En estos momentos, la artillería turca lleva horas bombardeando las posiciones del Estado Islámico en Jarablus. La ciudad, que lleva en manos de los yihadistas desde julio de 2013, es el último gran paso fronterizo que controlan entre Siria y Turquía.
Esta mañana, milicias rebeldes apoyadas por Turquía, y por la aviación de EEUU, han entrado en Siria para combatir al Estado Islámico e impedir la expansión de los kurdos por el norte de Siria. Los kurdos que, a su vez, están apoyados por EEUU y combaten contra el Estado Islámico y las fuerzas rebeldes (y últimamente contra el ejército sirio). Al mismo tiempo, Turquía, miembro de la OTAN, ha acercado posiciones con Rusia e Irán, que apoyan a Assad. ¿Cómo hemos llegado a este complicado rompecabezas?
El enemigo de mi enemigo es mi amigo, de momento
Durante las primeras manifestaciones contra el régimen sirio, en 2011, el ejército siguió la misma política de represión contra las zonas de mayoría kurda como en el resto del país. A mediados de 2012, milicianos kurdos, muchos de los cuales tenían experienca de combate junto al PKK, se enfrentaron al ejército sirio en Kobane.
En medio de un clima de deserciones y pérdida del control de Siria, las fuerzas de Assad cedieron el territorio de mayoría kurdo a las Unidades de Protección Popular (conocidas por sus siglas, YPG), manteniendo el control sobre parte de la ciudad de Qamishlo y Hasakah, en el noreste del país.
Aunque al principio de la guerra, las milicias kurdas mantuvieron una posición neutral y se limitaron a proteger las áreas pobladas por kurdos. Sin embargo, en junio de 2012 unidades rebeldes del Ejército Libre Sirio (FSA) se enfrentaron a los milicianos kurdos en Alepo y Afrin, al noroeste del país. Pocos meses después, el ataque del Frente al-Nusra junto a unidades del FSA sobre Ras al-Ayn (de mayoría kurda y controlado por el ejército sirio), propició la entrada del YPG en la guerra civil siria.
Desde entonces, las milicias kurdas han combatido contra el Estado Islámico en el norte de Siria, y han mantenido enfrentamientos esporádicos con los grupos rebeldes en Alepo y Afrin.
Turquía y Siria, enemigos, pero no demasiado
La enemistad de Siria con Turquía tiene un trasfondo histórico que llega hasta nuestros días. Siria es aliada de Rusia (y de la unión Soviética en su momento). Turquía ha combatido contra Rusia en numerosas ocasiones durante los últimos siglos. La península de Hatay pertenece a Turquía, aunque es un territorio reclamado por Siria desde el final de la 1ª guerra mundial. Turquía mantiene una actitud benevolente hacia los chechenos.
Más recientemente, los ataques del régimen de Assad contra la población suní (Turquía es mayoritariamente suní, al igual que Siria), entre los que se encuentran los turcomenos del norte del país, protegidos por Ankara; los incidentes ocurridos en la frontera entre ambos países, y la intención de Turquía de frenar la expansión chií en su vecino del sur han ayudado a reforzar esta enemistad. Por supuesto, en medio de los conflictos diplomáticos y por el poder, se encuentra la lucha por llevar los recursos naturales desde Oriente Medio y el mar Caspio hacia e Mediterráneo.
Sin embargo, tanto Assad como Erdogan comparten un interés mutuo, prevenir la excesiva expansión kurda por el norte del país.
De Hasakah a Jarablus
29 de junio de 2016: Erdogan y Putin conversan por teléfono y restablecen la relación entre sus dos países.
12 de agosto de 2016: Las milicias kurdas (SDF) conquistan los últimos reductos yihadistas en la ciudad de Manbij, al sur de Jarablus.
16 de agosto de 2016: Comienzan los enfrentamientos entre las milicias pro-Assad (NDF) y las fuerzas de seguridad kurdas (Asayish) en Hasakah. Siria emplea, por primera vez, cazas contra la población civil kurda.
21 de agosto de 2016: Las Fuerzas Democráticas Sirias anuncian la creación del Consejo Militar de Jarablus, y anuncian el inicio de la ofensiva con la ciudad.
22 de agosto de 2016: Turquía bombardea posiciones del Estado Islámico en Jarablus, y la línea del frente kurda al norte de Manbij.
22 de agosto de 2016: El-Cadir, comandante de las Fuerzas Democráticas Sirias y líder de la ofensiva contra Jarablus, es asesinado.
22 de agosto de 2016: Encuentro entre oficiales de inteligencia sirios y turcos en Damasco.
23 de agosto de 2016: Alto el fuego en Hasakah. Las fuerzas pro-gubernamentales abandonarán la ciudad.
24 de agosto de 2016: Turquía comienza la operación contra Jarablus, y anuncia que el objetivo es expulsar a los kurdos del oeste del Éufrates.
¿Por qué Turquía ataca Jarablus?
Después de que las fuerzas kurdas conquistaran Manbij, su próximo objetivo era tomar Jarablus. Esto situaría a los kurdos en una posición ventajosa, al encontrarse a un paso de controlar la totalidad de la frontera entre Turquía y Siria. Turquía ha acusado a las milicias kurdas YPG de ser el brazo armado en Siria del PKK kurdo, por lo que Ankara quiere impedir la continuidad territorial kurda desde Irak hasta el Mediterráneo.
Hasta hace unos días, la postura de Turquía sobre Assad era clara, el dictador no tiene ningún papel en el futuro de Siria. Sin embargo, el 21 de agosto, el Primer Ministro turco matizó su postura, por una parte, “Assad no parece ser alguien que pueda unificar a los sirios”, pero por la otra, “Assad debería ser parte de la transición”.
El Ministro del Interior ha anunciado hoy mismo los objetivos de la ofensiva sobre Jarablus: “la amenaza para Turquía no emana del Estado Islámico, sino de otros grupos terroristas presentes en Siria”. Y aunque Erdogan anunciaba que la ofensiva se había lanzado para hacer frente a los ataques provenientes del sur (en relación a los atentados del Estado Islámico), el Presidente turco ha asegurado que e objetivo era hacer retroceder a los kurdos hasta la orilla este del Éufrates, y conquistar los pueblos entre Jarablus y Marea, 70 km. al oeste.
La difícil posición de Assad
Con todos los datos en la mano, es probable que los enfrentamientos en Hasakah entre fuerzas pro-gubernamentales y milicias kurdas respondan a un intento de Assad de forzar a los kurdos a desviar efectivos desde Manbij hacia Hasakah. El bombardeo turco sobre posiciones kurdas al norte de Manbij parece reforzar esta hipótesis.
Sin embargo, la postura de Assad respecto a las fuerzas kurdas pone al Presidente sitio en un impás. Por una parte, las milicias kurdas se han desplegado por todo el norte de Siria, están armadas y tienen experiencia en combate. Además, en el caso de que el ejército sirio lograra derrotar a los rebeldes y recuperar las zonas en manos de los yihadistas, poniendo fin a la guerra, tendría que enfrentarse o negociar con las fuerzas kurdas, que no renunciarán a su soberanía actual fácilmente.
Por otra parte, Assad necesita a las fuerzas kurdas. No sólo han sido la milicia más efectiva a la hora de combatir contra el Estado Islámico y debilitar a los yihadistas, sino que es probable que el futuro de ciudades como Deir el-Zor (en manos del régimen pero sitiada por el ISIS desde hace años) pase por una victoria kurda en el este de Siria. Además, la privilegiada y estratégica posición kurda en el barrio de Sheikh Maksoud, en el norte de Alepo, ha ayudado al ejército sirio a cercar la ciudad, al ser un tapón natural que impide el paso de los rebeldes.
El futuro de Siria pasa por Manbij
Es probable que el futuro de la guerra civil en Siria esté influido por la ofensiva contra Manbij. Turquía exige que las fuerzas kurdas se retiren al este del Éufrates, abandonando la ciudad, lo que es improbable que suceda.
Por lo tanto,es altamente probable que nos encontremos con un escenario en el que las fuerzas rebeldes (entre las que se encuentran unidades yihadistas) protegidas por Turquía entren en conflicto con las fuerzas kurdas, que hasta la fecha han recibido el apoyo logísitico y aéreo de Estados Unidos.
El resultado de este enfrentamiento estará marcado por el nivel de implicación del ejército turco para lograr sus objetivos de expulsar a los kurdos al este del Éufrates y por la postura que tome el régimen de Bashar al-Assad respecto a los kurdos a partir de ahora. La guerra civil en Siria está, hoy, mucho más lejos de llegar a su fin.