viernes, 14 de agosto de 2015

En Siria se juega la paz regional

Estados Unidos y sus aliados occidentales, acompañados por el régimen de Israel, Turquía y Arabia Saudí planifican, bajo la doctrina exterior de la Administración de Barack Obama – la denominada Leading From Behind – la estrategia de desestabilización de la república de Siria.
Tal hipótesis es posible visualizarla a partir del papel que ha cumplido Estados Unidos, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el propio régimen de Israel, con las ideas y acciones destinadas a derribar lo que se consideran regímenes árabes corruptos y políticamente inestables, desde el punto de vista del apoyo incondicional, que se supone debían tener a Occidente.
Si en principio esos gobiernos derribados tenían cierta postura contraria a la presencia occidental en esa zona del mundo, con el paso de los años, dicha influencia fue aceptada, convenida e incluso devino en férreas alianzas. Ello, como parte de un interés notorio y geopolíticamente discutible pero no extraño. Es en ese marco, que Siria se convirtió en el próximo paso de una estrategia que pretende “democratizar” al estilo occidental el Medio Oriente, así como se ha hecho, supuestamente en el Magreb y Egipto. Un fracaso que quiere ser replicado.
OBJETIVOS MAYORES
Pero, la razón de fondo a esta política de agresión contra Siria radica, esencialmente, en los objetivos del régimen de Israel – compartido por el denominado Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israel - AIPAC por sus siglas en inglés - de destruir al único Estado Árabe, que constituye un adversario de envergadura contra el sionismo. Para el régimen de Tel Aviv y los Halcones estadounidenses, ver caer a Bashar al-Asad, constituye una de las vigas principales en el plan de tener tránsito libre, tanto en el plano aéreo como terrestre para dominar Oriente Medio y atacar Irán. Y en el análisis global, es también una jugada contra Rusia, pues una eventual caída de Siria dejaría a Moscú sin una de su dos bases militares fuera de territorio ruso y en este caso, único punto situado en el Mediterráneo, como es el puerto de Tartus. Igualmente, para el régimen de Israel el objetivo sirio persigue destruir a Hezbolá (El Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano) y HAMAS (El Movimiento de Resistencia Palestina), un dolor de cabeza para los afanes hegemónicos en la región.
Los últimos años de Ben Ali en Túnez, Mubarak en Egipto y Gaddafi en Libia representaron una postura netamente pro occidental, que políticas exteriores proclives a apoyar la lucha del pueblo palestino, los afanes libertarios del pueblo saharaui o solidarizar con Irán frente a las políticas de agresión del régimen de Israel y Occidente, en el concierto de disputa contra la hegemonía Washington-Tel Aviv, que no modificaron la situación estratégica de Oriente Medio, donde lo significativo es lo que pueda ocurrir en Siria, blanco hoy de una de las más grandes conjuras internacionales e intervenciones de las grandes potencias en su disputa de poder hegemónico, que ha significado desde febrero del año 2011 a la fecha, la muerte de 250 mil sirios y el desplazamiento de 13 de los 22 millones de habitantes de este país, que juega un papel crucial en Oriente Medio, explicado, fundamentalmente por su posición geográfica – que sigue siendo un elemento fundamental,  a pesar de la imposición de conceptos como la globalización, como si con ello hubiese que dejar de lados consideraciones más locales o regionales.
Ubicada entre Turquía e Irak, Jordania, Israel y El Líbano su presencia y apoyo a movimientos contrarios al régimen de Israel, por ejemplo, y por extensión a Estados Unidos, sitúa a Siria entre los países miembros del “eje del mal” denominación del léxico de los gobiernos de George W. Bush, pero que se ha mantenido incólume en la praxis de los Halcones de Washington bajo la administración de Obama. Dotada de una superficie de 185 mil kilómetros cuadrados, este país del levante mediterráneo  alberga los mencionados 22 millones de habitantes, donde más de la mitad vive en sus principales ciudades: Alepo, Damasco, Homs y Latakia.
Siria se debate entre una coacción política-militar interna y fuertes presiones de Estados Unidos, la Liga Árabe, las potencias occidentales y su vecino israelí. El Gobierno de Basar al-Asad y la población siria viven hoy el ataque por dos frentes, aquellos que escudados en un supuesto ataque a EIIL (Daesh en árabe) implica la destrucción vía bombardeos aéreos de su infraestructura vial e  industrial por parte de la Coalición Internacional liderada por estados Unidos y los ataques impulsados por el terrorismo Takfirí de grupos como Daesh, Frente Al-Nusra y aquellos grupos menores que se infiltran desde Turquía y Jordania, contando para ello con el aval, financiamiento y pertrechos de Arabia Saudí, el régimen de Israel y Turquía.

‘Habrá guerra civil en Turquía’: Bienvenido a Cizre, centro de la ‘resistencia kurda’


Se han excavado trincheras en Cizre. De varios metros de ancho y protegidas con montículos de tierra y material de construcción, aparecieron bloqueando las carreteras en este enclave kurdo en el sureste de Turquía después de que Ankara lanzara, en julio, una campaña aérea intensiva contra el prohibido Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Los niños juegan en ellas durante las horas diurnas. Pero por la noche, cuando la policía se acerca, están patrulladas por grupos de jóvenes armados, quienes tratan de repeler estas incursiones mediante feroces enfrentamientos que han dejado al menos un muerto y numerosos heridos.
Cizre ha pasado años al margen de la guerra. La anodina ciudad de algo más de 100.000 habitantes se encuentra a orillas del río Tigris, a unos 48 kilómetros del punto dónde Turquía lidia con el conflicto que devasta Siria e Irak, y dónde la violencia se extravía con regularidad a través de las fronteras nacionales. Ahora, el ciclo de ataques aéreos y los ataques del PKK renovados contra las tropas turcas amenazan con un retorno a las tres décadas de lucha entre las dos partes que se ha cobrado más de 40.000 vidas. Y aquí los residentes se sienten como si fueran el epicentro de la contienda.
“Hay un dicho, ‘si hay paz, comenzará en Cizre, y si hay guerra, comenzará aquí también'”, dijo la co-alcaldesa de la ciudad Leyla Imret, de 28 años, a VICE News recientemente. “Y ya podemos decir que tenemos una guerra civil en Turquía”. Imret, cuyo padre fue asesinado por las fuerzas de seguridad cuando tenía cinco años y creció en Alemania, describe su barrio como un epicentro de resistencia contra el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su Partido por la Justicia y el Desarrollo (AKP).
Es obvio, incluso sin las trincheras. Las paredes grises de la ciudad están grafiteadas con las siglas de grupos combatientes kurdos: el PKK, la organización que agrupa en la Unión de Comunidades Kurdas (KCK), la rama juvenil del YDG-H, la franquicia siria de las YPG-YPJ, y con el apelativo “Apo”: una referencia al fundador del PKK y aún líder, Abdullah Ocalan. La presencia de la policía en la ciudad es mínima, a pesar de que las autoridades piden refuerzos de los alrededores y las patrullas se llevan a cabo en convoyes de vehículos blindados.
Los ataques aéreos comenzaron el 24 de julio después de que el PKK matara a dos agentes de policía en represalia por un atentado suicida en la ciudad fronteriza de Suruç, que dejó a 33 activistas pro-kurdos muertos. El atacante fue entrenado por el llamado Estado Islámico (EI), pero los kurdos culparon a las fuerzas de seguridad turcas de laxitud y de estar confabuladas con el grupo y afirmó que los oficiales asesinados habían estado trabajando con los yihadistas.
Los ataques del gobierno turco son parte de una dual “guerra contra el terror”, que asegura que está centrada tanto en el PKK como en EI, pero que hasta ahora se ha concentrado, casi exclusivamente, en los combatientes kurdos. Desde entonces, este grupo, que Turquía y los EE.UU. ven como a una organización terrorista debido a su historia de ataques contra objetivos civiles y militares, ha lanzado una serie de ataques contra objetivos militares y policiales, matando a varios de sus efectivos.
La historia de Cizre de agitación y apoyo al PKK se remonta a décadas. Durante los peores años de la insurgencia, en la década de 1990, decenas de personas murieron en las frecuentes luchas callejeras.
Un acuerdo de alto el fuego en 2013 trajo una paz frágil al sureste de mayoría kurda en Turquía y concedió más derechos a una población largamente sometida a las restricciones en el uso de su propia lengua y en sus prácticas culturales. Pero Cizre fue uno de los puntos dónde las grietas en el proceso de paz se mostraron primero.
Cuando Estado Islámico pretendía capturar el enclave fronterizo sirio-kurdo de Kobane a lasYPG en octubre mientras Ankara miraba, aparentemente poco dispuesta a ayudar, los kurdos de Turquía estallaron. Los enfrentamientos entre los partidarios de las YPG y, el islamista y kurdo Partido de la Causa Libre (Hüda-Par) y las fuerzas de seguridad mataron al menos a 35.
El YDG-H posteriormente proclamó la autonomía en Cizre, excavó trincheras y estableció puestos de control en busca coches y gente desde la noche hasta el amanecer. Las tensiones aumentaron de nuevo en invierno, cuando un grupo de jóvenes murieron en combates, entre ellos dos niños — Umit Kurt, de 14, y Nihat Kazanhan, de 12 —, que al parecer perecieron a manos de la policía en enero.
Posteriormente, Ocalan llamó a la calma a Cizre en una misiva ampliamente vista como un toque de atención al ala juvenil, YDG-H. Estos se echaron atrás y desmantelaron las fortificaciones. Para el grupo es fácil el reclutamiento entre la población empobrecida debido a las pocas oportunidades de empleo y la mano dura policial que golpea a muchos jóvenes por sus presuntos vínculos con el KCK, allanando, en el proceso, el camino hacia la militancia en el grupo.

La histórica apertura de la embajada de EE.UU. en Cuba: ¿Y ahora qué?


Por primera vez en 70 años, un secretario de Estado estadounidense llega a Cuba. John Kerry ha abierto oficialmente este viernes la embajada de EE.UU en este país caribeño, lo que cierra una etapa clave que busca poner fin a la Guerra Fría que separa a estos países desde hace más de medio siglo. Este paso supone un gran avance en el proceso de normalización que arrancó en diciembre pasado, pero que aún está lejos de terminarse.


John Kerry ha llegado a Cuba el 14 de agosto en la primera visita en 70 años de un secretario de Estado de EE.UU. a la isla, donde ha participado en la ceremonia de apertura formal de la embajada de EE.UU. en La Habana, que fue abierta de facto el pasado 20 de julio, cuando quedaron restablecidos oficialmente las relaciones diplomáticas entre ambos países. Kerry presidió la ceremonia de izado de bandera estadounidense, en la que participarán tres de los marineros que la arriaron en 1961.
Durante su visita, que dura solo un día, Kerry se ha reunido con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, para ofrecer una conferencia de prensa conjunta, de forma análoga a la ceremonia de apertura de la embajada cubana en Washington celebrada el pasado mes de julio. No está previsto ningún encuentro entre el canciller estadounidense y el presidente cubano, Raúl Castro, ni tampoco con Fidel Castro.
EE.UU. aún no ha designado embajador en Cuba, y su misión diplomática será presidida por el encargado de negocios, Jeffrey DeLaurentis. El personal de la misión aumentará de 50 hasta 75 personas, y los diplomáticos estadounidenses ya no tendrán que obtener permiso para viajar por Cuba.

Cuestiones prioritarias

La visita de Kerry a Cuba y la apertura formal de la embajada estadounidense marca el fin de la primera etapa clave de la normalización de relaciones entre ambos países, proceso iniciado en diciembre del 2014 gracias a la voluntad política de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro. En las siguientes etapas se prevé que los dos países intensifiquen su cooperación en una amplia gama de cuestiones económicas, financieras, comerciales y de seguridad.
Los países esperan profundizar su nivel de cooperación marítima para hacer frente al terrorismo y al narcotráfico en la región, así como para atender el problema de la migración. Entre los delegados que visitarán Cuba con John Kerry figuran cargos de los Departamentos de Tesoro y de Comercio, ya que uno de las cuestiones más acuciantes pasa por el desarrollo de las relaciones económicas y comerciales, bloqueadas por el embargo. Los temas medioambientales y de salud pública también figuran en la agenda.
Uno de los resultados más visibles de la apertura de relaciones entre Cuba y EE.UU. es el incremento de las visitas mutuas entre los ciudadanos de ambos países. De hecho, el turismo estadounidense en Cuba ya ha crecido un 36% durante los primeros cinco meses del 2015.

Conflictos no resueltos

No obstante, una serie de cuestiones aún no resueltas ponen de relieve la fragilidad de este proceso de normalización de relaciones entre los dos países. Eso sin mencionar el embargo económico que perjudica a Cuba desde hace más del medio siglo, y sin cuyo levantamiento La Habana se niega a culminar el proceso.

El ISIS realiza Atentado masivo en Bagdad causando 77 muertos y 200 heridos

Decenas de personas murieron en Bagdad el jueves cuando un terrorista hizo explotar una bomba en un mercado popular ese día, en lo que supuso uno de los ataques más mortíferos ocurridos en la ciudad en los pasados meses.

La explosión, que causó la muerte a 77 personas, se produjo poco después de que el jefe del Ejército estadounidense afirmara que la reconciliación en Iraq se está convirtiendo en algo cada vez más difícil y que el país podría dividirse.

La bomba explotó en un mercado de vegetales de Ciudad Sadr, un distrito predominantemente shií del norte de Bagdad, a las 6 de la mañana hora local, cuando muchos compradores suelen hacer sus compras. Unas 200 personas resultaron heridas.

El atentado destruyó el mercado matando también animales, incendiando vehículos y esparciendo restos de los productos por las calles.

El grupo EI reivindicó la responsabilidad por este brutal atentado en una declaración colocada en Internet.

Estos atentados son una fuente significativa de tensiones en Iraq, un país en guerra contra el terrorismo.

La explosión de Bagdad se produce dos días después de que un atentado en la provincia de Diyala, al noreste de la capital, causara la muerte a más de 30 personas.

Otro masivo ataque suicida en la provincia causó la muerte de 120 personas el pasado mes, en lo que constituyó uno de los mayores atentados en el país desde la invasión estadounidense de 2003.

Nasrolá : Hoy en día somos más fuertes y estamos bien preparados para seguir con nuestro deber

El secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano, Seyed Hasan Nasrolá, ofrece un discurso por 9º aniversario de la victoria libanesa en la guerra de 33 días impuesta por el Israel en 2006.

El secretario general de Hezbolá inició su discurso expresando su condolencia a las familias de los mártires que fallecieron durante la guerra, explicando que la ecuación de oro “Ejército, Pueblo y Resistencia” es la llave de la victoria.

Este día es el día de la victoria política y mediática que transmite nuestro mensaje; se trata de una respuesta firme, grande e importante al enemigo. Nosotros somos el país de la victoria, nuestra victoria es un verdadero y gran milagro, un gran favor de Dios, dijo Seyed Hasan.

Según Nasrolá, la victoria de 2006 de Hezbolá ha cambiado la ecuación regional y el enemigo ha fracasado en el logro de sus objetivos.

“Nuestro deber es rechazar todo tipo de ocupación a través de todos los medios posibles y disponibles”, dijo Nasrolá.

De acuerdo con Nasrolá, la voluntad y la firmeza de la Resistencia echaron por tierra el proyecto sionista para ocupar el sur de El Líbano y los israelíes se sintieron perdidos. “Los israelíes querían escapar hacia las fronteras”, indica con orgullo.

Seyed Hasan afirmó que bombardeos aéreos y ataques contra no pueden quebrar la voluntad y la resistencia de un pueblo, tal como ocurrió en Gaza y está ocurriendo en Yemen. Así que este tipo de estrategias nunca dan frutos.

“Los grupos terroristas como Frente Al-Nusra y el EI son los brazos del régimen israelí y de EE.UU en Oriente Medio y benefician sus intereses”, ha afirmado Nasrolá.

El líder de la Resistencia subrayó que el grupo terrorista Daesh, y sus extensiones en Oriente Medio y gran parte de África, representa un peligro “sin precedente” en la historia humana, lo que ocurre en Siria, Iraq, y en otros países, es una evidencia de la mentalidad salvaje e inhumana de estos terroristas que quieren imponer a la “fuerza de matar” su torcida mentalidad.

En el mismo contexto, Nasrolá subrayó que Siria ha frustrado por completo el proyecto destinado a desviar su orientación política hacia el eje EEUU-Israel en lugar del de la resistencia, agregando que Hezbolá seguirá ofreciendo apoyo al Ejército sirio en su lucha contra los grupos terroristas que operan en Siria desde hace más de cuatro años.

miércoles, 12 de agosto de 2015

Guerra Patriótica de Siria al 12-08-2015: Ejército elimina a terroristas y destruye sus pertrechos bélicos en exitosos operativos antiterroristas:



Como parte de su misión nacional de preservar la patria y proteger la vida de los ciudadanos, unidades militar del Ejército y las Fuerzas Armadas llevaron a cabo una serie de operativos antiterroristas en los que eliminaron a decenas de terroristas y destruyeron sus armas y municiones.

Damasco, Campo

En las afueras de la capital Damasco, las unidades militares respaldadas por la aviación militar realizaron varios operativos antiterroristas en las áreas de al-Gutata oriental y occidental.
Según el corresponsal de SANA, como consecuencia de las operaciones militares del ejército ocho terroristas cayeron muertos en la localidad de Sakba, así como un vehículo equipado con ametralladora pesada fue destruida en la localidad de Erbin.
En la ciudad de Dumma, donde se extienden los terroristas del llamado “ejército al-Islam”, las unidades estatales dirigieron duros golpes contra feudos del ejército al-Islam dejando un gran número de sus miembros entre muertos y heridos.
De acuerdo con una sobre terreno, tropas militares consiguieron retomar el control completo sobre 5 bloques en el barrio al-Yamiyat en el noroeste de la localidad de Darayia cerca de Damasco, cabe mencionar que en la localidad de Darayia se extienden varios grupos terroristas entre ellos los llamados Aynad al-Sham, la brigada de los mártires del Islam.

Alepo

Dos carros blindados y varios escondites del EI fueron destruidos a manos del ejército árabe sirio.
Una fuente militar le informó SANA, que unas unidades estatales dirigieron duros golpes contra terroristas del EI en la periferia de la academia de Fuerza Aérea ubicada a 40 k/m al este de la ciudad de Alepo.
Mientras tanto, en las localidades de Balat y al-Sfera ubicadas a 25k/m al este de la urbe, las unidades militares acabaron con muchos terroristas y destruyeron varios vehículos equipados con ametralladoras pesadas, según confirmó una fuente militar.

Deraa

En el sur del país, unidades del Ejército llevaron a cabo operativos antiterroristas en los que destruyeron a dos plataformas para lanzar misiles y un cañón de las organizaciones terroristas, en el poblado de Gharieh y en el distrito de Deraa al-Balad.

Latakia

En el campo norte de la provincia costera de Latakia en el extremo noroeste del país, unidades de las Fuerzas Armadas destruyeron un depósito de municiones y varios vehículos, incluyendo un vehículo blindado, de las organizaciones terroristas, en operativos militares antiterroristas contra sedes de las bandas terroristas en las zonas de Dweer Akrad, Yub al-Ahmar y Abu Rishah.

Homs

En el centro de Siria, unidades de las Fuerzas Armadas en cooperación con grupos de Defensa Popular, llevaron a cabo operativos militares contra los escondites de la organización terroristas del Estado Islámico en el campo este de la provincia de Homs.
En la ciudad de Palmira a 160 kilómetros al este de Homs, la fuerza aérea lanzó incursiones precisas contra concentraciones de los terroristas del EI, dejando a decenas de ellos entre muertos o heridos.
De igual manera, unidades estatales acabaron con terroristas del frente al-Nusra, en las zonas de Deir Ful, las aproximaciones de la localidad de Talbisa y enla colina de Umari ubicadas en el campo norteño de la urbe.

Idlib

En la provincia de Idlib, la aviación militar del ejército bombardeo concentraciones del grupo terrorista “ ejercito de Conquista, dejando grandes pérdidas tanto humanas como materiales en sus filas, dichas operaciones tuvieron lugar en las zonas de Jan Shejon, Maaret Mesrin, Ariha, y en la periferia del aeropuerto de Abu al-Duhour, según informó una fuente sobre terreno.

Hama

Varias aéreas de la provincia céntrica de Hama han sido escenas de operaciones antiterroristas, de acuerdo con una fuente militar, unas redadas de cazas de combate eliminaron a una cifra de terroristas en las zonas de Tal Waset, al-Ziyara, Tal zayram, al-Zakat, Kefer Zaieta y al-Bahsa ubaizadas en el campo de la ciudad.

ISIS en Arabia Saudí, el terror de vuelta a casa

El surgimiento de los terroristas takfiríes de Daesh y su fama se deben al apoyo de gobiernos de Occidente y reaccionarios de la región, como Arabia Saudí, Catar y los Emiratos Árabes Unidos.
No obstante, ese apoyo ya ha tenido consecuencias negativas para sus patrocinadores, algo de lo que somos testigos en los ataques terroristas en Europa y dentro de los propios países árabes, como Arabia Saudí. El caso más reciente es un ataque suicida, reivindicado por Daesh, contra una mezquita saudí, en el que perdieron la vida decenas de ciudadanos y efectivos militares.
En el siguiente artículo, pretendemos analizar las amenazas que pueden suponer los terroristas de Daesh para Riad, considerado su principal patrocinador. 
Daesh, que después de la ocupación de importantes ciudades de Irak, como Mosul y Tikrit, se autoproclamó como un Estado Islámico, es una rama de Al Qaeda, cuya base es la ideología salafista. No obstante, mediante la adopción de una actitud diferente a otros movimientos de su tipo, Daesh se ha esforzado por tener lograr una supremacía entre otros y postularse como un nuevo movimiento que reclama el liderazgo de todos los países árabes.
Al inicio, Daesh se planteó como una amenaza para Siria e Irak; de momento, cuenta con el control de casi la mitad del primero y un tercio del segundo. Estos terroristas, pese a todos sus altibajos, avances y retrocesos, en estos dos países, se han esforzado por extender el territorio bajo su control con el lema de “Estado Islámico permanente y en desarrollo”. En el marco de esa estrategia, en varios otros países de la región: Yemen, Libia, Arabia Saudí… Daesh ha conseguido fomentar la inseguridad y la inestabilidad, mediante sus actividades extremistas.
Arabia Suadí es uno de esos países en los que Daesh, con un ataque con bomba, anunció su presencia en la Provincia Oriental y, posteriormente, el Ministerio del Interior saudí declaró que había detenido a más de 400 miembros de este grupo en los últimos meses. Pese a que las autoridades de Riad pretendían, con esa noticia, demostrar la eficiencia de su sistema de seguridad ante las amenazas de Daesh, no se puede ignorar la preocupación de Al Saud por las posibles amenazas que este grupo extremista puedan representar.
Esa realidad nos conduce a la pregunta de ¿qué tipo de amenaza puede suponer Daesh para Arabia Saudí? Mientras sus integrantes extremistas, al inicio, formaban un instrumento al servicio de las políticas saudíes, con el paso del tiempo y el cambio de las circunstancias, se están convirtiendo en una amenaza para los saudíes.
Esa realidad nos conduce a la pregunta de ¿qué tipo de amenaza puede suponer Daesh para Arabia Saudí, si sus integrantes extremistas, al inicio, formaban un instrumento al servicio de sus políticas?
Mientras los saudíes se sentían satisfechos por las actividades de Daesh en Siria e Irak y sus esfuerzos para debilitar a sus respectivos gobiernos, el inesperado incremento de las operaciones de los extremistas takfiríes, especialmente la proclamación de un Califato Islámico por Abu Bakr al Baghdadi, pusieron a Al Saud ante nuevas amenazas.
Una primera causa sería el choque de intereses entre Daesh y Al Saud, es decir, en cuanto a la proclamación del liderazgo de los países musulmanes. En este sentido, Arabia Saudí, con sus políticas religiosas e ideológicas, se considera el líder del mundo musulmán, especialmente de los suníes, y así busca dar legitimidad a su papel en la región. Por lo tanto, el planteamiento de un califato islámico, considerado como un tema nostálgico entre los suníes, tiene efectos negativos para la legitimidad de los saudíes y su influencia.
La creciente influencia de Daesh entre los ciudadanos saudíes constituye la segunda amenaza para Riad. Según varios informes, más de la mitad de su población se podría consider seguidores de este grupo radical. Esa realidad, convierte a los ciudadanos saudíes en potenciales subordinados al mandato de Daesh y, como consecuencia, dificultaría garantizar la inseguridad en el país, así que un aumento de las explosiones y atentados en su territorio no sería algo ilógico a tener en cuenta.
La tercera amenaza reside en los obstáculos impuestos por Daesh a las políticas regionales saudíes. Al Saud, en la última década, se ha aprovechado de su política sectaria y las tensiones entre los credos de la región, gracias a los grupos extremistas, para aumentar su influencia y contrarrestar la de Irán. Sin embargo, hoy, esa estrategia no solo no funciona como antes, sino que se ha convertido en una de las principales amenazas para este país. Además, los saudíes no pueden contrarrestar a los terroristas de Daesh, ya que el wahabismo y el extremismo takfirí mantienen puntos en común, desde el punto de vista ideológico y, de esa forma, combatir a Daesh, sin tener en cuenta sus tendencias y principios, se vuelve una tarea casi imposible. Es decir, cualquier esfuerzo de Al Saud para equilibrar o modificar el pensamiento wahabí se consideraría un golpe a su legitimidad.
Con todo ello, se puede decir que el surgimiento de Daesh, la autoproclamación del califato islámico y la creciente influencia entre la opinión pública suní, ponen de relieve que en la complicada región de Oriente Medio, fundar y patrocinar a algunos movimientos y grupos podría tener consecuencias adversas para sus patrocinadores, como es el caso del apoyo de Arabia Saudí a los extremistas takfiríes, que ahora se han convertido en una creciente amenaza para su seguridad.

Miles de brasileñas apoyan a Rousseff ante intentos golpistas

Una multitud de mujeres brasileñas ha copado este miércoles las calles de Brasilia, capital, para apoyar a la presidenta Dilma Rousseff ante intentos golpistas.

Más de 35.000 mujeres procedentes de las zonas rurales del país han recorrido varias calles de la capital hasta llegar al estadio multiuso Mané Garrincha, donde han sido recibidas por la mandataria.


No dejaremos que haya retrocesos. Seguiré trabajando por sus sueños y sin permitir ningún retroceso en las conquistas sociales y democráticas de nuestro país", afirma la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.

Los manifestantes que iban coreando lemas como "contra el golpe" y "Dilma no estás sola", tras afirmar que los intentos desestabilizadores impulsados por algunos sectores de la oposición constituyen una maniobra "golpista", se han comprometido a "luchar" en las calles.

Una de las organizadoras de la manifestación, en declaraciones a los medios locales, ha considerado que Brasil está en "un momento crucial" por lo que ha instado a las campesinas a "levantarse contra el odio, la intolerancia y el conservadurismo", y a "rebelarse contra todo intento de golpe".

Ante la congregación, la dignataria suramericana ha pronunciado un discurso en el que ha descrito el acto como "un espectáculo de sentido político", que muestra "la garra de las mujeres".

"No dejaremos que haya retrocesos. Seguiré trabajando por sus sueños y sin permitir ningún retroceso en las conquistas sociales y democráticas de nuestro país", ha afirmado Rousseff entre aplausos.Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

De acuerdo con la dignataria, la movilización femenina, en respaldo de la autonomía, la justicia y la democracia, ha logrado ser un escenario donde brilla la resistencia ante cualquier intento caótico de la oposición.

Antes del acto, las campesinas han marchado por la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida que concentra todos los edificios públicos, y han manifestado su rechazo a las tramas contra la democracia frente al Parlamento.

Estas marchas se realizan mientras que, según encuestas, Rousseff se ha convertido en la presidenta más impopular de la historia de Brasil, con un 71 % de ciudadanos que considera la gestión presidencial “mala o pésima”.

Líder del PKK: atacando a los kurdos Turquía está protegiendo al ISIS

Cemil Bayik: Después de las elecciones cuando el presidente Erdogan vio que su plan de cambiar la constitución a su favor había fracasado,  que su partido el AKP había perdido poder y  el partido pro-kurdo HDP había ganado asientos, que las fuerzas democráticas habían ganado,  se negó a aceptarlo y empezó la guerra. Empezaron a arrestar, a atacar y a difamar a políticos del HDP, atacaron a nuestros milicianos, pusieron presión sobre los kurdos de Siria y nos impusieron la guerra.
JG: Dices que Turquía está buscando pretextos para la guerra. Turquía dice que ustedes los están atacando, ¿por qué no le dices a tus milicianos que paren la guerra?
CB: Los turcos dicen que están peleando contra el EI pero en realidad están peleando contra el PKK. Lo están haciendo para limitar la lucha del PKK contra el EI. Turquía está protegiendo al EI. Erdogan está detrás de masacres del EI, su meta es detener el avance de los kurdos contra ellos, adelantando así su plan de “turquificar” a Turquía.
JG: ¿Qué tiene que hacer Turquía para recuperar el cese de fuego y volver a la mesa de negociaciones?
CG: Han tratado de resolver el problema kurdo con la guerra y fracasaron. La única posibilidad es la negociación. Si Turquía acepta un cese de fuego y para sus operaciones militares nosotros dejaremos de pelear también. Pero Turquía necesita aceptar un monitor independiente que supervise el cese de fuego, si uno de los dos lados viola el acuerdo el supervisor informaría al mundo quién rompió el cese de fuego.
JG: ¿Aceptas que haya una mediación de capacidad internacional que lleve a los dos lados a la mesa de negociaciones?
CG: Mira, nosotros estamos dispuestos a aceptar la ayuda de quien sea, pero los poderes internacionales necesitan decirle a Turquía que no pueden resolver el problema con la guerra. Llevan 40 años peleando, han usado todas las armas y hasta han tenido ayuda de los poderes internacionales pero no han conseguido ningún resultado. En cambio el PKK se hizo más fuerte. Si los poderes internacionales le dicen esto a Turquía no podrán más que abandonar la guerra.
JG: ¿Qué tan efectivos han sido los bombardeos aéreos turcos contra sus fuerzas? ¿Cómo han afectado su lucha con el EI?
CG: Por años esta ha sido su propaganda, dicen que han matado y destruido al PKK, que el PKK está acabado. No sólo el PKK no está acabado, somos más fuertes y más grandes. Ahora estamos en una posición que puede afectar la política del Medio Oriente y del mundo.
JG: El Gobierno Regional del Kurdistán en Irak dice que el PKK atacó la tubería que lleva su petróleo al puerto de Ceyhan en Turquía. El petróleo es fundamental para el sustento de vidas kurdas en el KRG. ¿Por qué hicieron eso?
CG: Esa operación no se hizo con el conocimiento de la dirección. Nuestros milicianos locales lo hicieron. Hemos hecho una declaración lamentándolo, nosotros no estamos contra los intereses del Kurdistán  Iraki.
JG: EEUU apoya las operaciones recientes de Turquía contra ustedes y los llama una organización terrorista. ¿Qué piensa de esto?
CG: Ahora, el mundo entero sabe que si los kurdos en Siria, el YPG y el YPJ están avanzando en contra del EI, están organizados gracias al apoyo del PKK. El EI es el enemigo de la humanidad, de las mujeres, de los niños y de los valores, son el enemigo de la cultura y de comunidades. Así que nosotros apoyamos a quien pelee contra el EI. Vemos el apoyo de EEUU al YPG como algo positivo.
JG: Muchos creen que la guerra civil en Siria es una guerra proxy entre Irán, Arabia Saudita y Turquía. Es obvio que el gobierno turco apoya a la oposición contra Bashar al-Assad, un líder que está muy cercano a Iran. Medios de comunicación turcos dicen que el PKK recibe ayuda de Irán para pelear contra Turquía. ¿Reciben armas de Irán? ¿Están en contacto con Irán?
CG: Nosotros decimos que la guerra de Siria es una guerra entre Irán y Turquía. Irán está con el régimen sirio y Turquía con los grupos de oposición como el EI, el Frente al-Nusra y otros afiliados con Al Qaeda. Por esta razón nosotros no podemos estar ni con Irán ni con Turquía, no estamos ni con el régimen sirio ni con la oposición islamista. Nosotros apoyamos a la democracia, la tercera solución.
Traducción: Rojava Azadi
Fuente: BBC

Los mil frentes de Erdogan

Parece que fue ayer cuando medio mundo se abalanzaba sobre Turquía y su Presidente, Recep Tayyip Erdogan, por no ser lo suficientemente asertivos frente al conflicto sirio. El país se mostraba cuanto menos renuente – y cuanto más completamente opuesto – a intervenir en el nuevo escenario que la coalición internacional contra el Estado Islámico (Daesh, una de las posibles transliteraciones del acrónimo árabe ‘al-Dawla al-Islamiya fi al-Iraq wa al-Sham‘) concretaba en Siria e Irak. Algunos de sus motivos eran más que evidentes, otros resultaban más difíciles de confesar. Lo que a nadie pasaba desapercibido era que la ‘cuestión kurda’ ocupaba un lugar central en cualquier planteamiento estratégico y debate entre oficiales turcos. Y no ha dejado de hacerlo, ya que ha sido precisamente un atentado relacionado con los kurdos lo que ha impelido al país a plantarse y poner en obra un importante vuelco en su política exterior. Imposible concebir que un gobierno ultranacionalista como el turco no reaccionara frente al asesinato de 30 jóvenes a manos de la organización que quita al sueño a líderes y ciudadanos a lo largo y ancho del planeta. Improbable imaginar que un líder como Erdogan se quedara de brazos cruzados.


Primer pilar de la estrategia turca: contra Daesh


El 24 de julio, cuatro días después del ataque suicida en la ciudad de Suruç, Ankara lanzó sus primeras operaciones – de alcance, eso si, limitado – contra Daesh en Siria y permitió un avance que Estados Unidos llevaba meses solicitando: que la coalición internacional utilice sus bases de Incirlik y Diyarbakir para llevar a cabo incursiones. La embestida jihadista rompió el pacto de no agresión tácito entre Turquía y Daesh. El lugar de la misma – no por coincidencia -: una ciudad cercana a Kobane, simbolo de la lucha entre kurdos y Daesh. Ataque que bien puede ser interpretado en clave doble: contra los propios kurdos que les comen terreno en Siria y contra una Turquía que venía semanas recrudeciendo sus acciones. En los últimos días el país ha arrestado a más de 800 personas, sospechosas de tener vínculos con organizaciones terroristas, no sólo de carácter islamista sino en su gran mayoría afiliadas a la causa kurda-


Los turcos llevaban meses resistiéndose a colaborar con la coalición anti-Daesh. A cambio exigían el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Siria y una postura más firme frente a Damasco. Un ‘tapón de seguridad’ que ha sido finalmente creado, aunque en una superficie mucho menor que la ambicionada en un inicio. Una zona libre de Daesh y de bombardeos de Assad, en donde dar cobijo a refugiados y entrenar rebeldes. Aunque muchos creen que el movimiento responde a una necesidad de salvar los lazos con Washington, la razón más inmediata parece ser el temor de Turquía de que Estados Unidos profundice en su amistad con las milicias kurdas, aliado privilegiado contra Daesh dentro de Siria.


Todo apunta asimismo a que Estados Unidos se ha comprometido a evitar la creación de una zona autónoma kurda en territorio sirio. Los mismos Estados Unidos que han decidido de hecho ‘hacer la vista gorda’ frente a la acción militar turca contra el PKK en Irak y su partido hermano en el norte de Siria. Los mismos Estados Unidos que han impulsado la firma de un acuerdo nuclear con Irán que ha puesto en entredicho la postura de todos los actores de la región. Turquía no se queda atrás y con este movimiento se asegura una carta marcada contra el régimen sirio, protegido por losayatollah.


El acuerdo con el gobierno de Obama convierte a Turquía en piedra angular de la lucha contra Daesh. Así, el proto-califato podría encontrarse al borde de la aniquilación ahora que Turquía se ha unido a la batalla en su contra. Ha entrado en conflicto armado con casi todos los demás actores de la región. Sin embargo, pocos pueden predecir con certeza cuándo ni cómo va a ser derrotado. ¿Por qué? Ninguno de sus enemigos considera que derrotarles sea su prioridad. Todos tienen al menos otro enemigo u objetivo que creen firmemente más importante. Y Turquía no es una excepción.


Segundo pilar de la estrategia turca: contra los kurdos


El gobierno turco no ha decidido sin embargo limitarse a intensificar sus acciones contra Daesh, sino que ha aprovechado la oportunidad para avivar su campaña en el norte de Irak contra el PKK (Partido de los Trabajadores Kurdos), con quienes venía negociando estos dos últimos años, sin por ello eliminarlo de su lista de organizaciones terroristas. Unas negociaciones que los propios kurdos unilateralmente decidieron dar por terminadas ante el estancamiento del proceso y antes de reivindicar la pasada semana nuevos atentados contra objetivos militares turcos.


Turquía también ha lanzado ataques en territorio de la principal milicia kurda siria. El PKK mantiene fuertes vínculos con el Partido de la Unión Democrática Siria (PYD), que Turquía también lista como organización terrorista. Estados Unidos considera al PKK como una organización terrorista, pero apoya a grupos de combatientes kurdos en Siria, muy particularmente las Unidades de Defensa Popular (YPG). Dondequiera que PKK y PYD liberaban territorio en Siria, kurdos de lado y otro de la frontera establecíancantones con autonomía total y funcionamiento democrático.


Todo apunta a que los ataques turcos tienen como fin primordial limitar el creciente poder de los kurdos, e incluso los cada vez más intensos rumores de un Kurdistán independiente (cuyo embrión se estira de Tell Abyad a Afrin). El quid de la cuestión – o al menos uno de ellos – es que combatientes del PKK han estado involucrados en la lucha contra Daesh. La ecuación ‘ningún ataque contra Daesh sin bombardear al régimen sirio’ se ha visto sustituida por la ecuación ‘ningún ataque contra Daesh sin bombardeos contra los kurdos’. Todo ello sin confrontación directa con el régimen de Assad. Resulta difícil asimilar cómo ataques simultáneos contra grupos en ambos bandos de los conflictos en Irak y Siria pueden contribuir en lo más mínimo a apaciguar la situación. Todo lo contrario: esta política comporta un alto riesgo para Ankara: por una parte la amenaza de que se intensifique el movimiento de protesta kurdo (se estima que la población kurda representa en Turquía más de 15 millones de personas) y por otra la amenaza de ataques en territorio turco de las células durmientes de Daesh.


Los kurdos temen que Turquía utilice la ‘zona de exclusión aérea’, desde Marea a Jarablussu, como un instrumento mas para bloquear su intento de hacerse con el control de territorio en el norte de Siria. La acción turca contra el PKK en Irak representa además un peligro añadido: profundizar las divisiones entre los propios kurdos. Las tensiones ya se dispararon cuando Turquía recibió el apoyo explícito del líder del PDK – Partido Democrático del Kurdistán – Massoud Barzani. El PKK y el PDK defienden ideologías completamente distintas y han sido rivales durante décadas, pero estos últimos meses habían venido luchando juntos contra Daesh.


Desde el comienzo de la guerra en Siria, el PKK se ha convertido en un poderoso actor transnacional. Ha logrado que el PYD y el YPG sean los poderes políticos y militares kurdos dominantes dentro de Siria, y se ha ganado un apoyo popular sin precedentes en el Kurdistán iraquí. El estancamiento del proceso de paz con Turquía no sólo representa un no desdeñable riesgo de desestabilización el sudeste de Turquía, sino que también podría abrir una nueva dimensión en el conflicto en Siria e Irak. En paralelo, y para consternación de Turquía, el ascenso del PKK en Siria ha ido acompañado de una cierta rehabilitación política de la organización a ojos de los occidentales, conscientes de su compromiso en la lucha contra Daesh. Del mismo modo se ha ganado el respeto y legitimidad a ojos de muchos kurdos de Oriente Próximo, lo que incluye en especial a aquellos ciudadanos kurdos en Turquía que percibían el movimiento como un simple puñado de terroristas.


Una estrategia de cara a la galeria de la ciudadania turca


La incertidumbre política que reina en Turquía dicta todos y cada uno de los movimientos de los principales partidos, y todas las formaciones quieren sacar provecho de las ramificaciones de la masacre para sus propios fines políticos. Los turcos se muestran hastiados con la política del país para con el vecindario, y en muchas ocasiones se decantan incluso por la confrontación. Se palpa una división aún mayor entre las élites y el pueblo. La ira acumulada por grupos kurdos y radicales de izquierda es ya visible en las calles. El AKP, preocupado por las protestas callejeras masivas, ha dado instrucciones a las fuerzas de seguridad de que mantengan la ley y el orden a toda costa. La represión de las fuerzas de seguridad turcas también se ha dirigido contra algunos grupos izquierdistas y kurdos. El Primer Ministro en funciones Ahmet Davutoglu ha sido diáfano al respecto: ‘tomaremos medidas contra todo aquel que quiera cubrir de sangre Turquía, tanto Daesh como cualquier otra organización terrorista’.


Para muchos ciudadanos, lo más grave es que un gobierno en funciones es quien está adoptando decisiones trascendentales tanto en materia exterior como interior. El AKP sufrió un enorme varapalo en las elecciones del pasado 7 de junio. Se declaró vencedor pero obtuvo muchos menos votos de los esperados, gran parte de los cuales fueron a parar al Partido de la Democracia Popular (HDP), de tendencia pro-kurda, la gran sorpresa de los comicios. Ante el atolladero que representa formar un gobierno de coalición, aumentan las posibilidades de que tengan que convocarse elecciones anticipadas en otoño. Durante su largo mandato como Primer Ministro, era por todos conocido el enfoque pragmático de Erdogan en relación con la cuestión kurda. Desde que fue elegido Presidente de la República, éste ha adoptado un desmesurado sesgo anti-kurdo. El gobierno ha aprovechado la ocasión para atacar al PKK y avivar el sentimiento anti-kurdo entre la población, con la esperanza de que unas nuevas elecciones dejen al HDP por debajo del umbral del 10% de los votos. Conviene apuntar que no son pocos los comentaristas que insinúan que el propio PKK, celoso de la legitimidad y popularidad conseguidas por el HDP, tendría también gran interés en descarrilar cualquier proceso democrático.


El gobierno lleva meses concentrando tropas en la frontera y se sirve de la situación en Siria como una distracción. Erdogan necesita un respiro y el apoyo de la Administración de Obama puede ser crucial en este sentido. Esta actitud ha dado sus frutos en la medida en que el presidente del principal partido de la oposición de Turquía ha afirmado estar listo, por primera vez, para participar ‘en interés de Turquía’ en un gobierno de coalición con el partido islámico conservador del Presidente.



Fuente: Passim

100 años de la historia de Irak

Como país independiente Irak sólo tiene 100 años de historia, cuyos acontecimientos sociales y políticos, pasados y presentes, no se explican por motivos religiosos sino por la lucha de clases.

Hace 100 años el territorio que hoy conocemos con ese nombre formaba parte del Imperio Otomano, que fue derrotado en la I Guerra Mundial, una guerra imperialista cuyo resultado final condujo a un nuevo reparto del mundo que se materializó en el Pacto Sykes-Picot, por el cual Inglaterra y Francia se repartieron Oriente Medio. Irak fue sometido al imperialismo británico. Aquel Pacto se firmó en secreto y se conoció en 1917 gracias a la Revolución de Octubre, ya que el zarismo fue otros de los firmantes del mismo.

El mapa de Irak lo impusieron los imperialistas como consecuencia de su relevante papel geoestratégico en Oriente Medio, su proximidad a la URSS y el acceso a los pozos de petróleo. Era un país dislocado. Mientras territorios irakíes como Kuwait se separaron, se incorporaron otros, como una parte de Kurdistán, que no eran irakíes. Irak es, pues, un problema nacional dentro de otro problema nacional.

Los británicos pusieron a los sunitas a cargo del Estado, a pesar de que los chiítas eran la confesión mayoritaria. Pero al mismo tiempo, los chiítas eran los sectores más pobres de la población, especialmente campesinos.

En Irak ni siquiera el rey era irakí. Como recuerda la figura cinematográfica de Lawrence de Arabia, el imperialismo británico impuso una monarquía feudal llevada desde el exterior y basada en los terratenientes (de religión sunita), que aplastaron a sangre y fuego las revueltas de los campesinos pobres (chiítas) y las nacionales de los kurdos.

Ni una gota de petróleo quedó dentro de Irak. Se repartió en cuatro partes de un 23'75 por ciento para cada una de las potencias (Gran Bretaña, Francia, Holanda y Estados Unidos), mientras el 5 por ciento restante fue a parar a las manos de Caloste Gulbenkian, que ayudó a negociar el reparto entre los imperialistas.

Los acuerdos entre los imperialistas y de estos con la monarquía no se impusieron pacíficamente sino a costa de numerosos levantamientos populares. En mayo de 1920 hubo 10.000 muertos. En 1925 en Suleimaniya un levantamiento masivo fue bombardeado con gases tóxicos. La expresión de esas movilizaciones fue siempre política, y no religiosa, especialmente de tipo nacionalista, kurda, panarabista, luego baasista y nasserista, pero especialmente comunista.

El mandato británico sobre Irak acaba oficialmente en 1932 pero, de hecho, continúa dominando el país.

La creación del Partido Comunista en 1934 fue la culminación de la resistencia contra el imperialismo en Irak, hasta el punto de que se convirtió en la vanguardia más importante de todo el Oriente Medio. En la lucha contra el imperialismo y sus agentes internos, Partido Comunista de Irak agrupó en sus filas a todas las naciones (árabes, kurdos, asirios, shabak) y todas las confesiones religiosas (sunitas, chiítas, cristianos). Su destrucción se convirtió en el objetivo primordial de la represión imperialista.

Si tras la Primera Guerra Mundial los imperialistas británicos sucedieron a los otomanos, tras la Segunda los estadounidenses sustituyeron a aquellos.

Además de la Guerra, a partir de 1945 Oriente Medio conoce otros problemas, que se superponen a los ya existentes, ninguno de los cuales es religioso tampoco, especialmente la creación del Estado de Israel, la primera agresión israelí (1948), el destierro palestino (Al-Nakba), la caida de la monarquía en Egipto (1952), el golpe de Estado en Irán contra Mossadegh (1953) y sobre todo, la firma del Pacto de Bagdad en 1955.

El Pacto de Bagdad fue la Otan de Oriente Medio. También fue conocido como Cento (Central Treaty Organisation) y de él formaron parte países como Pakistán, Irán, Turquía, Irak y Gran Bretaña. Tenía dos objetivos: la guerra fría contra la URSS y la lucha contra los movimientos de liberación nacional, especialmente en los países árabes y kurdos. Como su propio nombre indica, Irak y el Partido Comunista de Irak constituían el objetivo central de la organización militar imperialista.

En 1948 se produjo el levantamiento popular más importante, conocido con el nombre de Al-Watbah (El Salto). Los estudiantes desencadenan inicialmente el movimiento por dos motivos: el primero contra las negociaciones con los imperialistas británicos (Tratado de Portsmouth) y el segundo por el destierro palestino. Luego los trabajadores ferroviarios se declararon en huelga, así como los campesinos, que ocuparon las tierras en la mayor parte del país. Varias manifestaciones masivas sacaron a la calle a decenas de miles de personas. El 27 de enero la policía disparó contra ellas, matando a unas 400 personas, lo cual no detuvo el descontento. El Presidente del Gobierno tuvo que huir a Gran Bretaña y se formó un nuevo gobierno.

En mayo continuaron los levantamientos y el gobierno declaró la ley marcial. Al año siguiente Yusuf Salman Yusuf, conocido por el sobrenombre de Fahd, Secretario General, y otros dos dirigentes más del Partido Comunista, Zaki Basim y Husain al-Shabibi, fueron ahorcados en otras tantas plazas de Bagdad. La monarquía anuncia el fin del comunismo en Irak.

Los imperialistas cosechan su fracaso más importante cuando en 1958 un poderoso movimiento de masas unido a una sublevación militar lleva al gobierno al general Abdul Karim Kassem, al que la Wikipedia etiqueta como "marxista". Toda la familia real y el primer ministro son ejecutados, Irak se convierte en una República, se retira del Pacto de Bagdad y estrecha relaciones diplomáticas con la URSS.

Al año siguiente Saddam Hussein, con 22 años, trató de asesinar a Kassem en un operativo organizado por la CIA. No logró su propósito, fue herido de bala en el pie y evacuado por la CIA a Tikrit, su ciudad natal, desde donde le llevaron a Beirut para seguir un cursillo de entrenamiento de la CIA. De allí la CIA le instaló en un apartamento de lujo en El Cairo, Egipto, donde estudió Derecho.

El general Kassem no era otra cosa que un nacionalista, o mejor dicho: un irakista ("Irak primero"). Emprende una reforma agraria no en interés de los campesinos pobres sino para quebrar el poder económico de los terratenientes y, por lo tanto, de la monarquía. Pero una revolución se abre camino.

Para el imperialismo el fracaso en Irak es aún peor que en Cuba. Eisenhower lo califica como el desafío más importante al se enfrentan Estados Unidos desde la Guerra de Corea de 1953. Unido a la llegada de Nasser el poder en Egipto, la revolución amenaza con extenderse por todo Oriente Medio. En Líbano desembarcan 20.000 marines y otros 6.000 paracaidistas británicos se instalan en Jordania.

El Partido Comunista es la fuerza organizada más importante del país. En mayo de 1959, un millón de personas manifiestan en las calles de Bagdad bajo las pancartas del PCI, un partido que en 1959 cuenta con 25.000 militantes. Además, el número de afiliados a las juventudes alcanza los 84.000. Las calles de Bagdad están bajo el control de los comunistas. Los obreros también están organizados en poderosos sindicatos de clase. De unas 3.500 organizaciones campesinas, el 60 por ciento estaban dirigidas por los comunistas. En las universidades hasta los estudiantes de teología islámica votan a los comunistas en porcentajes que superan al 80 por ciento. La cultura, el arte, la literatura y toda la actividad intelectual del país está dirigida por los comunistas. En Irak decir Al-Muthaqqaf (intelectual) o Al-Adib (hombre de letras) es sinónimo de comunista.

Pero aunque participan, los comunistas no son capaces de ponerse al frente de la revolución, y menos de impulsar su desarrollo hasta sus últimos objetivos, que están en manos de las corrientes nacionalistas militares. Entonces aparecen los límites del nacionalismo, que no es la solución sino una parte del problema: por su origen de clase, los militares no están dispuestos a avanzar en la revolución, lo que conduce al país a un callejón sin salida y socava los fundamentos mismos de la fuerza del nacionalismo.

Kassem se niega a entregar armas al pueblo. A un tiempo se enfrenta tanto a los comunistas como a los nasseristas, considerados como "extranjeros". En 1960 ilegaliza al Partido Comunista. Pero también se opone al imperialismo y a los monopolios petroleros internacionales. A su vez, el imperialismo utiliza a los nacionalistas kurdos para luchar en contra de la revolución.

El imperialismo también recurre a otros nacionalistas, los baasistas, que en febrero de 1963 derrocan a Kassem y lo ejecutan con el apoyo de la CIA. Comienza una orgía de sangre. A través de una emisora secreta de radio, la CIA presenta un listado de militantes a ejecutar y en los dos primeros días del golpe son asesinadas 5.000 personas. La represión se concentra en los comunistas de una manera atroz que ha pasado a ser legendaria. El secretario general del Partido, Husain Al-Radi, conocido clandestinamente como "Salam Adil", fue salvajemente torturado hasta la muerte.

Un agente de la CIA, Harry Rositzke, presentó el golpe de 1963 como un modelo de la manera en que el imperialismo debe ejecutar este tipo de acciones. El derrocamiento de Kassem, escribe Rositzke, "estaba previsto al detalle por los agentes de la CIA" (*). La dirección baasista se reunía con la CIA en Kuwait para mantener a los imperialistas informados puntualmente de cada uno de los pasos y de los planes del futuro gobierno golpista.

Aunque el Baas es el verdadero artífice del golpe de 1963, ponen a la cabeza del Estado al coronel Abdul Salam Aref, que pocos meses después se deshace de ellos. Entre otros muchos encarcela a Saddam, que se escapa de la cárcel en 1967.

En 1968 otro golpe de Estado patrocinado por la CIA devuelve al poder al Baas, encabezado por el general Ahmed Hassan Al-Bakr. El objetivo confesado del golpe es acabar con los movimientos guerrillero en el sur del país, entre ellos los comunistas. A la sombra de Al-Bakr comienza a trepar su primo Saddam Hussein, que dirige el aparato represivo. Sus galones los ganó torturando a los comunistas en las cárceles. Aunque no hizo ni el servicio militar, en 1976 le nombran general de cuatro estrellas. Dos años antes el franquismo le otorga la Gran Cruz de Isabel la Católica y en 1978 la transición hizo lo mismo: le dió el Collar de la Orden del Mérito Civil.

A partir de 1973, con la guerra del Yom Kippur, el alza del precio del petróleo pone mucho dinero a disposición de la misma política pendular, típica del nacionalismo sin rumbo, tanto con respecto a la URSS, como con respecto al propio Baas, dividido en varias facciones enfrentadas. El Baas busca un buen lugar dentro del imperialismo. Al mismo tiempo despliega una retórica "antimperialista" vacía y utiliza a la URSS, al Partido Comunista y al petróleo como instrumentos de presión.

Una parte de las gigantescos beneficios petroleros se invierte en grandes infraestructuras, como la central nuclear de Tamuz, un diseño francés que luego el imperialismo utilizaría como prueba de la existencia de "armas de destrucción masiva".

Tras rechazar una oferta de autonomía por parte del gobierno central, en 1974 los kurdos desatan una guerra con el apoyo de Estados Unidos, Israel y el Sha de Irán. Promoviendo esta guerra el imperialismo trata de impedir el rearme de Irak, evitando que se convierta en la cabeza del mundo árabe. Saddam reacciona llegando a un acuerdo con el Sha en Argel en 1975. El levantamiento kurdo es aplastado brutalmente.

En 1979 cae el Sha en Irán y los chiítas se hacen con el poder en Teherán. Al mismo tiempo la URSS despliega sus tropas en Afganistán y el imperialismo reactiva el yihadismo como un instrumento de guerra para controlar Oriente Medio. Para ello utiliza a Arabia saudí y Pakistán, que quieren convertir a sus respectivos países en potencias regionales. Arabia saudí trata de contrarrestar la influencia chiíta (Irán, Hezbolá, Hamás) con el wahabismo, financiado con las crecientes rentas del petróleo. El 6 de diciembre de 1993 el diario británico The Independent publicó una entrevista con Bin Laden para lavarle le cara: después de luchar contra los soviéticos en Afganistán, Al-Qaeda ponía sus fuerzas en el camino de la paz (*).

El islamismo pasó de Afganistán a Chechenia y luego a los Balcanes (Bosnia y Kosovo). La CIA, el MI6, soldados británicos de operaciones especiales y empresas privadas de seguridad armaron y adiestraron al UCK en Kosovo. Posteriomente el departamento de Estado estadounidense le incluyó en la lista de organizaciones terroristas indicando que se financiaba con fondos procedentes del tráfico de heroína. También los wahabitas le financiaban, entre ellos Bin Laden. Un hermano de Bin Laden dirigía una unidad de la yihad egipcia y un lugarteniente suyo otra de UCK durante el conflicto de Kosovo.

Demirtaş: “Esto no es una guerra por Turquía, sino derivada de la locura de Erdogan” Entrevista de El País

Su aspecto denota cansancio. Ya no luce como el enérgico y jovial abogado que, hace casi dos meses, se convirtió en la estrella de las elecciones turcas tras llevar al Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP, izquierdista y prokurdo) a conseguir los mejores resultados su historia. Desde luego, no es fácil ser el líder de un partido kurdo en un momento en que los ataques del grupo armado PKK y los bombardeos del Ejército turco han sumergido el país en una nueva espiral de violencia —cuando hasta hace sólo unos meses se negociaba un proceso de paz— ni enfrentándose a un proceso judicial que podría llevar a los dirigentes de esta formación política a la cárcel. Pero la voz de Selahattin Demirtas (Elazig, 1973) sigue siendo segura y pausada, muy lejos de los habituales exabruptos que caracterizan la política en Turquía, y de vez en cuando da espacio a la sonrisa, si bien denota un halo de tristeza en la forma en que se tuercen las comisuras de sus labios.
Pregunta. ¿Cómo ve usted la anunciada lucha del Gobierno turco contra el Estado Islámico (EI)?
Respuesta. Es pura fachada, para limpiarse de las acusaciones de haber apoyado al EI. Bajo el manto de una operación contra el EI, lo que está llevando a cabo es una guerra contra el PKK y las fuerzas kurdas.
P. Estas operaciones militares contra el PKK, ¿cómo afectarán a la lucha contra el EI?
R. Esto reforzará al EI. Lo más correcto sería que Turquía hiciese las paces con el PKK y, juntos, luchasen contra el Estado Islámico. Pero Turquía cada vez se aleja más de esta posibilidad.
P. El Gobierno les acusa de condenar el terrorismo del EI pero no hacer lo propio con el del PKK. ¿Los ataques del PKK no son terrorismo?
R. Nosotros decimos abiertamente que los actos que está cometiendo el PKK no son en absoluto correctos, no tienen justificación alguna, y tienen que parar inmediatamente. Pero también estamos en contra de esa visión que pone al PKK y al EI en el misma saco. Y eso es lo que intenta hacer el Gobierno. El EI es una organización terrorista inhumana. El PKK es una organización que hasta hace seis meses se sentaba a la mesa con el Gobierno y negociaba. Así que no se puede comparar. Además, quienes han presentado una resistencia mayor al EI han sido las fuerzas kurdas.
P. Tras estas dos semanas de violencia, ¿está muerto el proceso de paz?
R. No. El proceso de paz vive una gran crisis, pero no debemos darlo por muerto. El proceso de paz puede sufrir retrocesos y enfrentarse a obstáculos, pero la misión de quienes dirigen este proceso es superarlos. Todas las partes debemos presionar para que se vuelva a la mesa de negociaciones.
P. El Gobierno pide que el PKK deje las armas y abandone el país para retomar las conversaciones de paz. ¿Es eso posible?
R. Ojalá fuera posible. Pero el propio [primer ministro, Ahmet] Davutoglu sabe mejor que yo que ese llamamiento que ha hecho es totalmente inútil. Para que sea efectivo debe ser más convincente. Por ejemplo, si pidiese que el PKK decretase un nuevo alto el fuego a cambio de detener las operaciones militares sería más realista, y luego en la mesa de

Siria, diferencia entre retórica y verdad

El general John Allen en el Foro de Seguridad de Aspen

Rumores que anuncian el inicio de una operación militar estadounidense contra Siria pululan en la prensa internacional desde hace dos semanas. Thierry Meyssan insiste en este trabajo sobre lo absurdo de esa suposición, después de haber denunciado una manipulación del general John Allen tendiente a sabotear el acuerdo entre Estados Unidos e Irán. En este artículo, el autor explica por qué no es negociable el respaldo estratégico de Rusia y China a una Siria laica.
El 27 de julio, el New York Times anunciaba que Estados Unidos y Ankara iban a crear en Siria una zona de seguridad para los refugiados sirios actualmente estacionados en Turquía [1]. Poco después, la Casa Blanca desmentía la información. Ya expliqué, en un artículo anterior, que el New York Times fue desinformado simultáneamente por el general John Allen, enviado especial para la coalición internacional contra el Emirato Islámico, y por el gobierno interino de Turquía [2]. En aquel artículo recordé que Allen ya había participado anteriormente en otros 2 intentos de sabotear la paz en Siria –en junio de 2012 y en diciembre de 2014– y que el presidente Obama había tratado de hacerlo arrestar hace cerca de 3 años, en septiembre de 2012.
Muchísimos comentaristas relacionaron esta información con otra según la cual el Pentágono ahora autoriza el apoyo activo a sus «rebeldes moderados», si estos fuesen atacados y sin importar quién sea el autor de tales ataques. Estos comentaristas interpretaban esa información como el inicio de la tan esperada campaña de la OTAN contra la República Árabe Siria.
Esta interpretación es absurda. Esos factores han de interpretarse de otra manera.

Declaraciones contradictorias
y realidad en el terreno

El hecho es que, en Siria, la coalición se ha comprometido a no golpear al Ejército Árabe Sirio sino solamente al Emirato Islámico (Daesh) –y ahora también a al-Qaeda. La coalición incluso está comunicando por adelantado el plan de vuelo de sus bombarderos al estado mayor del Ejército Árabe Sirio, a través de sus aliados kurdos de las YPG (Unidades de Protección Popular). La coalicion tiene así la garantía de que sus aviones no tengan que enfrentar la defensa antiaérea siria y que contribuyen a los mismos objetivos que el Ejército Árabe Sirio, sin tener que entrar en más detalles en materia de coordinación.
Oficialmente, los británicos y los franceses no participan en las operaciones en territorio sirio. Pero nosotros sabemos que eso no es cierto. Hace 2 meses que Francia y el Reino Unido están bombardeando al Emirato Islámico en Siria. Hace unos días, el ministro británico de Relaciones Exteriores tuvo que reconocer la verdad en la Cámara de los Comunes [3]. Su colega francés, que no enfrenta las mismas presiones políticas, sigue negando los hechos. Por otro lado, los británicos han desplegado en tierra 120 miembros del SAS [4] encargados de guiar los golpes aéreos [5]. Por tratarse de una misión particularmente arriesgada para extranjeros que no conocen el terreno, el Pentágono entrenó a 60 «rebeldes sirios moderados» para que los ayuden. 54 de esos elementos penetraron en territorio sirio y fueron atacados de inmediato por los yihadistas del Frente al-Nusra, vinculados a al-Qaeda.
Es verdaderamente absurdo afirmar que el Pentágono entrenó a esos 60 «rebeldes sirios moderados» con la esperanza de derrotar a los cientos de miles de soldados del Ejército Árabe Sirio y de derrocar la República. La única función de esos elementos, según confirma el Pentágono, es participar en la coalición contra el Emirato Islámico y su única misión es determinar los blancos terrestres de los bombarderos.
Es cierto, como subrayó el ministro ruso de Relaciones Exteriores Serguei Lavrov, que el anuncio estuvo mal formulado. El vocero de la Casa Blanca tenía que haberse dado cuenta de que el deseo de una parte de los estadounidenses y de los dirigentes franceses y turcos de entrar en guerra abierta con Siria iba a favorecer una mala interpretación. En la práctica, el vocero optó por dejar que los adversarios del acuerdo entre Estados Unidos e Irán cayeran en la interpretación errónea.
En todo caso, el Pentágono mencionó una situación que efectivamente se produjo en el terreno. Sus 54 «rebeldes moderados» fueron atacados por al-Qaeda, y los medios aéreos estadounidenses los defendieron. El hecho es que, durante los últimos meses, Francia, Arabia Saudita y Turquía han estado tratando de rehabilitar a los elementos de al-Qaeda en Siria –el Frente al-Nusra– para convertirlos en una alternativa aceptable frente al Emirato Islámico. Contrariamente a las conclusiones a las que han llegado muchos comentaristas, al bombardear simultáneamente al Emirato Islámico y al-Qaeda –lo cual es algo completamente nuevo–, el Pentágono en realidad actuó a favor de la República Árabe Siria,