Crecientes evidencias sugieren que las armas suministradas por Qatar a los insurgentes en Siria, han terminado en manos del EI y el Frente al Nusra, señalan diversos medios.
Imágenes de vídeo aparecidas recientemente muestran a un militante con un misil antiaéreo portátil chino FN-6 y lo que parece ser un helicóptero Mi-17.
El Ministerio de Defensa de Iraq ha confirmado recientemente que un helicóptero Mi-35 fue derribado cerca de Baiyi, en la provincia de Salahuddin el pasado 3 de octubre, por uno de estos misiles.
El gobierno de Qatar ha llevado a cabo dos envíos de misiles portátiles chinos FN-6 a los militantes en Siria.
Un artículo publicado por el New York Times señaló que “varias decenas (y quizá muchos más) de misiles antiaéreos portátiles han caído en manos de los grupos rebeldes”.
Él añadió: “Esto incluye los cargamentos suministrados a través de la red de tráfico de armas de Qatar”.
A principios de año, el antiguo primer ministro iraquí Nuri al Maliki dijo que los terroristas se volverían contra sus patrocinadores sudíes y qataríes que los llamaban “revolucionarios”.
Las tres crisis en el seno de
la coalición estadounidense
En este momento estamos viendo la tercera crisis que tiene lugar en el bando de los agresores desde el inicio de la guerra contra Siria.
En junio de 2012, durante la conferencia Ginebra I, que debía iniciar el regreso a la paz y organizar una nueva repartición del Medio Oriente entre Estados Unidos y Rusia, Francia –donde Francois Hollande acababa de ganar la elección presidencial– planteó una interpretación restrictiva del comunicado final de aquel encuentro. Y después organizó la reanudación de la guerra, con la complicidad de Israel y Turquía y con el apoyo de la secretaria de Estado Hillary Clinton y del director de la CIA David Petraeus.Cuando el presidente Barack Obama sacó del juego a Hillary Clinton y David Petraeus, Turquía, junto con Israel y Francia, organizó el ataque químico en las afueras de Damasco, atribuyéndolo a Siria. Pero Estados Unidos se negó a dejarse arrastrar a una guerra punitiva.
En una sesión secreta del Congreso realizada en enero de 2014, Estados Unidos impuso la aprobación del financiamiento y la entrega de armamento a Daesh [1], grupo yihadista al que se le asignó la misión de invadir la parte sunnita de Irak y la parte de Siria donde viven los kurdos. El objetivo era dividir esos dos grandes Estados. Francia y Turquía armaron entonces al grupo representante de al-Qaeda en Siria (el Frente al-Nusra) para que atacara a Daesh y lograr así que Estados Unidos volviera al plan inicial de la coalición. Al-Qaeda y Daesh se reconciliaron en mayo de 2014, como resultado de un llamado de Ayman al-Zawahiri en ese sentido, y actualmente Francia y Turquía siguen sin sumarse a los bombardeos de la coalición estadounidense.
En general, en la coalición de los llamados «Amigos de Siria», que en julio de 2012 contaba «un centenar de Estados y organizaciones internacionales», hoy sólo quedan 11 países. Por su parte, la coalición formada contra Daesh cuenta oficialmente «más de 60 Estados», pero lo que estos tienen en común es tan poca cosa que la lista se mantiene en secreto.