Este artículo forma parte de mi investigación ya publicada en dos partes dedicada a la presidencia de Jimmy Carter correspondiente al capítulo IV “El intervencionismo político y militar mundial”, donde hice un estudio de los principales acontecimientos internacionales donde la larga mano del imperialismo estuvo presente en forma directa como en el intento de invasión a Irán para rescatar a los rehenes como por la vía diplomática. Y este es el caso que nos ocupa esta nota que aparece como “Las relaciones con la República Popular China y la guerra con Vietnam”.
Se van a cumplir 35 años de esta tenebrosa invasión que el hegemonismo chino bajo la conducción del Premier Deng Xiao Ping, tan venerado en Occidente por ser el artífice desde 1978 de los cambios en la política interior de China, llevó a la práctica con la venia, el apoyo y las palmas de los Estados Unidos.
Es un guerra olvidada para la gran mayoría de los analistas, sea por su corta duración o porque los resultados buscados por China no fueron logrados y tuvieron que afrontar una dura derrota política y militar, no es estudiada con el rigor con que se estudian otros sucesos de la historia del siglo XX. Aquí el hecho central es el enfrentamiento por primera vez entre dos países socialistas, gobernados por grandes partidos comunistas de masas y que su larga lucha revolucionaria combatieron contra varios países imperialistas. Y dada la importancia que tuvo esta guerra es que subimos al blog este escrito porque merece dar una explicación clara y contundente de que el Ejército de Vietnam fue el vencedor de esta lucha inaudita por más que la propaganda imperialista se rompa los dientes en demostrar lo indemostrable de que las fuerzas invasoras chinas fueron derrotadas y obligadas a retirarse.
Esencia de la agresión militar de China contra Vietnam
“Si algún día China cambiara de color, se convirtiera en una superpotencia y actuara en el mundo como déspota, perpetrando por todas partes atropellos, agresiones y explotación, loa pueblos del mundo tendrán derecho de pegar a China la etiqueta de “social-imperialista”, de denunciarla, combatirla y unirse con el pueblo chino para derribarla”.
Deng Xiao Ping, discurso pronuncia en la Sexta Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidos sobre Desarrollo y Materias primas, el 10 de abril de 1974.
Estas palabras pronunciadas de Deng que en ese año era el Viceprimer Ministro del Consejo de Estado de la República Popular China resultaron proféticas en cuanto a los actos de su país en sus relaciones con otros pueblos y fue el de Vietnam el primero que debió soportar la nueva doctrina de Beijing en el campo de batalla.
Uno de los acontecimientos que más impactó en la opinión pública mundial y la política internacional en ese año 1979 sacudido por guerras y revoluciones, fue el enfrentamiento militar entre China y Vietnam, dos países socialistas, gobernados y dirigidos por fuertes partidos comunistas con una amplia base de masa obrero y campesina y con largas experiencias de luchas por sus independencias de toda forma de colonialismo e imperialismo. Fue una guerra propiciada por un juego de alianzas donde Vietnam contó con el apoyo de la Unión Soviética y China se alió con los Estados Unidos con el objetivo de impedir la expansión soviética en el Asia meridional por medio de los “cubanos de oriente”, como la dirigencia china llamaba a Vietnam, por la fidelidad que en el campo ideológico y político tenían con los soviéticos apoyando sus acciones y medidas.
Si en 1973 se funda la Comisión Trilateral conformada por las agrupaciones empresarias más poderosas de Estados Unidos, Europa Occidental y Japón, no cabe duda que entre 1978 y 1979, se forja la “Comisión Cuaternaria” con la incorporación de la República Popular China, en una especie de frente internacional con el fin de coordinar todas las acciones necesarias para oponerse a la Unión Soviética y a los movimientos de liberación nacional. A esa unión de estos cuatro poderosos centros mundiales, el propio Deng la llamó el “frente único” porque consideraban que ganarse a los Estados Unidos para poder enfocar su lucha contra el enemigo principal que eran los soviéticos. Es decir, el mismo razonamiento de los Estados Unidos para tener a China de su lado para frenar “la amenaza comunista soviética”.
Una de las obras macabras de la política exterior de los Estados Unidos, fueron los pasos seguido por la Administración Carter para alentar la agresión militar de China contra la República Socialista de Vietnam iniciada a mediados de febrero de 1979 por que ésta última apoyó y propició la formación del Frente Único de Salvación Nacional de Kampuchea (FUNSK) para derrocar a la sanguinaria dictadura maoísta de Pol Pot, un firme aliado de la República Popular China y que por supuesto la prensa occidental callaba desvergonzadamente las masacres cometidas la camarilla de Pol Pot y a su vez ocultaba sobre el visto bueno con que el imperialismo vio la operación quirúrgica contra Vietnam. Si bien esta guerra duró menos de un mes, fue un acontecimiento inaudito que causó un grave daño en el movimiento revolucionario mundial en general y al movimiento comunista en particular. La intensidad y la ferocidad de los combates debido a la sorpresa del ataque y a la desesperada movilización defensiva vietnamita para detener la agresión contra su país, provocaron miles de víctimas, sobre todo y como siempre sucede en todo conflicto armado en la población civil, principales víctimas de los bombardeos.
Con el sostenido aporte de unidades militares de élite del Ejército de Vietnam, el FUNSK en la acción de tipo relámpago, logró poner fin a uno de regímenes más salvajes que la humanidad jamás haya conocido porque masacraron a más de 3 millones de personas en su breve y catastrófica dominación. El ataque final contra Pol Pot comenzó en la navidad del 25 de diciembre de 1978 y en una campaña fulminante derrotó por completo toda resistencia hasta que el 7 de enero proclamaron la liberación de Kampuchea, establecer un nuevo gobierno e impulsar la reconstrucción del país. Con esta victoria, el 12 de enero se funda la República Popular de Kampuchea con el nombramiento Ieng Sanrim como presidente de la renacida nación. Esta acción libertadora del ejército vietnamita fue dada a conocer por los medios occidentales y la misma propaganda china porque no podía impedir la caída de su baluarte, como una invasión recibiendo Vietnam una campaña propagandística en su contra. Frente a estos acontecimientos, el gobierno chino no tuvo mejor idea que pretender castigar y darle una lección a su vecino desencadenando una guerra sin precedentes entre dos países comunistas y que mostró el delirio político e ideológico de la cúpula gobernante de China que ya estaba plenamente vinculado con la política exterior de los Estados Unidos, cuyas relaciones oficialmente fueron restablecidas el 1º de enero de 1979. Sin embargo, estos aberrantes y vergonzosos planes no pudieron llevarse a cabo porque gracias al contraataque del poderoso y combativo ejército vietnamita obligó a retroceder a su agresor y más que un virtual empate como afirmaban los diarios de aquellos años, fue una dura derrota para los militares chinos porque no pudieron cumplir con sus objetivos y jamás volvieron a realizar tremenda aventura de enfrentarse con el glorioso Ejército de Vietnam, el único que venció en una prolongada y durísima guerra a las fuerzas armadas de los EE.UU. Fue evidente que para lanzarse a esta guerra, el gobierno de China contaba con el apoyo no solo de los Estados Unidos, sino también de los miembros de la OTAN, sin los cuales no se hubiera permitido atacar a la República Socialista de Vietnam.
Esta guerra duró pocas semanas y prácticamente no se la recuerda en ningún manual de historia o en el análisis de la política internacional de finales de los años setenta y comienzos de los ochenta. Si recorremos algunas páginas web de internet ninguna no solo da un resultado final de la contienda sino que deja entrever como si China se hubiera alzado con una victoria que no existió y algunos cometen garrafales errores al afirmar que esta guerra se desarrolló en territorio chino, lo cual no es cierto porque cuando el Ejército chino cruzó la frontera, los combates que alcanzaron una violencia inusitada por los bombardeos y por la ofensiva terrestre china de lanzar oleadas masivas de infantería al ataque aprovechando la fuerza que podría darle la cantidad, se libraron en 26 puntos fronterizos en el territorio vietnamita sobre las ciudades de Lam Somg, Cao Bang, Cao Lai y Loc Binh, más allá de las cuales las fuerzas chinas no pudieron avanzar porque chocaron con una férrea línea defensiva vietnamita en todo el frente de batalla.
No cabe duda que este enfrentamiento tomó por sorpresa a Vietnam porque nunca pensó que un país comunista podría atacar a otro país comunista en la forma en que lo hizo y a pesar de los varios roces que tuvieron en sus fronteras en cuanto acciones provocativas de la dirigencia de Beijing sobre los alcances y los preparativos que podía su vecino del sur en caso de una guerra abierta.
El resultado final de esta guerra aunque muchos no estará de acuerdo, fue la victoria vietnamita que destruyó 420 tanques chinos y le provocó más de 60 mil bajas (casi 30 mil muertos) que teniendo en cuenta la totalidad de las fuerzas invasoras (320.000 hombres, sobre una movilización de 660.000) es una altísimo nivel de pérdidas. Del lado de Vietnam tuvo la misma cantidad de bajas y muchos de ellos civiles a causa de los bombardeos indiscriminados de China a las zonas por donde invadieron.
Esta fue una guerra terminó cuando el Ejército de Liberación Chino se vio obligado a retirarse por el violento contraataque de las Fuerzas Armadas Vietnamitas y no como lo presentó la propaganda china según la cual se retiraron porque ya castigaron demasiado a Vietnam. Vayan a los mapas militares de la época y comprueben hasta donde avanzaron los ejércitos chinos para darse cuenta de no pudieron avanzar mucho dentro del territorio vietnamita. La retirada china anunciada el 5 de marzo de 1979 coincidió con la llegada de las tropas de combate vietnamitas más experimentadas y mejor preparadas para librar la guerra. Al mismo tiempo se decretó la movilización general para la defensa del país y la expulsión de los invasores fue el precio más caro por su agresión sin previa declaración de guerra. Además ¿desde cuándo un ejército invasor se puede proclamar vencedor si al poco tiempo de atacar, ordena su retirada? ¿Qué le pasó al ejército chino? ¿No era acaso su objetivo principal conquistar la capital de Vietnam? China anuncia su retirada como una especie de victoria porque consideró que “castigó lo suficiente” a Vietnam. Este debe un caso único en la historia de las guerras desde la antigüedad hasta el siglo XX, en la que una fuerza agresora se retira por su propia cuenta. Y debieron retirarse porque no lograron sus propósitos de conquista ya que no pudieron atravesar las ciudades limítrofes y mucho menos emprender la toma de la capital vietnamita. Miren los mapas de los combates y de la campaña y podrán darse cuenta de los alcances de esta invasión traidora.
El imperialismo se regocijó con esta guerra terrible a punto tal que la revista norteamericana Time tituló su tapa así al inicio del conflicto: “Communists at War” (“Comunistas en guerra”). En este enfrentamiento, la lógica imperialista fue la de dar su apoyo a su nuevo socio chino.
La cuestión principal que planteamos al comienzo de este punto es cómo Estados Unidos alentó y apoyó la invasión China se revela por un detalle fundamental y es que semanas antes del ataque, el premier chino Deng Xiao Ping estuvo reunido en Washington con Jimmy Carter y con su consejero de Seguridad Zbigniew Brzezinski con los cuales conversaron sobre la posibilidad de realizar una acción punitiva contra su vecino del sur, cuestión que debatieron y que aprobó gustosamente el gabinete de los Estados Unidos. Al tomar conocimiento de estos planes, Carter ordenó la movilización de su flota del Pacífico en prevención de una posible reacción soviética destinada a brindar su ayuda y solidaridad con su aliado vietnamita con el cual lo unían un tratado de amistad y cooperación firmado en septiembre de 1978, lo que puso los pelos de punta a la dirigencia china por considerar esta alianza como una amenaza a sus intereses y una forma de usar a Vietnam como fuerza que garantice el “expansionismo soviético” en el sudeste asiático.
Precisamente con la República Popular China, fortaleció una alianza estratégica de largo alcance iniciada en la presidencia de Richard Nixon tras la visita a Beijing en 1972, para que juntos se concentren en la lucha contra la Unión Soviética. En aras del cumplimiento de este objetivo en 1979, el gobierno de los Estados Unidos tomó la decisión de crear un fondo por 2 mil millones de dólares para financiar convenios bilaterales entre los que se incluyeron la exportación de material de guerra avanzado tales como radares, aviones militares de transporte, helicópteros, medios de comunicación, etc.
Es muy importante esta época histórica de la política exterior de los Estados Unidos hacia China porque ésta inicia precisamente en 1978 el proceso de reformas económicas tendientes a promover el libre mercado, al desarrollo de una reconversión industrial que en los años siguientes la convertiría en la segunda economía del mundo gracias a la fuerza de su maquinaria exportadora. China modifica substancialmente el contenido de su política exterior cuanto más se aproxima a la línea de los Estados Unidos empezando a considerar la existencia de dos imperialismos: el norteamericano y el soviético. Esta es la base de la polémica, controversia y ruptura ideológica fundamental con la Unión Soviética y todos los partidos comunistas adscriptos a la línea de Moscú.
Al entrar el vigor en enero de 1979 el tratado de restablecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales, Estados Unidos concedió a China la cláusula de nación más favorecida que debía renovarse cada año. China bajo la conducción de Deng Xiao Ping realizó un viraje de un extremo a otro en el campo ideológico que se expresan en las palabras del entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Huang Hua quien declaró sin titubeos a fines de diciembre de 1978: “Es preciso que nos ganemos a Estados Unidos para concentrar todas nuestras fuerzas contra nuestro enemigo principal”, es decir, la Unión Soviética. Tanto Estados Unidos como China estaban perfectamente de acuerdo con que esta alianza fuera una política estratégica de largo alcance.
Como consecuencia de la entrada en vigor del acuerdo a partir de marzo de 1979, los Estados Unidos crearon un poderoso fondo de crédito por un total de 2.000 millones de dólares con el fin de financiar los convenios bilaterales para los siguientes cinco años. A su vez se autorizaba la exportación de algunas mercancías estratégicas para China, especialmente y como no pudiese ser de otra manera, fue proporcionarle poderosos armamentos para la protección de su larga frontera con la Unión Soviética que se había convertido en su nuevo enemigo. Estos pertrecho militares consistieron en radares, aviones militares de transporte, helicópteros, medios de comunicación y otros. Para lograr estos acuerdos que implicaba el restablecimiento formal de las relaciones diplomáticas entre los dos países, el entonces consejero de seguridad nacional Zbigniew Brzezinsky viajó secretamente a China en junio de 1978 con el objetivo de acordar las bases tendientes a normalizar los vínculos entre ambas potencias que apuntaban a combatir en todos los frentes a la Unión Soviética y los demás países socialistas de todos los continentes. Finalmente el 15 de diciembre de 1978 anunciaban al mundo la normalización de sus vínculos diplomáticos, políticos y económicos porque se sentían “amenazados por la estrategia soviética”. Entre gambito de modificación de quién es el enemigo tuvo graves consecuencias para las dos grandes naciones comunistas sino también para todo el movimiento revolucionario mundial porque profundizaron las grietas y diferencias entre los dos grandes países comunistas dotados de armas nucleares.
Quien mejor graficó el cuadro de situación fue el presidente de Cuba, Fidel Castro en su discurso de solidaridad con el pueblo de Vietnam el 21 de febrero afirmó:
“Desde luego, uno de los actos más repugnantes, más cobardes, más miserables de los que podamos haber sido testigos jamás —y será difícil que haya algún otro que lo supere— es esta agresión a Vietnam. Si grave fue o graves fueron los crímenes anteriores, este es el más grave de todos, porque este crimen no parte ya de los colonialistas, o los imperialistas japoneses o de los colonialistas franceses, o de los imperialistas yankis, parte de un país que hasta hace algunos años se consideró un baluarte del movimiento revolucionario mundial, que se consideró un país socialista, un país antiimperialista, un país amigo del movimiento revolucionario, un país que —como hemos dicho otras veces— hizo una revolución que fue vista con esperanza por todos los pueblos del mundo y por todas las fuerzas progresistas del mundo. Al imperialismo lo conocíamos, al colonialismo lo conocíamos; pero jamás se pudo pensar hace algunos años que esto pudiera ocurrir alguna vez. Es el caso más repugnante de traición al movimiento revolucionario en toda la historia de la humanidad”. Y adelante analizando las relaciones entre China y Estados Unidos, agrega:
“¿Que habló Deng Xiao Ping con Brzezinski? ¿Que habló Deng Xiao Ping con Carter? ¿Sabía o no sabía, conocía o no conocía el gobierno de Estados Unidos el plan chino de agresión y de invasión a Vietnam? Esa es una cuestión muy importante. Cómo se explica que acabando de regresar de Estados Unidos reuniera la Comisión Militar y ordenara la invasión a Vietnam.
El hecho cierto es que el gobierno de Estados Unidos se ha asociado políticamente a la invasión a Vietnam; se ha asociado políticamente. Es más, recientemente un senador norteamericano declaraba que Brzezinski le había dicho que ahora los vietnamitas tenían que retirarse de Kampuchea. Una declaración. Y el gobierno de Estados Unidos, que indiscutiblemente estaba en antecedentes y que sin género de dudas se ha asociado a esta aventura de Pekín, plantea que los vietnamitas deben retirarse de Kampuchea para que los chinos se retiren de Viet Nam. Luego, han hecho causa común los imperialistas yankis y los gobernantes chinos con esta invasión. Han hecho causa común con esta descabellada y loca aventura. Es señal de que tanto Estados Unidos como China están buscando el restablecimiento del régimen genocida de PoI Pot-Ieng Sary en Kampuchea. Ese es el objetivo político: atacar a Vietnam precisamente, para que cese toda cooperación y toda solidaridad de Vietnam con el gobierno revolucionario de Kampuchea, para restablecer el régimen genocida y cercar a Vietnam, entonces, por las dos partes de nuevo, cercarlo por el sur y cercarlo por el norte. Esta es la política de Estados Unidos mientras aparentemente se lava las manos del problema”[1]
La contundencia del discurso del Presidente cubano muestra su furia enardecida contra la dirección china que desató la guerra con el apoyo de los Estados Unidos. Para algunos analistas esta guerra significó un triunfo político de la República Popular Chima porque les mostraron a los soviéticos que meterse en esta región les puede resultar caro. Caro fue para China porque nunca más intentó o se atrevió a agredir a su vecino de Vietnam y por nunca puede considerarse vencedor aquel que ataca y decide retirarse. Y es este no fue un retiro limitado y circunscripto al territorio conquistado. El ejército chino se retiró de Vietnam, cruzó la frontera y regresó a su país. Las tropas vietnamitas reconquistaron sus ciudades abandonadas por el invasor y así terminó esta guerra en dos grandes potencias comunistas, en la que China nunca reconoció su derrota.
Lo importante de este acontecimiento es el hecho de entender y determinar su carácter porque no se trató de una guerra por cuestiones fronterizas o por alguna cuestión nacional. En el primer caso, porque entre países socialistas se respetaron sus límites y de existir problemas no era justamente una guerra el mejor modo de solucionarlos. Y tampoco fue un problema de nacionalidades pese a la propaganda china que acusaba a Vietnam de explotar y expulsar a la minoría china del país. La verdadera esencia de la guerra iniciada por Chima fue una guerra de agresión, una guerra de conquista, una guerra anexionista y por lo tanto profundamente contrarrevolucionaria.
Las pretendidas lecciones que la dirigencia china pretendió dar a Vietnam terminó en un completo fracaso porque 100.000 soldados vietnamitas derrotaron con una paliza demoledora (y esto hay que decirlo porque todavía muchos creen que el ejército chino fue el vencedor) a 250.000 combatientes chinos causándoles en ese mes de guerra más bajas que las que tuvo ejército de los Estados Unidos en un mes de campaña de su larga invasión imperialista. Esa es la lección que el Ejército de Vietnam le dio a su poderoso vecino del Norte y verdadera razón de la retirada china y no el estúpido argumento de Deng de que “ya los castigamos bastante”.
Anexo I: Fuerzas Militares contendientes
China invadió con 85.000 hombres del Ejército regular apoyados por 200.000 reservistas, con más de 1.000 tanques T-62,transportes acorazados K-63 y una fuerza artillera formada por piezas chinas y soviéticas.
Estaban integrados por los Ejércitos 41 y 42 del Ejercito Popular de Lberación, de los Distritos Militares de Kumming y Guangzhou, que formaban del principal contingente de la fuerza de ataque. El Ejercito Popular Chino desde el triunfo de la revolución había estado prácticamente sin combatir en los últimos 30 años, salvo el breve lapso en que intervino en la guerra de Corea y buena parte de la plana mayor de sus fuerzas armadas había sido víctimas de las Purgas de la Revolución Cultural.
En el caso de Vietnam sus tropas, formadas por unidades regionales y de milicias, contaban con unos 60.000 hombres, dirigidos por Van Tien Dong. Lo mejor de su Ejército estaba en Camboya o de guarnición en el sur de Vietnam. Sin embargo la mayor parte de las fuerzas habían visto acción hacia relativamente poco tiempo.
Anexo II: Desarrollo de la guerra
A las 05:00 horas de la mañana del 17 de Febrero, los Chinos, protegidos por un nutrido fuego de artillería, cruzaron la frontera de Vietnam por 26 puntos distintos iniciando una guerra que pensaban que iba a ser un paseo militar. La mayoría de estos cruces eran meramente movimientos diversivos, muy pronto se hizo evidente que los chinos iban a concentrar su esfuerzo para tomar las 3 capitales provinciales fronterizas, Lao Cai, Cao Bang, y Lang So.
Las Tres eran ciudades con importancia estratégica, situadas junto a vías férreas. Una vez pasada la sorpresa inicial, los vietnamitas montaron una dura y eficaz resistencia contra los intentos chinos de tomar posiciones cercanas a las localidades anteriores. El 20 el avance del Ejército chino había perdido la iniciativa y el factor sorpresa se diluyó. La Milicia y las fuerzas regionales vietnamitas habían sufrido fuertes bajas, pero habían logrado detener el avance enemigo. Tres mil quinientas bajas y más de 80 tanques eran por su parte las perdidas chinas.
En la primera semana de violentos combates, la dirigencia china y sus mandos militares comprendieron que la pretendída lección y el castigo que pensaban infligir a Vietnam no iba a ser lo tan fácil y efectiva como lo planearon. Y como el cerca defensivo vietnamita era infranqueable con el objeto de capturar Hanoi, los chinos resolvieron concentrarse en tomar alguna ciudad fronteriza importante para que la prensa de su país, sus fuerzas armadas y el mundo, comprendan que la agresión no sería un fracaso y tener que tragarse el polvo de la derrota.
En su afán de infligir una severa derrota a las fuerzas vietnamitas con una ofensiva limitada para no provocar una escalada de la guerra, los chinos se encontraron con tropas locales, de segunda fila, vietnamitas, pero que habían luchado valientemente y detenido su avance. En esa situación, Beijing debía enfrentarse a un serio dilema: o pasaba por la humillación de retirar sus fuerzas al no haber conseguido el objetivo previsto o las incrementaba sus tropas combatientes y seguía con el ataque. China decidió continuar con su ofensiva en los tres frentes abiertos, pero concentrar su esfuerzo principal en tomar la ciudad de Lang Song y fue ahí donde tuvo lugar el principal escenario de esta guerra.
El Ejército chino como en la guerra de Corea, empleaba la táctica de las oleadas humanas para superar las defensas vietnamitas y la coordinación de la artillería, los tanques y la infantería en los ataques para destruir los puntos de resistencia vietnamitas fue pobre.
La dificultad para coordinar los movimientos de tropas, la pobre calidad del equipo, el no contar con un sistema efectivo de comunicaciones, las carencias logísticas y otras, hacían que los ataques chinos se terminaran estancado, siendo blancos fáciles de las tropas vietnamitas, expertas en coordinar planes de batalla entre unidades dispersas en terrenos difíciles.
La última operación de envergadura fue la batalla de Lang Song iniciada el 27 de febrero de 1979 y que fue tomada por China el 2 de marzo en medio de combates feroces y una resistencia tenaz de las defensas vietnamitas. Durante lo dias siguientes se desarrollaron duros combates en las colinas que dominaban la ciudad mientras los chinos intentaban cortar las comunicaciones de los defensores con Hanoi.
Ante algunos éxitos de las fuerzas invasores, Vietnam comenzó a trasladar 4 divisiones por avión desde Camboya, las 304,325,10 y 320 Divisiones de infantería.
La 320 fue enviada junto con otra división local, la 308, a una apresurada línea de defensa al norte de Hanoi que se estaba formando en previsión de lo peor. Por su parte la 325 fue enviada a bloquear la ruta hacia Hanoi en el sur de Lang Song junto con la 327, ya desplegada. La División número 3 del Ejército Vietnamita, conocida como Estrella de Oro, defendia el interior de la ciudad.
El 2 de Marzo, los chinos habían conseguido cortar todas las vías de comunicación en torno a la ciudad. Con la caída de las colinas que dominaban Lang Song desde el oeste, la posición de los vietnamitas paso a ser insostenible. La ciudad fue evacuada por las fuerzas del Ejército Popular Vietnamita pese a la feroz resistencia que opusieron a los chinos.
Las fuerzas del Ejercito Popular de Vietnam se dirigieron al sur de Lang Song para reunirse con las tropas que llegaban desde Hanoi y establecer una línea de defensa. La defensa vietnamita se dividió en dos líneas. La primera estaba formada por las divisiones de infantería 325B, 338, 3, 374, 304 y 346; además los regimientos de infantería 43, 244, 576 y 49. De estas tropas, la división 346 estaba formada por los regimientos de infantería 246, 677 y 851 más el 188 de artillería. Era una de las divisiones de elite de Vietnam.
La división 3 "Estrella Dorada" estaba formada por los regimientos 2, 12 y 141 de infantería, además del 68 de artillería. El regimiento 12 era considerado el mejor del ejército vietnamita.
La segunda línea de defensa estaba constituida por las divisiones 312, 431, 327, 329 y 242. Y los regimientos 196 y 98, más la brigada 38. También 27 unidades de policía militar (de 100 hombres c/u)
Por el lado chino estaban elementos de los siguientes cuerpos de ejército ("ejércitos de campaña" en jerga militar china):
41, 42, 43, 50, 54, 55 en el sector oriental.
11, 13 y 14 en el sector occidental, además de la división 149 del 50º cuerpo de ejército.
Un cuerpo de ejército chino constaba, para esa época, de tres divisiones de infantería. En números absolutos constaba de 4.521 oficiales y 38.462 de tropa. El cuerpo tenía además un batallón de defensa química, un batallón de reconocimiento, un regimiento de artillería antiaérea, un regimiento de artillería de apoyo, un batallón de ingenieros, un batallón de control y señales, una compañía de guardia y una de mando.
La división de infantería china tenía 1.292 oficiales y 11.314 de tropa. Dentro de ella había tres regimientos de infantería, cada uno con tres batallones de infantería y una unidad de artillería regimental (1 compañía antiaérea con ametralladoras de 14,5 mm; 1 Compañía de morteros pesados de 120 mm remolcados; 1 Compañia de cañones sin retroceso de 75 mm; 1 batería de cañones/obuses de 76,2 mm). Cada batallón de infantería tenía 3 Compañías de infantería y 1 de armas pesadas (ametralladoras de 7,62 mm x 54; morteros de 82 mm; cañones sin retroceso de 57 mm). Además, un batallón de tanques con 3 Cías de tanques medianos (T-59) y 1 de tanques ligeros con Type-62 (no confundir con T-62 soviéticos). En total, 31 T-59 y 10 Type-62.
En cuanto a la artillería de las divisiones estaba compuesta por un batallón anticarros con 4 baterías de cañones de 57 mm.
1 regimiento de artillería con 1 batallón de obuses Type-54 de 122 mm y 1 batallón con cañones de 76,2 mm. Además 1 batallón antiaéreo con piezas de 37 mm.
La rapidez de la movilización del ejército de Vietnam que construyó estas poderosas líneas defensivas, fueron las que salvaron al país y garantizaron su integridad territorial en cuyo transcurso pudieron contraatacar y poner fin a la aventura criminal de los dirigentes chinos apoyados diplomática y militarmente por los Estados Unidos. Como lo fue a lo largo de toda la historia del siglo XX, Vietnam salió nuevamente victorioso.
Sergio Daniel Aronas