viernes, 3 de junio de 2016

HISTORIA: La rendición del Ejército Nacional Ucraniano


                                     “Ucranianos del Este se enfrentaban a los del Oeste”

De la División Galicia al Ejército Nacional Ucraniano

El progresivo deterioro de la posición de Hitler en su lucha contra la Unión Soviética facilitó, ya avanzada la guerra, la creación de un ejército ucraniano vinculado a la Alemania nazi. En noviembre de 1944, Alemania da el primer paso en esa dirección con el reconocimiento de la dimensión ucraniana de la División Galicia, renombrada como 14ª División de Granaderos de las Waffen SS, Ucraniana nº 1 [14. Waffen-Grenadier-Division der SS (ukrainische Nr. 1)].

El siguiente paso es la formación de UNA, siglas tanto ucranianas como alemanas del Ejército Nacional Ucraniano. La creación de UNA culmina el cambio de estrategia de la Alemania nazi, en esos momentos orientada a una política de alianzas con los diferentes nacionalismos en el este de Europa. Incapaz de controlar el territorio, la nueva Ostpolitik pretendía establecer una Confederación de Estados autónomos, aliados del Eje, que ejercieran de barrera de protección contra la URSS. La apertura de Alemania a las fuerzas nacionalistas locales se traduce en la aprobación formal de un Comité Nacional Ucraniano (Український Національний Комітет), embrión de un futuro Estado ucraniano aliado de la Alemania nazi.

El 25 de abril de 1945, Pavlo Shandruk es proclamado líder del Comité Nacional Ucraniano y comandante en jefe de todas las formaciones militares ucranianas. Culmina de esta forma, cuando la derrota alemana era ya inevitable, el modelo de alianza política y militar que venía promoviendo desde 1943 Volodymyr Kubiiovych.

En sus memorias, Wolf-Dietrich Heike, Jefe de Estado Mayor de la División ucraniana, señala que Shandruk se desplazó ese 25 de abril al frente austriaco para realizar el acto formal de declaración de lealtad al pueblo de Ucrania del nuevo ejército nacionalista. Con él llegaron el antiguo gobernador de Galicia y promotor de la División, Otto Wächter, su ayudante el Coronel Alfred Bisanz y Fritz Rudolf Arlt, otro destacado oficial SS del periodo de ocupación nazi de Polonia. Shandruk trajo consigo insignias con el tridente ucraniano para que los soldados las llevaran en sus uniformes. Según Heike, en un momento en el que el Ejército Rojo intensificaba la “propaganda para la rendición”, la presencia de Shandruk, con un uniforme de Ucrania, causó una profunda impresión en los ucranianos de la División y mejoró enormemente su moral.

Pero este hecho no oculta el formalismo del cambio. La UNA era la nueva versión de la original Galizien Division de las SS, convertida en 1ª División de un ejército que seguía siendo parte de las fuerzas armadas de la Alemania nazi, la 1. Ukrainische Division der Ukrainischen National-Armee, su nombre oficial en alemán. No habría tiempo para constituir la 2ª División, proyectada como la confluencia de prisioneros de guerra, civiles y trabajadores forzosos ucranianos y de nacionales de Ucrania presentes en otras unidades alemanas. Como tal, la UNA apenas existirá entre el 25 de abril y el 8 de mayo, día en el que se acuerda su capitulación, como una más de las fuerzas militares de la Alemania nazi.



El mando de Shandruk también fue meramente formal. Pocos días después de su llegada al frente, lo abandonó para unirse, en Völkermarkt, al regimiento de entrenamiento donde esta parte de la División ucraniana tenía su cuartel, muy lejos del campo de batalla donde actuaba la División ucraniana, entre Feldbach y Gleichenberg. Más allá de las pretensiones de mando que muestra en sus memorias, su papel efectivo en los días finales de lo que nació como División Galicia fue prácticamente nulo.

Es llamativo que la rendición de la UNA se produjera en el sur de la actual Austria, muy lejos de la Galicia en la que se formó la División ucraniana. ¿Qué papel desempeñaban entonces, tan lejos de Ucrania, los oficiales y reclutas de esa División, convertida ya en núcleo de un ejército nacional que colaboraba con la Alemania nazi?

La represión del movimiento de liberación en Eslovaquia y Eslovenia

Después de quedar prácticamente diezmada en la Batalla de Brody, durante el avance soviético del verano de 1944, a los restos de la División Galizia de las SS les espera una nueva tarea. Reagrupada y renovada con nuevos reclutas, su principal papel se centrará a partir de entonces en prevenir el avance de las fuerzas partisanas que se enfrentaban a Hitler, una tarea que en la práctica suponía también contribuir a la represión de todos los movimientos nacionales de liberación opuestos a la Alemania nazi.

Eslovaquia

Esta acción anti-partisana, que constituía uno de los ámbitos clave de la formación recibida por los reclutas ucranianos, se aplicaría inicialmente en Eslovaquia.

Los 22.000 soldados de la todavía División Galicia se dirigen a ese país a partir del 15 octubre de 1944. El objetivo principal es contribuir a la supresión de la insurrección en marcha contra la ocupación alemana y hacer frente a la actividad partisana paralela que había empezado a desarrollarse con fuerza. En un momento en el que las fuerzas de la Wehrmacht eran requeridas en el frente oriental, la División ucraniana tenía que contribuir a mantener el control policial y militar alemán en territorio eslovaco.

El área bajo su control incluyó, en lo fundamental, el distrito de Zilina. Ahí se encarga de asegurar las principales vías de transporte y la continuidad de la producción industrial, en particular en la fabricación de munición en Povazska Bystrica. En toda esta zona, los combates con los grupos partisanos llegaron a ser frecuentes. Según Heike, desde el primer momento de su llegada a Eslovaquia, las unidades ucranianas participaron activamente en misiones de búsqueda y destrucción de las fuerzas partisanas.

Además de esta actividad, más propia de una fuerza policial de dimensión represiva, los ucranianos también participaron en actividades propiamente militares. La principal actuación correspondió al Batallón, dirigido por el teniente coronel Wildner, que participó de forma directa en el ataque de noviembre de 1944 contra el feudo de los insurrectos en Banska Bystrica. En esa zona, en el distrito de Zvolen-Banska Bystrica, los combates con los partisanos fueron constantes y llegaron hasta las zonas de montaña cercanas, en el área Fatra-Tatra.

Justificada como de inspiración bolchevique (según Heike, comisarios y oficiales soviéticos constituían la columna vertebral de un movimiento con poco apoyo entre el nacionalismo local), la insurrección eslovaca de 1944 era en realidad una rebelión de la mayor parte del ejército. En su introducción a las memorias de Heike, John A. Armstrong considera que se trataba de un intento de liberación del nazismo que incluso buscaba adelantarse al avance de las fuerzas comunistas en el país.

Al final de su estancia en Eslovaquia, la División ucraniana participó en la preparación de posiciones defensivas para hacer frente al avance del ejército soviético. En ese periodo, el área bajo su control se extendió hasta el valle del Nitra. A finales de diciembre de 1944 y primeros de 1945, la División envió un grupo de combate al sur de Eslovaquia, en la zona de Banska Stiavnica, donde se enfrentó directamente al Ejército Rojo.

Estiria y Eslovenia

Después de su participación en la represión del movimiento de resistencia eslovaco, la División ucraniana es transferida a partir del 31 de enero de 1945 a la conflictiva región de Estiria, donde vuelve a demostrar su papel de aliado de la Alemania nazi en su lucha contra los movimientos locales de liberación. Esta región austriaca había sido de facto extendida para incluir la parte norte de Eslovenia. La ocupación alemana de esta zona de la Yugoslavia de pre-guerra se basó en la estructura regional nazi, con el nombre CdZ-Gebiet Untersteiermark [Territorio de la Baja Estiria], perdurando entre abril de 1941 hasta la liberación en mayo de 1945.

Estiria, de histórica población mixta eslovena-alemana constituía un territorio reivindicado tanto por Alemania como por el movimiento de liberación esloveno. Las tropas ucranianas se desplegaron en un área que va de Deutschlandsberg en Austria a Slovenska Bistrica, entonces llamada Windish-Feistritz. Esta zona incluía el núcleo industrial situado entre las ciudades eslovenas de Celje y Maribor. Ahí completan su despliegue el 28 de febrero de 1945, asumiendo el control de una de las zonas de seguridad en las que habían quedado divididas por los alemanes las provincias de Estiria y Carintia.

El objetivo de la División en la llamada Baja Estiria era liderar la acción contra los partisanos eslovenos de Tito que controlaban gran parte de la zona, con apenas algunas excepciones. Una de ellas era el distrito al este de Maribor, dominado por chetniks eslovenos leales al régimen hitleriano.

La lucha contra los partisanos de Tito se desarrolló de forma continuada para dejar libres las principales arterias de comunicación y transporte, en especial entre Celje y Maribor. A diferencia de Eslovaquia, donde las fuerzas alemanas consiguieron acorralar a los partisanos y alejarlos hacia las montañas, en la Eslovenia de 1945 nunca llegaron a rodearlos y destruirlos. La confrontación con las unidades partisanas no terminaban siempre además con una posición de fuerza de las unidades alemanas, entre ellas la División ucraniana, sino que éstas se veían con frecuencia forzadas a retroceder.

La División trató de rodear a los partisanos en los picos nevados entre Ljubliana y Menina Planina y, algunos días más tarde en los distritos de Mozirje, Ljubno y Solcava, al lado del macizo de Boskovec, en ambos casos sin éxito, sufriendo en esas operaciones ataques aéreos por parte de los aliados. La penetración directa en las zonas partisanas se hacía prácticamente imposible porque, en un territorio con menor presencia de fuerzas militares alemanas, un ataque directo masivo dejaba al descubierto las propias bases centrales alemanas y ucranianas ante los ataques partisanos. En su política de control territorial, sólo consiguieron cierto éxito en el distrito del río Sava, cerca de Celje.

Las bases políticas de la acción contra la insurrección

Como muestra Heike en sus memorias, en la lucha contra los partisanos y demás fuerzas insurrectas en Eslovaquia y Eslovenia, la División ucraniana se apoyó en los principales movimientos de la extrema derecha local.

En Eslovaquia, Heike menciona “la relación cortés” de la División ucraniana con la Guardia Hlinka y su partido, el Partido Popular Eslovaco, las principales bases de las fuerzas ultraderechistas y violentas que apoyaban al Eje en Eslovaquia.

En la llamada Baja Estiria, hoy eslovena, la base política de apoyo a los ucranianos no era el partido nazi, inexistente en la zona, sino el Steirischer Heimatsbund de Franz Steindl. Un miembro de la primera época de las SA, entre 1938 y 1941 se había encargado de impulsar el NSDAP, el partido nazi, en la zona antes de formar los batallones paramilitares pro-nazis que representaban el Heimatsbund.

Como señala Heike, el apoyo de esta organización a la División ucraniana se mantendría hasta la rendición final. Resultó decisiva en todo momento en las tareas de control de la línea del frente, por ejemplo en la consolidación de sus posiciones a lo largo del río Mur. Ahí contarían temporalmente también con el apoyo de un destacamento de artillería de las fuerzas militares de la Hungría pro-Eje, en retirada ante el avance de las tropas soviéticas.

La otra cara de la acción ucraniana: los regimientos de policía y los batallones de trabajo

Como señala Heike, antes de la rendición final de Alemania, la División ucraniana participó también en la organización de batallones de trabajo en Austria. En sus orígenes, la creación de División Galicia no sólo sirvió para participar del esfuerzo bélico alemán, también para colaborar en su acción de represión policial. Lo reflejan los cinco regimientos de policía SS que se constituyeron a partir de los voluntarios reclutados en 1943 para la División Galicia. Los reclutas menos cualificados para la acción militar fueron derivados hacia esos regimientos policiales.

Estos voluntarios fueron entrenados para formar parte de la maquinaria policial de las SS alemanas en distintas zonas de Francia, tanto en el norte (Metz) como en la zona sudoccidental (Pau, Tarbes y Salies de Béarn, en la frontera con la zona del País Vasco francés). Durante su periodo de formación, estas fuerzas también participaron en la lucha contra los partisanos franceses (aunque algunos de sus miembros acabaran uniéndose a ellos, por ejemplo el grupo de Osyp Kurkovsky que se une a las fuerzas del General Legrand). Tras finalizar su formación en 1944, los miembros de los regimientos ucranianos de las SS fueron enviadas a distintos destinos, entre los que se han señalado el sur de Francia, Alsacia, los Países Bajos, Alemania, Polonia,

No ha sido investigado con detalle la historia de estos regimientos como tampoco el papel de la División ucraniana como policía represiva en un periodo en el que el asesinato de disidentes y minorías era un rasgo esencial del régimen nazi. Pero muchos indicios apuntan a la participación de estas fuerzas en los crímenes de guerra de la Alemania de Hitler. Entre los observados en la zona de presencia de las fuerzas ucranianas en Eslovaquia, Austria y Eslovenia, destacan algunos hechos.

El primero de ellos es la participación destacada de guardias ucranianos en la gestión brutal de determinados campos de concentración, por ejemplo Strasshof, al sur de Viena.

Un segundo elemento es la participación en las llamadas marchas de la muerte que se desarrollaron al final de la guerra en el sudeste de Austria y que tuvieron una importancia relevante en la suerte final de la población judía húngara enviada a campos de labor a aquel territorio. Según algunas fuentes, recogidas por AK Hinterland, había en la zona de Feldbach, donde se encontraba la División ucraniana, varias unidades de las Waffen-SS que tenían funciones de guardia y que, en especial en marzo y abril de 1945, se vieron implicadas en fusilamientos de judíos húngaros utilizados como trabajadores forzosos. Fuentes creíbles señalan que miembros ucranianos de las Waffen SS participaron en algunas de esas marchas.

En tercer lugar, debe señalarse la actuación de las fuerzas de la División ucraniana en sus acciones antipartisanas. A pesar de su posición favorable hacia los ucranianos, Heike reconoce la existencia de abusos contra las poblaciones locales. En Eslovaquia señala “casos aislados de excesos hacia la población civil”, inevitables según él dado el apoyo de la población a los partisanos. Según Heike, los “ucranianos fueron acusados por varios partidos de excesos de los que no fueron responsables”. Sugiere que muchos de los excesos eran en realidad atribuibles a la Brigada Dirlewanger de las Waffen SS y al llamado Osttürkischer Waffenverband (Grupo de Combate Turco-oriental). Esas unidades, en cambio, atribuían esos excesos a los ucranianos.

En Eslovenia, Heike afirma que “no hubo casi excesos cometidos contra la población local. Lo que pudo haber ocurrido se dio durante el combate con los partisanos, cuando era a menudo difícil distinguir civiles inocentes del enemigo”. Como en Eslovaquia, en Eslovenia también algunas unidades alemanas acusaron de acciones criminales a la División ucraniana.


La defensa del frente nazi en Austria y la rendición final

Al sur del río Drava, la División ucraniana preparó a mediados de marzo de 1945 una última operación de envergadura, destinada a neutralizar a la brigada partisana de la llanura de Pohorje (Bachern), la principal fuerza antialemana en la zona.

Era el último intento de neutralizar a los partisanos antes del definitivo envío al frente austriaco. La pinza que suponía la acción partisana en el norte de Eslovenia y el avance desde Hungría del Ejército Rojo iba a forzar el repliegue de las fuerzas ucranianas de la Alemania nazi a la parte austriaca de Estiria. Ahí se unirían a las unidades de combate alemanas, entre ellas los voluntarios nórdicos de la 5ª División Panzer SS Wiking. La División ucraniana acabaría configurando una de las fuerzas destinadas a fortalecer el llamado Ostwall, el último muro destinado en el sureste de Austria, incluyendo el área controlada de Maribor, a frenar el avance soviético. Esto suponía también pasar de una acción básicamente contrainsurgente, con una fuerte dimensión policial de control del territorio, al enfrentamiento militar directo.

A finales de marzo, la División ucraniana se encarga de organizar la defensa alemana de Maribor y el control del río Mur en Spielfeld, algunos kilómetros al norte de Maribor. Está igualmente presente en el distrito de Radkersburg. Antes de replegarse a Völkermarkt, el regimiento de reserva-formación de los ucranianos se mantenía en Deutschlandberg y ahí seguía combatiendo a las formaciones partisanas.

Pero es en el área entre Feldbach y Gleichenberg en la que se centrará la intervención de esta División en favor de la Alemania de Hitler. Ahí, las unidades de reconocimiento soviéticas habían descubierto una brecha entre el 2º Ejército Panzer y el 6º Ejército de Alemania. La División ucraniana asumiría a partir del 31 de marzo el objetivo de cerrar esa brecha tras quedar integrada en el 2º Ejército.

El avance de los ucranianos se inicia oficialmente el 1 de abril de 1945, tomando control del pueblo de Straden antes de capturar las elevaciones de Stradner-Kogel, Gleichenberg-Kogel y el castillo de Gleichenberg. En esta localidad la batalla por su control resulta particularmente dura pero culmina con el cierre de la brecha entre los entre los dos ejércitos alemanes.

Durante el mes de abril y primeros de mayo se inicia un periodo de ataques y contraataques en el frente austriaco. La División ucraniana se enfrenta ahí al llamado 3er Frente Ucraniano del Ejército Rojo, una situación que Heike resumía así: “Ucranianos del Este se enfrentaban a los del Oeste”. El ejército soviético pronto se haría con las elevaciones de Stradner-Kogel y Gleichenberg-Kogel. La División nazi ucraniana solo consiguió mantener el estratégico castillo de Gleichenberg.

El frente austriaco se estabiliza por entonces en torno a la línea Gnass/Bad Gleichenberg/Stradner-Kogel/Feldbach, un frente que empieza a hacerse insostenible a finales de abril. Ante el inminente colapso de Alemania, en los primeros días de mayo las fuerzas militares en el Ostwall empiezan a pensar en la retirada, con un objetivo principal en mente: entregarse ante los aliados anglo-americanos para evitar caer en manos del Ejército Rojo. A partir del día 7 de mayo de 1945 se inicia una retirada completa, con abandono sobre el terreno de todo el material militar, haciendo efectivo el acuerdo final de retirada adoptado un día antes. Ese día 6, Shandruk, Wachter, Bisanz y Arlt retornan al frente para ordenar una retirada rápida que permitiera a la División ucraniana no caer en manos de los soviéticos.

En la mañana del día 8 de mayo de 1945, el grueso del entonces denominado Ejército Nacional Ucraniano de la Alemania nazi inició su retirada en dirección al noroeste, tras cambiar el rumbo inicial previsto hacia Völkermarkt, bajo control de los partisanos de Tito. Salvo algún ataque aislado, mantenido hasta el día 10, el ejército soviético dejó hacer y no organizó una ofensiva en toda regla a lo largo del frente.

Una parte de la División ucraniana se rendiría en Radstadt ante el Ejército de Estados Unidos, pero su núcleo principal lo hizo en Spittal ante el ejército británico. Antes, se había concentrado en el área entre Tamsweg y Saint Andrä junto a sus mandos alemanes. Llevado por la desesperación ante la noticia de que los aliados estaban internando a todas las unidades extranjeras y a las Waffen SS en Tamsweg, el General Freitag, comandante principal de la División ucraniana, optó por el suicidio. Su principal impulsor, Otto Wächter, desapareció por su parte en dirección a las montañas austriacas. Según Heike, “ésta fue la forma en la que el cuartel general de la División quedó disuelto, más bien prematuramente. El suicidio del comandante da testimonio de su falta de responsabilidad hacia su unidad”.

De esta forma, con la rendición de unos 10.000 combatientes del nuevo Ejército Nacional Ucraniano antes las tropas británicas y norteamericanas, terminó la participación ucraniana en el esfuerzo de guerra de la Alemania de Hitler.

Pero ahí empezó otra historia, la que llega hasta nuestros días. Amparándose en su condición legal de antiguos ciudadanos polacos (aunque no todos lo eran) en el Gobierno General hitleriano de Polonia, británicos y estadounidenses acordaron no entregar a los miembros de la División ucraniana a la Unión Soviética. No correrían así la suerte de sus aliados cosacos rusos. A pesar de su levantamiento contra las nuevas autoridades aliadas en Judenburg, acabarían siendo entregados a las autoridades soviéticas, de acuerdo con los acuerdos concluidos entre las fuerzas vencedoras de la Guerra.

De Spittal, los ucranianos (ahora convertidos en polacos protegidos por las autoridades del Vaticano) fueron enviados al campo británico de Rimini antes de ser distribuidos en distintos lugares del Reino Unido y Norteamérica. Un primer grupo de “estudiantes ucranianos” procedentes de Rimini llegó a España en diciembre de 1946. En sus diferentes destinos, el nacionalismo ucraniano que había colaborado con Hitler se recompondría para continuar su eterna lucha contra la URSS y Rusia, ahora con el apoyo de sus nuevos aliados. Como la Alemania nazi, los nacionalistas ucranianos y los aliados anglosajones pusieron las bases de una estrategia compartida: liquidar a la Unión Soviética y al comunismo.

Pero a pesar de su actual posición de victoria y su intento por reescribir la historia, el nacionalismo ucraniano nunca podrá cambiar el sentido de los hechos. Este nacionalismo extremista decidió, de forma consciente, asumir la derrota y rendición de la División Galicia de las SS como Ejército Nacional Ucraniano. Puede que lo hiciera como un acto de afirmación de la nación ucraniana pero ese acto no puede obviar las consecuencias prácticas de aquellas decisiones. Siempre será recordado por la historia como el compromiso inequívoco del nacionalismo ucraniano con la Alemania nazi. En el sur de Austria, las fuerzas ucranianas se convirtieron de hecho en uno de los pilares de la última resistencia de la Alemania nazi. Y es con el nombre de Ejército Nacional Ucraniano como el nacionalismo extremista de la Galicia ucraniana formará siempre parte de los derrotados en la Segunda Guerra Mundial.

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