dirige a Siria y que conecta directamente con la ciudad de Mosul. La recuperación de territorios en manos del ISIS por el ejército regular peshmerga tiene un claro objetivo, ampliar las fronteras del KRG. El KRG, bajo la dirección del Presidente Masoud Barzani, quien continúa su mandato a pesar de haber expirado en el año 2013, está preparando un posible referéndum que lleve a la creación de un estado kurdo independiente en la zona norte de Irak.
Mujeres yazidís en el Campo de refugiados de Amed 03.08.16

Reconocimiento del Genocidio

Para la comunidad yazidí, éste es el 74º genocidio que se comete contra ellos, una comunidad de alrededor de 700.000 personas que se concentran principalmente en la región de Sinjar en Irak. La religión yazidí es una de las más antiguas del mundo; adoran a Melek Taus (Angel del Pavo Real), el cual es considerado por algunos musulmanes extremistas como la representación de Lucifer y, por ende, los yazidís son tachados de “adoradores del diablo”. En un informe realizado por investigadores de la ONU, se reconoce que hay una persecución sistemática contra los yazidís en Irak y Siria por parte de grupos extremistas religiosos, con la clara intención de “borrar su identidad”. El informe admite que el ISIS ha tratado de eliminar la identidad yazidí a través de la conversión forzosa de los hombres, dándoles a escoger entre convertirse al Islam o la muerte. A las mujeres y niñas a través de la esclavitud sexual y la violación sistemática, y a los niños a través de la imposición de unirse como combatientes en sus propias filas. El informe finaliza recalcando que, debido al número indefinido de mujeres y niños yazidís secuestrados y a que el ISIS continúa en una posición de poder en Siria e Irak “el genocidio yazidí aún continúa”.

La joven yazidí, Nadia Murad, que logró escapar de manos del ISIS y ha sido propuesta como candidata al premio nobel de la paz por el gobierno iraquí recalcó en una entrevista “Hemos perdido la confianza en el gobierno. Para que volvamos, nuestro país necesita encontrarse bajo protección internacional. Esta no es la primera vez que los yazidis se ven expuestos al genocidio; no podemos aceptarlo por más tiempo. Los yazidis y los que sufren por esta guerra quieren que todas las comunidades y la humanidad se unan contra Daesh (siglas del Estado Islámico en árabe).”


lunes, 8 de agosto de 2016

Pueblo Yazidíe y La traición a Shingal


Hace un año, las milicias terroristas del Estado Islámico invadieron la mayor área de asentamiento de la minoría Yezidí en Sengal, al norte de Irak. Los secuaces del califato masacraron pueblo por pueblo, perpetraron una masacre tras otra contra la indefensa población civil, amontonando los cuerpos de las víctimas uno encima de otro y secuestrando y esclavizando miles de indefensas mujeres y niñas. Un crimen que constituye casi todos los criterios de genocidio bajo la Convención de Ginebra. Para los Yezidís, la región de Shingal es la piedra angular de la religión, cultura historia así como de la resistencia Yezidí. Todas las revueltas yezidís han empezado o terminado allí.

El desastre de Shingal estimuló al mundo entero a ir a la guerra contra el ISIS y mandaron armas, asesores y equipamiento militar a la región en crisis. El presidente norteamericano Obama ordenó ataques aéreos contra el ISIS el 8 de Agosto de 2014, para prevenir un “genocidio inminente” y liberar a los Yezidís atrapados en el monte. EEUU no permanecería “con los brazos cruzados” y miró a una minoría amenazada al exterminio por el EI. Y ciertamente los ataques aéreos rescataron (pese todas las controversias políticas del llamado campo anti-intervencionista) a más de 60,000 Yezidís varados en el monte. EEUU mantuvo su palabra y no se quedo con los brazos cruzados mientras las críticas del estadounidense Jurgen Todenhofer creaba una plataforma para “enmascarar la propaganda bajo” el ataque al ISIS, como explicaba después. Como si el EI que tiene hasta su propia revista alguna vez hubiera intentado esconder su ideología.


Refugiados yazidis que buscan refugio en la monta;a de Sengal

El genocidio ha sumergido a la comunidad yezidí en una profunda crisis, las divisiones entre los partidos kurdos amenazan ser disputadas a espaldas de los yezidies en Shingal. Sin embargo, los partidos políticos no deben de ser culpados, si no, aquellos yezidís que agitan y afilan los cuchillos por ellos. Las unidades de combate yezidís que pertenecen a diferentes e independientes partidos han empezado a agitar sus sables, mientras más de la mitad de la región permanece bajo control del EI. En las redes sociales los jóvenes yezidís se tiran a la yugular de los unos y otros ya que ninguno de ellos puede llegar a ser una figura religiosa, política y mucho menos de liderazgo quien los lleve por un camino fuera de la crisis. Una vez más, los héroes se desarrollaron entre los partidarios más leales al partido, quienes consideran más importantes a la gente sensata de su partido que al mismo futuro político de Shingal.

Pero como se pudo materializar este desarrollo? Por qué el genocidio no fue prevenido por los Peshmerga quienes estaban supuestamiente comprometidos a ello, por qué el EI no fue detenido al menos hasta que la población civil pudiera estar a salvo? Incluso un año después del desastre, la causa que permitió que sucediera este genocidio es tanto el hecho de no haberlo querido abordar como el haberlo llevado a la agenda como batalla política. El término traición es usado por los políticos kurdos, pero nosotras no hablamos de una disputa o desacuerdo tradicional. Hablamos de un genocidio que se ha cobrado la vida de miles de yezidís y ha esclavizado ha miles de mujeres y niñas.

Antes del genocidio

Cuando el EI se hizo más fuerte gracias a la guerra civil Siria, volvió a Iraq y conquistó Mosul a principios de Junio de 2014, la amenaza que se cernía sobre todas las minorías de la región era evidente. Primero golpeó a los cristianos en Mosul, quienes estuvieron en peligro de perder su tradicional hogar en Oriente Medio por primera vez después de siglos. Los yezidíes en el cercano Shingal estaban al corriente del peligro que les esperaba. Incluso después de la caída del régimen de Saddam, a los yezidíes se les negó un liderazgo propio en la región de Shingal donde dominaban los yezidíes. No se les confirió poder político, militar ni el de toma de decisiones. La región continuaba causando problemas entre la Región Autónoma de Kurdistán y el gobierno central Iraquí. El artículo 140 de la constitución Iraquí decreta que el estatus de la región debe ser clarificado por un referendum popular que, de todos modos, nunca fue ratificado debido a las tensiones políticas. Por lo que la región se consumió: mientras que la mayoría de los partidos reclamaron la región, siempre se habían frenado cuando llegaban las inversiones y se señalaban los unos a los otros. LO mismo ocurrió con la situación de seguridad. Después pasó lo que tenía que pasar: el 14 de Agosto de 2007 los terroristas de al-Qaida perpetraron un ataque en los pueblos yezidíes Siba Sheikh Kidir y Gir Izer en el sudeste de Shingal. Cuatro camiones que llevaban explosivos fueron usados en el ataque. Ambos pueblos fueron destruidos casi del todo. El resultado: alrededor de 800 muertos y más de 1500 heridos yezidíes.

Siete años después, la guerra entre las fuerzas de seguridad Iraquíes y las milicias terroristas del ISIS estallaron. El gobierno Kurdo respondió inmediatamente esta vez y mandó tropas a Shingal. Ese mismo mes miles de Peshmergas avanzaron hacia Shingal y cogieron la región pese a las diferencias políticas con el gobierno Iraquí. Después de todo, las fuerzas de seguridad Iraquís no solo habían huído de Mosul, si no también de Shingal, dejando claro que el artículo 140 había dejado de tener peso. El ministro Peshmerga entonces anunció que sus soldados no se echarían para atrás de las regiones que estaban siendo protegidas por ellos. Mientras parecía que el Estado Iraquí se desmoronaba, el gobierno kurdo hijo su trabajo correctamente y tomó control sobre las áreas disputadas, teniendo una línea de frente de 1000 kilómetros contra el EI.


Chica refugiada yazidi huyendo del terror de las bandas del ISIS

Los soldados Iraquís, guardianes de la frontera y policía de Shingal que huían dejaban las armas atrás, siendo usadas por la población civil para su propia defensa. Los comandantes Peshmerga, sin embargo, ordenaron que se desarmaran en las tierras donde los Peshmerga tenían presencia, diciendo que defendería a los yezidíes en cualquier caso. En efecto, algunas pequeñas batallas estallaron en las fronteras externas de Shingal las cuales los Peshmerga supieron repeler. “Defenderían Shingal hasta la última gota de sangre”, dijo Sarbast Bapiri, cabeza de la 17. sección del Partido Democrático del Kurdistán (KDP), el partido del presidente kurdo Barzani que había tomado control de Shingal.

Después de que Baaj, localidad del sur de Shingal y Tal Afar que está al este de la región caieran en manos del EI en Junio de 2014, Sheikh Doski estableció bajo permiso del KDP, una unidad especial llamada HÊZA RES (unidad negra) que consistía en unos 700 soldados, 300 de los cuales eran de Sheikh Kidir y habían servido en la armada Irakí.

Sin embargo, los yezidíes dudaban de que los Peshmerga del KDP, que son predominantemente musulmanes, les protegerían en caso de una gran ofensiva del EI. Por lo que Haydar Shesho, miembro del partido Uníon Patriótica del Kurdistán (PUK) y ex miembro del parlamento Iraquí, en representación de la Alianza Kurda, mobilizó 3,500 voluntarios yezidíes que defenderían Shingal junto con los Peshmerga. Una semana antes del genocidio, Shesho ya había dicho a ARA News que había que armar a los voluntarios yezidíes. Salim Rashfdani, intelectual yezidí dijo en una entrevista que la “débil ayuda Peshmerga” supondría un peligro para el futuro. Y estaba en lo cierto.

El 17. politburo del KDP bajo el mandato de Sarbast Bapiri, declinó las armas a los yezidíes, declarando que la unidad era “puramente yezidí y no kurda”, y añadiendo que los Peshmerga ya habían tomado las precauciones adecuadas para defender a los yezidíes. Mientras tanto, el Consejo Relijioso Yezidí también intentó convencer al gobierno kurdo de Barzani a que estableciera una unidad Peshmerga que consistiera en soldados yezidíes que estaban listos para defender Shingal bajo las órdenes del ministerio Peshmerga. La dirección del KDP, sin embargo, rechazó y previno una reunión personal con el presidente Barzani, dijo Karim Sileman, consejero del Cosejo Religioso Yezidí.

Los soldados yezidíes de la armada de Iraq, de la frontera y la policía de seguridad habían terminado sus servicios y estaban listos para la defensa de la región de Shingal. Desde Siba Sheikh Kidir, 1,347 yezidíes que servían en la armada Iraquí abandonaron su servicio para voluntariamente defender la mayor área de asentamiento yezidí. Los soldados pidieron a los Peshmerga que les devolvieran sus armas que anteriormente les habían quitado. Tanto los comandantes como el politburó rechazaron otra vez. En ese momento los responsables de la región de Shingal eran:

-Sarbast Bapiri, Jefe de la 17. sección del KDP en Shingal.

-Shewkat Doski (Kaniki), responsable de los Asayesh (fuerzas de seguridad)

-Aziz Waysi, Comandante de la 1. brigada de la unidad de élite kurda Zerevani (Peshmerga del KDP)

-Said Kestayi, comandante jefe de los Peshmerga en Shingal.


Funcionarios y comandantes responsables del KDP en Sengal

El número de guerreros Peshmerga desplegados y armados en Shingal y su vecindad (Zummar) llegó a 11,000 según Sarbast Bapiri. El número ha sido repetidamente confirmado tanto por Kasim Shesho, miembro del 17. politburo del KDP de Shingal como por Haydar Shesho. Said Kestyi comunicó repetidamente que 8,000 Peshmergas en Shingal estaban bajo su mando. Alrededor de 200 comandantes estaban a cargo de los 11,000 Peshmergas en Shingal.

El 3 de Agosto, un día antes de que el EI invadiera la región, Sarbast Bapiri dijo en la agencia de noticias kurda Waar que la situación de seguridad en Shingal era “estable”, añadiendo que los Peshmerga habían “asegurado todas las fronteras externas”. Unas semana antes las milicias terroristas ya habían amenazado con lanzar una ofensiva a larga escala.

3 de Agosto

El sábado, en la tarde del 2 de Agosto de 2014, los yezidíes del sur de Shingal escucharon las últimas descargas del día. El EI normalmente ataca temprano a la mañana o al anochecer, a la noche bombardea pueblos o posiciones de los guerreros de la resistencia. UN doctor yezidí del hospital de la ciudad escucha a un empleado (un kurdo musulman) hablando por teléfono. El doctor se enfrenta a él ya que la llamada parece ser sobre la región de Shingal y los terroristas del EI. El empleado entonces responde que estaba hablando con un amigo que se había unido a la milicia terrorista. El terrorista del IS le había asegurado que la milicia terrorista atacaría Shingal el siguiente día “sin ningún disparo”. El doctor avisa a los activistas yezidís. Como en los días anteriores, los civiles yezidíes armados con armas ligeras se quedan de guardia toda la noche.

“Las fronteras de nuestra comunidad Siba Sheikh Kidir tocan con pueblos musulmanes, esa es la razón por la que no hemos podido dormir todas las noches. Teníamos miedo de que el EI atacara a cualquier hora y entonces mantuvimos la guardia” dijo el intelectual yezidí Heci Qeyrani que vivía en Siba Sheikh Kidir.

Sobre las 2 de la mañana la embestida de los terroristas comenzó. Los terroristas del EI usaron docenas de guerreros, armas pesadas, morteros, coches armados y blindados y visión nocturna. Varios secuaces del EI avanzaron a los pueblos de Siba Sheikh Kidir, Qataniya y Gir Izer. La primera granada de mortero impacta en Siba, otra en Gir Izer. Los hombres y jóvenes yezidíes armados toman posiciones, asumiendo que la batalla comenzará pronto. Pero fuertes enfrentamientos comienzan, los terroristas empujan fuerte y llegan cada vez más cerca de los pueblos donde viven miles de yezidíes. Pese a tener armas ligeras los yezidíes repelen la primera ola de ataque y matan a docenas de terroristas.

“Pudimos repeler el primer ataque, los matamos y los echamos hacia atrás. Pero se mobilizaron de nuevo y nos atacaron una vez más. Otra vez los enfrentamientos comenzaron”, dice un testigo ocular de Gir Izer.

Por la carretera de Gir Izer a Baaj cual actualmente está controlada por los Peshmerga, más terroristas llegan a la línea del frente. Los Peshmerga que están dispuestos en la carretera principal huyen de sus posiciones, por lo que dejan el paso libre al EI. Con la pérdida de la carretera principal, los civiles pierden la manera más rápida al norte que está libre aún. Mientras tanto, los enfrentamientos continúan en los pueblos durante horas y los yezidíes están a punto de quedarse sin municiones. Alrededor de 100 yezidíes luchan en Gir Izer y otros 500 en Siba y Qataiya.

“Teníamos buena comunicación con la 17. división del KDP y los Peshmerga y les informamos sobre los eventos. Les llamamos varias veces. Nos dijeron que la ayuda estaba de camino, diciendo que llegarían en cualquier momento”, continúa Haci Qeyrani. El politburo del KDP pide a los yezidíes que mantengan posiciones y que sigan con la resistencia hasta que los Peshmerga lleguen. Los yezidíes en Siba y Gir también llamaron a las “unidades negras” de Sheikh Alo Doski, quienes estaban a pocos kilómetros.

En realidad, ningún Peshmerga viene de camino. El comandante de las “Unidades Negras” después comunicó que no había recibido ninguna orden de movilizar a sus hombres, aunque los yezidíes hubieran informado a la 17. división de KDP y a los comandantes Peshmerga. Los yeazidíes en Ziba y Gir Izer continúan luchando, hasta las primeras horas de la mañana. “Luchamos por cuatro horas más o menos y niguna unidad vino para apoyarnos”, dice Heci Qeyrani quien estaba luchando en Siba.

“Ellos nos dijeron que continuáramos luchando hasta que los Peshmerga llegaran. A esas horas, todos los Peshmerga habían huido hacia Rabia (nota del editor:frontera con Siria en el noreste de Shingal) que está localizado a 60 kilómetros de distancia.

Entre las 6 y 7 de la mañana la munición de los yezidíes se termina por completo, los refuerzos todavía no han llegado. Pero los yezidíes aún creen que los Pesmergas llegarán para repeler el ataque terrorista. Mientras los yezidíes defienden sus pueblos, los Peshmerga están en las montañas y lejos de los ataques.

En el norte de Shingal algunos yezidíes observan como los Peshmergan dejan sus posiciones y se dirigen hacia el norte. Aunque ningún terrorista del EI ha llegado al norte, los Peshmerga salen corriendo de sus barracones y huyen. La mayoría de la población yezidí está durmiendo en este momento. En poco tiempo, la bandera negra del EI ondeará sobre sus cabezas.


Solo una nube de polvo, peshmerga huyendo de Sengal el 03 de agosto de 2014

Los yezidíes de Siba y Gir Izer ya han reportado por teléfono el desarrollo de la situación en el sury creen que los Peshmerga vendrán en su rescate ya que el politburo les ha pedido que “mantengan posiciones”. Las tropas de Aziz Waysi, Said Kestayi y Shewkat Doski estaban, junto con sus comandantes, huyendo. Aziz Waysi quien se suponía que defendería la región de Zummar, escapó junto con sus tropas y habrió el camino a los terroristas del EI en el este de Shingal. Durante las primeras horas de ataque, mientras los yezidíes pedían ayuda, Shewkat Doski huía rápidamente según testigos oculares. Con él, todas las fuerzas de seguridad también. En vez de mandar a sus tropas al sur, Said Kestayi huyó con ellas por el oeste de Shingal. E incluso antes de que la milicia terrorista llegara a la ciudad de Shingal y que los ciudadanos fueran conscientes de la situación, Sebast Bapiri huyó de la ciudad a la seguridad de las montañas.

Mientras tanto, los terroristas del EI habían rodeado casi por completo a los yezidís en el sur, amenazando con asaltar los pueblos en cualquier minuto. Incluso por el este, más terroristas se adentraban en la región de Shingal y por el norte y el oeste los terroristas se movían más adelante hacia las aldeas y los pueblos de los yezidíes. En ese momento, todos los Peshmesgas habían huído.

A las 6 de la mañana los yezidíes de Til Ezer son prevenidos por los yezidíes del norte quienes les comunicaron que una catástrofe estaba a punto de pasar y que varios pueblos yezidíes estaban rodeados. La llamada de teléfono es recivido por una mujer mayor, cuando la gente de Til Ezer intentan escapar, los Peshmerga en un checkpoint que controla el acceso a la carretera les previene de hacerlo. Los Peshmerga aseguran a la población que nada les pasará y que los Peshmerga les defenderán, pidiéndoles que vuelvan a sus hogares. Un poco más tarde, a las 9 de la mañana, un yezidí encuentra el checkpoint Peshmerga abandonado. Él vuelve al pueblo para decirles a los aldeanos que la presunta ayuda ha huido.

Pero los terroristas del EI ya han llegado al pueblo. Sólo unos pocos aldeanos se las arreglan para escapar a las montañas. Más de 100 yezidíes del pueblo son masacrados, incluyendo el marido de la mujer que recibe la llamada de teléfono. Mujeres y niñas son arreadas en camiones y secuestradas. Lo mismo ocurrió en el pueblo yezidí de Kojo donde la milicia terrorista masacraría a más de 600 yezidíes y secuestró a 1000 mujeres y niñas días después. Ya que en Til Ezer los Peshmerga impidieron a la gente de Kojo escapar.

Sobre las 7:30 de la mañana los yezidíes en el sur reciben las primeras llamadas desesperadas preguntando por qué no han abandonado los pueblos despuésm de que los Peshmerga huyeran de sus posiciones. Sólo entences los yezidíes empiezan a darse cuenta de los que había pasado. El pánico se apodera de la situación, el EI entra en los pueblos de Gir Izer y Siba

“Sólo con que los Peshmerga nos hubieran comunicado que habían huido y que no vendrían refuerzos, hubiéramos tenido tiempo y munición suficiente para llevar a los ciudadanos a algún lugar seguro”, se queja un testigo ocular de Siba. “Cuando nos rodearon, se había terminado para nosotros ya que no teníamos respaldo. Habíamos sido derrotados y huimos. Ellos (los terroristas del EI) capturaron a las mujeres, mataron a nuestros familiares en sus casas, sus cuerpos aún yacen allí”, dice otro testigo ocular de Gir Izer. Varios cientos de yezidíes son masacrados en esas horas. Las mujeres y niñas son secuestradas.

“Eligieron a las mujeres más bellas y se las llevaron”.

Los 11,000 Peshmerga y sus 200 comandantes que se suponía vendrían a “defender a los yezidíes hasta la última gota de sangre”, huyeron. La confianza en las fuerzas de seguridad kurdas se volvió un error fatal. La traición fue perfecta. Pero eso no es todo.

En el este de Shingal, en Zorava, varias unidades de Peshmerga yezidíes observaban como sus unidades huían junto con las armas pesadas. Docenas de yezidíes corrieron a los barracones Peshmerga para pedir armas que la armada Iraquí había dejado atrás. Sobre ocho camiones llenos de armas se localizan sólo en Zorava. Si los Peshmerga no estaban listos para defender a los yezidíes, les debieron dejar al menos las armas para que se pudieran defender.

Yazidi peshmerga asesinado por los peshmergas que huían de Sengal





Kasim Shesho, quien era miembro de la 17. sección del KDP en ese momento, después de lo ocurrido dijo: !Si los Peshmerga hubieran dejado las armas que los soldados Iraquís abandonaron para los yezidíes, los yezidíes hubieran sido capaces de defenderse por sí solos. Esta catástrofe, este genocidio nunca hubiera pasado”. Pero eso tampoco ocurriría, de hecho pasó lo contrario.

Cuando las unidades de Peshmerga de Zorava intentaban escapar, varios Peshmerga yezidíes se pusieron en frente del convoy demandando luchar contra el EI o que dejaran las armas para que se pudieran defender. La discusión se hizo fuerte. Un Peshmerga abrió fuego matando a los tres yezidíes Ayad Naif Murad, Ali Elyas Yousif y Eliyas Khalaf quienes eran soldados Peshmerga. Otro yezidí llamado Jemil Eliyas fue herido. Varios yezidíes de Zorava confirman lo ocurrido, lo cual nunca será investigado, por lo que nadie será nunca acusado o arrestado.

Mi vecino, el terrorista.

Cuando los yezidíes al sur se dan cuenta de que la resistencia ha sido derrotada, intentan escapar hacia el norte en las montañas. Mientras tanto los vecinos musulmanes sunnies de los yezidíes tiran del manto negro de las milicias del EI y abren fuego contr los refugiados, mujeres y niños. A sus propios vecinos.
“cuando huimos, los árabes de los alrededores de Shingal estaban preparados, se pusieron los ropajes del EI. Antes de que el EI invadiera la ciudad de Shingal (…) nuestros vecinos con los que habíamos vivido durante años, nuestras propias familias de acogida, nuestros socios comerciales y amigos, se pusieron el uniforme negro del EI.

La gente intenta llegar a las montañas de manera desesperada, los terroristas del EI y sus vecinos sunníes les cortan el paso, matando a docenas de personas. Heydar Shesho, el comandante supremo de las Fuerzas de Protección de Shingal (HPS) cuenta como los terrosistas kurdos del EI quemaban vivos a los yezidíes. Después de que los ataques aéreos de EEUU comiencen, muchos miembros de las tribus kurdas sunníes se vuelven a las regiones kurdas, sin ser perseguidos por sus crímenes hasta ahora.

Más de 360,000 yezidíes se las arreglaron para escapar, especialmente en el norte y el este. La desinteresada población kurda de Zakho hasta Erbil suministraron a los cientos de miles de refugiados agua y comida, y les dieron acomodación. Más de 60,000 yezidíes más escaparon por el norte buscando protección en las montañas, donde tuvieron que soportar temperaturas superiores a 45 grados sin agua ni comida durante días. Cientos murieron esos días.


Exvecinos de los yezidis celebrando la llegada del ISIS en Sengal [foto tomada de un vídeo de propaganda del ISIS]

La milicia terrorista del EI secuestraron miles de mujeres, chicas y niñas de los pueblos. Se llevaron a las mujeres y niñas en camiones. Después el EI se refirieron a las mujeres yezidíes capturadas como “botín de guerra”. La intención del EI: destruir a los yezidíes, su religión y cultura.

La “retirada táctica”

El hasta entonces heróico Peshmerga en Shingal falló completamente, dejando a cientos de miles de civiles en manos de los verdugos del EI sin ni siquiera molestarse en evacuar a los civiles. En cambio, hombres armados huyeron incluso antes de que miles de mujeres y niños tuvieran oportunidad de escapar.

Oficiales del KDP, incluyendo yezidíes, se enfrentan a muchas, justificadas críticas durante los siguientes meses. De repente se dijo que el incidente se debía de investigar, que la situación no estaba “clara”. Ha habido una “retirada táctica” de los Peshmera, pero en ningún caso una huida.

LO que el KDP y otro muchos kurdos ocultan, lo cuenta el general y portavoz del ministerio Peshmerga Holgard Hekmat abierta y honestamente en una entrevista con SpiegelOnline: ”Nuestros soldados huyeron. Es una vergüenza y aparentemente la razón de por qué se inventaron tales alegaciones (nota del editor: referencia a la presunta retirada táctica)”. El general Peshmerga repetidamente ha expresado que no se dio ninguna orden de retirada y que los responsables serán castigados.


Peshmerga huyendo entre los yazidis que huyen

Poco después, se dijo tanto desde los militares como los políticos que la retirada Peshmerga en Shingal no fue un caso aislado. También en otras regiones de Kurdistán, los Peshmerga habían huido. LO que es ciertamente correcto. Pero en estas regiones, como en la de Makhmur, los civiles habían sido evacuados antes de la retirada.

A continuación, hubo un intento de disminuir el número de soldados Peshmerga estacionados en Shingal, como si eso hiciera parecer que la acción fuera menos seria. Los propios comandantes Peshmerga, sin embargo, han repetido varias veces el número de alrededor de 11,000 hombres que es un número realista y necesario teniendo en cuenta que la población en Shingal es de 600,000 personas, sumando diez mil más en Zumar.

Presunto castigo

Pocos sías después el presidente kurdo Barzani anunció que “traería ante la justicia a todos los responsables” y así lo hizo al menos dejando claro que ninguna orden de retirada había sido emitida. Hasta el día de hoy, sin embargo, no ha habido ni sentencia criminal ni ningún proceso serio.

Serbest Bapirir despues de su liberacion


Aquellos responsables, Sarbast Bapiri, Said Kestyi y Shawkat Doski fueron interrogados bajo arresto domiciliario en el hotel Pirman y puestos en libertad pocos días después. Los 200 comandantes Peshmerga fueron interrogados en una presunta investigación sobre los incidentes. Sin embargo, como muchos de ellos estaban de servicio en otros frentes como el de Khanaqin, se sugirió que no era “el mejor momento para los comandantes y soldados Peshmerga en activo” para someterse a investigación. El teatro comienza

Era un buen momento, sin embargo, para arrestar al comandante líder yezidí Heydar Shesho quien (después de que los Peshmerga huyeran) se apresuró a Shingal para defender a los yezidíes allí. Lo metieron en una celda con simpatizantes del EI. El padre de Heydar, Qaso Shesho fue encarcelado durante años en las mazmorras de Saddam, donde fue torturado, porque él, como Peshmerga del KDP en Shingal luchó contra las tropas de Saddam.

Ningún Peshmerga que huyó, si no un comandante que arriesgó su vida durante meses sin ayuda del KRG en defensa de las diez mil personas en las montañas de Shingal representa un riesgo para el “orden interno”, según el presidente del KRG. Las Fuerzas de Protección de Shingal que fueron fundadas bajo el impacto del genocidio han sido criminalizadas.

Los yezidís no deben de desviar sus miradas de reproche demasiado lejos, si quieren mirar a los perpetradores. Hay seguidores del partido yezidí que carecieron de valor en una de las horas más difíciles de la historia yezidí, para llamar al crimen con su propio nombre: traición. En lugar de eso, apaciguan los hechos y evocan conspiración. También existe el fracaso de las asociaciones yezidíes, quienes interpretan como lobby de llamar la atención el perder su tiempo en Facebook con nombres de políticos, en vez de luchar por las decisiones favorables para la comunidad yezidí.

“desagradecidos yezidíes”

Como las críticas hacia los Peshmerga crecían cada vez más entre los yezidíes, los yezidíes fueron acusados de “ingratitud”. Docenas de Peshmerga sacrificaron sus vidas por Shingal, se decía. Los yezidíes “han traicionado su identidad kurda y calumniado a los Peshmerga”. Así que no el hecho de que los Peshmerga huyeran, si no las críticas yezidíes han dañado la reputación de los Peshmerga, según la opinión.

Durante la arabitación del dictador Baathista en 1980, los dirigentes Iraquís registraron a la minoría yezidíes etnia árabe. Los yezidíes se unieron en poco a la resistencia kurda bajo Mollah Mustafa Barzani quien dirigió una potente y temida rebelión con los Peshmerga. Miles de yezidíes se unieron al partido de Barzani Partido Democrático del Kurdistán (PDK).

Los yezidíes sufrieron codo con codo junto con los Peshmerga durante la segunafa guerra del golfo, muriendo en las montañas y ciudades del sur de Kurdistán como Peshmergas, como cientos de miles de Kurdos. Hoy también. Porque ellos apoyaron a los Peshmerga y el KDP en Shingal en los 80, incurrieron en la ira de Saddam Hussein quien sin más preámbulos destruyó pueblos yezidíes en Shingal y Sheikhan, re-ubicando forzosamente a miles de yezidíes y ordenando la muerte de otros tantos.

Como reconocimiento de estos sacrificios, después del final del régimen de Saddam y la lucha por la liberación por los yezidíes, la sociedad kurda en Iraq ahora da la espalda y discrimina a esta minoría. Desde el gestor institucional hasta el verdulero, casi nadie quería tener nada que ver con los formados camaradas y compañeros de sufrimiento. Pero cuando llegó el momento de defender la región de de los yezidíes, la mayor área de asentamiento, ningún Peshmerga quiso ayudar. La sombra de Saddam, los árabes sunníes que vivían en Shingal, se pusieron el velo negro contra los yezidíes y ningún Peshmerga estuvo dispuesto ayudar.

Liberación

Al final, las fuerzas terrestres de las Unidades de Protección de la Gente (YPG), luchadores del PKK, quienes vinieron rápidamente desde Siria y otras regiones de Kurdistan así como las aviaciones de EEUU pudieron rescatar a los yezidíes varados en las montañas de Shingal. De nuevo, el gobierno kurdo no hizo ningún esfuerzo para luchar por un corredor de escape en la frontera con Siria. Solo 4 meses más tarde, depues de varios ataques y ofensivas de las milicias terroristas en las posiciones de los luchadores yezidíes en resistencia, los Peshmerga marcharon hacia Shingal y liberaron junto con otras unidades el norte. El presidente y Primer Ministro Kurdos de pies en las montañas de Shingal se permitieron celebrar y nombrarse liberadores de un pueblo masacrado.

Los eventos en Shingal han sacudido gravemente las relaciones entre los yezidíes y os kurdos. La ruptura total se evitó sólo por los ciudadanos desinteresados del Kurdistán que recibierona los refugiados Yazidíes con los brazos abiertos, así como los combatientes kurdos del PKK y YPG.

La nieve bajo el sol

Ver a los Peshmerga como un todo no es solo poco razonable, si no que está mal. Lo que ha pasado en Shingal, sin embargo, no se puede ver más que como una traición. El KDP ha estado disfrutando por décadas de la lealtad de los dignatarios y políticos yezidíes. La mayoría de los yezidíes viven en áreas controladas por el KDP dentro de la región autónoma. A los yezidíes sin embargo no les queda otra opción más que compadecerse. El lider secular de los yezidíes, Mir Tahsin Beg ha sido por lo tanto reprochado políticamente por actuar en favor del KDP. Sin embargo, el Mir ya ha reconocido los pasados años de peligro. Sólo en las semi-subversivas reuniones con EEUU en Iraq se atrevía a decir la verdad.

“Como la nieve bajo el sol, la comunidad yezidí se derretirá bajo el KDP”, dijo Mir Tahsin en una publicación confidencial de wikileaks reportada en 2008. Él también, estaba en lo cierto.

Los yezidíes han confiado en la protección de los Peshmerga, quienes por su parte garantizaban la defensa de los yezidíes. Pero dejaron a los yezidíes en la estacada y permitieron el genocidio contra la inocente gente. Solo una emancipación de los partidos políticos puede asegurar el futuro de los yezidíes en el Kurdistán seriamente.

Fuente Ezidi Press
Traducido por Rojava Azadi

domingo, 24 de julio de 2016

Las valientes mujeres yazidíes luchan contra Daesh


Desde hace tiempo, al oeste de la ciudad iraquí de Mosul, tomada por los terroristas, actúan milicias voluntarias que protegen sus pueblos de la invasión de Daesh. En Wadi Shlo, una de esas villas, se formó una brigada integrada solo por féminas.

Las muchachas, de origen yazidí —religión preislámica de Oriente Medio—, vestidas de uniforme y con armas en las manos defienden valientemente su tierra de la amenaza yihadista. 

Wadhat Jalil Salej, de 22 años, tomó parte en la campaña para liberar la ciudad de Sinjardesde los primeros días de la operación, donde las brigadas de mujeres combatían junto con hombres contra los terroristas de Daesh.

"Decidí ser miembro de la brigada femenina de Sinjar desde que, en 2014, los combatientes de Daesh cometieron genocidio contra nuestro pueblo. Ahora participo en las acciones militares en la región de Sinjar para liberar completamente este territorio de los yihadistas", declaró la joven a Sputnik.

Miembros de la brigada de mujeres yazidíes que luchan contra Daesh en Irak

Durante todos los combates, Wadhat abatió a varias decenas de terroristas. Su misión consiste no solo en luchar en el frente, sino en repeler los contraataques a la hora de liberar a los pueblos sometidos.

Los yazidíes que luchan contra Daesh en Irak

Al principio nos entrenaban mujeres de las fuerzas de defensa popular en Sinjar, en la frontera con Siria y otras regiones del Kurdistán iraquí. Ahora realizamos principalmente operaciones para liberar a rehenes yazidíes secuestradas por Daesh. Entre ellas están mis parientes", señala la joven, que combate junto a sus dos hermanas.

La miliciana no pudo recibir una formación completa debido al genocidio de 2014. Ahora, Wadhat tiene un solo sueño: que todas las yazidíes vuelvan y en Irak reine la paz.


"Me dirijo a todos los combatientes de Daesh y a sus jefes: ¡les espera una derrota total! ¡Les echaremos de todo Irak!", manifestó la miliciana.

martes, 7 de junio de 2016

¡Preocupación teatral! Izadíes denuncian pasividad de la ONU


La minoría religiosa izadí en Irak denunció la pasividad de la ONU ante los secuestros masivos, matanzas y violaciones sistemáticas que sufrieron los kurdos izadíes tras la ofensiva terrorista.

El jefe de Asuntos izadíes en el Ministerio de Patrimonio y Asuntos Religiosos del gobierno regional del Kurdistán iraquí, Jairi Buzani, denunció los comentarios del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, sobre el pago de 45 millones de dólares por esa comunidad kurda al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), por el rescate de sus rehenes, ha informado este martes la agencia iraní de noticias Fars.

"Se estima que la comunidad izadí por sí sola dio a Daesh hasta 45 millones de dólares estadounidenses en pagos de rescate en 2014", dijo Ban durante su intervención el jueves en una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) centrada en abordar la “Violencia Sexual en Zonas en Conflicto”.
Se estima que la comunidad izadí por sí sola dio a Daesh hasta 45 millones de dólares estadounidenses en pagos de rescate en 2014", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Ban señaló que los grupos extremistas, incluyendo EIIL, y Boko Haram están usando la violencia sexual "como un medio para atraer y retener a los combatientes, y para generar ingresos".

Una mujer izadí en Irak.

Para Buzani, tales acusaciones infundadas planteadas por el máximo titular de la ONU constituyen una “gran opresión” contra la comunidad izadí, y generan extrañeza. Pidió además, a Ban que explique que la minoría izadí cómo, cuándo y de dónde obtuvo el mencionado dinero y quién le pagó a Daesh?

Arremetió contra Ban al preguntar: ¿No ha hecho nada más que mostrar su preocupación?, preguntó si estaba al tanto del secuestro de 6389 ciudadanos izadíes por EIIL, y si tenía la información de que otros 3797, entre ellos mujeres y hombre, siguen estando en poder de esa banda extremista. “Usted se limita sólo a hablar”, dijo.

Vian Dakhil, legisladora kurdo-izadí del Parlamento de Irak, a su vez, rechazó las afirmaciones de Ban y anunció en un comunicado que la Oficina de Rescate de los secuestrados izadíes no ha recibido hasta el momento ninguna ayuda financiera de ninguna entidad o individuo.

sábado, 5 de marzo de 2016

¿Quiénes son los yazidi “Adoradores del Diablo” y por qué el ISIS trata de masacrar y esclavizar a esta antigua minoría?



El 3 de febrero, el New York Times recogió la petición desesperada de un yazidi, miembro de un grupo étnico-religioso que se enfrenta a un exterminio comunal a manos de los terroristas yihadistas del ISIS. En términos sencillos pero emotivos resumió la situación de su pueblo, cuyas tierras ancestrales en el norte de Irak conquistó el “Califato” del ISIS en el verano de 2014, “Por favor, ayúdennos. Nos están matando y secuestrando a nuestras mujeres y niños”.

En caso de que no conozca la historia de la conquista de la antigua tierra de los yazidis por los fanáticos del ISIS en agosto de 2014, se hace esencial una recapitulación para comprender la situación de esta comunidad en peligro de extinción, que se ha enfrentado durante siglos a lo que sólo puede describirse como asalto genocida. Históricamente, este asalto ha sido llevado a cabo por los árabes y turcos musulmanes que han acusado falsamente a los yazidíes de ser “adoradores del diablo”. Es la trágica historia de los seguidores de una religión pacífica -con orígenes que se pierden en las brumas del tiempo en Mesopotamia-, cuya existencia se ve ahora amenazada por una combinación de fanatismo por parte del ISIS y la indiferencia por parte de las potencias occidentales.

¿”Adoradores del Diablo” o Creyentes en el Ángel del Pavo Real?

Para entender la reservada religión de los yazidis, mi colega el profesor Adam Sulkowski, con el que había explorado previamente la zona montañosa de los antiguos paganos kalash en la frontera entre Afganistán y Pakistán, decidió viajar conmigo al lugar más sagrado del mundo para los yazidis: el complejo de templos de piedra de Lailish. Lailish está enclavado en un valle estrecho, en las colinas de la región autónoma del Kurdistán iraquí, a pocas millas de la línea del frente con el ISIS. Nuestro guía de viaje era un gregario yazidi llamado Thamer Alyas, que estaba ansioso por ofrecer un recorrido con información privilegiada de este lugar sagrado que, durante siglos, ha estado cerrado a los extranjeros.

Según circulábamos con Thamer a través de las colinas cubiertas de niebla del Kurdistán iraquí, nos explicó que su pueblo adora a un solo Dios creador, al igual que los árabes y kurdos musulmanes que los rodean y también como los distintos grupos cristianos (estos antiguos cristianos, en gran parte conocidos como asirios, también han sido objeto de la aniquilación perpetrada por Al Qaeda en Irak y el ISIS y su comunidad se ha reducido desde la invasión de Estados Unidos en 2003 de 1,5 millones a alrededor de 200.000 en la actualidad). Al Dios de los yazidis se le conoce como Khude y todo Él es indulgencia y misericordia. Dios se creó a sí mismo Khude y a siete arcángeles dirigidos por Melek Tawus, el Ángel del Pavo Real. Melek Tawus fue enviado a la tierra para crear vida a partir del caos primordial y actuar como intercesor entre el hombre y Dios. El primer ser humano había sido creado sin alma, por lo que Melek Tawus sopló el aliento de la vida en él. Luego puso a Adán frente al Sol, símbolo del Creador Supremo, a quien los yazidis, como los antiguos mesopotámicos, todavía adoran.

Hay muchos otros aspectos arcaicos de la fe que indican que puede ser una de las más antiguas y su calendario del mundo se inicia 6.756 años atrás, casi 5.000 años antes que la cristiana o calendario gregoriano y casi 1.000 años más que el calendario judío.

Hasta el momento, toda esta historia nos parecía bastante inocua. No hay nada en este antiguo mito de la creación que garantice siglos de represión por parte de las autoridades turco-otomanas y ahora la matanza del ISIS.

Pero la triste suerte de los yazidis resulta de que la historia de Melek Tawus tiene paralelos inquietantes con la historia de Shaytan, el jinn (genio) caído del Islam, conocido en para nosotros como Satanás. Según la tradición yazidi, Dios exhortó a Melek Tawus a no inclinarse ante otros seres. Entonces Dios puso a prueba a Malek Tawus creando al hombre de barro y ordenando a Malak Tawus que se inclinase ante Adán. Melek Tawus respondió: “¡Cómo puedo someterme a otro ser! Yo procedo de tu iluminación, mientras que Adán está hecho de polvo”. Después de perdonarlo por haberse rebelado, Dios lo convirtió en gobernante de la tierra tras haber pasado llorando 7.000 años para extinguir el infierno con sus lágrimas.

Por desgracia, en la tradición islámica, Shaytan o Iblis era un genio que, de manera similar, se negó a obedecer la orden de Dios a inclinarse ante Adán. Por este pecado de orgullo, Dios-Allah le maldijo y lo expulsó del cielo a la tierra. A partir del siglo XV, los musulmanes turcos y árabes de alrededor llegaron a equiparar Melek Tawus, el ser primario adorado por yazidis, con Shaytan, el tentador. Así comenzaron los siglos de masacre y persecución que vieron a los yazidis huir hacia las montañas del norte de Irak.

Allí, este pueblo, que son étnicamente kurdos y hablan el dialecto kurdo de Kurmanji, durante mucho tiempo han estado protegidos por sus compañeros kurdos, que tienen una tradición de moderación y hospitalidad hacia las minorías reprimidas. Los kurdos creen que una vez todos fueron creyentes de la antigua fe yazidi, y ven a esta minoría como la memoria viva y la conciencia de su pueblo. En esencia, sienten que los yazidis son depositarios de sus tradiciones preislámicas. Hay algo de verdad en esto, ya que muchas de las costumbres de los yazidis, tales como su creencia en los ángeles, árboles sagrados y la pureza de la tierra, aire, fuego y agua, provienen de la antigua Mesopotamia y de los sistemas de creencias iraníes y de Zoroastro.

Pero el santuario de los yazidis entre los kurdos fue amenazado por el surgimiento de grupos yihadistas sunitas fanáticos, que se levantaron para resistir la derrota de su grupo sectario por los estadounidenses en la Operación Libertad Duradera de 2003. Estos grupos declararían una yihad contra los yazidis como “adoradores del diablo” y lanzarían un asalto a esta antigua comunidad que la ONU describe como “genocidio”.

ISIS declara la yihad total sobre los “infieles” yazidi

Como la mayoría de los iraquíes que sufrieron bajo Saddam Hussein, los yazidis celebraron el derrocamiento del odiado dictador, pero, al igual que las antiguas comunidades cristianas del norte de Irak, pronto se convirtieron en el blanco de los grupos yihadistas sunitas fanáticos como Al Qaeda en Irak (AQI), que se levantaron en armas para luchar contra los estadounidenses. En 2007, AQI dirigió a las comunidades yazidis iraquíes del norte de Kathaniya y Jazeera el ataque suicida más letal en el mundo desde el 9/11. Nada menos que 796 yazidíes fueron asesinados y otros mil quinientos fueron heridos en este bombardeo masivo, que involucró a un camión cisterna de combustible y tres coches con dos toneladas de explosivos.

Pero lo peor estaba por venir. AQI se transformó en ISIS y, en agosto de 2014, lanzó una campaña en la región del Monte Sinjar, en el noroeste de Irak. El Monte Sinjar estaba protegido por los legendarios peshmergas kurdos (literalmente, “los que se enfrentan a la muerte”, una famosa fuerza de combate), pero estos combatientes cayeron ante el ataque del ISIS, dejando la región a merced de los fanáticos combatientes del “califato”. El Monte Sinjar es el enclave geográfico principal de los yazidis, que lo consideran una montaña sagrada (creen que esta montaña, que se eleva espectacularmente sobre el plano desierto, es el lugar donde el arca de Noé tocó tierra por primera vez tras el diluvio y mantienen allí siete templos que albergan llamas eternas).

A medida que los combatientes del ISIS irrumpían en la ciudad de Sinjar, que se encuentra al pie de la montaña del mismo nombre, fueron matando a unos 5.000 yazidis en un acto que la ONU califica como “genocidio”. Un informe de esta matanza señalaba que los yazidis estaban siendo abatidos a tiros y arrojados a fosas comunes y conducidos a templos que posteriormente eran bombardeados.

Los jihadistas también capturaron a cientos de mujeres yazidíes como ‘sabiya’ (esclavas sexuales legitimadas por el Islam) y las vendieron como ganado en los mercados a los combatientes del ISIS. Estas mujeres, muchas de ellas niñas, fueron sistemáticamente violadas y abusadas por sus amos del ISIS y la mayoría todavía permanecen en la miseria como esclavas sexuales para los fanáticos, que legitiman su abuso mediante la etiqueta de “idólatras” e “infieles” (su situación no obtuvo tanta atención como el secuestro de colegialas por terroristas yihadistas de Boko Haram en Nigeria). Las mujeres mayores que no fueron consideradas dignas de ser sabiya fueron arrastradas lejos y sistemáticamente asesinadas en masa a sangre fría.

Nada menos que 50.000 yazidis huyeron de pánico a las sombrías, inaccesibles alturas del Monte Sinŷar para escapar de las matanzas del ISIS. Para evitar su genocidio, el presidente Obama lanzó una campaña de bombardeos que detuvo el avance de ISIS y un puente aéreo que proporcionó comida y agua a los hambrientos refugiados Yazidis atrapados en la montaña. Después, los peshmerga kurdos rompieron el cerco de las líneas del ISIS, creando un pasillo que permitió escapar a la mayoría, aunque no todos, de los refugiados en el monte Sinjar.

Pero para entonces ya era demasiado tarde, el corazón de la población y la cultura yazidi habían sido destruidos y muchos santuarios clave yazidis, con su forma cónica y torres estriadas, fueron destruidos. Afortunadamente, en diciembre de 2015, las fuerzas kurdas, apoyadas por la Fuerza Aérea de EE.UU., derrotaron a las fuerzas del ISIS, ocupando la ciudad de Sinjar y parte de la dispersa comunidad está tratando de regresar a sus hogares. Pero la mayoría han quedado esparcidos a lo largo y ancho de sus territorios sagrados y muchos se han unido al movimiento de refugiados hacia Europa. El exilio de los yazidis de los antiguos santuarios de sus gentes amenaza con diluir su identidad distintiva como pueblo.

Esta fue la información básica previa a nuestra visita al santuario de Lailish, situado al este del Monte Sinjar, seguro tras las líneas de los peshmerga kurdos en el noroeste de Kurdistán.

Una visita al Santuario yazidi en Lailish.

Según avanzaba nuestro SUV en paralelo a la cercana línea del frente del ISIS, a través de las colinas cubiertas de niebla del Kurdistán iraquí, interrogamos a nuestro guía yazidi Thamer con preguntas sobre las creencias y rituales de la antigua fe de su pueblo. Pero él nos pidió que esperásemos hasta que llegáramos a la capilla, ya que debía mostrárnosla. Al llegar al estrecho valle cubierto de árboles de morera que acuna el santuario, Thamer nos indicó que teníamos que quitarnos los zapatos, ya que el suelo por el que estábamos caminando era sagrado. Éste fue el lugar donde Melek Taus, el ángel del pavo real, había descendido por primera vez a la tierra para traer el orden a partir del caos.



Con no disimulada emoción (y pies entumecidos por el frío de enero), entramos en el patio exterior del complejo Lailish y nos acercamos a la puerta principal. En la pared de piedra hay un talismán con una serpiente negra que recuerda el intento de forzar a los yazidis a abjurar de su fe y convertirse al Islam hace siglos. Las serpientes negras, nos dijeron, tienen poderes mágicos y no pueden matarse. Se nos pidió, entonces, besar reverentemente los lados de piedra a la puerta del santuario interior y se nos pidió no pisar el umbral sagrado.

Cuando entramos en el antiguo complejo, nos fijamos en un oscuro estanque que está integrado en el suelo de piedra a nuestra derecha. Es el Lago de Azrael, el Ángel de la Muerte. Los yazidíes creen que Azrael lava su espada en este estanque después de tomar un alma. Más allá del estanque, encontramos una sala de tumbas de piedra con pañuelos colgando, con nudos atados por algunas mujeres yazidi. Thamer nos explica que cuando se ata un nudoy se formula un deseo, éste se hace realidad cuando otro devoto lo desata.

Desde esta sala pasamos, por una escalera de caracol de piedra, hasta una cueva subterránea. Podíamos escuchar el sonido del agua abajo, pero nos dijeron que no podíamos visitar este lugar santo, conocido como Primavera de Zamzam, ya que no está permitido a los no yazidis. Aquí es donde los yazidis, que debe hacer una peregrinación a este lugar una vez en sus vidas, son bautizados. A partir de ahí pasamos, a través de un arco de piedra, al corazón sagrado del santuario: la antigua tumba, de 900 años de antigüedad, de Sheikh Adi. Sheikh Adi codificó las dispares creencias yazidis y es venerado como un santo y el avatar o encarnación del Ángel del Pavo Real. Él es también uno de los principales jueces de las almas de los hombres.

Desde la cripta de Sheikh Adi pasamos a una cámara de piedra oscura y larga, donde el aceite de oliva se almacena en antiguas ánforas de arcilla. Las aceitunas para extraer el aceite se recogen de las colinas de los alrededores y se prensan en Lalish; el aceite se utiliza para rituales religiosos y para quemar en las lámparas. También nos mostraron unos agujeros en las piedras que, según nos dijeron, representan la entrada tanto al cielo como al infierno.



Después de haber recorrido las catacumbas subterráneas de piedra, había llegado el momento de conocer a su sagrado guardián, un eunuco que ha dedicado su vida al santuario y el segundo sacerdote más importante de la fe yazidi, Baba Chawish (literalmente, Padre Guardián). Entramos en su despacho con reverencia y encontramos al santo hombre con turbante blanco sentado con varios acólitos. Amablemente nos invitó a entrar desde el frío exterior a la cálida habitación y nos ofreció dulces de un plato adornado con un pavo real dorado.

En el pasado, una reunión con una figura tan notoria habría sido difícil y los misterios de la fe se habrían mantenido en secreto. De hecho, la mayor parte de las tradiciones yazidis se trasmiten oralmente para mantenerlas en secreto. Pero Baba Chawish era un alma amable, que compartió con nosotros el funcionamiento interno de esta antigua fe que ha sido, durante tanto tiempo, mal entendida por los extraños, y por ello mantenida oculta.

Los secretos de la Fe yazidi.

Sabíamos que Baba Chawish era miembro de una de las tres castas que las que pertenecen todos los yazidis, que era un hombre santo de la casta más alta, Sheikh (sacerdote). Llevaba una vida de piedad y celibato y era la autoridad del santuario. Era asistido por ‘feqrayyat’ (monjas célibes) que no han estado casadas ni son viudas y también se cuidan del santuario. Las otras castas Yazidis son los ‘pirs’ (ancianos) y los ‘murids’ (discípulos); la mayoría de los yazidis pertenecen a esta última casta. La pertenencia a las castas Sheikh y pir es hereditaria y se dice que, en algunos casos, proviene de habilidades especiales. Cada familia Sheikh y pir, por ejemplo, posee cierta capacidad de curación y algunas familias se dice que son capaces de curar las mordeduras de serpientes, la locura, la fiebre, el dolor de cabeza, la artritis, etc.

Dentro de la casta Sheikh se encuentran los ‘kocheks’ o “videntes”, que son bendecidos con dones espirituales, tales como la clarividencia. Los kocheks pueden diagnosticar las enfermedades psíquicas e, incluso, se dice que pueden conocer el destino de un alma después de salir del cuerpo del difunto. También hay ‘kawwals’ o rociadores, que se especializan en la reproducción de música religiosa con los instrumentos sagrados, como el ‘daf’ (tambor) y ‘šebāb’ (flauta), así como en el recitado de los himnos sagrados conocidos como ‘kawals’.

En la parte superior de la comunidad yazidi se encuentra el ‘Mir’ (Príncipe), el gobernante temporal de los yazidis, y el ‘Jeque Baba’ (Padre Sacerdote), el jefe religioso de la comunidad. Ambos líderes pertenecen a la casta Sheikh, cuyos miembros son descendientes de los seis grandes ángeles que ayudaron a Melek Tawus. Los jeques ofician en circuncisiones, bodas, funerales, bautizos y fiestas religiosas. Éstas juegan un papel clave en la fe yazidi y varias de ellas tienen raíces profundas en la antigüedad.

La fiesta yazidi más importante es el Festival de los Siete Días, que tiene lugar a principios de octubre. Se cree que, durante este festival, los siete arcángeles, incluyendo Melek Tawus, visitan el santuario de Lailish. Los yazidis tratan de realizar una peregrinación a Lailish en estas fechas con el fin de encontrarse con amistades, afirmar su identidad religiosa y participar en el Festival de los Siete Días. Los dos eventos más importantes de la fiesta son el baile nocturno y el sacrificio del toro. La danza se lleva a cabo por los jeques cada noche, justo después del atardecer, en el patio del complejo del templo. Catorce sacerdotes vestidos de blanco, el color de la pureza, desfila con la música de los ‘kawals’ (los recitadores). Proceden en procesión alrededor de una antorcha sagrada que representa al Sol y al dios supremo Khuede.

El sacrificio del toro se lleva a cabo en el quinto día del festival. Anuncia la llegada del otoño y lleva consigo las oraciones de los yazidis por lluvia durante el invierno y una primavera abundante. Tras una salva de disparos como saludo especial a cargo de la guardia, se suelta un pequeño toro a la entrada principal del santuario. El toro es perseguido por los hombres de la tribu Qaidy hasta una colina cercana al santuario de Sheikh Sem. Allí, el toro es capturado y posteriormente sacrificado. Posteriormente, la carne se cocina y se distribuye entre todos los peregrinos presentes en Lalish. El sacrificio de un toro se remonta al culto del dios solar iraní Mitra, que era adorado con el sacrificio de un toro.

En cuanto a sus creencias, los yazidis no creen en la condenación eterna. En su lugar, creen en la reencarnación o transmigración de las almas por medio de un ciclo de purificación gradual. Las almas de los pecadores renacen como animales por un período de prueba antes de pasar a la forma humana de nuevo. En última instancia, sus almas ascienden al cielo. Los yazidis no aceptan la conversión a su fe y los matrimonios fuera de la comunidad están prohibidos. También tienen prohibido usar el color azul, comer lechuga y pronunciar la palabra ‘Satán’. Además de venerar al sol, los yazidis, como zoroastrianos, consideran sagrado el fuego y no se les permite apagarlo con agua o hablar groseramente ante él. Celebran el Año Nuevo en abril con huevos de colores y también tienen una Fiesta del Sacrificio, cuando una oveja es sacrificada por el Jeque Baba y se encienden antorchas a todo lo largo del valle de Lailish.

Hay muchos más aspectos de esta fe que no hemos tenido tiempo de aprender durante nuestra visita al santuario de Lailish, pero la visión que se nos dio de esta religión secreta, que ha abierto recientemente sus puertas a los extranjeros, resulta fascinante. Al despedirnos del protector del santuario, Baba Chawish, y abandonar este maravilloso lugar que es la “Meca” para los aproximadamente 700.000 yazidis en el mundo, hemos adquirido un nuevo aprecio por este hermoso sistema de creencias que parece pertenecer a una época diferente.

El santuario del valle de Lailish había sido un lugar de tranquila meditación, serenidad y contemplación y nos sentimos conmovidos por la acogida y el deseo de interactuar con personas ajenas que nos habían demostrado los fieles yazidíes. En una parte del mundo donde la destrucción sin sentido de las comunidades pre-islámicas y antiguas religiones paganas parece ser la norma, nos recordó que hay restos de religiones antiguas que aún viven en el mundo musulmán y se encuentran en franca disminución, tales como los parsis zoroastrianos en Irán, los paganos kalash en las montañas de Pakistán, y los yazidis, mandaens, shabaks y asirios en Irak, que se enfrentan a un riesgo muy real de extinción en nuestro tiempo. Tras haber completado una peregrinación que nos ha cambiado la vida a este santuario sagrado de una de estas religiones en peligro de extinción y haber visto por nosotros mismos la belleza de este mundo atemporal, podemos decir con seguridad que el mundo sería un lugar menos colorido si las antiguas gentes yazidi desaparecieran de las páginas de la historia, como les ha ocurrido a tantos otros grupos étnico-religiosos de la región.


Por Brian Glyn Williams – Profesor de Historia Islámica, U. Mass Dartmouth; autor de ‘Infierno en Chechenia’ y ‘El último señor de la guerra’.