miércoles, 18 de mayo de 2016

KANÚN, EL CÓDIGO DE SANGRE ALBANÉS

El Kanún de Lek Dukagjini es el conjunto de leyes tradicionales de Albania y diversas regiones de los Balcanes, tenían forma oral hasta que fue puesto por escrito por primera vez en el siglo XV. Su origen no está claro, unos estudiosos aseguran que viene de la Edad de Bronce, otros de las antiguas tribus Ilirias, otros aseguran que vienen de la Prehistoria aunque las opiniones mayoritarias sitúan el origen del Kanún en el Código de Dusan, cuyo origen se sitúa en el Imperio Serbio, mientras que otros suponen que estas leyes vienen de los Turcos que tomaron los Balcanes tras la caída de Constantinopla.

El Kanún, (cuyo nombre proviene del Griego Canon) se rige por cuatro principio:
  • Honor
  • Lealtad
  • Hospitalidad
  • Conducta recta

Si bien es un código muy complejo que abarca todas las diferentes dimensiones de la vida y en la que prima la familia sobre todo siendo, además, este concepto muy amplio en esta cultura ya que las familias Albanesas suelen ser enormes y los lazos de parentesco por línea colateral se extienden hasta unas distancias gigantescas.

El Kanún afecta a las mujeres ya que codifica su forma de vida y las obliga a respetar y mantener el honor de la familia con sus actos, no deben trabajar, se las casa pronto siendo el matrimonio una unión sagrada no solo entre marido y mujer sino entre familias por lo que las relaciones y conflictos derivados de la convivencia implicará a todos los miembros de ambas familias.

Las mujeres en cambio pueden modificar su destino, no casarse y trabajar pero para ello deben convertirse en "Mujeres-Hombres". Mediante un ritual prácticamente tribal ante los ancianos se inicia una ficción social por la cual la mujer dejará de vestir como tal y pasará a vestirse como un hombre y a comportarse como tal, con sus derechos y obligaciones, y a cambio debe jurar mantenerse virgen de por vida. La violación de este juramento se paga con la sangre.

Durante el siglo XX El ex líder comunista de Albania de Enver Hoxha prohibió y persiguió el Kanún, que fue desterrado de Albania durante décadas, hasta la caída del Régimen Comunista que propició un resurgimiento de estas antiguas leyes tribales. Esto ocurrió también en Yugoslavia ya que Tito ordenó la persecución del Kanún que apareció de nuevo en las áreas Albano-Kosovares, Bosnias y Montenegrinas tras la disolución del país y la guerra de los Balcanes. Curiosamente este código no solo empezó a regir, de nuevo, la vida de los habitantes de estos países durante los noventa sino que se convirtió en el código mafioso de las organizaciones criminales del sur de los Balcanes.

El Kanún tiene también una función social muy agresiva y cercana a las "Vendettas" Italianas. Cuando un varón es asesinado el código permite a la familia del muerto matar a un varón de la familia del asesino. Matar a una mujer está prohibido en este código, solo hay dos formas según el Kanún de salvar la vida. La primera es encerrarse en la casa y no salir jamás (las venganzas no pueden llevarse a cabo dentro de las casas porque son sagradas, pertenecen a Dios y a los invitados). En Albania miles de varones viven encerrados en sus casas, familias enteras, ya que el Kanún no distingue entre ancianos, niños o bebés a la hora de cobrarse la deuda de sangre. 

Por otro lado está el perdón de la familia de la victima. Esto se hace mediante un mediador imparcial, normalmente un sacerdote (si son cristianos) o un imam (si son musulmanes), aunque ahora también participan ONG´s y fundaciones que se dedican a negociar el perdón entre los patriarcas que gobiernan las familias. El perdón ha de ser sincero y público. Con el perdón la familia del agresor ya no puede ser agredida por parte de ningún miembro de la familia del muerto, como explicábamos antes las familias son gigantescas.

Esto es un problema muy real en Albania, desde la caída de la República Popular de Albania en 1992 hasta el año 2016 se estima que han muerto unas 12 000 personas por el Kanún, esto es una media de 500 muertos al año. Albania es el país con mayor número de asesinatos de Europa y su tasa de asesinatos por armas de fuego es superior al de Estados Unidos, 3,55 asesinatos por cada 100 000 habitantes mientras que en Albania la tasa es de 5,85 asesinatos por cada 100 000. Una tasa que sin embargo no es tan fácil de detectar es la de los suicidios producidos durante el encierro en las casas.

Si a este código le unimos el hecho de que la sociedad Albanesa es una de las más armadas del continente (se estima que uno de cada 13 albaneses tienen armas de fuego), se estima que un millón de armas pululan por el país debido a que el 1997 se iniciaron una serie de revueltas tras el colapso económico y cientos de civiles asaltaron los depósitos de armas que, como no, fueron a parar al mercado negro. Y aunque se han establecido amnistías, avaladas por la ONU, para que entreguen las armas al gobierno sin ningún tipo de consecuencia, aún existen cientos de miles de armas desaparecidas.

Todo ello unido a la desconfianza hacia la policía y un sistema judicial deficiente que impide que las familias agredidas sientan que se les compensa su dolor, la profunda sensación de no haberse hecho justicia en casos de asesinatos ha hecho que el Kanún, desde el fin de la Albania Socialista y el inicio del descontrol que asoló el país, se imponga con fuerza.

A pesar de todo existen varias asociaciones y fundaciones Albanesas que están luchando por acabar con este código milenario para poder así avanzar hacia una sociedad moderna.

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