viernes, 9 de diciembre de 2016

La campaña de la OTAN contra la libertad de expresión


Logo del Centro de Comunicación Estratégica de la OTAN

Es una historia que comenzó hace 15 años. La OTAN trató primero de silenciar a los ciudadanos que querían saber la verdad sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001. Luego arremetió contra los que cuestionan la versión oficial de las «primaveras árabes» y de la guerra contra Siria. Como una cosa lleva a la otra, después atacó a quienes denunciaban el golpe de Estado en Ucrania. Ahora, la OTAN se inventa una seudo ONG para que acuse como agentes rusos a todo el que haya hecho campaña por Donald Trump.

Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 vinieron, simultáneamente, un estado de emergencia permanente y una serie de guerras. Como escribí en aquel momento, la teoría según la cual todo fue concebido y organizado por un puñado de yihadistas desde una cueva en Afganistán no resiste el más mínimo análisis. Todo hace pensar, por el contrario, que los atentados del 11 de septiembre fueron organizados por una facción del complejo militaro-industrial.

De ser cierto este análisis, los subsiguientes sucesos sólo podían conducir a la represión en Estados Unidos y en los países aliados de esta potencia.

Quince años después, la herida que abrí en aquel momento sigue sin cerrarse, incluso se abrió aún más a raíz de nuevos acontecimientos. Al Acta Patriótica y las guerras por el petróleo se sumaron las «primaveras árabes». La mayoría de la población estadounidense no sólo ha dejado de creer en lo que le dice su gobierno desde el 11 de septiembre de 2001 sino que, al votar por Donald Trump, acaba de expresar su rechazo al Sistema posterior al 11 de septiembre.

Resulta que yo abrí el debate mundial sobre los atentados del 11 de septiembre, que fui miembro del último gobierno de la Yamahiriya Árabe Libia y que tengo la oportunidad de relatar –desde el lugar de los hechos– lo que está sucediendo en la guerra contra Siria. Al principio, la administración estadounidense creyó que podía detener el incendio acusándome de escribir cualquier cosa por dinero y atacándome donde duele, o sea el portamonedas. Pero mis ideas han seguido extendiéndose.

En octubre de 2004, cuando 100 personalidades estadounidenses firmaron una petición reclamando que se reabriera la investigación sobre los atentados del 11 de septiembre, Washington empezó a inquietarse. En 2005, reuní en Bruselas más de 150 personalidades del mundo entero –entre las que se hallaban invitados sirios y rusos, como el general Leonid Ivashov, ex jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas de la Federación Rusa– para denunciar a los neoconservadores mostrando que el problema estaba alcanzado proporciones globales.

Bajo el mandato de Jacques Chirac, los servicios de la presidencia de la República Francesa se preocuparon por mi seguridad. Pero en 2007, la administración Bush solicitó mi eliminación física al nuevo presidente francés Nicolas Sarkozy. Cuando un amigo personal, oficial y miembro del estado mayor, me advirtió sobre la respuesta positiva de Sarkozy, supe que no tenía más camino que el exilio. Otros amigos –en aquel momento llevaba 13 años como secretario nacional del Partido Radical de Izquierda– acogieron mi decisión con incredulidad, mientras que la prensa me acusaba de paranoia. Pero nadie vino públicamente a prestarme ayuda. Encontré refugio en Siria y viajo por el mundo evitando cuidadosamente los territorios de la OTAN, además de haber escapado a numerosos intentos de asesinato o de secuestro. A lo largo de 15 años, he abierto debates que se han generalizado. Siempre me han atacado cuando estaba solo. Pero cuando mis ideas han encontrado eco, han sido miles las personas que se han visto perseguidas por haberlas compartido y desarrollado.

Fue en aquella misma época cuando Cass Sunstein –el esposo de la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Samantha Power – redactó con Adrian Vermeule un trabajo, destinado a las universidades de Chicago y Harvard, sobre cómo luchar contra las «teorías de la conspiración», y así designan el movimiento que inicié. En nombre de la «Libertad» ante el extremismo, los autores de aquel trabajo definen en su texto todo un programa destinado a liquidar la oposición:
«Podemos imaginar fácilmente una serie de respuestas posibles.El gobierno puede prohibir las teorías de la conspiración.El gobierno pudiera imponer una especie de gravamen, financiero o de otro tipo, a quienes difundan esas teorías.El gobierno pudiera implicarse en un contra-discurso para desacreditar las teorías del complot.El gobierno pudiera comprometer a partes privadas creíbles para que se impliquen en un contra-discurso.El gobierno pudiera implicarse en la comunicación informal con las terceras partes y estimularlas».

La administración Obama dudó en asumir públicamente esa opción. Pero, en abril de 2009, propuso en la Cumbre de la OTAN organizada en Strasbourg-Kehl la creación de un servicio de «Comunicación Estratégica». Incluso expulsó de la Casa Blanca al célebre abogado Anthony Jones, en 2009, por haberse expresado sin rodeos sobre ese tema.

El proyecto de creación del servicio de comunicación estratégica de la OTAN estuvo engavetado hasta que obtuvo el apoyo del gobierno letón. Y finalmente ese servicio se instaló en Riga, bajo la dirección de Janis Karklins –por demás responsable en la ONU de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información y del Foro sobre la Gobernanza de Internet. Concebido por los británicos, ese servicio cuenta con la participación de Alemania, Estonia, Italia, Luxemburgo, Polonia y el Reino Unido. Al principio, se limitó a incrementar los estudios sobre el tema.

Pero todo cambió en 2014, cuando el think tank de la familia Khodorkovsky, el Institute of Modern Russia (Instituto sobre la Rusia Moderna), con sede en Nueva York, publicó un análisis de los periodistas Peter Pomerantsev y Michael Weiss. Según ese informe, Rusia ha desplegado en el exterior un vasto sistema de propaganda. Pero, en vez de tratar de construirse una imagen favorable –como en tiempos de la guerra fría–, Moscú ha decidido ahora inundar Occidente con «teorías conspirativas» para sembrar confusión. Los autores del trabajo afirman que esas «teorías» ya no abordan solamente el tema del 11 de septiembre sino también la cobertura periodística de la guerra contra Siria.

En un esfuerzo por reactivar el antisovietismo de la guerra fría, ese informe marcaba el inicio de una inversión de valores. Hasta entonces, la clase dirigente estadounidense sólo trataba de disimular el crimen del 11 de septiembre atribuyéndolo a unos cuantos barbudos sin importancia. Ahora se trata de acusar a un Estado extranjero de ser responsable de los nuevos crímenes que Washington ha cometido en Siria.

En septiembre de 2014, el gobierno británico creó la 77ª Brigada: una unidad encargada de contrarrestar la propaganda extranjera. Esa 77ª Brigada británica se compone de 440 militares y más de un millar de civiles provenientes del ministerio británico de Exteriores, así como del MI6, del organismo de cooperación externa y de la Stabilisation Unit. Y no se conocen sus objetivos. Esa brigada trabaja con la 361st Civil Affairs Brigade del Ejército de Estados Unidos, con bases en Alemania e Italia. Ambas unidades militares estaban siendo utilizadas para sabotear los sitios web occidentales que tratan de dar a conocer la verdad sobre el 11 de septiembre y sobre la guerra contra Siria.

A principios de 2015, Anne Applebaum –esposa del ex ministro de Defensa de Polonia Radosław Sikorski– creó en el Center for European Policy Analysis (Centro de Análisis de la Política Europea), con sede en Washington, una unidad designada como Information Warfare Initiative (Iniciativa sobre la Guerra de la Información). Su objetivo inicial era contrarrestar la información rusa en el centro y el este de Europa. La señora Applebaum puso esa iniciativa en manos del ya mencionado Peter Pomerantsev y de Edward Lucas, uno de los jefes de redacción de la conocida publicación The Economist.

Aunque Pomerantsev es a la vez coautor del informe del Institute of Modern Russia y uno de los dos principales responsables de la Information Warfare Initiative, ahora resulta que ya no habla del 11 de septiembre y que tampoco considera ya la guerra contra Siria como un tema central sino sólo como un tema recurrente que permite “percibir” la acción del Kremlin. Este personaje concentra sus ataques sobre el canal de televisión Russia Today y la agencia de prensa Sputnik, dos órganos de prensa públicos rusos.

En febrero de 2015, le llega a la Fondation Jean Jaures –think tank del Partido Socialista francés y contacto de la National Endowment for Democracy (NED)– su turno de publicar una Nota titulada Conspirationnisme, un état des lieux. Pasando por alto todo lo sucedido alrededor de Rusia, esa Nota toma el debate en el punto donde lo había dejado Cass Sunstein y propone simple y llanamente prohibir que los «conspiracionistas» puedan expresarse. Por su parte, la ministra de Educación de Francia organiza talleres en las escuelas para advertir a los alumnos en contra de los «conspiracionistas».

El 19 y el 20 de marzo de 2015, el Consejo Europeo pide a la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, que prepare un plan de «comunicación estratégica» para denunciar las campañas de desinformación de Rusia sobre Ucrania. El Consejo no mencionaba ya ni el 11 de septiembre, ni la guerra contra Siria sino que cambiaba de objetivo para concentrarse en Ucrania

En abril de 2015, la señora Mogherini crea un Servicio Europeo para la Acción Exterior (EEAS, siglas en inglés) que no es otra cosa que una unidad de Comunicación Estratégica dentro de la Unión Europea. Esa estructura está bajo la dirección de un británico agente del MI6, Giles Portman, y distribuye a numerosos periodistas europeos, dos veces por semana, toda una argumentación que supuestamente demostraría la mala fe de Moscú, argumentos que posteriormente aparecen publicados en los medios de difusión europeos.

El 20 de agosto de 2015 se inaugura en Riga el Centro de Comunicación Estratégica de la OTAN, bajo la dirección de Janis Sarts. Participan en la ceremonia el senador estadounidense John McCain, director de una de las dos ramas de la NED, quien conversa en la foto con la presidente de Lituania, Dalia Grybauskaite.

A partir de su creación, el Centro de Comunicación Estratégica de la OTAN se vincula a un servicio del Atlantic Council: el Digital Forensics Research Lab. La OTAN redacta un Manual de Comunicación Estratégica, cuyo objetivo es coordinar y reemplazar todo el dispositivo anterior en materia de Diplomacia Pública, de Relaciones Públicas (Public Affairs), de Relaciones Públicas Militares, de Operaciones sobre los Sistemas Electrónicos de Comunicación (Information Operations) y de Operaciones Sicológicas.

Bajo la inspiración de la OTAN, Anna Fotyga, la ex ministra de Exteriores de Polonia, ahora convertida en eurodiputada, lleva al Parlamento Europeo una resolución –adoptada el 23 de noviembre de 2016– sobre «la comunicación estratégica de la Unión [Europea] tendiente a contrarrestar la propaganda dirigida contra ella por terceros». Obsérvese que existe un nuevo desplazamiento del blanco: ya no se trata de contrarrestar el cuestionamiento sobre el 11 de septiembre –asunto de hace 15 años–, ni tampoco el cuestionamiento de la guerra contra Siria sino de crear una mescolanza entre la impugnación de los acontecimientos en Ucrania y el discurso del Emirato Islámico (Daesh). Y se vuelve así al punto inicial: quienes cuestionaban el 11 de septiembre trataban, según la OTAN, de rehabilitar a al-Qaeda; quienes le hacen el juego a Rusia tratan de destruir a Occidente, como lo hace Daesh. Pero no importa que la OTAN esté apoyando a al-Qaeda en el este de Alepo.

Dado a conocer el 24 de noviembre de 2016 en un sonado artículo del Washington Post, un misterioso grupo llamado Propaganda or Not? ha elaborado una lista de 200 sitios web –entre ellos Voltairenet.org– a los que el Kremlin supuestamente ha confiado la tarea de repercutir la propaganda rusa y confundir a la opinión pública estadounidense hasta el extremo de llevarla a votar por Donald Trump.

Propaganda or Not? no publica los nombres de sus responsables, pero dice reunir en su seno a 4 organizaciones: Polygraph, The Interpreter, el Center for European Policy Analysis y el Digital Forensic Research Lab. 
  • Polygraph es un sitio web de la Voice of America, la radio y televisión pública de Estados Unidos bajo control de la Broadcasting Board of Governors. 
  • The Interpreter es la revista del Institute of Modern Russia, ahora difundida por la Voice of America. 
  • El Center for European Policy Analysis es un apéndice de la National Endowment for Democracy (NED) dirigido por Zbigniew Brzezinski y Madeleine Albright. 
  • Digital Forensic Research Lab es un programa del Atlantic Council.

En un documento divulgado por Propaganda or Not?, esta falsa ONG nacida de varias asociaciones financiadas por la administración Obama señala al enemigo: Rusia. Y acusa a ese país de haber dado origen al movimiento a favor de la verdad sobre los atentados del 11 de septiembre y de los sitios web de apoyo a Crimea y Siria.

El 2 de diciembre de 2016, el Congreso de Estados Unidos votó un ley que prohíbe toda cooperación militar entre Washington y Moscú. En pocos años, la OTAN ha reactivado el maccarthysmo.

Thierry Meyssan

Francia y Turquía contra los kurdos

Al colaborar con el presidente turco Erdogan, el kurdo sirio Salih Muslim ha llevado parte del pueblo kurdo a la derrota. Ahora trata de rectificar su error y Ankara ha emitido contra él una orden de arresto.

Si los medios occidentales no logran explicar las guerras que asolan el «complicado Oriente» es porque no quieren reportar lo que pasa a escala regional. En lugar de entrar a discutir si lo que sucede en Siria es una revolución, una guerra civil o una agresión, o si la represión en Turquía se justifica o no, Thierry Meyssan propone una lectura diferente de los hechos a través del caso de los kurdos.

Los medios occidentales de difusión abordan los acontecimientos del Medio Oriente país por país. Eso no sorprende a sus lectores, que en su mayoría desconocen la historia de esta región, pero lo cierto es que no logran entender este «complicado Oriente» perpetuamente en guerra.

El Medio Oriente no es para nada comparable con, por ejemplo, Europa, sino más bien con África ya que sus fronteras no se basan en realidads geográficas sino en los “arreglos” entre las potencias coloniales. A lo largo del siglo pasado, los Estados del Medio Oriente se esforzaron por convertir sus poblaciones en verdaderos Pueblos. Sólo Egipto, Siria e Irak lo lograron.

Durante los últimos 5 años, la prensa occidental ha hablado de «revolución democrática» en Túnez, en Libia, en Egipto y en Siria, ha hablado de «injerencia iraní» en Bahréin, Líbano y Yemen y de «terrorismo» en Irak. Pero en el Medio Oriente, todas las fuerzas implicadas, exceptuando solamente a las petrodictaduras del Golfo, han denunciado esa lectura de los acontecimientos y presentado una interpretación regional completamente diferente.

Observemos, por ejemplo, la situación de los kurdos. Podría explicar aquí la situación del Emirato Islámico (Daesh), pero este segundo ejemplo sería mucho más difícil de aceptar para los lectores occidentales.

Según la prensa occidental, los kurdos son felices en Irak, donde disponen de una autonomía casi total en el marco de un sistema federal felizmente impuesto por Estados Unidos. Pero en Siria luchan a la vez contra la dictadura alauita de la familia Assad y la opresión sunnita extremista del Emirato Islámico. Y están demasiado oprimidos en Turquía. Pero son un Pueblo con derecho a un Estado independiente… en Siria, pero no en Turquía.

Para los propios kurdos, la realidad es muy distinta.

Los kurdos tienen una cultura en común, pero no comparten la misma lengua, ni la misma historia.

Para explicar las cosas brevemente hay que decir que los kurdos de Irak eran principalmente pro-estadounidenses durante la guerra fría mientras que los de Turquía y Siria eran pro-soviéticos. Preocupado ante el fuerte respaldo que la URSS encontraba en Turquía, Estados Unidos organizó primeramente una ola de migración kurda hacia Alemania, para que Turquía no se sintiese tentada a romper con la OTAN. Posteriormente, Estados Unidos estimuló la represión contra los kurdos del PKK [1]. Durante la guerra civil de los años 1980, cientos de miles de kurdos turcos del PKK buscaron refugio en Siria, junto a su líder, Abdullah Ocallan, y obtuvieron la protección del Estado sirio. En 2011, esos kurdos de Turquía y sus descendientes optaron por la nacionalidad siria.

Entremos ahora en la parte fundamental de este tema. Nadie mencionó la existencia de una «cuestión kurda» durante lo que llamaré la Primera Guerra de Siria –la que trató de extender a ese país la «primavera árabe» utilizando las técnicas de las guerras de 4ª generación. Todo comenzó poco a poco a partir de la Segunda Guerra de Siria –la que se abrió con la conferencia de los autoproclamados «Amigos de Siria», realizada en París, en julio de 2012.

Las declaraciones de los dirigentes de los países miembros de la OTAN hacían pensar que el derrocamiento de la República Árabe Siria era inminente y que la Hermandad Musulmana ascendería al poder en Damasco, como ya había sucedido en Túnez, en Libia y en Egipto. Así que Turquía invitó las poblaciones del norte de Siria a venir a su territorio, a ponerse al abrigo de los sobresaltos de la «revolución». En septiembre, Ankara incluso nombró para esas poblaciones un «walli», o sea un prefecto turco. Pero ese término proviene de la época otomana y recuerda la opresión del sultán. Bajo la autoridad directa del entonces primer ministro turco Erdogan, ese prefecto –cuyo nombre es Veysel Dalmaz– distribuyó entre los «refugiados» miles de millones de dólares facilitados por las petrodictaduras del Golfo.

En aquel momento, todos vieron que se trataba de una maniobra para debilitar a Siria. Pero nadie entendió el verdadero motivo de aquel desplazamiento de población, a pesar de que Kelly M. Greenhill –muy vinculada a la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Samantha Power– ya había publicado un trabajo universitario sobre La ingeniería estratégica de las migraciones como arma de guerra [2], trabajo que debería que haber llamado la atención sobre aquel movimiento. Turquía construyó nuevos poblados para albergar a los sirios, pero no los puso en manos de estos desplazados. De hecho, aún hoy siguen inhabitados. Ankara comenzó por hacer una selección entre los refugiados, según sus opiniones políticas, a algunos los mantuvo en campamentos donde podían recibir formación militar antes de mandarlos de regreso a Siria como combatientes, y a otros los mezcló con la población turca para explotarlos como fuerza de trabajo barata.

Las poblaciones restantes en el norte de Siria se componían principalmente de cristianos, kurdos y turcomanos. Estos últimos se pusieron masivamente al servicio de Turquía y fueron puestos bajo las órdenes de la organización de los Lobos Grises, milicia fascista creada en 1968 por cuenta de la OTAN. Por su parte, Damasco creó milicias cristianas y kurdas para garantizar la protección del territorio. Durante 2 años todos los kurdos sirios lucharon bajo las órdenes de la República Árabe Siria.

Traicionando al fundador del PKK, Abdullah Ocallan, y a sus hermanos kurdos, el sirio Salih Muslim se alió con la Turquía que en los años 1980 masacró parte de su propia familia. Se reunió secretamente en París con los presidentes de Turquía y Francia –Hollande y Erdogan– y concluyó con ellos un pacto. Francia y Turquía se comprometieron a hacerlo presidente de un Estado independiente que se crearía en el norte de Siria. A cambio, Salih Muslim tendría que «limpiar» el terreno masacrando la población cristiana, exactamente como otros kurdos masacraron –hace un siglo– a otros cristianos por cuenta de los otomanos. Salih Muslim tendría que aceptar después que Turquía expulsara hacia el Estado donde él sería presidente a los kurdos turcos, que a su vez serían reemplazados por refugiados sunnitas sirios en los territorios kurdos de Turquía.

Este plan tiene una larga historia. Fue trazado por Ahmet Davutoglu, entonces ministro turco de Exteriores, y su homólogo francés Alain Juppé, en 2011, antes de la incorporación de Turquía a la guerra contra Libia y antes del comienzo de los desórdenes en Siria. El Pentágono lo asumió públicamente, en septiembre de 2013, cuando Robin Wright publicó en el New York Times el mapa de ese futuro Estado, y también el mapa de lo que sería el Califato de Daesh. Por supuesto, el primer Estado se llamaría «Kurdistán», a pesar de hallarse muy lejos del territorio del Kurdistán histórico definido por la Comisión King-Crane en 1919 y reconocido por la Conferencia en 1920. El segundo Estado sería un «Sunnistán» y abarcaría territorios pertenecientes a Irak y Siria, cortando así definitivamente la «ruta de la seda», que China espera restablecer.

Este plan perseguía los objetivos del sultán Abdulhamid II, de los Jóvenes Turcos y del Tratado de Lausana, firmado en 1923: la creación de una Turquía exclusivamente sunnita y la expulsión o masacre de todas las demás poblaciones. Fue precisamente para impedir ese plan y condenar a quienes habían iniciado su aplicación con la masacre de armenios y de griegos pónticos que Raphael Lemkins creó el concepto de «genocidio», cuya definición se aplica hoy tanto a los actos cuya responsabilidad recae en hombros de los franceses Juppé y Hollande y de los turcos Davutoglu y Erdogan.

Nadie debe confundirse sobre lo que aquí escribo. Si bien París y Ankara quieren crear una Turquía exclusivamente sunnita, el hecho es que la mayoría de los sunnitas se opone a ello, lo cual explica la feroz represión desatada tanto en Turquía y como en los territorios del Califato de Daesh.

En julio de 2015, el gobierno de Erdogan ordenó a Daesh la realización de un atentado en la localidad turca de Suruc, atentado que causó la muerte de kurdos y alevitas –estos últimos son el equivalente turco de los alauitas sirios– que expresaban su apoyo a la República Árabe Siria. Erdogan utilizó ese atentado como pretexto para romper la tregua pactada en 2009 con el PKK. Simultáneamente, cortó todo aprovisionamiento a una parte cuidadosamente seleccionada de los refugiados sirios. Así iniciaba Ankara la ejecución del plan anteriormente descrito… y también comenzaba el calvario de Turquía.

En agosto, Turquía empujó los refugiados sirios, a los que había previamente privado de todo recurso, a huir hacia la Unión Europea. En octubre, en Siria, los hombres de Salih Muslim atacaron las comunidades cristianas asirias y trataron de “kurdizar” sus escuelas por la fuerza mientras que, en Turquía, el AKP de Erdogan saqueaba 128 sedes políticas del HDP –partido pro-kurdo– y más de 300 establecimientos pertenecientes a kurdos. Las fuerzas especiales turcas masacraron a más de 2 000 kurdos turcos y arrasaron parcialmente las ciudades de Cizre y Silopi. Nuestros lectores han podido seguir esos hechos, pero los medios occidentales no los mencionaron y sólo ahora –más de un año después– comienzan a hablar de Cizre y Silopi como ciudades mártires.

Con ayuda de Massud Barzani –el presidente «vitalicio» del Kurdistán iraquí– Salih Muslim impuso el reclutamiento obligatorio de los jóvenes kurdos sirios para reforzar sus tropas e imponer el terror. De eso tampoco hablaron nunca los medios occidentales, que prefieren la prosa romántica sobre Rojava. De hecho, los jóvenes sirios de origen kurdo se rebelaron en masa y prefirieron unirse à las Fuerzas de Defensa de la República Árabe Siria.

En septiembre de 2016, el presidente Erdogan anunció que Turquía concedería la nacionalidad turca a una parte de los refugiados sirios que aún quedan en ese país –los que apoyan el plan de una Turquía exclusivamente sunnita. Serán estos quienes finalmente recibirán los apartamentos construidos hace 4 años.

Atrapado entre su ambición personal y la solidaridad de sus hombres hacia sus hermanos kurdos de Turquía, el colaborador Salih Muslim se volvió finalmente en contra de Ankara, que acaba de emitir contra él una orden de arresto en noviembre. Después de recibir al secretario general de la OTAN, el presidente Erdogan anunció que quiere «renegociar» el Tratado de Lausana. Erdogan pretende anexar varias islas griegas, el norte de Chipre, una parte de Siria y también parte de Irak, para crear en 2023 el 17º imperio turco-mongol.

Y desde ahora el ejército turco está ocupando territorios en Siria –Yarablus– y en Irak –Baachiqa. Cuando el primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, lanzó una advertencia a Turquía sobre ese acto de guerra, el presidente Erdogan le respondió con arrogancia que no está «a su nivel» y lo intimó a «mantenerse en su lugar». Al ser cuestionado por dos veces ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador de Turquía y ex ministro de Exteriores Feridun H. Sinirlioglu respondió que su país actúa por el bien de las poblaciones y que por esa razón Irak no debe invocar el derecho internacional ni quejarse.

En un campo de batalla, no puede haber tres bandos, sino dos. En la actual guerra tenemos, de un lado, a Turquía, que pretende dividir las poblaciones en comunidades e imponer la supremacía de una de esas comunidades sobre las demás. Del otro lado está la República Árabe Siria, que defiende la paz y la igualdad entre comunidades que conviven pacíficamente.

¿De qué lado está usted?

Thierry Meyssan

Rumania y la geopolítica del caos


“La cumbre de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte] de Varsovia ha sido un éxito para Rumania”, afirmaba a comienzos de julio el presidente rumano, Klaus Iohannis. En efecto, los jefes de Estado y de gobierno reunidos en la capital polaca barajaron la posibilidad crear una flotilla de la Alianza Atlántica en el Mar Negro, feudo de la Fuerza Naval rusa. Obviamente, en Washington y en Bruselas la primacía en la zona de los destructores y las fragatas del complejo militar Sebastopol levantaba ampollas. Y más aún, tras la anexión de la península de Crimea a la Federación rusa. El mando de la OTAN encomendó a Rumania la coordinación del proyecto de defensa naval, al que debían haberse sumado buques de guerra de los demás países ribereños miembros de la Alianza: Bulgaria y Turquía.

Pero sucedió lo hasta ahora inimaginable: el primer ministro (prooccidental) de Bulgaria, Boiko Borisov, descartó la participación de su país en los planes de la OTAN, alegando que el Mar Negro no ha de ser el escenario de acciones militares. “No quiero una guerra en el Mar Negro”, recalcó el jefe del gobierno. A su vez, el presidente búlgaro, Rosen Plevnielev, hizo hincapié en que “Bulgaria es un país pacífico y su política exterior no apunta a nadie”. Un auténtico quebradero de cabeza para los dignatarios de Bucarest, quienes tuvieron que resignarse con la pérdida de un hipotético socio de la coalición.

El golpe de gracia llegó 6 semanas más tarde, el 16 de julio, tras el fallido golpe de Estado de Turquía, cuando el presidente Recep Tayyip Erdogan dirigió su mirada hacia su ángel de la guarda moscovita, Vladimir Putin. El proyecto de brigada naval hacía agua. Rumania se quedaba sola ante la hipotética amenaza de la Armada rusa. La situación, que algunos tacharon de insostenible, obligó al aliado transatlántico a tomar cartas en el asunto. En efecto, durante la reunión del llamado Diálogo Estratégico Rumano-Norteamericano, celebrada en Washington a finales de septiembre, se anunció la creación en suelo rumano de una brigada multinacional de la OTAN integrada por militares de la Alianza y liderada por mandos del Ejército de Bucarest.

Como el Tratado de Montreux prohíbe la presencia de buques de guerra extranjeros –léase estadunidenses, británicos, franceses u holandeses– en las aguas del Mar Negro, la defensa de la OTAN tendrá que centrarse en el suministro de aviones de combate y sistemas electrónicos de vigilancia remota. Rumania adquirió seis aparatos F-16 a la Fuerza Aérea portuguesa; los equipos de vigilancia electrónica serán suministrados por el aliado transatlántico. Si el proyecto primitivo no llegó a materializarse, la solución de recambio parecía satisfactoria.

Mas los datos del problema volvieron a cambiar en la primera quincena de noviembre a raíz de los resultados (¿inesperados?) de las elecciones presidenciales estadunidenses, búlgaras y moldavas. Si bien la victoria de Donald Trump provocó un verdadero maremoto que afectó y afecta a la totalidad de las estructuras de gobierno de nuestro planeta, los cambios registrados hace apenas unos días en Sofía y Chishináu, donde los candidatos prorrusos a la Presidencia se impusieron frente a sus contrincantes prooccidentales, preocupan sobremanera a la clase política rumana.

Rumania ¿atenazada? preguntan los politólogos de Bucarest, señalando que prácticamente todos los países de la región –Bulgaria, Chequia, Eslovaquia, Hungría, Serbia y Moldova– están dirigidos por políticos que mantienen buenas relaciones con el Kremlin. Rumania –baluarte proccidental en un océano prorruso–, huérfana…

Los expertos en relaciones internacionales no ocultan su pesimismo. En efecto, dudan de que el presidente electo de los Estados Unidos, partidario de mejorar las relaciones con el Kremlin –deterioradas durante el último mandato de Barack Obama, cuando privaron los intereses del establishment económico y militar demócrata–, esté realmente interesado en apoyar al endeble aliado rumano. Trump no sabe dónde queda Rumania, aseguran los catastrofistas. ¿Nos entregará a Putin?

Queda, pues, la disyuntiva: ¿OTAN o Unión Europea? Para Iulian Chifu, antiguo asesor de política internacional de la Presidencia de la República, la respuesta ha de ser inequívoca: tres veces OTAN. Su colega Cozmin Gusa, politólogo y estratega, no comparte esta opinión. Debemos dirigir nuestra mirada hacia la Alemania de Frau Merkel, hacia el motor de la economía comunitaria. Y hay que recordar que Rumania tiene la ventaja de tener un jefe de Estado, Klaus Iohannis, que pertenece a la minoría étnica germana. ¿Una baza? ¿Un salvavidas?

Cabe preguntarse si la recién estrenada geopolítica del caos, inaugurada por la era Trump, está ansiosa por cobrarse las primeras víctimas.

Adrián Mac Liman

El este de Alepo y Mosul


La prensa occidental sigue ocultando información sobre lo que está sucediendo en la ciudad iraquí de Mosul y en el este de Alepo para disimular el respaldo que las potencias occidentales aportan a los yihadistas. Y resulta interesante ver que, a través de la información incompleta que publica, esa prensa sigue multiplicando los contrasentidos.

Tanto en Mosul (Irak) como en el este de Alepo (Siria), los pobladores que acogieron a los yihadistas creyendo que la chariah los llevaría nuevamente a la llamada «Edad de Oro» no tardaron en conocer la decepción. Bajo la opresión impuesta por las leyes de los yihadistas y horrorizados por la violencia de estos elementos, los pobladores fueron volviéndose en contra de los invasores. Sin la menor vacilación los yihadistas los utilizan ahora como escudos humanos.

Sin embargo, la prensa occidental presenta la batalla por Mosul como un combate legítimo, mientras afirma que la de Alepo no lo es.

Mosul está en manos del Emirato Islámico (Daesh), que a su vez es una creación de Estados Unidos. Militares estadounidenses actúan como consejeros militares de las fuerzas iraquíes… mientras que la CIA lanza en paracaídas armas y municiones para los yihadistas. Se trata de dos manos que obedecen a un mismo cerebro ya que los consejeros militares estadounidenses habían propuesto un plan de ataque que supuestamente “rodeaba” Mosul pero dejaba abierta la vía terrestre entre esa ciudad iraquí y la ciudad de Raqqa, en Siria. Este cerebro no cuenta con sus aliados, prueba de ello es la reacción de Francia al solicitar que se inicie una ofensiva contra Raqqa inmediatamente después de la toma de Mosul.

Los barrios del este de Alepo están en manos de al-Qaeda, otra creación de Estados Unidos. En este caso, Estados Unidos y sus aliados sí están de acuerdo en cuanto al objetivo a seguir. Así que el presidente francés Francois Hollande recibió en París al «alcalde» del este de Alepo, quien llegó a la sede de la presidencia de la República Francesa acompañado de los «White Helmets» (Cascos Blancos), galardonados con el «Premio franco-alemán de los Derechos Humanos y el Estado de Derecho» (sic). Pero, en materia de “Estado de Derecho”, el hecho es que nadie sabe quién eligió o nombró a ese «alcalde», ni por qué “su” ciudad está bajo control de yihadistas encabezados por el jeque saudita Abdullah al-Muhaysini. Y al mismo tiempo, ningún periodista occidental parece interesarse por el hecho que el director y fundador de los tan mencionados «White Helmets» es el agente del MI6 James Le Mesurier. Resulta que los «rebeldes sirios moderados» son sauditas y británicos… ¡pero eso no importa!

En mayo de 2014, se realizó en Amman, la capital jordana, una reunión secreta para organizar la ofensiva del Estado Islámico en Siria e Irak. El ex vicepresidente iraquí Ezzat Ibrahim al-Duri, aportó a esa ofensiva 80 000 hombres de la Orden de los Naqchbandis, en la que este ex dignatario de Sadam Husein fungía como Gran Maestro. Un mes después, al-Duri abría al Emirato Islámico la ciudad iraquí de Mosul, a la que Estados Unidos acababa de enviar grandes cantidades de armamento nuevo. Anteriormente expulsado del poder por la invasión estadounidense, Al-Duri creyó que esto le valdría ganarse nuevamente el favor de Washington. Error. Los Naqchbandis iraquíes, con una formación baasista, no tardaron en enfrentarse a los yihadistas del Emirato Islámico, en cuanto este último impuso sus tribunales «islámicos», y actualmente son favorables al gobierno de Bagdad.

Y, en un cruel cambio de situación, hoy se enfrentan a yihadistas formados en Turquía, donde en 1969 fundaron la Milli Gorus de Necmettin Erbakan y Recep Tayyip Erdogan. Recogen así el amargo fruto del apoyo que aportaron en 1982 a la Hermandad Musulmana en Siria. Pagan otra vez las consecuencias de sus propios devaneos de 1993 con los yihadistas durante la campaña llamada al-Hamlah al-Imaniyyah, o sea «Regreso a la fe». Ojalá acaben aprendiendo la lección: toda alianza, aún de carácter táctico, con la Hermandad Musulmana y con sus grupos armados tardo o temprano lleva al caos. Es una triste lección que Siria tuvo que aprender después de haber creído que lo más honorable era ayudar a los yihadistas iraquíes contra la ocupación estadounidense y ayudar al Hamas, supuestamente contra Israel.

Pero los europeos no acaban de entender. Estigmatizan a la República Árabe Siria y hablan de pobladores del este de Alepo «obligados a huir de los combates», en vez de celebrar la liberación de los pobladores oprimidos por los yihadistas. Mientras tanto, «rebeldes sirios moderados» que en realidad provienen de Arabia Saudita, Libia y Túnez, entre otros muchos países, ya están presentes en las ciudades europeas, donde ya han cometido atentados.

Thierry Meyssan

Qatar afirma su responsabilidad en la guerra contra Siria


Siguiendo instrucciones de mi Gobierno, deseo señalar a su atención la siguiente información.

El 27 de noviembre de 2016, el Ministro de Relaciones Exteriores del régimen de Qatar, el Jeque Mohammed ben Abdulrahman Al Thani, dijo en una entrevista con Reuters, en su oficina de Doha, que
«Qatar seguirá armando a los rebeldes sirios incluso si Donald Trump retira el apoyo de los Estados Unidos a la iniciativa internacional».

Señaló también en dicha entrevista lo siguiente:

«Este apoyo va a continuar, no vamos a ponerle fin. No significa esto que si cae Alepo nos vamos a dar por vencidos… Aun si el régimen se apodera de Alepo, estoy seguro de que los rebeldes tendrán la capacidad de arrebatar al régimen el control de Alepo… Necesitamos más apoyo militar.»

Es bien conocido que la familia real de Qatar es la principal partidaria del grupo terrorista “Frente Al-Nusra” en Siria. A este respecto, querría hacer referencia a una declaración formulada el 12 de mayo de 2015 por el actual Ministro de Estado para la Defensa del régimen de Qatar, Khalid bin Mohammad al-Atiyah, cuando era Ministro de Relaciones Exteriores, en una entrevista concedida al diario francés Le Monde. En respuesta a una pregunta sobre la postura de su Gobierno con respecto al Frente Al-Nusra y si lo consideraba un grupo terrorista, el Sr. Al-Atiyah señaló lo siguiente:

«Ciertamente nos oponemos a todos los tipos de extremismo. Sin embargo, con la salvedad de Daesh, todos esos grupos luchan por derrocar al régimen. Los moderados no pueden decir al Frente Al-Nusra: “quédense en sus casas, porque no queremos trabajar con ustedes”».

Las declaraciones oficiales formuladas por el actual y por el anterior Ministro de Relaciones Exteriores del régimen de Qatar constituyen confesiones públicas de la participación del régimen de Qatar en apoyo de los terroristas en Siria y de la entrega de armas y recursos financieros a los grupos terroristas, en particular a la organización terrorista Frente Al-Nusra, violando así las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad, en contra de la voluntad de la comunidad internacional de luchar contra el terrorismo y en contravención de la designación unánime del Frente Al-Nusra como entidad terrorista por parte del Consejo.

Según los párrafos 3 a 8 de la resolución 2253 (2015) del Consejo de Seguridad, aprobada de conformidad con el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, corresponde al Consejo de Seguridad y a su Comité establecido en virtud de las resoluciones 1267 (1999) y 1989 (2011), relativas a Al-Qaeda y las personas y entidades asociadas, actuar de manera inmediata y adoptar las medidas adecuadas y necesarias para exigir que esas personas y al Gobierno que ellas representan rindan cuentas plenamente por apoyar al terrorismo, desafiar a la comunidad internacional, incumplir las resoluciones del Consejo y amenazar la paz y la seguridad internacionales.

La resolución 2253 (2015) y otras resoluciones pertinentes han sido decisivas y claras al decidir que se deben imponer sanciones a personas y entidades vinculadas con EIIL (Daesh) y al Frente Al-Nusra. Sobre esa base, solicito que adopte las medidas para aplicar las resoluciones 1267 (1999), 1989 (2011) y 2253 (2015) contra aquellos que apoyen al Frente Al-Nusra en Siria, incluidos el Ministro de Relaciones Exteriores del régimen de Qatar, Jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, el Ministro de Estado para la Defensa del régimen de Qatar, Khalid bin Mohammad al-Atiyah, y el régimen de Qatar, como personas y entidad asociadas al grupo terrorista Frente Al-Nusra.

Le agradecería que tuviera a bien hacer distribuir la presente carta como documento del Consejo de Seguridad.

Bachar Ja’afari

Los 6 partidos xenófobos más importantes de Europa

A raíz de los últimos atentados yihadistas ocurridos en Bruselas el pasado 22 de marzo, unidos a los que hace unos meses sacudieron la capital parisina, es evidente que la extrema derecha se ha visto reforzada en una gran cantidad de países europeos, en gran medida por su evidente xenofobia y su desmedido racismo. Sin ir más lejos, este mismo 24 de abril el FPÖ venció con un amplio margen en la primera vuelta de las elecciones austríacas.

España, quizás por su historia, quizás porque suficiente tenemos con lo nuestro, es ajena a una tendencia que, citando el comienzo del Manifiesto Comunista de Karl Marx, comienza a ser "un fantasma que recorre Europa". Esta vez, sin embargo, no es el fantasma del comunismo, sino su antagonista: es la extrema derecha la que está ganando terreno en el viejo continente.

Aquí os presentamos los que son posiblemente los 6 partidos xenófobos más importantes de Europa en 2016, muchos de los cuales han ganado fuerza a partir del pánico social generado por la amenaza del fundamentalismo islámico. Su mayor apoyo electoral se encuentra entre los desempleados y los sectores más pobres de la sociedad, a quienes se les ofrece un enemigo al que culpar de su miseria: el inmigrante.

1 Front national (Frente Nacional) - Francia

El que promete ser el partido revelación de los comicios franceses que se celebrarán en el próximo año (al cual las últimas encuestas otorgan entre un 26 y un 29% de los votos) y se ha hecho conocido de la mano de la siempre polémica Marine Le Pen, fue fundado por su progenitor en 1972, aunque no fue hasta el año 88 cuando comenzó a cosechar resultados significativos, rozando el 15% de sufragios. Desde entonces siempre se ha movido en esa franja, hasta que, según apuntan todas las encuestas, alcance su techo en 2017.

"Las encuestas otorgan hasta un 29% de los votos de las elecciones francesas de 2017"

Se trata de un partido fundamentado en una profunda xenofobia: las perlas dialécticas de Jean Marie pasan por minimizar el Holocausto, declarar que la presencia de gitanos en Francia era "olorosa" o que el ébola "solucionaría el problema de la inmigración en tres meses", mientras que su hija y sucesora ha defendido en numerosas ocasiones que "hay que impedir la entrada de inmigrantes en Francia". Sus cruzadas, además de contra los inmigrantes, abarcan desde el matrimonio homosexual, hasta el aborto, pasando por la Unión Europea.

Pese a esta evidente muestra de ideología ultra y las continuas acusaciones de 'filonazi', el partido se autodefine como de centro-derecha y nacionalista, atacando a la "casta" tradicional conservadora y reivindicando el poder del Estado y el orgullo patrio. El ejemplo perfecto del populismo como respuesta al miedo.

2 Amanecer Dorado - Grecia

"Amanecer Dorado no oculta su conformidad con el nazismo"

Es posiblemente el partido filofascista por antonomasia del siglo XXI. No porque sea el más grande de entre la extrema derecha europea, sino porque es de los pocos partidos del sur y oeste de Europa que ha aceptado para sí calificativos como racista y ha dejado evidentes muestras de su complicidad con el régimen de Hitler, gritando consignas nazis en el Parlamento Griego o elogiando a la Alemania nazi. Su cúpula, por si esto fuera poco, fue condenada a prisión preventiva en 2013, acusada de delitos como organización criminal o posesión de armas. Los altercados violentos de militantes o líderes de este partido nos darían para escribir unos cuantos artículos. 

La situación griega, por otro lado, permite estas licencias que los Le Pen tienen que guardarse. La discreción en Grecia es, simplemente, una opción. Y es que en una situación de emergencia social, en donde precisamente la crisis migratoria está jugando un papel fundamental, el discurso ultraxenófobo es cada día más apoyado, hasta tal punto que Amanecer Dorado se está asentando como el tercer partido más votado en el país heleno y como la primera alternativa al establishment representado por una Syriza reconvertida y Nueva Democracia, por encima de los marxistas del KKE.

3 Alternative für Deutschland (Alternativa para Alemania) - Alemania

¿Dónde quedó aquello de "Alemania sí que es un país que ha aprendido de su dictadura, no como España" que tanto hemos oído las últimas décadas?

Pues, si bien es cierto que los partidos germanos nazis son residuales en las elecciones, los comicios regionales de este mismo año nos dejaron una nueva promesa de la extrema derecha europea: AfD.

"Alternative für Deutschland gana fuerza en algunos de los Estados"

Como los dos anteriores, se trata de un partido euroescéptico y profundamente nacionalista. En este caso, sin embargo, se trata de un partido de ideologías tan plurales que fue fundado por miembros del CDU (derecha), FDP (centro-derecha liberal) y Die Linke (izquierda). Para haceros una idea, imaginad que ex miembros del PP, de Ciudadanos e IU forman un partido con medidas sociales ultraconservadoras y el objetivo de acabar con la inmigración ilegal.

Ha sido esta transversalidad ideológica la que explica su gran auge, sumada a una coyuntura europea en donde los inmigrantes pueden ser vistos por gran parte del tejido empobrecido como una amenaza y en donde Alemania, según AfD, está pagando por los excesos de los países pobres del sur del continente. Una imagen mucho más limpia que la de los antes nombrados Frente Nacional y Amanecer Dorado, muestra del peligroso populismo que la derecha más extrema está implantando en gran parte de Europa, apoyados en movimientos más radicales como el alemán Pegida, los cuales consiguen movilizar a decenas de miles de personas en manifestaciones contra "la islamización de occidente".

4 United Kingdom Independence Party - Reino Unido

"El 'no' a la UE, una de las principales consignas del UKIP"

El partido nacionalista y euroescéptico por antonomasia dentro de la ultraderecha europea. El UKIP, fundado el 1993, contó con su primera gran victoria, paradójicamente, en unas elecciones europeas en donde, sin embargo, tan solo votó poco más del 30% de los británicos.

Pese a que se autodenominan como liberales, verdaderamente suponen el ala más derechista del Partido Conservador, del cual surgieron en la década de los 90 de la mano de un Alan Sked, que verdaderamente representaba los postulados liberales y que reconoce que, desde que la dirección del partido la ha tomado la "derecha dura" de Nigel Farange, "el UKIP es un puñado de fascistas, racistas, oportunistas e hipócritas". De hecho, apunta a que la mano derecha del propio Farange (Martyn Heale), fue miembro del Frente Nacional británico, partido fascista que defiende la prohibición de la inmigración, el aborto y la homosexualidad, así como la adopción de la pena de muerte, entre otras medidas.

5 Prawo i Sprawiedliwosc (Ley y Justicia) - Polonia

"Ley y Justicia, el primer partido con mayoría absoluta de Polonia"

Seguramente sea el partido menos conocido de entre los que se han presentado aquí, si bien es el único de los cinco que ha conseguido, por ahora, gobernar. Y no solo eso, sino que se trata del primer partido polaco desde 1989 -año en que el socialismo cayó en el país- que consigue hacerse con la mayoría absoluta.

Ley y Justicia es un partido de corte tradicionalista y que sigue los dictados de la moral cristiana, profundamente homófobo y xenófobo, en un país en donde las manifestaciones anti-inmigración se han disparado. En la última Marcha Patriótica de Varsovia (se celebra cada 11 de noviembre) se dieron cita 70.000 personas bajo el lema "Polonia para los polacos, polacos para Polonia", lo cual casa mucho con el lema ultra nacionalista del partido que ostenta actualmente el gobierno y que, en estos meses, ha llevado a cabo medidas que rompen con un país que pretendía mostrar una imagen de modernización y que ha dado un giro profundo hacia la derecha más extrema.

6 Freiheitliche Partei Österreichs (Partido de la Libertad de Austria) - Austria

"Tu hogar te necesita ahora"

El FPÖ, partido ultraderechista y -también- xenófobo ganó este 24 de abril la primera vuelta de las elecciones en Austria con un 36,7% de los votos, lo que supone un amplio margen con el segundo candidato Alexander van der Bellen, respaldado por los Verdes, que tan solo cosechó un 19,7%. En la ideología del FPÖ también figura el euroescepticismo y el nacionalismo, algo que preocupa en la UE.

En la segunda vuelta, celebrada este domingo 22 de mayo, se vivió una igualada disputa por la victoria entre estos dos partidos opuestos. Por muy poco, el candidato de los verdes, Alexander Van der Bellen, se ha convertido en el nuevo Presidente de Austria. El recuento de votos por correo ha inclinado la balanza a su favor, ganando con un 50,3% frente al 49,7% de los ultraderechistas del FPÖ.

El resurgir de la extrema derecha en Europa


Hoy en día la denominada extrema derecha está presente en la mayoría de los parlamentos nacionales de la UE, con las notables excepciones de Portugal, España, Eslovenia, Irlanda y los micro-Estados. También ha calado hondo en sus socios europeos más importantes como Serbia, Ucrania, Noruega y Suiza. ¿Cómo se explica este giro hacia la derecha en los últimos cinco años en Europa, un continente caracterizado por un modelo social de bienestar y unos valores democráticos compartidos? El incremento en la inmigración es quizá el tema más mediático pero detrás del discurso xenófobo y liberal del que algunos hacen gala, los partidos de más éxito (como son Ley y Justicia –PiS– en Polonia, el Partido de la Libertad Austriaco –FPÖ–, Fidesz en Hungría y el Frente Nacional francés de Marine Le Pen) proponen también ambiciosos programas económicos basados en los subsidios a las familias, pequeños empresarios y programas de nacionalización del sector privado que están atrayendo el voto tradicional de izquierdas. El resurgimiento de la derecha radical y populista es más que la manifestación de un pensamiento racista: es la manifestación del localismo frente al actual orden mundial de internacionalismo. La soberanía frente a la globalización.

Así pues, en Polonia, la política estrella del PiS durante las elecciones fue su apoyo a las familias mediante la reforma del sistema de subsidios, el incremento de las bajas maternales y la futura introducción de una paga mensual de 500 złotych (113 euros) por hijo. En Hungría, Orbán y su partido populista Fidesz nacionalizaron fondos de pensiones, aprobaron impuestos sobre transacciones financieras y redujeron el precio de la energía en el mercado para beneficiar a hogares e industrias. Sin embargo, la contracción del PIB del 0,8% en este trimestre, la decreciente calidad de los servicios públicos y la alta tasa de pobreza (con el 40% de húngaros en riesgo de exclusión) han dado alas a Jobbik, partido aún más a la derecha de Fidesz, que apuesta por un incremento del gasto público y que se ha convertido en el primer partido de oposición en el país. En Francia, Marine Le Pen propone un incremento del salario mínimo del 13%, una revalorización de las pensiones, una bajada de impuestos en las tarifas energéticas y un proteccionismo económico generalizado. Por último, el FPÖ austriaco esgrime el rechazo al libre comercio, con medidas proteccionistas para proteger a los empleados nacionales e incremento de viviendas públicas y del gasto en sanidad, cosechando así el 86% del voto de la clase obrera en las últimas elecciones presidenciales.

El cambio en la presentación de estos partidos también está siendo clave. La cara “oficial” del PiS es la primera ministra Beata Szydło, poco conocida en política nacional pero cuyo carácter moderado y conciliador contrasta con el estilo abrasivo del fundador del partido, Jarosław Kaczyński. Algo similar sucede en el FPÖ con el candidato presidencial Norbert Hofer y el actual líder del partido, Heinz-Christian Strache. En el Frente Nacional, Marine Le Pen expulsó en 2015 a su padre, Jean-Marie Le Pen, citando sus numerosas “faltas” y distanciándose de su retórica anti-semita. A estas caras nuevas hay que sumar una superficial y calculada suavización del discurso xenófobo. Así pues, estos partidos aceptan públicamente el derecho de asilo y la necesidad de inmigración laboral, y resaltan las virtudes de los inmigrantes “bien integrados” –excluyéndolos inicialmente y provisionalmente de sus críticas como ejercicio de imagen–. Sus plataformas dicen promover medidas, con dudosos criterios, para separar a los “verdaderos” refugiados de aquellos que “abusarán” del Estado de Bienestar, la restricción de la inmigración de baja cualificación y la puesta en marcha de requisitos de integración basados en la asimilación cultural y el conocimiento del idioma. Finalmente, los partidos suelen justificar sus posiciones a base de argumentos económicos, como la reducción de salarios y el supuesto incremento del gasto público, transformando el discurso xenófobo en otra vertiente de proteccionismo, que apela a la desilusión y precariedad laboral de la clase obrera.

En definitiva, la interconectividad de los mercados y los marcos económicos establecidos, como el Tratado de Maastricht y la zona euro, han contribuido a la creación de una percepción en la que cristiano-demócratas y social-demócratas se diferencian más por sus valores y defensa de ciertos derechos que por su programa económico. Esta percepción, junto al rechazo de las medidas de austeridad propiciadas por la crisis económica por una parte importante del electorado, ha suscitado una fuga de votos hacia otras opciones más radicales y que ha afectado con especial fuerza a los partidos social-demócratas. 

Por lo tanto, el auge de los movimientos de derecha populistas en Europa no es simplemente una reacción a la crisis migratoria, sino una protesta generalizada hacia la globalización por parte de una población que no se siente participe de sus beneficios y que se escuda en la soberanía y en una supuesta protección y seguridad que estos partidos prometen traer.

El internacionalista Fidel Castro


Fidel Castro ingresó a la Historia como uno de los grandes personajes latinoamericanos de todos los tiempos.

Condujo una revolución que logró consolidarse en las narices del imperio y desde el Gobierno de Cuba desafió a EE.UU. apoyando los esfuerzos revolucionarios latinoamericanos. Puso en jaque a los poderes coloniales y neo-coloniales europeos y estadounidenses al dirigir, desde La Habana, las exitosas expediciones internacionalistas cubanas contra la invasión del sur de Angola por los racistas del apartheidde Sudáfrica y, por el norte, de las tropas de Zaire (ex Congo belga) enviadas a desmembrar esa nación por Mobutu Sese Seko, el títere africano de Europa y EE.UU. que asesinó a Patricio Lumumba. Sangre cubana hizo posible la extinción del régimen segregacionista de Sudáfrica y apoyó las luchas por la independencia de Angola, Argelia, Cabo Verde-Guinea Bissau, Namibia, Zimbabwe (ex Rodhesia) y otras naciones africanas que seguían sometidas al colonialismo europeo y al neocolonialismo, como Etiopía.

Fidel adquirió una estatura política mundial equiparable a la del Che Guevara y Simón Bolívar. Sus hechos políticos y militares quedaron registrados en sus escritos y discursos, entrevistas, libros de memorias e incluso biografías de sus detractores. Su pensamiento y acción mantienen plena vigencia en el siglo 21 y cualquier opinión suya merece titulares de la prensa mundial desde hace más de 50 años. Su liderazgo sobrevivió la agresividad constante de 11 presidentes de EE.UU., desde D. Eisenhower a B. Obama, y supo evadir más de 600 intentos y conspiraciones de asesinato. ¿Cómo se mantuvo al frente de la jefatura del estado de Cuba prácticamente medio siglo? La vigencia del pensamiento político de Fidel Castro sólo tiene el precedente de los grandes líderes continentales de la lucha anticolonial del siglo 19, por ejemplo Bolívar, San Martín, Toussaint Louverture, entre otros.

La vida pública del líder cubano ha sido un libro abierto desde que inició sus actividades políticas en la Universidad de La Habana y comenzó a aparecer en la prensa cubana de fines de la década de los años 40 del siglo 20. Sin embargo, los vacíos de información suelen llenarse con mitos y mentiras, que de tanto repetirse terminan por considerarse “verdades”. Incluso, ciertos autores distorsionan su origen familiar presentándolo como supuesto “hijo bastardo de un latifundista analfabeto”, o especulan sobre su vida privada personal, sus mujeres e incluso sus hijos, tejiendo una telaraña de pretendido misterio.

La vida de Fidel es la historia de la Revolución Cubana, que ha motivado libros y películas, pero aún así muchos aspectos relevantes quedan en la penumbra, la ignorancia o el relleno de la mentira. Las generaciones jóvenes y quienes no conocieron de cerca los hechos históricos que Fidel comenzó a protagonizar en América Latina desde fines de los ‘40 tienen generalmente la visión distorsionada de su historia personal y política, aquella imagen construida por la propaganda estadounidense. Ocultar la verdad o distorsionarla es tarea permanente de los mega consorcios periodísticos y la “industria cultural” estadounidense que penetra a todo el planeta con los bestsellers de una seudo literatura dirigida, el cine tipo Hollywood y la producción de películas de TV-basura de las grandes cadenas corporativas. Esta crónica apenas pretende rasguñar el muro de la desinformación.

El origen 

Fidel Alejandro Castro Ruz fue el tercer vástago de una familia rural de clase media-alta acomodada, fundada en “segundas nupcias” por el emigrante español Ángel María Bautista Castro Argiz. Nacido en el día de San Hipólito y San Casiano, el 13 de agosto de 1926, en Birán, Provincia de Oriente –hoy llamada Granma–, Fidel comenzó a adquirir notoriedad política como dirigente estudiantil cuando cursaba la carrera de derecho en la Universidad de La Habana, donde ingresó en septiembre de 1945.

Pero su mayor proyección internacional como dirigente político de nuevo estilo en América Latina provino de su primer esfuerzo por iniciar una guerra popular contra la dictadura de Fulgencio Batista a partir de la captura del Cuartel Moncada, la segunda fortaleza del ejército del dictador, y otras edificaciones emblemáticas del oriente cubano. A pesar del fracaso de su primer intento, la guerra contra la tiranía de Batista comenzó igual, sólo que un poco más tarde… y culminó con éxito. No sólo se destruyó una dictadura, sino que se creó una nueva sociedad a 150 km del imperio estadounidense.

En la madrugada del 26 de julio de 1953, un grupo de 165 jóvenes comandados por Fidel Castro atacó simultáneamente varios objetivos militares y símbolos del poder en las cercanías de Santiago, en el oriente cubano. El grueso de los combatientes, reclutados personalmente por Fidel, se concentró en asaltar el Cuartel Moncada, sede del regimiento Antonio Maceo. Otras unidades se encargaron del Hospital Civil y del Palacio de Justicia de esa ciudad, mientras otro grupo atacó sincronizadamente el cuartel militar Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, ciudad oriental de tamaño mediano, ubicada cerca de la Sierra Maestra. Para estas acciones militares Fidel reclutó y adiestró a un pequeño ejército de hasta 1.200 jóvenes cubanos.

Si el liderazgo del grupo que asaltó la fortaleza del ejército le dio a Fidel Castro una importante proyección internacional, un impacto mucho mayor provocó su posterior autodefensa –“La Historia me absolverá”– pronunciada el 16 de octubre de 1953, durante el juicio contra los jóvenes rebeldes. Su exposición fue un ensayo incisivo sobre la historia y la realidad presente de Cuba y América Latina, desarrollado de memoria ante los jueces, en incomunicación absoluta y sin libros de historia ni textos jurídicos para consultar. La profundidad de esta alocución lo consagró como un estadista, forjador y conductor de revoluciones.

Reconstruida después en prisión por su propio autor, esta notable y documentada pieza oratoria se difundió rápidamente como un programa de gobierno que se convirtió en un clásico del pensamiento político y un dramático reclamo de libertad comparable al “Reportaje al pie del patíbulo” del periodista checo Julius Fucik, asesinado por los nazis en Berlín, el 8 de septiembre de 1943, o la autodefensa de Jorge Dimitrov cuando fue acusado del incendio del Reichstag perpetrado por el nazismo alemán.

Tras su auto defensa, Fidel siguió haciendo noticia. Bajo la presión de la fama internacional y la solidaridad mundial concitada por el preso político, la dictadura de Batista tuvo que liberarlo de la prisión de Isla de Pinos, el 15 de marzo de 1955, y dejarlo partir al exilio en México. A fines del año siguiente, exactamente el 2 de diciembre de 1956, Fidel reapareció en Cuba al mando de 82 combatientes que navegaron desde México, a bordo del pequeño yate Granma, para dar inicio a la campaña militar que pasaría a la Historia como la guerrilla de la Sierra Maestra. A bordo también llegó a la isla un argentino entonces desconocido, Ernesto Guevara de la Serna, “el Che”. La guerra contra la tiranía desatada por Fidel y sus hombres logró el apoyo del pueblo y, finalmente, la lucha armada erradicó al dictador Fulgencio Batista, quien huyó del país durante la noche de año nuevo del 1º de enero de 1959, dos años y un mes después del desembarco del Granma.

El padre

Cuando llegó a Cuba a cumplir con su servicio militar en el ejército colonial, el joven soldado español Ángel María Bautista Castro Argiz jamás se imaginó que allí engendraría doce hijos y que uno de los nueve que sobrevivieron hasta la edad adulta sería jefe del Estado durante casi medio siglo. El progenitor arribó como recluta hacia 1895, con un poco más de 20 años. Cuba todavía era colonia española y justo comenzaba su segunda guerra por la independencia. 

El joven gallego alcanzó a vivir los últimos estertores del imperio colonial hispano en tierras americanas. Durante un par de años sirvió en la fuerza militar colonial en suelo cubano, pero el ingreso de EE.UU. a la guerra definió rápidamente la suerte de España y Puerto Rico en América y Filipinas en Asia. El futuro padre de Fidel Castro retornó a su país en agosto de 1898, al igual que miles de soldados de la corona española repatriados tras la derrota. La superioridad bélica del naciente imperio estadounidense se impuso rápidamente sobre el gastado colonialismo hispano. Pero el ex conscripto gallego regreso a la isla al año siguiente, exactamente el 4 de diciembre de 1899, día de su cumpleaños número 24. Esta vez no llegó para hacer la guerra sino a construirse un destino. Este regreso fue clave para lo que ocurriría exactamente 60 años después, el triunfo de la Revolución conducida por el hijo del inmigrnte. Por angas o por mangas hechos simples de la vida humana traen consigo grandes sorpresas y parabienes. Cumplida con creces la tarea, el hombre de Birán regresa ahora al terruño oriental.

¿Revolución, contra revolución, equilibrio, tras la muerte de Fidel?


La prensa internacional neocolonial comienza a amenazar a Cuba de los problemas que puede ocasionarle seguir la senda del socialismo que perdura en su seno.

Junto con los titulares occidentales que “denuncian” la represión existente, insisten en la pobreza enorme que agobia a su pueblo y el deseo de cambio. Obviamente del bloqueo no hay mención alguna a las causas, las consecuencias y el martirio de la niñez, juventudes, clase trabajadora, adultez mayor, a causa de este inicuo proyecto.

Las interrogantes aparecen: ¿la muerte de Castro debilitará el gobierno cubano?, ¿Donald Trump acrecentará el bloqueo?, ¿se incrementará o disminuirá la ayuda internacional a la isla?, ¿aumentará la oposición interna?, ¿se mantendrá la campaña mediática acusando al gobierno de ser una dictadura implacable?

Lo primero que se debe afirmar es que el fidelismo no es una corriente personalista simplemente sino una estructura ideológica más fuerte que une la figura del Comandante con la concepción de revolución permanente, logrando un hecho fundamental: que sus ideas trasciendan, lo que corrobora el fenómeno del Che en otra perspectiva heroica. La expresa orden de Fidel en cuanto a no exaltar su nombre en calles, parques, realizar bustos, etc., como parte del culto a la personalidad, demuestra una egregia fundamentación en principios éticos.

Lo segundo, es que Donald Trump debe seguir su discurso agresivo hasta ser nombrado presidente de modo formal, jurídico, y en ese momento hay que iniciar el análisis sobre el terreno de los hechos ya que hasta dicho día sólo tiene la nominación sin poseer el poder de decisión real. Es muy factible que sopese con frialdad los pro y contra de una decisión que agrave el cerco ilegal que se ha perpetrado por Obama y anteriores mandatarios. Por el contrario, con Hillary se sabía claramente su papel guerrerista, continuador del conflicto en Medio Oriente, su rechazo a Irán, su agresividad contra sectores sociales de bajos recursos, entre otras medidas previsibles.

No hay que olvidar que las élites aún intentan nombrar a Clinton por la puerta trasera, o sea, presionando a los electores para no confirmar a Trump, signo de la corrupción en Estados Unidos y que, de llevarse a cabo, provocaría ahora sí una violencia indescriptible de los seguidores del magnate.

En tercer lugar, afortunadamente la cooperación internacional comienza a acrecentarse y es factible que, pese a los castigos comerciales a quien intente negociar con Cuba, se logre paulatinamente superar dicho proceso que atenta contra la salud integral del pueblo isleño, fortaleciendo los pilares comunitarios del socialismo real implementado.

En cuarto lugar, y no menos importante pues hay que ahondar en ello, la oposición interna no se hará efectiva como se desea en los círculos más reaccionarios pues, aunque existe disidencia evidente sus niveles no alcanzan un poder desestabilizador o destructor. Lo que no es óbice para analizar con detenimiento donde están las carencias que la gente aprecia como debilidad del modelo y, por ello, los investigadores deben actuar con razonabilidad previsora en todo momento para resolver las urgencias importantes.

Cabe mencionar para el análisis que la oposición se ha congregado en torno a la Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD), paradójicamente similar a la Mesa de Unidad Democrática-MUD (organización venezolana que intenta subvertir el orden constitucional), con el fin de potenciar un cambio hacia una democracia participativa y ciudadana, la que proyecta dejar atrás el gobierno socialista en 2018 cuando Raúl Castro entregue la dirección del país. La intervención de EE.UU. es uno de los puntos más importantes de analizar pues desde el gobierno saliente continúa la estrategia de desestabilización a través de la infiltración de capitales para subvertir el orden, financiar a la oposición y desatar campañas mediáticas intensas. No sin razón, la secretaria de Estado adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Roberta Jacobson, manifestaba reiteradamente su preocupación por los derechos humanos en Cuba, las detenciones políticas y, especialmente, mencionando a las disidentes Berta Soler y Danile Ferrer como casos demasiado graves, información replicada a nivel mundial con el fin de alertar al mundo democrático de “la represión en la dictadura castrista”, según su propia interpretación. Para John Kerry, lo que hace falta en Cuba es una “democracia genuina” similar a la de EE.UU. (sin ahondar en las contradicciones del régimen estadounidense), y en coherencia con las declaraciones políticas de cubanos opuestos que auguran mayor represión con el fallecimiento de Castro, no ceder ningún espacio al gobierno u organizarse para competir en las presidenciales de 2018.

En quinto lugar, la guerra mediática persistirá y se complementará con la generación de condiciones para subvertir el proceso o, por lo menos, incitar a desconfiar, murmurar, destruir, fundamentos básicos del sistema estatal, propiciando descontento laboral, por ejemplo.

La conclusión final es que Cuba, pese al dolor que causa el deceso del Comandante Fidel en muchos países del mundo que recibieron su solidaridad y a su propia ciudadanía, el proceso continuará incólume y realizando las modificaciones que la dialéctica sociopolítica requiera. Seguramente Donald Trump podrá castigar o morigerar el bloqueo, lo que es aún incierto, aunque no podrá afectar la inalterable conciencia del pueblo mismo en su interior.

Es el anhelo de quienes han confirmado la validez de una categoría que contradice al capitalismo en su esencia: la riqueza humana, la alegría, la autodeterminación, la felicidad de ser patriota, son superiores al triste efecto que causa la acumulación del dinero al demostrar que la desigualdad es su expresión máxima.

Fidel desde una mirada islámica


En estos días en que el gran líder cubano ha dejado este mundo se ha desatado un mar de tinta y comentarios acerca de su trascendente personalidad.

No he podido ni he querido sustraerme a pensar en este hombre extraordinario que conmueve a gran parte del mundo. Tiene cosas buenas que enseñar a la humanidad y tiene carencias a mi juicio importantes que es necesario no perder de vista a la hora de elogiar sus logros.

Desde un punto de vista islámico, para mí, el comandante cubano se halla en una posición intermedia entre los elogios desmesurados y las críticas extremas. Para aclarar mi punto de vista quiero decir que no puedo negar, sino que más bien me sumo a la admiración que despierta algunas de las proezas de Fidel Castro dignas de ser imitadas y constituirse en ejemplo para el mundo. Pero no ocurre eso con todas sus dimensiones. Yo creo que es una personalidad muy interesante y digna de destacarse por su sensibilidad social, su compromiso de lucha incansable contra la tiranía, su valiente lucha tan desigual, su resistencia, los campos en los que logró grandes avances su revolución y en los que los cubanos supieron destacarse a nivel regional y mundial. La educación, siendo el primer país latinoamericano que desterró el analfabetismo, la salud para toda la población, los desarrollos médicos y su exportación solidaria, el deporte que ubicó entre los diez primeros países del mundo en la obtención de medallas olímpicas, el adelanto científico, el tecnológico, el intento de desarrollo industrial dentro de las limitaciones que le imponía el injusto embargo norteamericano y europeo. Su solidaridad internacional con los oprimidos como el caso de Angola, el movimiento de liberación en Sudáfrica, la contribución agradecida por Nelson Mandela para vencer al apartheid, la ayuda a Vietnam, a Namibia y a tantos otros en los continentes de África, Latinoamérica y Asia. Aquí es importante destacar que la extrapolación apresurada sin un conocimiento profundo de las particularidades de algunos lugares que no tenían las condiciones de Cuba les hizo cometer muchos y serios errores.

Otros logros son el haber conservado con tantas dificultades su independencia después de la caída de la Unión Soviética, su principal comprador y sostenedor. El haber ayudado a sellar acuerdos de paz como los del gobierno colombiano con las FARC. No es poco para una isla tan pequeña. Habla de una grandeza muy elogiable. Nunca nada ni nadie pudieron amedrentar a Fidel, hasta el último de sus días. Ni las seiscientas veces que dicen que la CIA intentó acabar mafiosamente con su vida, ni las amenazas nucleares ni nada, ni la soledad en que se vio tras la caída de la Unión Soviética.

Es cierto también, que fue la política norteamericana, totalmente injusta la que desplazó a Fidel de su nacionalismo radical, de su condición de demócrata al estilo pre revolucionario, aunque en la Cuba socialista hubo cinco presidentes y elecciones periódicas (que no haya partidos políticos no significa que no haya diputados elegidos por fuera del partido comunista. La mayoría de los cubanos apoya su sistema político) y de un buscador de la justicia social dentro de esos dos marcos mencionados, el del nacionalismo y el de la democracia participativa. Fue esa política agresiva yanqui la que arrastró a Fidel y a los cubanos al comunismo más de corte dogmático y cerrado, del que se fueron abriendo con el paso del tiempo ante las limitaciones del mismo. Pero si no hubiese sido por los abusos de Estados Unidos, primero apoyando a Batista con toda la logística y con armas, luego imponiendo tantas sanciones y castigos a la isla, Fidel no se hubiera volcado tanto a la Unión Soviética y a su ideología. Democratizar el poder de una forma más radical como lo hiciera en un principio no significaba ser comunista, aunque para la miopía yanqui todo hombre o país que quisiese ser independiente o poner en práctica una mayor justicia social era visto, en el marco de la guerra fría como comunista a ser eliminado en esos días. Así lo dijo Nixon cuando tiempo después de recibirlo, siendo vicepresidente en Estados Unidos tras el triunfo de la revolución (Eisenhower no quiso hacerlo) dijo que era comunista y debía ser eliminado.

Pero era de esperar que un hombre de formación cristiana jesuita, rindiese una consideración más profunda a las cuestiones espirituales. Esta fue una de sus limitaciones y deudas de la revolución cubana. Su pueblo fuertemente creyente como fue reconocido por el mismo Fidel no supo encontrar la vía para desarrollar esta espiritualidad y la negación marxista del espíritu religioso no caló nunca en el pueblo cubano. Fidel estuvo pobre para comprender esa necesidad de su pueblo, como sí supo entender las necesidades materiales del mismo y se preocupó siempre por ver cómo las podía satisfacer. Para Fidel, tal como lo dice en el libro "Fidel y la Religión" del dominico Frei Betto, "Jesús fue un gran revolucionario" por su lucha social y política contra el imperio en defensa de los desposeídos, pero de la dimensión espiritual de Jesús no dijo nada. Jesús tenía como apoyo de su lucha a la oración, el ayuno, la unidad con Dios, los milagros, esos poderes dados por Dios, la trascendencia, la responsabilidad de los seres humanos para un juicio más allá de la muerte donde comparecerá y la fuerte influencia ética que ejercen estas creencias. Esta conciencia espiritual libera al hombre no solo en términos materiales, lo libera de la finitud y el sin sentido de una realidad que se agote en lo material.

No es que el tema espiritual sea algo menor como para que alguno pueda desestimarlo. Hace a la verdadera libertad y justicia humana y social, además de la política y económica. Fortalece la determinación de un pueblo y lo libera de los grilletes de los límites materiales que asfixian al alma.

La pobreza espiritual afecta a la capacidad moral de un pueblo y mina su resistencia frente a las tentaciones del poder materialista. El orgullo cubano bien ganado no debe extralimitarse y terminar siendo una valla que le impida tener la humildad suficiente como pueblo para encontrar y seguir una vía revolucionaria espiritual. Esta es la que puede procurar a Latinoamérica la unidad necesaria que pregonara Fidel junto a Perón y a otros líderes del continente. Una unidad no alcanzada porque el impulso independentista ha sucumbido actualmente y momentáneamente, por una carencia espiritual, moral y de humildad para llegar al corazón de las masas. Los pueblos desengañados y confundidos terminan depositando su confianza a los cantos de sirena que le venden los medios liberales. No ha de desestimarse que uno de los talones de Aquiles del intento de independizarse de Norteamérica ha sido la corrupción. Si bien esta corrupción ha sido y es exagerada por los medios hegemónicos, no se puede negar que existe desgraciadamente y ha provocado un cierto enfriamiento en muchos.

No se trata de negar lo bueno de las posturas revolucionarias de Latinoamérica, se trata de señalar de una buena vez, lo que les falta para consumar la verdadera independencia y soberanía. La figura de Fidel es una buena excusa para esta reflexión necesaria y un buen homenaje a quien amó la independencia y vivió para procurarla permanentemente.

No negamos para nada, menos con la falta que hace hoy en día y siempre, la práctica tan sana de algunos valores morales muy destacables de Fidel cuando se opuso férreamente a que la lucha guerrillera realice atentados, magnicidios, torturas, robos a los campesinos o violaciones a las mujeres. Incluso extremaron los cuidados de no matar soldados innecesariamente y muchas veces en las sierras dieron sus medicinas a soldados heridos de Batista. También Fidel se opuso tajantemente y quedó como una tradición de los rebeldes el no robar bancos u otros recursos de esta naturaleza. Así fue como pudimos obtener el noventa por ciento de la aprobación popular y vencer a la dictadura con el apoyo norteamericano dijo Fidel. No es justo decir que las expropiaciones o las nacionalizaciones de las empresas norteamericanas hayan sido un robo porque fueron reacciones a las medidas norteamericanas de intromisión en sus políticas internas y las sanciones económicas contra la isla. En un primer momento, ante las medidas norteamericanas que había apoyado con entrenamiento a las fuerzas del dictador Batista, además de procurarle armas de artillería, tanques y aviones con las que se bombardeó aeropuertos y a civiles y ante la política de boicot de parte de los norteamericanos, el gobierno revolucionario obligó a las empresas norteamericanas de petróleo a refinar el petróleo soviético en la isla, y, si bien la empresa Esso aceptó hacerlo, luego, por orden del Consejo de Seguridad norteamericano no lo hizo. Algo que contraría la libertad de empresa que tanto declama el imperio, así como el supuesto respeto a la soberanía ajena. Ante esa medida de desobediencia ante el gobierno soberano de Cuba, la empresa fue expropiada.

Esos valores morales que condicionan y humanizan la lucha, a diferencia del terrorismo practicado abierta y clandestinamente por el imperio a diario en todo el mundo, son más que elogiables y encomiables. Pero, desgraciadamente la revolución no pudo o no supo ahondar en la libertad de tipo espiritual. Como decía el sacerdote argentino asesinado, Mujica, "qué importa la revolución socialista cuando estoy en Terapia intensiva", o si se me muere un hijo. Las grandes necesidades humanas quedaron sin respuesta por ahora, en la revolución cubana. Fidel se refirió valorativamente al carácter revolucionario de Jesús, pero desgraciadamente no ahondó en ello y Fidel a pesar de haber visitado a Irán y expresar su admiración por la lucha del pueblo iraní al que señaló como un ejemplo épico para el mundo, no pudo percibir la profundidad espiritual que hizo y hace posible esta fuerza extraordinaria de la revolución islámica de Irán.

El líder Ayatullah Jamenei, cuando Fidel elogió la épica iraní, le respondió que todo lo que tenemos proviene del Islam. Es decir, no somos fuera de la guía de Dios, una raza o una nación especial que tengamos algo que los demás no tengan, nuestras virtudes vienen de Dios y del Islam. No somos superiores como raza o pueblo por causas raciales o étnicas especiales que los demás no posean.

Cuando algunos teólogos iraníes hablaron en la Habana con Fidel sobre la importancia de la dimensión espiritual, Fidel contestaba que era el filósofo Lenin quien debía contestar y atender esos asuntos. Hubiera sido muy importante que Fidel preste más atención a la carta del Imam Jomeini a Gorbachov, el líder soviético cuando colapsaba la Unión Soviética previniéndole de no caer en brazos de Occidente y Estados Unidos que también atravesaban una crisis terminal por su falta de espiritualidad y conocimiento correcto de Dios. El Imam Jomeini invitaba a Gorbachov a enviar a sus filósofos a dialogar con los filósofos y teólogos musulmanes, pero la invitación quedó sin respuesta. El líder soviético se limitó a responder acerca del incremento de las relaciones económicas y políticas y el Imam le dijo al canciller Shevardnaze que yo pretendí abrir otro horizonte (el espiritual, no el meramente mundanal de la economía y política desprovista del espíritu y la dimensión más plenamente humana).

Trump amenaza con interrumpir el proceso de acercamiento a Cuba iniciado por Obama a instancias de la Iglesia Católica. La política de Obama era a largo plazo, pretendía ser una revolución blanda. Este era un desafío peligroso para la revolución cubana. La falta de espiritualidad podría sucumbir en el largo plazo ante las tentaciones libertinas y consumistas de la cultura materialista norteamericana. Podía minar a la unidad de la juventud cubana y allanar el camino para un cambio de "régimen" como lo pregonaba el mismo Obama. La postura rígida de Trump, vieja fórmula de siempre, facilitará la resistencia cubana que ha dado ya suficientes muestras de su orgullo y dignidad como para rendirse a las prepotencias yanquis.

El ser humano posee necesidades de trascendencia en su naturaleza, siente una opresión en los límites del cuerpo, la enfermedad, la vejez y la muerte. Una revolución que no le abre al ser humano el horizonte espiritual no le confiere una verdadera liberación, por más pan que reparta en forma igualitaria. La visión internacionalista de la justicia social ha de complementarse con la visión universal del espíritu humano y su vínculo para combatir a la pobreza y a la amenaza ambiental que provoca el consumismo materialista.

No toda la culpa ha sido de Fidel y los suyos. Los cristianos revolucionarios no han sabido ayudar a Cuba en la guía para una mirada más auténtica de la espiritualidad cristiana. La Iglesia oficial estuvo mucho tiempo en Cuba y en el resto del Continente americano al servicio del status quo, de la elite del poder oligárquico y anti democrático. Los Sacerdotes del Tercer Mundo a los que Perón llamó "mi Iglesia" apenas si llegaron a un diez por ciento de todo el clero en Argentina y un abarcó a un número insignificante entre la encumbrada jerarquía eclesiástica. Algo parecido ocurrió con la Teología de la Liberación en el resto de Latinoamérica. El sacerdote argentino Carlos Mujica viajó a Cuba y dijo que a pesar de no profesar una religión, su sistema revolucionario socialista estaba más cerca de los Evangelios y el primer cristianismo que el sistema capitalista. Comparto esta visión, sin desmerecer algunos logros importantes del capitalismo como parte de un desarrollo relativamente libre en lo privado que si no se desentiende de los controles estatales y los límites éticos es necesario para el desarrollo económico, el estímulo a la creatividad e impulso emprendedor económico, cultural y social de los hombres. El Islam ve virtudes y vicios en el capitalismo y en el marxismo, en el liberalismo económico y en el estatismo. El Islam reivindica lo positivo de ambos sistemas pero los trasciende con una espiritualidad y una ética profunda de la que carecen ambos sistemas pretendidamente humanistas, manteniéndose equidistante de los extremos y del materialismo que les subyace.

Es cierto que criticar a los socialistas o comunistas de Cuba sin haber aportado una revolución para mejorar la condición de los pobres en el continente más desigual del planeta es un planteo un tanto abstracto e irreal. No así es hacerlo desde el Islam cuyo proceso revolucionario está en plena expansión. Pero en Latinoamérica aún no se ha hecho desde lo espiritual lo suficiente como para aliviar el dolor de la pobreza y la injusticia. También es cierto que Fidel reconocía que la solidaridad de los cristianos con los enfermos, los pobres, los desprotegidos, los abandonados por el sistema son cualidades que deseaba que los militantes comunistas posean. Cuidar enfermos y ancianos en los hospitales, orfanatos, villas y geriátricos que hacen algunas monjas, sacerdotes y laicos creyentes humildes es digno de elogio y reconocimiento.

Un esbozo de acercamiento entre cristianos y cubanos lo vimos con el Papa Francisco cuando visitó a Cuba y una vez más pidió por el levantamiento del embargo a la isla además de otras consideraciones que llevaron a Raúl a decir –medio en broma, medio en serio - que con un Papa así él pensaría seriamente en volver al cristianismo. Pero como muchos otros gestos quedaron en un amague de un lado y del otro.

La revolución islámica con centro en Irán, hoy ya de alcance regional y mundial, tiene el desafío de ofrecer a Cuba y a Latinoamérica su modelo revolucionario espiritual para que con el aporte de los latinos se enriquezca aún más. La resistencia multipolar contra el imperialismo tiene como actor principal a la revolución islámica que conjuga lo político con lo espiritual, el conocimiento de Dios y los profetas con la justicia social, el desarrollo científico, la perfección de la moral y la resistencia contra la opresión, ésa que fuera tan elogiada por Fidel.

Escrito por Sheij Abdul Karim Paz