miércoles, 18 de julio de 2018

El amargo cautiverio: yazidíes secuestradas por ISIS relatan su calvario


Una de las páginas más oscuras del grupo terrorista ISIS o Daesh (autoproclamado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países) es el sistemático genocidio del pueblo yazidí y el secuestro de mujeres con el fin de convertirlas en esclavas sexuales.

Hina Abbas Khalaf es una adolescente yazidí de 15 años natural de Sinjar, Irak, que fue secuestrada por combatientes de ISIS junto a sus hermanas cuando los terroristas tomaron la ciudad en agosto de 2014.

Al cabo de cuatro años tuvo la suerte de ser liberada gracias al pago de un rescate de 16.000 dólares, con lo cual estuvo en cautiverio casi cuatro años, desde agosto de 2014 hasta el 19 de febrero de 2018, y durante este tiempo fue vendida en tres ocasiones.

​Sputnik tuvo la posibilidad de conocer de primera mano sus desventuras tras conversar con ella y su hermana.

Cuatro dueños en cuatro años

El primer propietario de Hina fue un sirio llamado Al Shadad, quien se llevó a Hina de Irak y la obligó a acompañarlo por toda Siria.

Durante este periplo la niña estuvo en Al Raqa, Deir Ezzor, Mayadin y otras.

El extremista la obligaba a aprenderse el Corán, convertirse al islamismo, le exigía orar y le golpeaba si desobedecía, para luego poder venderla a otro extremista.

"Lo recuerdo especialmente, era un violador, un kurdo iraquí de la provincia Solimania del Kurdistán iraquí, todos le llamaban Abu Ayman, aunque no supe nunca su nombre verdadero", relató la joven a Sputnik.

Hina recuerda los maltratos de que fue objeto durante este tiempo.

"Me golpeaba mucho y me maltrataba, podía dejarme sin comida durante varios días", relató.

Posteriormente el terrorista la vendió "a un libio que respondía al sobrenombre de Baqr al Nahli por 15.000 dólares".

"Este también me vendió, pero por 10.000 dólares, a otro miembro de ISIS procedente de Libia, que tenía como apodo Zakria", rememoró.

La joven recordó que "los dos últimos hombres eran bastante jóvenes, poco más de viente años".

"Ninguno de los dos estaba casado, a diferencia de Abu Ayman", relató.


Destino de las hermanas

Sputnik también tuvo la ocasión de conversar con la hermana mayor de Hina, Hanifah Abbas Khalaf, de 30 años.

Justamente ella logró pagar el rescate de sus tres hermanas, años después de que lograse escapar de su cautiverio.

"Cuando Hina y yo nos reunimos lloramos y nos abrazamos durante largo tiempo, ella me preguntaba sobre la familia, dónde y cómo estaban todos", confesó a la agencia.

Hanifah relató que no tuvo valor para comentarle enseguida sobre su padre, que "murió de pena".

"Tenía 50 años, sufrió un infarto cuando se enteró que su hija menor Wadhah, de 9 años, fue violada por terroristas de Daesh", dijo.

Según la mujer, su hermana Hina "tuvo dos abortos en Siria porque no quería tener hijos de terroristas, en aquella época era apenas una niña, pero se decidió".

La hermana relató que "todavía quedan en cautiverio dos hermanas nuestras, Basa, de 20 años, y la más pequeña, Wadhah".

"No sé nada de ellas, no sé qué les sucede, solo sé que están en algún lugar de Siria", dijo.

Las otras dos hermanas rescatadas, Leyla, de 20 años, y Zina, de 10, reciben tratamiento médico.

La mayor sufre problemas de salud debido a los maltratos y deberá ser operada.

Ambas están pasando un curso de rehabilitación psicológica en Alemania.


​El amargo cautiverio

Mientras buscaba a sus hermanas, Hanifah tuvo la ocasión de encontrarse con muchas jóvenes que lograron escapar o librarse del cautiverio.

Las muchachas le comentaron que muchas yazidíes fueron trasladadas a Turquía, donde les "lavaban el cerebro", les metían mentiras en la cabeza, las preparaban como terroristas suicidas para perpetrar atentados en Turquía.

"Ahora en Turquía hay muchas mujeres y niñas yazidíes, los extremistas amenazan al Gobierno turco para que coopere, porque de lo contrario harán cosas", dijo.

Los yazidíes son una minoría religiosa kurda que cuenta con unos 700.000 miembros repartidos entre Siria, Irak, Turquía, Grecia y el Cáucaso, la cual resultó cruelmente masacrada por los radicales de ISIS.

La fe que profesan los yazidíes, de carácter pagano, combina elementos del cristianismo, el islam y de varias creencias antiguas del Oriente Próximo.

La ciudad iraquí de Singal, con predominante población de kurdos yazidíes, fue tomada por ISIS en agosto de 2014, miles murieron, de cinco a siete mil mujeres se convirtieron en esclavas.

Una comisión de la ONU presentó en junio de 2016 en Ginebra un informe en que constató que ISIS cometió en Siria genocidio contra la etnia yazidí, crímenes de lesa humanidad y de guerra e instó a reconocer a nivel internacional el genocidio de esta etnia.

El documento fue elaborado basándose en las entrevistas de las personas que lograron sobrevivir en el cautiverio, de sacerdotes, activistas, contrabandistas, juristas, reporteros y personal médico.

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