miércoles, 2 de diciembre de 2015

Argentina: "La memoria es también mirar al futuro”

CFK inauguró seis edificios en el Espacio para la Memoria y recordó el día en que el ex presidente Néstor Kirchner anunció la recuperación de ese lugar. Habló de derechos humanos, inclusión social y gobernabilidad.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue ayer a la ex ESMA para cerrar un círculo que se abrió el 24 de marzo de 2004, cuando el presidente Néstor Kirchner anunció en ese mismo lugar, pero del lado de afuera, que el predio en el que había funcionado el centro clandestino de detención más emblemático del terrorismo de Estado se convertiría en un espacio para la Memoria. “El comenzó con la recuperación de la memoria, la verdad y la justicia, pero además, le hemos agregado la libertad, libertad para todos, libertad de vivir, de ser felices, de amar, de querernos, de querer al país, libertad para seguir siendo lo que queramos ser y que nunca nadie más crea que nos la van a venir a robar porque vamos a luchar por esa libertad. En nombre de esa libertad no nos detuvimos en recuperar un sitio, en estos años hemos recuperado la dignidad con el matrimonio igualitario, el derecho a la identidad de género. Eso es libertad, que nadie te diga a quién tenés que elegir amar; que nadie te diga qué tenés que ser.”

La Presidenta llegó al espacio para la Memoria y los Derechos Humanos para inaugurar seis edificios. Vestida con una túnica de color crudo y calzas, entró en la Casa Nuestros Hijos, la Vida y la Esperanza, de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, donde la recibió un grupo de percusión, ya que allí funciona una escuela de música popular. CFK bailó, abrazó a las Madres y a las Abuelas y recorrió el lugar acompañada del secretario de derechos humanos, Martín Fresneda; el secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” de Pedro; el ministro de Justicia, Julio Alak; el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, entre otros funcionarios. Luego fue al nuevo edificio de la Secretaría de Derechos Humanos, donde le dieron cartas, firmó banderas, fotos y posters, se sacó muchas selfies y saludó a los trabajadores del lugar. Muchos lloraban emocionados. En la sede de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, bautizada 30.000 Compañeros Presentes, la esperaba un grupo de cooperativistas del programa Ingreso Social con Trabajo, ya que fueron ellos los que llevaron a cabo las refacciones de las construcciones del Espacio para la Memoria. Como destacó luego CFK, el 70 por ciento de ellos son mujeres y todos fueron capacitados a través del ministerio de Desarrollo Social. Los otros lugares que quedaron inaugurados ayer son la sede del Consejo Federal de Derechos Humanos, el Instituto de Políticas Públicas de Derechos Humanos del Mercosur y el Polo Productivo, donde se capacitan los cooperativistas.

La Presidenta se subió al escenario levantado en la Plaza de Armas de la ex ESMA sosteniendo en alto un casco blanco que le habían regalado los trabajadores. Antes de que CFK empezara a hablar, la locutora anunció la promulgación de la ley que creó la comisión bilateral que elaborará un informe sobre la política económica y financiera de la última dictadura e identificará a los actores sociales que colaboraron o se beneficiaron con el terrorismo de Estado. También dijo que se aprobó la presentación ante la Unesco la propuesta para que el Sitio de Memoria que funciona en el Casino de Oficiales sea considerado Patrimonio de la Humanidad. Fresneda y Alejadra Naftal, directora del Sitio, entregaron a la Presidenta un boceto usado durante la elaboración del proyecto museográfico. Luego, representantes de organismos de derechos humanos le dieron a CFK un premio a los “hacedores de la memoria”.

“No soy una hacedora de memoria, simplemente no me hago la estúpida ni miro para otro lado –dijo luego CFK–. La memoria está en cada una de las Madres, las Abuelas, los HIJOS, los 119 nietos recuperados, que son la demostración de que la memoria no es solamente hacer justicia y verdad con el pasado, sino que es esencialmente mirar hacia el futuro para recuperar todo lo que nos arrebataron.”

CFK empezó su discurso emocionada, después de ver un video con imágenes de Néstor Kirchner del 24 de marzo de 2004. “El –un integrante de la generación diezmada–, que 30 años exactos antes de haber hablado ante la Asamblea Legislativa había estado en la Plaza junto a otros miles de compañeros que hoy no están, él vino a recuperar esta casa. Cuando ingresamos a ella por primera vez fue muy fuerte, mucho dolor, mucha tragedia, era una vibra fuerte que por momentos sentías que no lo ibas a poder soportar. Sin embargo, no nos quedamos detenidos en el tiempo, al contrario avanzamos hacia el futuro porque decidimos transformar tanto dolor, tanta tragedia y tanta ausencia en amor, en alegría, en música, en presencia.”

Al mencionar a los cooperativistas, dijo que hay quienes creen que a los argentinos no les gusta trabajar, pero lo que pasa es que “hay argentinos que nunca fueron capacitados, que ni siquiera pudieron estudiar”. “Los llaman planeros o choripaneros, porque dicen que son subsidiados, muy pronto muchos argentinos se van a enterar que ellos, que criticaban a los otros porque decían que tenían subsidios, también tenían subsidios que les pagaba el Estado. Y son subsidios bastante más injustos”. La Presidenta señaló que “ha habido un formidable plan comunicacional regional para convencer a los sectores que han ascendido socialmente de que el resto –si no lo ha hecho– es porque no quiere trabajar o no sirve, y que los que han ascendido lo han hecho sólo por mérito propio, no producto también de políticas públicas que los han acompañado en el esfuerzo y el trabajo”.

“Si de algo me enorgullezco –continuó– es de que este proyecto político vino a dar y reparar derechos a todos los argentinos, porque en los procesos de inclusión social no hay posibilidad de hacer distinciones porque son políticas universales.”

La Presidenta se sentó junto a Alicia Kirchner, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto; Marta Vásquez, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora; Lita Boitano, de Familiares; De Pedro y Carlos Pisoni, integrante de HIJOS, y subsecretario de Promoción de Derechos Humanos. Pero en el escenario estaba también buena parte del gabinete, diputados y referentes de organismos de derechos humanos como Horacio Verbitsky, presidente del CELS.

La Presidenta resaltó que cuando asumió Néstor Kirchner los derechos humanos no estaban en agenda. “En ningún focus group surgía que eran una preocupación de los argentinos. Somos una generación que no necesita focus group. Tenemos una lectura de la realidad y tenemos convicciones para transformar esa realidad, que fue lo que nos permitió darle a la Argentina el lapso de gobierno de mayor estabilidad y gobernabilidad política, institucional, económica y social de la que se tenga memoria. Porque la gobernabilidad es la de la integración y de la inclusión social”.

CFK destacó el ejemplo de los familiares de desaparecidos que nunca utilizaron la violencia ni pidieron venganza y contó que se sorprendió al ver que entre los HIJOS se recurre al humor negro, al que vinculó a alguna forma de defensa. “Cuando en el 2001 vino el corralito todos se lanzaban histéricamente contra los bancos con martillos y querían romper los bancos, está bien, tenían razón, se habían quedado con la plata y era una reacción por ahí correcta. Pero a estas mujeres se les quedaron con los hijos y los nietos y, sin embargo, nunca hicieron nada. Y todavía hay hijos que buscan a sus hermanos, todavía hay abuelas que buscan a sus nietos. Sabemos que los desaparecidos no los podemos devolver, pero por lo menos hemos hecho un acto de memoria, de verdad y de justicia”, señaló.Antes de irse, CFK recordó que en ese predio funcionan también el Canal Encuentro y Pakapaka y reivindicó el dibujo animado de Zamba. Se retiró entre aplausos, rodeada de personas que la seguían para saludarla. En el escenario, el diputado Horacio Pietragalla y Taty Almeida, de Madres, gritaron en el micrófono: “30 mil detenidos desaparecidos presentes”. Y todos contestaron “ahora y siempre”.

Turquía: 300 años de traición y lucha contra Rusia

El derribo del cazabombardero ruso Su-24M el pasado 24 de noviembre dentro del territorio de Siria por el avión turco F-16 que le disparó un misil después de incursionar deliberadamente en Siria, fue llamado por el presidente ruso, Vladímir Putin, como “una puñalada por la espalda”.
Los tratados y juramentos se guardan en el filo de la daga
— Proverbio turco
Así fueron convertidos de golpe en cenizas, los cuatro años de esfuerzos del Gobierno ruso para lograr amistad y armonía en las relaciones con el Gobierno turco.

Parece que los estrategas rusos no revisaron bien los 300 años de la lucha de los turcos contra Moscú y la traición de los tratados que se firmaban periódicamente. Tampoco los servicios de inteligencia rusos prestaron debida atención al dicho popular en las calles de Estambul (el motor de la economía) y Ancara (capital de Turquía) que afirma que “cuando el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan te dice que eres hermano, significa que quiere subirse encima tuyo”.

Hace cinco años cuando el primer ministro Vladímir Putin y su colega Recep Erdogan, también primer ministro de su país, firmaron tratados energéticos evaluados en 100.000 millones de dólares, incluyendo la construcción del gasoducto Turk Stream, mejoramiento del sistema de transporte de petróleo y la construcción de la central nuclear Akkuyo en la ciudad turca Mersin, Recep Erdogan abrazó a Putin y le dijo que era “su mejor amigo para siempre”. Pero la “amistad eterna” en la percepción turca está limitada por el espacio y tiempo de la conveniencia. Lo puede confirmar también el presidente de Siria Bashar Asad pues hace apenas seis años atrás Recep Erdogan lo llamaba “mi hermano” y sus familias descansaban juntas en el lujoso centro turístico turco Bodrum. Ahora Asad es considerado un enemigo de Turquía y en especial de Erdogan.

Los tiempos cambian pero las ambiciones imperiales de Turquía siempre son las mismas a pesar del desmantelamiento del Imperio Otomano después de la Primera guerra Mundial. En un reciente artículo publicado por la agencia de información “Regnum”, el analista Ruben Zargarian habla de cinco siglos de lucha de Turquía contra Rusia. Primero, el Imperio Otomano que empezó a expandirse en los años 1400 utilizó a su vasallo el Janato Tártaro de Crimea que ya en 1507 atacó a las ciudades rusas Beliuov y Kozelsk. Hasta 1680 Moscú tuvo que pagar tributo al Janato de Crimea que entre 1500 y 1700 entregó al Imperio Otomano más de dos millones de esclavos rusos y polaco-lituanos.

Posteriormente, el Imperio Turco hizo sus propias guerras a Rusia en 1676-1681; 1695-1700; 1710-1713; 1735-1739; 1768-1774; 1787-1791; 1806-1812; 1828-1829; 1853-1856; 1877-1878 y 1914-1918. Después de la disolución del imperio al comienzo de los años 1920, el que sería el primer presidente de la República de Turquía en 1923 y el héroe nacional Mustafa Kemal Atatürk logró convencer a Lenin y a Trotsky de que Turquía estaba lista para la revolución mundial y así recibió de Rusia 200 kilos de oro y armamento pero esto fue utilizado para su expansión en el Cáucaso y la “revolución mundial” traicionada. Atatürk prefirió alejarse de los bolcheviques, cobrar otro tanto y pasarse al lado de los británicos que tenían sus propios intereses en Azerbaiyán y Armenia y querían utilizar Turquía para prevenir la expansión del comunismo en estos países.

En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Turquía mostró nuevamente su “pragmatismo interesado”. El 19 de octubre de 1939 firmó un pacto de asistencia con Francia y el Reino Unido a cambio de dos destructores británicos y varios aviones militares franceses. Al percatarse del avance militar arrollador de Alemania en Europa el gobierno turco decidió pasarse al lado de los alemanes. El 18 de junio 1941, cuatro días antes del inicio del inicio de la “Operación nazi Barbarroja” contra la URSS, Turquía firmó un tratado de amistad con Alemania, obteniendo en recompensa cuatro submarinos alemanes cerca de 4.000 fusiles y una docena de aviones militares.

También Turquía planificó al final de junio 1941, según la revista nacional “Bozgurt”, declarar la guerra a la Unión Soviética después de que cayera Stalingrado y ocupar el Cáucaso, Crimea, Armenia y Asia Central con la venia y bajo la supervisión de los alemanes. Sin embargo, los planes bélicos turcos tuvieron que ser anulados porque los alemanes sufrieron una severa derrota en la batalla de Stalingrado que duró desde el 23 de agosto de 1942 al 2 de febrero de 1943. En este período los turcos no permitieron a los barcos de los países aliados de Rusia- EEUU y Canadá, que traían ayuda, cruzar los estrechos de Bósforo y el de los Dardanelos.

Al darse cuenta de la eminente derrota de los alemanes, Turquía endureció sus relaciones con los nazis y finalmente el 1 de marzo de 1945 le declaró la guerra a Alemania y Japón cuidándose de no participar en ninguna batalla. En 1950 el ministro de Relaciones Exteriores de la URSS Andrey Gromico preguntó al embajador turco en Moscú, Kemal Nejat Kavur: “Su país tiene el más grande ejército en Europa. Si es contra su enemigo tradicional como Grecia, es demasiado grande, si es de otro lado contra nosotros, es demasiado pequeño. ¿Entonces, cuál es la razón?” Por supuesto el embajador no tenía la respuesta preparada pues no podía revelar los anhelos nacionales de reconquistar en algún momento el Cáucaso y Crimea.

En 1952 Turquía fue admitida en la OTAN y al final de los 1950 permitió a los EEUU a desplegar 50 misiles Júpiter con un rango de 5.300 kilómetros cerca de la frontera con la URSS. Recién en 1962 estos misiles alineados contra la Unión Soviética fueron retirados a cambio del retiro de los 36 misiles soviéticos R12 de Cuba, esto después de un arreglo secreto entre Nikita Kruschef y John Kennedy que puso fin a lo que se llamó “La Crisis de los Misiles”, iniciando así un corto período llamado la “Coexistencia Pacífica”.

Después del desmantelamiento de la URSS en 1991, Turquía inició una paciente labor en Crimea con la población tártara que retornó a la península. Ellos fueron amnistiados en 1980 después de su deportación al Asia Central ordenada por Stalin en 1944 por su colaboración con los nazis. El gobierno de Ucrania en cuya jurisdicción estaba Crimea por un decreto de Jruschov cerró los ojos y permitió un fuerte adoctrinamiento de tártaros en la orientación de rusofobia por Turquía. Al reincorporarse Crimea a Turquía, los líderes tártaros opositores a este proceso como Mustafa Dzemilev y Rufat Chubarov entre muchos otros se refugiaron en Turquía y se convirtieron en agentes de influencia de aquel país que anteriormente dio refugio a los yihadistas chechenos.

Es decir, en todos estos últimos años el lento acercamiento que trató de forjar el gobierno ruso y que aparentemente fue compartido por Turquía no ha sido sincero por parte de los turcos. Fue motivado por el deseo de lograr mayores concesiones de la Unión Europea (UE) y EEUU. El año pasado, la respuesta del primer ministro de Turquía Erdogan a la Comisión Europea alarmada por el acercamiento de Turquía a Rusia a pesar de las sanciones contra Moscú: “Turquía no necesita permiso de nadie: vamos a hacer lo que es necesario para el país”, fue también una acción fríamente calculada para levantar el prestigio del país y lograr las mayores ventajas de sus aliados de la OTAN.

A lo que no prestaron la atención los líderes de Rusia, fue al hecho que, mientras Recep Erdogan anunciaba a cuatro vientos su amistad con Rusia, siendo primer ministro, sus fuerzas militares seguían fieles al documento titulado “2010-2015 La Estrategia de Seguridad Nacional” que considera a Israel y Rusia como países que representan peligro a Turquía. La fidelidad al tradicional “pragmatismo calculado y temporal” del gobierno de Turquía continúa, por eso no es de extrañar la actual alianza del Servicio de la Inteligencia Nacional (MIT) turco con la Mossad de Israel en la selección, adiestramiento, equipamiento y el traslado a Siria a los yihadistas sunitas del Estado Islámico (EI) para derrumbar el régimen de Bashar Asad.

También es lógico, desde el punto de vista del presidente Erdogan, el alejamiento de su “amigo” Putin cuando coincidieron en los Juegos Europeos el pasado 13 de junio en Bakú, Azerbaiyán donde se encontraron cara a cara pero sin mirarse a los ojos. Rusia había tomado la decisión de no permitir el derrocamiento del presidente sirio Asad, lo que iba en contra de los planes de Turquía y la OTAN.

Rusia no puede permitir que el Estado Islámico forme un califato, cuya idea pertenece a los estrategas “iluminados” norteamericanos y franceses quienes decidieron utilizar las ambiciones turcas del resurgimiento del neo otomanismo y convertir este país en el instrumento vital para la balcanización de Siria. Erdogan tiene la oferta de una parte fronteriza de Siria cercana a Turquía poblada por unos 200.000 turcomanos o turkmenos (un pueblo túrquico que se encuentra principalmente en Afganistán y Turkmenistán). El califato islámico está proyectado después de terminar su formación en Siria e Irak, expandirse al Asia Central, Cáucaso, Tatarstán, Urales y la parte de China donde viven los uigures que son musulmanes, estos junto con los yihadistas chechenos y daguestaníes forman batallones del Estado Islámico.

El rol de Turquía en la expansión del Estado Islámico fue diseñado en secreto en 2011. Según el analista geopolítico francés Thierry Meyssan, el ex ministro de relaciones exteriores de Francia Alain Juppe colaboró en el plan con el actual primer ministro de Turquía Ahmet Dovutoglu que fácilmente dejó su anterior consigna “Cero Problemas con los Vecinos”. Por supuesto, la estrategia regional de Turquía fue abalada por Washington. El mismo vicepresidente de EE.UU. Joe Biden confirmó en octubre 2014 en su discurso en Harvard, que fue rápidamente silenciado, que “Turquía apoya al Estado Islámico con cientos de miles de dólares y miles de toneladas de armas”.

Biden evitó decir que Turquía fue permitida por Washington y Bruselas para hacer su negocio sucio de oro negro sirio con el Estado Islámico. Lo curioso también es que, de acuerdo al editor de la publicación norteamericana Veterans Today, Mike Harris, las corporaciones British Petroleum y ExxonMovil son también compradores del petróleo ilegal del Estado Islámico. Pero el primer beneficiario es Turquía que obtuvo en los últimos ocho meses unos 800 millones de dólares por este negocio sucio. Ahora, resulta que la familia del presidente Erdogan está envuelta en este negocio a través de su tercer hijo Bilal Erdogan quien recientemente compró dos buques tanques y posee, según el vicepresidente del Partido Republicano del Pueblo Turco (CHR) Gürsel Tekin, la compañía marítima BMZ Ltd. que hace el negocio de petróleo con el Estado Islámico.

Precisamente este negocio fue interrumpido por la aviación militar rusa lo que produjo una irritación entre los negociantes internacionales del oro negro. Pero sería equívoco atribuir aquel trágico incidente con el SU-24 y la muerte de su piloto y un soldado rescatista ruso exclusivamente a los intereses de los negociantes de petróleo. Lo que no pueden digerir los estrategas “iluminados” de Washington y Bruselas es que sus planes del “caos programado” en Asia y Medio Oriente fueron bruscamente interrumpidos por la entrada decidida de Rusia en Siria para no permitir la balcanización de este país y de paso formar una alianza con Irán y posiblemente con Irak.

Turquía en este juego occidental es simplemente un instrumento hábilmente utilizado por EEUU y la UE a través de su incondicional y extremadamente ambicioso oportunista Recep Erdogan quien se ofuscó por sus ideas de un futuro resurgimiento de un nuevo Imperio Otomano, sin darse cuenta que su país se acerca cada día más a una guerra civil debido a la creciente represión contra el pueblo kurdo.

Recientemente, uno de los más famosos defensores de los derechos humanos pro kurdos Tahir Elei fue asesinado durante una conferencia de prensa. Es sabido que el Servicio de Inteligencia Nacional (MIT) mantiene la población turca sumida en miedo.

Hace poco el escritor turco Premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk (2006) escribió que “lo peor es el miedo, todo el mundo tiene miedo en Turquía”. Y cómo no tenerlo si recientemente fueron encarcelados sin juicio por “traición y espionaje” dos periodistas turcos del diario Comhuriyet por haber revelado las fotos de un convoy del MIT transportando armas al Estado Islámico en Siria. También fueron encarcelados dos generales y un coronel de gendarmería por detener otro convoy del MIT con armas destinadas al EI. El año pasado murió en un accidente sospechoso, en la ciudad turca Suruc, la periodista norteamericana Serena Shim quien fue la primera en escribir y mostrar fotos de los yihadistas transportando de Turquía a Siria en los camiones de la ONG World Food Organization. El 18 de octubre pasado fue encontrada “suicidada” en el baño del aeropuerto de Estambul la famosa y curtida periodista británica Jacky Sutton que era directora del Institute for Peace and War Reporting. Dijeron que se mató por haber perdido su avión.

Mientras todo esto sucede en Turquía, el presidente Erdogan sigue jugando con el fuego internacional cumpliendo las pautas del departamento de Estado norteamericano y de los líderes de la OTAN que lo defienden y apoyan por el momento incondicionalmente. Recientemente el embajador norteamericano ante la OTAN, Douglas Lute declaró que el “comportamiento de Rusia en Siria es peligroso, innecesario e irresponsable”. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, justificó el derribo del avión ruso en Siria que según él estaba en “el espacio soberano turco” como si el territorio de Siria perteneciera a Turquía.

Erdogan toma estos gestos como un incentivo para no pedir disculpas, amenazar a Rusia, poner trabas en el paso de sus barcos por el estrecho Bosforo o mandar dos submarinos para vigilar al crucero ruso Moskva. Todos son gestos de bravura inducidos por la desesperación y alimentados por sus ambiciones y la fe ciega en sus “amigos” norteamericanos y europeos.

En este enredo geopolítico se olvidó Recep Tayyip Erdogan de las sabias palabras de su héroe Mustafá Kemal Atatürk: “Paz en la patria, paz en el mundo”.

Actualmente no hay paz en Turquía y el apoyo que está gozando Erdogan de Washington y Bruselas es efímero que puede desaparecer en cualquier momento pues ni EEUU, ni la Unión Europea tienen recursos o condiciones para iniciar una guerra contra Rusia. Tanto Putin como Obama lo saben y Erdogan ya presiente que en cualquier momento puede convertirse en un chivo expiatorio. 

¿ISIS contra el mundo?

¿Ataque contra ISIS?

Quienes están convencidos de que un bombardeo contra Siria –como el que lanzó Francia inmediatamente tras los ataques en París sobre la ciudad de Raqqa- lavan su conciencia repitiéndose una y otra vez que se trata de “ataques quirúrgicos” con “bombas inteligentes” que están golpeando al Estado Islámico.

Esta excusa es conocida, y una y otra vez ha demostrado ser una mentira infame que engaña sólo a quienes gustan de explicaciones fáciles. Ejemplos ilustrativos no faltan.

Primero.- En agosto de 1998 los servicios de inteligencia de los Estados Unidos durante el gobierno de Clinton indicaron que era importante atacar la fábrica de medicamentos de Al Shifa en Sudán puesto que ahí –dijeron- se producían armas químicas para Osama bin Laden. La fábrica fue efectivamente destruida (La Jornada. Ago. 21, 1998) y los peritajes posteriores no encontraron la más mínima evidencia sobre el señalamiento que provocó la destrucción de la que en aquél entonces era la principal planta proveedora de fármacos para Sudán.

Segundo.- En 1999 durante el ataque de la OTAN contra Serbia como respuesta a la crisis de Kosovo, la alianza atlántica bombardeó la embajada china en Belgrado (El País. May. 9, 1999) matando a cuatro personas. “Fue un error de las bombas inteligentes” se dijo en aquél momento para justificar la destrucción que más de uno vio con suspicacia.

Tercero.- En abril de 2003 un tanque de los Estados Unidos disparó contra el Hotel Palestina en Bagdad. (El Mundo. Abr. 8, 2003). En ese hotel se hospedaba la mayoría de los corresponsales internacionales que cubrían la guerra desatada por George W. Bush el 20 de marzo de aquél año –y que continúa hasta nuestros días-. Un camarógrafo español –José Couso- perdió la vida al igual que un periodista polaco. ¿La razón del ataque? “Neutralizar –dijeron- a un francotirador que arrojaba granadas desde el edificio”. Nadie -salvo el criminal que disparó desde el tanque y el que le ordeno que lo hiciera- vio al “francotirador” referido ni las “explosiones” de granadas que sirvieron como excusa.

Pero no son los únicos, hay más, muchos más. Recientemente, en agosto del 2014, leímos el siguiente titular: “Indignación por tercer ataque [énfasis nuestro] de Israel a una escuela de la ONU en Gaza” (BBC Mundo. Ago. 4, 2014). Los balbuceos para justificar semejante atrocidad no faltaron de parte de los responsables. Pero aquél bombardeo contra una escuela –el tercero hay que insistir- formó parte de una larga cadena que se antoja infinita. Hace apenas algunas semanas se reportó un nuevo episodio cuando los Estados Unidos atacaron un hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz, Afganistán. “Errores humanos, causa de bombardeo en hospital de Kunduz” (El Universal. Nov. 25, 2015) repitió la prensa la explicación de los culpables.

Es así como dicen atacar instalaciones de armas químicas y al hacerlo condenan a la muerte a los miles que dependían de los medicamentos que ahí se producían; dicen atacar “objetivos militares” y como resultado matan diplomáticos en las embajadas, periodistas en los hoteles, niños en las escuelas y médicos en los hospitales.

¿Se trata de “fallas en la tecnología”, de “errores humanos” y de malos “servicios de inteligencia”? ¿o se trata de mensajes velados, castigos, venganzas, perfidia y crueldad? Tal vez todas las explicaciones –y sus combinaciones- sean acreditables: después de todo, ignorancia, maldad y arrogancia hacen a las guerras lo que son: juegos macabros en los que, según ha demostrado año con año la institución más reconocida del mundo en la materia –el Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI)-, el 90% de las víctimas son civiles (SIPRI Yearbook 2013).

¿Deleznable? sí pero no puede ser de otro modo en situaciones de conflicto armado en los que la meta es, esencialmente, matar, destruir.

Es la guerra.

Así es y así ha sido siempre, y así está siendo también en Siria. No nos engañemos con que el ataque de Francia –y ahora con el aval del Consejo de Seguridad- tendrá como objetivos únicos a los integrantes el Estado Islámico: no será así, no es así, nunca ha sido así. Y no hay ninguna razón para suponer que esta será la excepción.

¿ISIS contra el mundo?

El 20 de noviembre el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad la Resolución 2249 (S/RES/2249). Los términos de su contenido no dejan lugar a dudas en cuanto a los alcances, licencias y puntos de preocupación. Publicó el Centro de Información de las Naciones Unidas:

“El Consejo de Seguridad determinó hoy que el Estado Islámico en Irak y Levante/Sham (ISIL/ISIS) constituía una amenaza “sin precedente” a la paz y la seguridad internacionales, e hizo un llamado a los Estados Miembro a que emprendan aquello que esté en su capacidad “por todos los medios necesarios” para prevenir y eliminar sus actos terroristas en los territorios bajo su control en Siria e Irak.”

Tomando en consideración que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) está integrada por 193 estados, el llamado Estado Islámico (ISIS) consiguió algo que en principio parecía imposible de cara a la crisis que martiriza Siria desde hace cinco años: poner al mundo en su contra.

¿Es esta la “Tercera Guerra Mundial” como se repite de forma incesante y alarmista en los medios de comunicación? Hay que tener cuidado, pues el discurso sobre la “Tercera Guerra Mundial” no es nuevo y, siguiendo inercias y patrones de conflicto característicos de la guerra fría, se encuentra instalado en la mente popular como sinónimo de “Guerra Nuclear”, particularmente, entre el país heredero de la Unión Soviética –Rusia- y Estados Unidos. En estos términos, la Resolución 2249 del Consejo de Seguridad hace exactamente lo contrario a lo que sugieren la inercia ignorante y la paranoia mediática: coloca del mismo lado a los Estados Unidos y Rusia, junto con China, Francia, Inglaterra y el resto de los integrantes de la ONU -188 países- contra un mismo objetivo, ISIS.

O al menos esa es la lectura inicial.

Pero las cosas no son tan simples.

ISIS: Genealogía del extremismo

El consenso que anunciaba la Resolución 2249 era más bien cosmético. Si el 20 de noviembre el mundo entero era aliado contra el Estado Islámico, cuatro días después la realidad se impuso tras el derribo de un avión de combate ruso por fuerzas turcas. El episodio no fue sino una ilustración de lo volátil de la política internacional en una zona tan explosiva como el Medio Oriente y funciona como hilo de Ariadna para comprender los claroscuros –que anuncian todo menos acuerdo- de la crisis cuyo ángulo más álgido se encuentra en Siria.

Hace algo más de dos años Estados Unidos estaba obsesionado –y lo seguía hasta hace muy poco- con derrocar a Bashar al Assad. Un ataque con armas químicas –atribuido a régimen de Assad- definió el límite de lo tolerable por la pasividad y la indolencia internacional (el ataque de hecho dio origen a la expresión “cruzar la línea roja” que en esencia significaba que no importaba la carnicería que ya estaba ocurriendo siempre que no se utilizaran armas químicas).

Cierto, Assad era enemigo no sólo de Estados Unidos y de los rebeldes que apoyaban para derrocarlo, pero también lo era del Frente Al Nusra, grupo extremista en Siria que Al Qaeda reconoció en 2013 como uno de sus brazos. Así la causa contra Assad y su satrapía ponía del mismo lado –aunque por diferentes motivos- a los Estados Unidos, al Ejército Libre Sirio - entre otros tantos grupos- y brazo local de Al Qaeda -al menos hasta 2014- el Frente Al-Nusra.

Un observador en el del conflicto describió la escena en los siguientes términos:

“Por si fuera poco, no queda claro cómo Washington va a apoyar a los rebeldes. Éstos se encuentran divididos en facciones, algunas enfrentadas entre sí. De hecho, una intervención militar de Occidente puede crear una situación paradójica: que dos enemigos –Estados Unidos y Al Qaeda, que tiene en el terreno organizaciones supeditadas a ella- se encuentren en el mismo bando luchando hombro a hombro contra un rival común: el régimen de Assad.” (Grecko, Témoris. Proceso. No. 1922. Sept. 3, 2013)

La imagen dibujada por el reportero era correcta, y rescataba matices que hoy se han perdido en la vorágine de los medios. ¿Por ejemplo? El hecho de que los grupos en disputa no son monolíticos, impermeables y homogéneos; el hecho de que existían entonces –como existen actualmente- muchos sectores sin filiación clara o fija que un día luchan en una dirección y al día siguiente cambian.

Dos años después de que el periodista diera cuenta de ese riesgo, los servicios de inteligencia de los Estados Unidos detectaron –y reportaron al congreso por medios oficiales (es decir, sabían lo que ocurría) exactamente la predicción del corresponsal: que los rebeldes que Washington estaba financiando, entrenando y armando en Siria para derrocar a Assad terminaban en las filas del Frente Al-Nusra, es decir. En otras palabras: que en su esfuerzo por derrocar a Assad, Estados Unidos entrenaba, equipaba y capacitaba extremistas islámicos en Siria. (Ver Armed Conflict in Syria: Overview and U.S. Response . Congressional Research Service. Oct. 9, 2015.)

Pero por supuesto esto no sería algo nuevo. (¿O que Hamás no fue en sus inicios un grupo creado artificialmente por Estados Unidos e Israel como un grupo extremista para enfrentar y radicalizar por vía de la violencia a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) dirigida por Yasser Arafat y así debilitar a los grupos moderados que buscaban un arreglo no violento para resolver el problema de la invasión israelí en los territorios ocupados?)

Hablar de la historia reciente de los esfuerzos estadounidenses en Siria –armando, financiando y equipando facciones- recuerda y repite la historia familiar de lo que hoy se conoce como el Estado Islámico: en 1979 –con motivo de la invasión soviética a Afganistán- Washington azuzó el movimiento mujahidín en el que Osama bin Laden fue entrenado, y que posteriormente, a finales de la década de los noventa, sería conocido como el movimiento Talibán que se hizo del poder en Afganistán en 1996, y en donde Al Qaeda encontraría santuario y residencia hasta el 2001.

¿Y ISIS? El actual Estado Islámico es esta línea histórica sería, en esencia, la edición degradada y brutalizada más reciente del mismo extremismo que desde hace cuarenta años alimentan por intereses particulares y mezquinos los Estados Unidos y sus aliados en la región.

ISIS contra Assad: Padrinos y el otro terrorismo

Robert Fisk de The Independent –a saber, el mejor corresponsal occidental en Medio Oriente– escribió que hasta antes del atentado en París, “…la única fuerza militar regular en combate constante con el ISIS era el ejército sirio…” (La Jornada. Nov. 17, 2015).

Los Assad llegaron al poder mediante el Partido Baath, que es, en esencia, la versión árabe de los partidos socialistas occidentales. Tomando en consideración el desdén que profesan los diferentes tipos de socialismo por la religión como sistema de pensamiento –sea el cristianismo en el mundo occidental o el islam en Medio Oriente- la confrontación en el plano ideológico del régimen de Assad con el fanatismo religioso –véase el caso de ISIS- era previsible.

Pero el problema es que el ejército sirio de Assad no se limitaba a perseguir a ISIS. Siria es literalmente –y con mayor razón desde hace cinco años- un infierno sobre la tierra. Los Assad –en el poder desde hace 44 años- se han mantenido ahí a sangre y fuego. Primero el padre –presidente por casi treinta años- y luego el hijo -en el poder desde hace quince- han operado todo tipo de atrocidades al amparo de la protección rusa.

Pero vale la pena recordarlo: el terrorismo de estado, venga de donde venga, también es terrorismo.

En este sentido y desde este ángulo, la historia de Siria no es muy diferente a la de otras satrapías y gobiernos cliente en otros puntos del globo en su relación con las grandes potencias y sus padrinazgos. Una configuración similar ya se había experimentado en Irak entre Saddam Hussein –también en el poder como líder máximo del Partido Baath- con Osama bin Laden: ambos eran enemigos a muerte tal y como lo son Assad y ISIS, y probablemente, por las misas razones. Pero hay una diferencia: Hussein operaba con el apoyo de los Estados Unidos –particularmente desde la caída del Sha en 1979- al ser útil como muro de contención contra el régimen de los ayatolás en Irán. ¿Que no tiene sentido tomando en consideración que Hussein era líder del Baath en Irak?

Lo tiene, después de todo, sea en Siria o en Arabia Saudita, el poder, la ambición, la perfidia y la traición siguen sus propias lógicas.

ISIS-Arabia Saudita-Estados Unidos: El eje del mal

Assad era el enemigo que “unía” en la misma causa –aunque cada uno por motivos diferentes- a Estados Unidos y al Estado Islámico, y era también el actor que confrontaba a los dos –nuevamente por motivos diferentes- con su principal respaldo política, militar y diplomático, Rusia. Veamos.

¿Qué interés tenía Rusia en apoyar a Assad y en destruir –con Assad como aliado- a ISIS? Respecto a lo primero el objetivo general era contener la avanzada de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) a su área de influencia en el Medio Oriente; respecto a lo segunda pregunta la respuesta es más concreta: Rusia sabe lo que es combatir guerrillas musulmanas (y ahí están las dos guerras chechenas –la primera perdida por Yeltsin, y la segunda ganada por Putin) en el área del Cáucaso ruso; sabe –sin perdonar las atrocidades propias- de lo que son capaces personajes como Shamil Basayev (ahora difunto responsable de la masacre en la escuela de Beslán en 2004 cuyo saldo fue de cerca de 400 niños asesinados, el más pequeño de 20 meses de edad); y saben de la internacionalización que estos movimientos y sus simpatizantes pueden lograr: combatientes islámicos radicales –como el propio Basayev- fueron vistos por igual en la guerra civil de la ex Yugoslavia que en la región de Daguestán al sur de Rusia en diferentes momentos. Sabiendo los costos, Rusia prefiere combatir al extremismo en Siria que hacerlo otra vez en su territorio.

¿Es entonces el Estado Islámico el enemigo a vencer? Sí, sin duda, pero no vienen solos.

Mucho se ha escrito de las fuentes de financiamiento de ISIS –que en principio no parecen muy diferentes a las que tiene cualquier grupo de la delincuencia organizada –pe. secuestros, extorsión, venta de mercancía robada, mercado negro, explotación sexual, etc.- excepto por un punto: el financiamiento saudita.

Arabia Saudita y su gobierno -la casa de Saud con sus más de 2,000 príncipes- profesa el sunnismo wahabita. De manera oficial, las autoridades sauditas reconocen y practican los usos y costumbres de esta visión del Islam, entre los que se encuentran las decapitaciones, la destrucción del patrimonio de la humanidad, las amputaciones de manos y pies, las flagelaciones públicas y las lapidaciones de mujeres. Pero no están solos en su idea de que esta visión torcida del Islam es válida en pleno siglo XXI como código de orden social, en eso los acompañan grupos como Al Qaeda, el Frente Al-Nusra, los talibán y por supuesto, ISIS.

El mismo día en que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 2249, El New York Times publicó un editorial titulado “Saudi Arabia, an ISIS that has made it” (Daud, Kamel, The New York Times. Nov. 20, 2015) en el que plateaba un punto muy básico: Arabia Saudita es la encarnación del Estado Islámico con el que tanto ha soñado ISIS.

El autor del editorial concluye correctamente que la ideología del régimen saudita e ISIS no es diferente, sin embargo, olvida convenientemente mencionar que la principal razón por la que se mantiene el régimen saudita con todas sus atrocidades y su financiamiento al Estado Islámico es el apoyo estadounidense. Y es que Arabia Saudita no sólo es el principal comprador de armamento de los Estados Unidos –como consigna el “Arms Sales Monitoring Project” de la Federation of American Scientist (www.fas.org)- sino también su principal aliado árabe, condición que le permiten a Riad licencias impensables en otras latitudes.

“ While the Saudi government may not be directly supporting terrorist groups, it has not been very cooperative in arresting wanted terrorist.” escribió en su “Country Profile: Saudi Arabia” el Proyecto de Monitoreo de Ventas de Armas de la Federation of American Scientists ( www.fas.org ). Los especialistas del FAS escribieron esto después del 11 de septiembre de 2001, dato que no puede ser menospreciado tomando en consideración la ahora bien conocida conexión saudita con los atentados en Washington y Nueva York en 2001 (entre otros, el hecho de que 15 de los 19 secuestradores de los aviones eran de origen saudí).

Pero, como ya decíamos, el poder y la ambición siguen su propia lógica: “ US State Department approves Saudi Arabia arms sale: The US State Department has approved the sale of 1.29 billion worth of bombs to Saudi Arabia, as its military carries out air strikes in neighbbouring Yemen ” ( BBC . Nov. 16, 2015).

Y es que la Casa de Saud se ha mantenido en el poder así: comprando cantidades demenciales de armamento a Estados Unidos para defenderse de su propio pueblo y controlar a sus vecinos, a cambio de manejar la economía del país como si fueran sus finanzas personales y cediendo en su totalidad el control petrolero a su principal proveedor, aliado y mecenas militar. Esta información conduce de forma natural a la idea peregrina de que una forma de bloquear la capacidad de acción del Estado Islámico sería evitando el financiamiento saudita, mismo que es posible gracias a la protección, tolerancia, anuencia, complicidad -o como quiera llamársele- que tiene en materia de terrorismo Washington con Riad:

He ahí la falsedad del discurso anti-terrorista.

He ahí el verdadero eje del mal.

Un camino sombrío

Mucho más podría decirse. En el nivel geopolítico faltaría integrar al esquema los intereses y acciones de países como China e Israel; en el nivel de tierra falta destacar el papel que está jugando la gran diversidad de grupos que no están claramente inscritos en cualquier de los cuatro grandes bloques distinguibles: el gobierno de Bashar al Assad, los rebeldes que desde hace cinco años están tratando de derrocarlo, ISIS –en combate con los dos anteriores- y la población siria que no hace más que vivir, huir o morir bajo la sombra de los combates. Queda también pendiente el abordaje de disputas ancestrales por razones de ideología y religión con impactos locales, regionales y globales.

Y por supuesto están también en el tintero las propuestas de solución a todo lo anterior. ¿Un misión de paz de Naciones Unidas entraría en el esquema? Sin duda, pero no como respuesta aislada. Después de todo la violencia tal y como se vive hoy en Siria y en el Medio Oriente en general, en Europa –Francia en particular- y en África –no hay que olvidar la “lealtad” que profesó Boko Haram (el grupo que secuestró a más de 200 niñas en Chibok, Nigeria el año pasado) a ISIS- no sólo es pasmosa sino creciente.

Los hechos en París y la subsecuente posición de Francia en 2015 han conseguido el respaldo alegre del frente Al-Nusra e ISIS del mismo modo en que la bravuconería militarista de George W. Bush encontró en Osama bin Laden y Al Qaeda a sus mejores aliados en 2001.

Lo que tenemos hoy como resultado del primer corte de caja es el sombrío éxito de los militaristas y asesinos –pertenezcan a fuerzas armadas regulares o irregulares- quienes bailan sobre la derrota de los moderados de todas las naciones y religiones.

¿ISIS contra el mundo? No, hoy parece que el mundo está de su lado.

¿A dónde vamos? Nadie lo sabe. El origen de las guerras es rastreable y entendible, no así sus finales que son siempre insondables e inciertos: en mayo del 2003 –es decir, apenas 6 semanas después de iniciada la guerra en marzo de 2003- George W. Bush declaró desde la cubierta del portaaviones USS Abraham Lincoln “el fin de los combates en Irak” (El País. May. 3, 2003), y luego Barack Obama hizo lo mismo siete años después: “Obama pone fin a la guerra de Irak” (El País. Ago. 2010). (¿Cuántas veces hay que decirlo para que se haga realidad?)

Y miren dónde estamos cinco años más tarde.

A Irak habría que sumar Afganistán, México –país según la diplomacia internacional está en paz, pero que en realidad está en guerra- y ahora Siria. Tal vez no está de más decirlo: nadie sabe cuándo ni cómo terminan guerras, nadie.

Regímenes como el Saudita y el Sirio tampoco envían buenos mensajes pues demuestran, en el primer caso, que es posible tener un gobierno monstruoso -retrógrado, corrupto y fanático- con el respaldo de Estados Unidos; y en el caso del segundo porque hace lo propio mostrando que se puede bañar en sangre a millones y por años en total impunidad si se cuenta con el amparo de Rusia.

La historia reciente permite suponer que esta nueva guerra contra el terrorismo no es sino la continuación de la anterior, guerra que nunca terminó.

La Resolución 2249 del Consejo de Seguridad consignó también los antecedentes que le dieron sustento: los ataques el 26 de junio en Sousse (Túnez), el del 10 de octubre en Ankara (Turquía), el del 31 de octubre en la península del Sinaí (Egipto, derribo de un avión ruso matando a 224 personas) y el del 12 de noviembre en Beirut (Líbano), pero a nadie importaron –ni entones, ni ahora- más allá de los afectados. Pero un día París fue atacado y el mundo se desquició.

Un hecho es claro: legal o ilegal y más allá de perpetradores y destinatarios, venga de grupos o estados, la violencia degrada y brutaliza.

En ese sendero estamos.

Los "rockefellers" de Al Raqqa: El petróleo del Estado Islámico ISIS acaba en Israel

El periódico Al Arab al Jadeed ha llevado a cabo una investigación sobre el petróleo producido en campos controlados por el grupo Estado Islámico (EI). La extracción, el transporte y la venta del oro negro proporciona al grupo armado un colchón financiero esencial. Pero, ¿quién lo compra?, ¿quién financia su brutalidad asesina con la que se ha apoderado de amplias extensiones de Iraq y Siria?, ¿cómo llega desde el subsuelo hasta el depósito de gasolina, y quién obtiene beneficios por el camino?

El EI utiliza millones de dólares procedentes de ingresos petroleros para ampliar y gestionar las vastas zonas que controla y donde habitan alrededor de cinco millones de civiles. El EI vende petróleo iraquí y sirio por un precio muy bajo a redes y mafias de contrabando kurdas y turcas que lo etiquetan y lo venden como si fueran barriles procedentes del Gobierno Regional de Kurdistán. Luego se transporta por lo general desde Turquía hasta Israel a través de intermediarios (conociendo de su procedencia o no). El Estado Islámico afirma que no vende petróleo a Israel intencionadamente y señala a los intermediarios por los que pasa el crudo en su ruta a los mercados internacionales.

Campos de petróleo

Alrededor de todos los campos petroleros controlados por el EI en el norte de Iraq y en el este de Siria hay carteles de la organización que alertan: “Está estrictamente prohibido sacar fotografías, los infractores ponen en riesgo su seguridad”. Estos campos de petróleo producen entre siete y nueve horas diarias desde el atardecer hasta el amanecer, bajo supervisión de trabajadores e ingenieros iraquíes que ya desempeñaban con anterioridad estas tareas y a los que el EI ha mantenido en sus puestos una vez que capturó el territorio.

El EI depende fuertemente de los ingresos petroleros. Sus otras fuentes de financiación como las donaciones y los rescates por secuestros están disminuyendo progresivamente. El trabajo en los campos petroleros bajo control del EI es tan determinante para la superveniencia financiera del grupo que tanto los trabajadores como sus familias reciben una atención privilegiada.

La capacidad de extracción del EI se ha desarrollado sobretodo desde que en 2015 se hiciera con los campos petroleros de Allas y Ajeel, cerca de la ciudad iraquí de Tikrit, y tuviera acceso a maquinaria hidráulica y bombas eléctricas. Asimismo, esta organización se apoderó de los equipos de una pequeña empresa petrolera asiática que estaba desarrollando un yacimiento de petróleo cerca de la ciudad iraquí de Mosul antes de que invadiera la zona en junio pasado.

La producción de petróleo bajo control del EI en Siria se concentra en los yacimientos de Conoco y al Taim, al oeste y noroeste de Deir Ezzor, mientras que en Iraq el grupo se sirve de los campos de al Najma y al Qayara, cerca de Mosul. Tanto en Iraq como en Siria el grupo se sirve de otros yacimientos más pequeños para satisfacer las necesidades energéticas locales.

Según cálculos basados en el número de tanques petroleros que salen de Iraq y en las fuentes consultadas por Al Araby en la ciudad turca de Sirnak, en la frontera con Iraq por la que transita el contrabando de petróleo, el EI produce unos 30 mil barriles diarios en los campos petroleros iraquíes y sirios bajo su control.

La travesía de la exportación

Al Araby ha obtenido la información que acredita cómo el EI hace contrabando de petróleo de un coronel de los servicios de inteligencia iraquíes cuyo anonimato se preserva por razones de seguridad. La información ha sido verificada asimismo por responsables de la seguridad kurda, por trabajadores del paso fronterizo de Ibrahim Jalil (entre Turquía y el Kurdistán iraquí) y por un responsable de una de las tres compañías petroleras que hacen contrabando con el petróleo del EI.

El coronel iraquí, que trabaja junto a investigadores estadounidenses para detener los flujos de financiación del terrorismo, describe a Al-Araby las etapas que atraviesa el petróleo de contrabando desde los puntos de su extracción en los campos petroleros iraquíes hasta sus destinos, entre los que destaca el puerto de Ashdod, en Israel.

“Una vez extraído y cargado el petróleo, los tanques salen de la provincia de Nínive hacia el norte, a la ciudad de Zajo, a 88 Km al norte de Mosul”. Zajo es una ciudad ubicada en el Kurdistán iraquí, justo en la frontera con Turquía. “Cuando los camiones llegan a Zajo con el petróleo –normalmente entre 70 y 100 a la vez– se encuentran con las mafias del contrabando de petróleo integradas por kurdos sirios e iraquíes y algunos turcos e iraníes. La persona a cargo de la expedición petrolera vende el crudo al mejor postor”. La competencia entre bandas organizadas ha llegado a tal punto que el asesinato de los líderes de las mafias se ha convertido en un lugar común. El mejor postor paga entre el 10% y el 25% del valor del petróleo en efectivo –en dólares estadounidenses– y el resto se paga después, según el coronel.

Los conductores entregan los vehículos a otros conductores que portan permisos y papeles para cruzar la frontera de Turquía con la carga, según el oficial de inteligencia iraquí. Los conductores que vienen de los campos se llevan los camiones vacíos de vuelta a las zonas controladas por el EI. Según el coronel, estas transacciones se llevan a cabo por lo general en diferentes enclaves a las afueras de Zajo tras haberse acordado el lugar por teléfono. Antes de cruzar la frontera, las mafias transfieren el crudo a refinerías caseras de propiedad privada donde se calienta el petróleo y se vuelve a cargar en camiones para transportarlo a través del paso fronterizo de Ibrahim Jalil, en Turquía. El refinado casero, según el coronel, se lleva a cabo porque las autoridades turcas no permiten que cruce petróleo sin refinar si no está autorizado por el gobierno iraquí. Con ese refinado inicial se obtienen los documentos que hacen pasar al petróleo crudo por productos derivados del petróleo, cuyo paso por la frontera sí está autorizado. Según el oficial de inteligencia, los funcionarios de fronteras reciben grandes sobornos de las bandas de contrabando iraquíes locales y de las refinerías privadas.

Una vez en Turquía, los camiones continúan hasta la ciudad de Silopi, donde se entrega el petróleo a una persona que se hace llamar Dr. Farid, Hajji Farid o tío Farid. El tío Farid es un individuo con doble nacionalidad israelí y griega, de unos cincuenta años, al que suelen acompañan dos guardaespaldas en un Jeep Cherokee negro. Debido al riesgo que implica fotografiar al tío Farid, Al Araby publica un dibujo de su rostro.

Una vez introducido en Turquía, el petróleo del EI es indistinguible del que vende el Gobierno Regional de Kurdistán porque ambos se venden como “ilegal”, “fuente desconocida” o “sin licencia". De manera que, de acuerdo con el coronel, las empresas que compran petróleo al Gobierno Regional del Kurdistán también compran petróleo de contrabando del EI.

La ruta a Israel

Después de pagar a conductores, intermediarios y sobornos, el beneficio del EI alcanza entre 15 y 18 dólares por barril. Actualmente el grupo obtiene un promedio de 19 millones de dólares al mes, de acuerdo con el oficial de inteligencia.

El tío Farid tiene una empresa de importación y exportación con licencia que utiliza para negociar acuerdos entre las mafias del contrabando que compran el petróleo al EI y las tres compañías petroleras que exportan petróleo a Israel. Al Araby ha obtenido los nombres de estas compañías y los detalles de sus operaciones ilegales. Una de estas empresas tiene entre sus socios a un responsable occidental de muy alto perfil. Las empresas compiten para comprar el petróleo de contrabando y transportarlo después a Israel a través de los puertos turcos de Mersin, Dortyol y Ceyhan, según informa el coronel. Al Araby ha descubierto que hay varios agentes más que trabajan en el mismo negocio que el tío Farid aunque él sigue siendo el más influyente y eficaz cuando se trata de comercializar el petróleo de contrabando.

Un artículo escrito por los ingenieros marinos George Kioukstsolou y Dr Alec D Coutroubis, de la Universidad de Greenwich, describe el recorrido del comercio de petróleo a través del puerto de Ceyhan y establece una correlación entre los éxitos militares de EI y los picos en las salidas de petróleo del puerto. En agosto, Financial Times informaba de que Israel obtenía hasta el 75% de sus suministros de petróleo desde el Kurdistán iraquí. Más de un tercio de esas exportaciones pasan por el puerto de Ceyhan. El profesor Kioukstsolou señala que esto sugiere que la corrupción prolifera entre los intermediarios y en los escalafones inferiores de la jerarquía del comercio más que en el abuso institucionalizado por parte de las empresas multinacionales o de los gobiernos.

Según un responsable oficial europeo ante una compañía petrolera internacional, en conversación directa con Al Araby en una capital del Golfo, Israel refina el petróleo solo “una o dos veces” porque no dispone de refinerías avanzadas, y exporta el petróleo a países mediterráneos –donde el crudo “obtiene la categoría de semi-legítimo”– a un precio de entre 30 y 35 dólares por barril.

“El petróleo se vende en un día o dos a una serie de empresas privadas, aunque la mayor parte va a una refinería italiana propiedad de uno de los mayores accionistas en un club de fútbol italiano [nombre eliminado] donde se refina el petróleo para consumo local”, añade el responsable de petróleo europeo.

“Israel se ha convertido de una manera u otra en el vendedor principal del petróleo que controla el EI. Sin los israelíes, la mayor parte del petróleo producido por esta organización se movería solo por Iraq, Siria y Turquía. Ni siquiera las tres empresas aludidas anteriormente recibirían petróleo si no tuvieran un comprador en Israel”, sostiene el responsables de industria.

Según él, la mayoría de los países evitan negociar con este tipo de petróleo de contrabando a pesar de que es más barato debido a las implicaciones legales que acarrea y a la guerra contra el grupo del Estado Islámico.

Entrega y pago

Al Araby ha descubierto que EI utiliza diferentes canales para recibir los pagos por el petróleo de contrabando, al igual que hacen otras redes criminales internacionales.

Primero, el EI recibe un pago en efectivo de entre el 10% y 25% del valor del crudo vendido a las bandas criminales que operan en torno a la frontera turca. Después, los pagos de las empresas que comercializan el petróleo se depositan en una cuenta de un banco privado turco a nombre de un individuo anónimo iraquí, a través de alguien como el tío Farid, y luego el dinero se transfiere a Mosul y Raqa ya lavado a través de una serie de empresas de cambio de divisas. Por último, los pagos del petróleo se utilizan para comprar coches que se exportan a Iraq donde operarios de EI los venden en Bagdad y en las ciudades del sur. Los fondos de las ventas se transfieren internamente al tesoro del EI.

El  ISIS responde

Horas antes de que concluyera esta investigación, Al Araby pudo hablar por Skype con alguien próximo al EI en la auto-declarada capital del “califato”, Raqqa, en Siria.

“La verdad es que la organización [EI] vende petróleo desde los territorios del califato aunque no pretende venderlo a Israel ni a cualquier otro país”, dijo. “Lo produce y lo vende a intermediarios; luego son las compañías las que deciden a dónde va ese petróleo”.

Diputados franceses y españoles piden romper alianza con Reinos Terroristas de Arabia Saudita y Qatar

En un debate en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, dos formaciones políticas de distinto signo, el Frente Nacional y los Verdes, se han puesto de acuerdo para denunciar la alianza entre Riad y París como incompatible con la lucha contra el terrorismo.

“Arabia Saudí, Qatar o incluso Turquía son aliados objetivos hoy del fundamentalismo y no sus enemigos”, dijo la eurodiputada francesa Marine Le Pen, que llamó a Francia a reconsiderar cuáles son sus amigos.

“Propongo que cambiemos de amigos. Todos los que luchen contra el fundamentalismo deben ser considerados aliados sin ninguna reserva. Esto incluye a Egipto, los EAU, Rusia e Irán”, afirmó.

El dirigente de los Verdes en el Parlamento Europeo, Philippe Lamberts, estimó que Arabia Saudí “propaga una ideología que es probablemente la más totalitaria y más fascista del mundo, que es la que el EI sigue. Es el modelo que el EI quiere imitar”. Él denunció que “nuestra adicción al petróleo nos hace dependientes de gente como ésa”.

Jean-Luc Melenchon, presidente del Partido de la Izquierda dijo que hace falta cortar la financiación de los grupos terroristas. “La causa del terrorismo está en el dinero”, explicó.

Un diputado francés, Gilbert Collard, condenó, por su parte, la acción de Turquía de derribar el Su-24 ruso y dijo que “al destruir un avión rusa que lucha contra el EI, Turquía ha destruido a hombres y un avión que luchaban contra el EI. Ella ha escogido un campo que es el de los terroristas”, dijo Collard.

El periódico Le Monde acusó también a Arabia Saudí de “financiar el fundamentalismo sunní a través del mundo”. Un cable diplomático norteamericano de 2010 afirmó que “los donantes privados de Arabia Saudí son la principal fuerza mundial de financiación de grupos terroristas”.

Qatar, por su parte, financia el terrorismo en Siria y a grupos como los Hermanos Musulmanes. El cable mencionado también criticaba a precisamente a Qatar “por su falta de acción contra la financiación del terrorismo”.

Cabe señalar que en el caso de Siria no son donantes privados, sino el propio gobierno saudí y el qatarí los que financian el terrorismo.

Pese a ello, ambos regímenes absolutistas mantienen una estrecha relación con el gobierno de François Hollande en Francia, que les ha vendido armas por miles de millones de dólares. Recientemente, París entregó a Qatar 24 aviones de combate Rafale, por un valor de 6.300 millones de euros.

Por su parte, el líder del partido Podemos de España dijo también en una entrevista con un canal de televisión español que consideraba erróneo el mantener una relación estratégica con Arabia Saudí, un país que es el principal financiador del terrorismo, y abogó por prohibir las ventas de armas a Riad.

Fotos satelitales revelan tres rutas del suministro de petróleo de Siria a Turquía..petróleo del ISIS



El Ministerio ruso de Defensa ha revelado la existencia de tres rutas de suministro del petróleo a Turquía desde los territorios controlados por el Estado Islámico.

"El Estado Mayor de Rusia tiene pruebas irrefutables, que están basadas en reconocimiento aereo y espacial, de que Turquía está involucrada en este negocio y hoy presentamos solo una parte de los datos que tenemos", ha informado en rueda de prensa el Ministerio de Defensa ruso.

"Se han revelado tres rutas principales de transporte de petróleo a Turquía desde los territorios bajo control del Estado Islámico en Siria e Irak", ha agregado.

Según ha precisado el Ministerio, una de estas rutas tiene como destino los puertos turcos en el Mediterráneo, otra, una planta petrolera en Turquía, mientras que la tercera ruta conduce a un núcleo de transporte en la localidad turca de Cizre.

La ruta del Oeste

"A través de la ruta occidental, los hidrocarburos que se extraen en los campos de petróleo cercanos a la ciudad de Raqa son transportados –en vehículos y principalmente por la noche– hasta el noroeste de Siria y, después, a través de la ciudades fronterizas de Azaz (Siria) y Reyhanli (Turquía), a los puertos turcos de Dortyol e Iskenderun", ha explicado el jefe del Departamento Operativo Principal del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguéi Rutskói, que ha mostrado una imagen de satélite tomada en el área de Azaz el 13 de noviembre.

"Una parte del petróleo es cargada en barcos y enviada para su procesamiento fuera de Turquía, mientras que otra parte se vende en el mercado interno. Cada día por estos puertos pasa un promedio de un buque petrolero", ha detallado Rutskói mostrando otra imagen satelital tomada el 25 de noviembre y en la que se aprecia la acumulación de camiones cisterna en los puertos de Dortyol e Iskenderun.

La ruta del Norte

La siguiente ruta, según Serguéi Rutskói, conduce a Turquía desde áreas de yacimientos de petróleo en la orilla derecha del Éufrates. Uno de los principales centros de producción y procesamiento de petróleo, que está bajo el control del Estado Islámico, se encuentra cerca del pueblo de Deir ez-Zor.

"Allí hay un gran número de refinerías, una de las cuales pueden ver en la pantalla", ha señalado Rutskói mostrando las imágenes correspondientes. "En el área marcada siempre se puede ver la acumulación de los petroleros que esperan para ser cargaros. Les presentamos imágenes de convoyes de camiones que se encuentran a poca distancia unos de otros".



La ruta del Este

Finalmente, la tercera ruta de transporte de petróleo a Turquía empieza en los campos petroleros ubicados en el noreste de Siria y en las partes del noroeste de Irak, y pasa a través de los municipios fronterizos en Siria e Irak.

"Las fotografías muestran la acumulación de camiones cisterna y vehículos pesados cerca de estos municipios", ha indicado Rutskói.

Así, según él, las imágenes de satélite tomadas el 14 de noviembre en las zonas de las ciudades iraquíes de Zajo y Tavan, permitieron detectar más de 1.100 camiones cisterna y camiones pesados.

martes, 1 de diciembre de 2015

Carta de Líder iraní: Los jóvenes como luz de esperanza



Una carta de suma importancia publicada en un momento oportuno y con una profunda percepción de la realidad actual.

En un período histórico donde el Islam sufre ataques de diversos frentes, destacando en ello una enorme campaña comunicacional, que intenta desvirtuar la esencia de esta milenaria e influyente cultura, el Líder iraní, el ayatolá Seyed Ali Jamenei dio a conocer una carta, la segunda en este año 2015 dirigida a la juventud del mundo occidental. 

El objetivo central de esta misiva, surgida en el marco de un Oriente Medio convulso tras las agresiones terroristas contra Siria e Irak, como también atentados terroristas que han causado víctimas en Beirut, Bangkok, Mogadiscio, Kuwait, Túnez, Ankara, Maiduguri, París, Susa, uniendo en el dolor a millones de ciudadanos de países tan diversos como El Líbano, Túnez, Tailandia, Nigeria, Mali, Francia, Dinamarca y en forma crónica en los territorios palestinos ocupados por la entidad sionista, que sufre el terrorismo hace ya 70 años.

El objetivo principal de esta segunda carta del ayatolá Jamenei va encaminado a mostrar la cara del Islam alejada de estereotipos, una cara que no esté teñida del enfoque demonizador que Occidente ha hecho de esta cultura en los últimos años y que ha generado una ola de islamofobia, radicando allí el origen de la violencia en una política agresiva y hegemónica de las grandes potencias occidentales y sus aliados incondicionales, que induce a asimilar Islam con el terrorismo. El Islam no tiene nada que ver con el terrorismo y menos aún con las interpretaciones de grupos que hacen de la atrocidad su forma de actuar – surgidos, avalados, financiados y apoyados por las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos, que a través de estos movimientos busca ampliar sus grados de influencias en todos los rincones del planeta.

UN TERRORISMO CON ORIGEN CONOCIDO

En la carta del Líder iraní a los jóvenes, éste afirma que “es cierto que hoy en día el terrorismo es un dolor común para nosotros y también para ustedes, pero es necesario saber que la inseguridad e inquietud que ustedes experimentaron por los últimos incidentes, tiene dos diferencias principales con los dolores que han sufrido los pueblos de Irak, Yemen, Siria y Afganistán durante muchos años. La primera diferencia es que el mundo islámico ha sido víctima de la violencia en una escala más amplia y por mucho tiempo. La segunda es que, desafortunadamente, dicha violencia ha sido apoyada por los poderes mundiales de diferentes maneras y muy efectivas. Hoy en día, casi todos conocen el papel que desempeñó Estados Unidos en la creación y el fortalecimiento de los grupos terroristas como Al-Qaeda, los talibanes y sus consecuencias nefastas. Junto con este apoyo directo, los conocidos patrocinadores del terrorismo takfirí, además de estar al frente de los sistemas políticos más atrasados, siempre han sido considerados los aliados de los occidentales…El doble rasero del Occidente ante los movimientos del Despertar en el mundo islámico es un ejemplo claro de la contradicción en las políticas occidentales”.

El Islam no tiene nada que ver con el terrorismo y menos aún tiene algo que ver con las interpretaciones que grupos salafistas y wahabíes sustentan, para justificar así un actuar amparado en una supuesta ideología islámica, que no pertenece al Islam y más bien responden a las políticas de un Occidente que aprovechando dichas doctrinas, que tienen su origen en la Casa de los Al Saud y las Monarquías Feudales del Golfo Pérsico, financian y apoyan generosamente su expansión, les permite implementar sus políticas hegemónicas y objetivos geoestratégicos, donde el terrorismo takfirí sirve de punto de lanza. No sólo para destruir a los países, fragmentarlos o ceñirlos a sus designios, sino también demonizar a la cultura de 1500 millones de creyentes en el Islam. Ante esa constatación, el Líder de la Revolución Islámica de Irán en su carta difundida el domingo 29 de noviembre expresó su esperanza, que los jóvenes occidentales, ya sea con la urgencia del presente o en un futuro inmediato, cambien esa forma de pensar que ha sido inducida por la hipocresía, cuya estrategia es ocultar objetivos a largo plazo y adornar propósitos arteros. 

Este llamado se une a la carta emitida en el mes de junio del 2015 donde el ayatolá Jamenei emitió una misiva donde solicitó a los jóvenes de Europa y de Norteamérica que estudiaran el Islam, que se informarán más allá de lo que los medios de los países donde viven, informarse “de primera mano” y evitar la propaganda claramente islamófoba que los medios de comunicaciones de Occidente estaban implementando, en el marco, en ese momento, de la agresión a Siria e Irak y los acuerdos nucleares entre Irán y el denominado Grupo 5+1 cuyo resultado positivo permitiría cambiar la correlación de fuerzas en Oriente Medio.

La carta del Ayatolá Seyed Ali Jamenei ha sido descrita como “franca y sin rodeos sobre los responsables del actual estado del terror que vive el mundo” y con esa característica su conocimiento adquiere una relevancia especial, sobre todo viniendo de una nación que ha sido capaz de enfrentar las presiones de esas potencias que son las valedoras del terrorismo, que por un lado dicen combatir y por el otro los utilizan con toda la carga de muertes y destrucción que esa conducta significa. Para el ayatolá Jamenei “es cierto que hoy en día el terrorismo es un dolor común para nosotros y también para ustedes, pero es necesario saber que la inseguridad e inquietud que ustedes experimentaron por los últimos incidentes, tiene dos diferencias principales con los dolores que han sufrido los pueblos de Irak, Yemen, Siria y Afganistán durante muchos años”.

Esas diferencias son claramente explicitadas por el líder religioso al afirmar que“la primera de ella es que el mundo islámico ha sido víctima de la violencia en una escala más amplia y por mucho tiempo. La segunda diferencia es que, desafortunadamente, dicha violencia ha sido apoyada por los poderes mundiales de diferentes maneras y muy efectivas. Hoy en día, casi todos conocen el papel que desempeñó Estados Unidos en la creación y el fortalecimiento de los grupos terroristas como Al-Qaeda, los talibanes y sus consecuencias nefastas. Junto con este apoyo directo, los conocidos patrocinadores del terrorismo takfirí, además de estar al frente de los sistemas políticos más atrasados, siempre han sido considerados los aliados de los occidentales. Esto tiene lugar mientras, las ideas progresistas y claras surgidas de la democracia activa en la región han sido reprimidas cruelmente. El doble rasero del Occidente ante los movimientos del Despertar en el mundo islámico es un ejemplo claro de la contradicción en las políticas occidentales”.

A diferencia de otras personalidades del mundo, que han olvidado sistemáticamente y desvergonzadamente al pueblo palestino y su lucha por su autodeterminación y la propia sobrevivencia, ante 70 años de agresiones y una política de genocidio implementada por la entidad sionista, el ayatolá Jamenei afirma que el doble rasero de Occidente se expresa “en el apoyo del terrorismo de Estado del régimen de Israel. El oprimido pueblo palestino es víctima de la peor forma de terrorismo desde hace más de sesenta años. Si los europeos, durante los últimos días, se refugian en sus casas y evitan ir a los lugares públicos de sus ciudades, pues una familia palestina, hace más de una década que no se siente segura incluso ni en su casa debido a la máquina de destrucción y la matanza que es el régimen israelí”.

Como constatación de esa violencia cotidiana, que por crónica parece estar interesadamente olvidada, el ayatolá Jamenei nos amplia esa idea del terrorismo sionista “Hoy en día, ¿Qué tipo de violencia, desde el aspecto de la gravedad de atrocidades, es comparable con la construcción de los asentamientos israelíes? Este régimen usurpador, sin ser condenado seriamente, por parte de sus aliados o las organizaciones internacionales aparentemente independientes, destruye cada día las viviendas y granjas pertenecientes a los palestinos, e incluso no les da la oportunidad para evacuar sus casas o cosechar sus cultivos, y todo esto ocurre ante los ojos espeluznantes y llenos de lágrimas de las mujeres y los niños, que además son testigos de agresiones contra los miembros de sus familias… ¿Acaso en el mundo de hoy, ustedes conocen otro tipo de atrocidad de este tamaño y duración?...¿Acaso esta barbarie llevada a cabo por la fuerza militar de un sistema ocupador, no debe ser considerado extremismo? ¿O tal vez, debido a que dichas imágenes han sido emitidas por las televisiones durante los últimos sesenta años, no deben estimular nuestra conciencia?”

DOBLE MORAL OCCIDENTAL

En la carta del líder religioso iraní dirigida a los jóvenes occidentales se expresa también que los ataques militares contra el mundo islámico, que han dejado un sinnúmero de víctimas, es otro ejemplo de la lógica contradictoria y la doble moral de Occidente. “El sufrimiento que ha experimentado el mundo islámico durante estos años, por el doble rasero de los atacantes, no son menos que los daños materiales, afirma Jamenei, quien convoca a los jóvenes – en virtud de su reserva moral y su capacidad de cambiar el mundo – para construir un futuro mejor y más seguro con relación a las tragedias y actos terroristas que hemos vivido. “Los mil quinientos millones de musulmanes del mundo sienten lo mismo y odian a los autores de tales tragedias. Pero la cuestión es que si los actuales sufrimientos no nos ayudan para construir un futuro mejor y más seguro, entonces se convertirán solamente en recuerdos amargos e infructuosos. Tengo fe de que solamente ustedes, los jóvenes, al tomar lecciones de las adversidades de hoy, serán capaces de encontrar nuevas medidas para definir el futuro, y obstaculizar los desvíos que han creado la situación actual en el Occidente”.

En el corolario de la misiva, que está teniendo positivas repercusiones, sobre todo viniendo de un actor internacional de la importancia que tiene Irán, el ayatolá Jamenei afirma “Queridos jóvenes, espero que ustedes cambien ahora o en el futuro, esta mentalidad afectada por la doble moral, una mentalidad que oculta los objetivos lejanos y prepara las intenciones insidiosas. En mi opinión, la primera etapa para establecer la seguridad y tranquilidad, es modificar este pensamiento que crea violencia. No se debe buscar las raíces de la violencia en otro lugar, mientras la política occidental está dominada por una doble moral, los patrocinadores del terrorismo dividen este fenómeno en bueno y malo, y prefieren los intereses gubernamentales en lugar de los valores humanos y morales…La mayoría de los países del mundo se sienten orgullosos de su cultura nacional, unas culturas que al florecer también han alimentado durante cientos de años a las sociedades humanas. El mundo islámico tampoco ha sido una excepción. Pero en la época contemporánea, el mundo occidental, mediante medidas desarrolladas, insiste en la replicación cultural”.

Esta replicación cultural de la que habla el ayatolá Jamenei, como un patrón que puede influir sobre el entorno y capaz de propagarse, refiere a la violencia que desde las sombras pero con gran violencia se ejerce sobre culturas distintas a las dominantes, haciéndolas aparecer como refractarias al “progreso o a los derechos de las sociedades para acceder a los valores que occidente entrega a través de su herramientas políticas y comunicacionales”. Indudablemente nadie se niega al valor y a la importancia que tienen los vínculos culturales entre diversas culturas pues, en general suelen traer desarrollo y crecimiento pero…deben ser establecidos en las condiciones naturales y con entero respeto a la comunidad donde dicho vínculo desea asentarse.

De lo contrario, afirma el líder iraní, los vínculos heterogéneos y obligatorios, no traen resultados exitosos y son perjudiciales. “Por desgracia, tengo que decir que los grupos innobles como Estado Islámico de Irak y El Levante – EIIL – Daesh en árabe, son el producto de este tipo de vínculos fracasados de las culturas importadas. Si en realidad el aspecto doctrinal hubiera sido el problema, entonces hubiéramos visto este tipo de fenómenos en el mundo islámico, antes de la época colonial, sin embargo, la historia muestra lo contrario. Ciertos documentos históricos afirman que cómo la mezcla del colonialismo con un pensamiento extremista y despreciable de una tribu primitiva, sembró las semillas del extremismo en la región. De lo contrario, ¿cómo es posible que de una de las religiones más morales y más humanas en el mundo que en sus fundamentos considera la matanza de una persona como la matanza de toda la humanidad, nazca una impureza como Daesh?”

Las interrogantes del ayatolá Jamenei se direccionan también hacia esa interacción que se genera en ambientes contaminados y generador de violencia, lo que hace imprescindible concretar un análisis completo, investigaciones que determine cuáles son esos elementos contaminantes, que están ocultos pero también los visibles, donde las desigualdades, discriminaciones sean estos legales, culturales, políticos, estructurales fueron creando complejidades, que en el caso del extremismo takfirí se han abierto como una enfermedad, como una herida que secreta mal olor y contaminación. Para Jamenei, en ese marco “son ustedes los jóvenes, los responsables de romper las capas superficiales de su sociedad, encontrar y eliminar los nudos y malicias. En lugar de profundizar las brechas, es necesario restaurarlas. El mayor error en la lucha contra el terrorismo, son las reacciones apresuradas, las cuales solamente intensifican las brechas existentes”.

Creo necesario destacar, que en momentos donde, en general, los líderes del mundo suelen envolver su palabras en floridos lenguajes diplomáticos, donde se piensa más de una vez lo que se va decir por temor a herir susceptibilidades o generar una espiral y una guerrilla inconducente de dimes y diretes, las palabras claras, francas y directas del Líder religioso iraní Seyed Ali Jamenei son un bálsamo frente a tanta podredumbre política, conductas terroristas y aval a esa violencia irracional. En ese ámbito el llamado a los jóvenes es claro y preciso“Por eso les pido a ustedes, los jóvenes, que en base de un conocimiento correcto y profundo, y aprovechando de las experiencias amargas, construyan los fundamentos de una interacción verdadera y honesta con el mundo musulmán. En tales circunstancias, en un futuro cercano serán testigos de que su arquitectura basada en los fundamentos mencionados, extenderá su sobra de confianza sobre sus arquitectos, les premiará a ellos con el calor de la seguridad y la tranquilidad, y brillará en el universo con la luz de esperanza”.

Esta segunda carta del Ayatolá Seyed Ali Jamenei, que complementa la misiva dada a conocer a inicios del 2015, indudablemente cuestiona las políticas de doble rasero del Occidente ante los retos más importantes del mundo, en especial, el terrorismo. Revela el rol desestabilizador de Estados Unidos y su aliados en el mundo y la hipocresía de occidente pero, al mismo tiempo revela la tremenda confianza que se tiene en el papel de los jóvenes como agentes transformadores. Así, el objetivo principal de la carta es darle a conocer a los jóvenes de occidente la verdadera cara del Islam alejada de estereotipos de ignorancia e islamofobia. En ellos se confía como motor de cambio y transformación, una confianza que da una luz de esperanza también respecto a la posibilidad de transitar hacia caminos de paz en nuestro planeta. Los jóvenes, para Jamenei, aún tienen la mente abierta a diferencia de los líderes occidentales que distorsionan intencionalmente la verdad y en ese plano, los invita a conocer el Islam sin prejuicios y no dejarse confundir por aquellos que bajo el nombre del Islam lo distorsionan y sirven a intereses miserables en el marco del wahabismo y los intereses hegemónicos de unos cuantos países.