El Ejército iraquí ha cercado Ramadi, capital de la provincia de Al-Anbar, como parte de sus operaciones para liberar toda esta ciudad que está bajo el control del grupo takfirí DAESH.
"El Ejército iraquí con el apoyo de las fuerzas voluntarias ha logrado sitiar Ramadi. Con lo cual, las fuerzas iraquíes han terminado la primera fase de sus operaciones antiterroristas en la ciudad", ha anunciado el ministro iraquí de Defensa, Jaled al-Obeidi, durante una visita a la Universidad militar de Bagdad, capital de Irak.
El Ejército iraquí con el apoyo de las fuerzas voluntarias ha logrado sitiar Al-Ramadi. Con lo cual, las fuerzas iraquíes han terminado la primera fase de sus operaciones antiterroristas en la ciudad", anuncia el ministro iraquí de Defensa Jaled al-Obaidi.
A continuación, ha señalado que "las tropas iraquíes en la misma jornada del miércoles han comenzado la segunda fase de sus operativos para arrebatar a Daesh el control de Ramadi".
El mismo miércoles, fuentes militares locales han informado que el Ejército iraquí secundado por combatientes tribales se ha hecho con el domino del 70 % de la ciudad de Al-Karama, sita en el noreste de Al-Anbar.
Después de tomar estas zonas, agregan las fuentes, unas 1500 familias iraquíes han regresado a sus casas.
Las fuerzas militares y voluntarias iraquíes han matado a 10 cabecillas del DAESH durante los enfrentamientos en esta ciudad. Entre los terroristas abatidos se encuentran dos libios.
El mes de junio, el Ejército de Irak junto con las fuerzas voluntarias iraquíes empezó una serie de masivas operaciones militares para expulsar a los takfiríes de la provincia de Al-Anbar.
Hasta el momento, esas operaciones han cosechado éxitos, entre ellos la liberación de varias zonas y la eliminación de varios cabecillas terroristas, uno de estos Abd al-Razaq, el llamado “carnicero” de DAESH.
Por su parte, el pasado lunes, la cadena iraní en lengua inglesa Press TV, citando a autoridades iraquíes, informó que los cabecillas de Daesh en Al-Anbar abandonaron la zona tras ver los “significativos avances” de las fuerzas iraquíes y la creciente posibilidad de sufrir una derrota.
Desde la toma de la ciudad de Mosul en junio de 2014, el DAESH extendió su presencia en el norte y oeste de Irak, donde ha cometido crímenes contra todas las religiones y comunidades, incluidos musulmanes y cristianos, árabes y kurdos.
Los dirigentes de DAESH que temen por la sublevación de los residentes de las regiones bajo su poder, recurren a ejecuciones masivas y otros actos de violencia para provocar el pánico entre la población civil.
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