«Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo»Albert Einstein.
Con todo el respeto que estos caballeros me inspiran, escribo esta crónica a modo de relajo con un poco de seriedad, a modo de reflexión sin sobriedad. El célebre periodista peruano César Hildebrandt Pérez Treviño, en una entrevista que le hice, que fue más una clase magistral que me dio, comentó que la política no era otra cosa más que el refugio de los inútiles. Creo que tiene mucha razón. Pero como toda regla siempre hay una excepción.
Y es el caso de dos hombres, que tranquilamente puedo cantarles un extracto de una buena canción de los auténticos decadentes: ¨Y a mí me volvió loca su forma de ser¨, puesto que ambos son raros, extraños, ambiguos, misteriosos, fuertes, tenaces, atrevidos, un poco malcriados en el buen sentido, me refiero a que no se acobardan pues, pero al mismo tiempo, son todo lo que nunca vi en políticos del mundo de los últimos tiempos como lo citan las profecías de los sabios, estos son atractivos, jóvenes, delgados, poderosos, irreverentes, singulares, simpáticos y cada quien con una identidad, carácter y personalidad política arrolladora.
Empezaré por Pedro Sánchez, 44 años, economista de profesión y deportista del basquetball, bailarín de breakdance en su adolescencia, está casado con una delgada, alta y muy guapa mujer que va siempre vestida de rojo, color resaltante para el PSOE partido que tiene por símbolo a una rosa roja y que en todo acto público aprovecha para darse besos infinitos en la boca, como estrategia me parece novedosa, en el lenguaje del marketing nos están mandando la indirecta no sólo de que son muy fogosos sino que ahí hay amor del bueno y que se aman mucho, muy válido y respetable, razón por la que me cae bien Pedro Sánchez ya que sin ningún tapujo le demuestra a todas las españolas que es ella, Begoña Gómez el único amor de su vida ¿y qué?, perfecto bien por ellos.
Este hombre, aparte de ser muy alto y delgado y parecer más un actor de Hollywood, también ha pasado a la fama política por nada más ni nada menos que decirle en la cara en un debate ante todas las cámaras a Rajoy, entonces candidato para la presidencia de España: ¨INDECENTE¨. Vaya Pedro Sánchez al parecer le dijo al señor lo que muchos de los españoles decepcionados y desempleados querían decirle.
Por otro lado, está Pablo Iglesias, 37 años, fundador del partido Podemos, camina con una mochila como un muchacho más, no parece percatarse de la gran responsabilidad que tiene, un hombre que desde hace muy poco salió a la fama y con un discurso heavy y con aristas socialistas ha ganado muchos escaños en el Congreso de los diputados.
Tiene el cabello largo y bien cuidado, se hace una cola, y aunque los varones no lo crean, roba suspiros a muchas mujeres, porque es un maestro de la oratoria, le pone pasión a todo lo que dice, no se deja de los periodistas y le dice lo que sea a quien tenga que hacerlo. Es inteligente, abogado de profesión y hasta antes de ser un personaje relevante, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y ha llamado mi atención un video donde sale arriba de su escritorio incitando a que todos sus alumnos suban en su carpeta tal como lo hizo Robin Williams en la película La sociedad de los poetas muertos, logrando con esto el desafío a la autoridad, con la frase inolvidable de Walt Whitman: “oh capitán, mi capitán”.
En definitiva, son estos dos hombres quienes se van a disputar el poder en las elecciones de España el próximo 26 de junio.
¿Cúal de los dos ganará, el Quijote de la Mancha del siglo XXI, como llaman a Iglesias o Pepe Cortisona, caricatura del chileno Pepo donde dicho personaje le da vida al ideal de belleza de un hombre, como Ken, novio de Barbie?
Enfrentados no sólo por el poder sino también por un tema bastante peculiar, Pablo Iglesias es el homónimo del fundador del partido del PSOE y lleva ese nombre porque su abuelo y su padre eran simpatizantes de tal partido. ¿Cosas del destino, no?.
Y termino con una gran frase de William Hazlitt: ¨El prejuicio es hijo de la ignorancia¨.
Zully Pinchi Ramírez
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