A dos años de la masacre en la Casa de los Sindicatos incendiada en Odessa, miles de efectivos de seguridad movilizados en esa urbe confirman hoy la inquietud de Kiev, originada por el crimen hasta ahora impune.
El propio gobernador de la ciudad portuaria, el georgiano nacionalizado ucraniano Mijail Saakashvili, expresó la víspera ante medios periodísticos que está insatisfecho por la falta de avances en la investigación del asesinato de casi medio centenar de personas.
Temeroso de que la impunidad de los culpables de la tragedia del 2 de mayo de 2014 origine protestas, Saakashvili aseguró que movilizará unos tres mil policías y miembros de la Guardia Nacional.
Por su parte, el Tribunal Administrativo Regional local limitó las reuniones públicas anunciadas para este día por varias asociaciones de activistas.
En Rusia, la portavoz de la cancillería, María Zajarova, alertó recientemente sobre las tensiones acrecentadas en la localidad ucraniana, 24 meses después de los hechos sin una investigación creíble.
Preocupan las noticias que circulan sobre el desplazamiento a la ciudad heroica de Odessa (por la defensa durante la Gran Guerra Patria 1941-1945) de "voluntarios" de los batallones radicales Aidar, Azov y de la organización política nacionalista Sector Derecho, alertó Zajarova en su más reciente rueda de prensa semanal.
Deploró, a propósito del segundo aniversario de la tragedia, que las autoridades ucranianas no han querido llevar a cabo una investigación objetiva a fondo de los acontecimientos ni castigar a los culpables.
La vocera opinó que Kiev debe evitar una nueva escalada de enfrentamientos entre sectores internos y al mismo tiempo no ocultar la verdad de lo ocurrido el 2 de mayo de 2014 en la plaza Kulikovoye Polie y en el intencionado incendio en la Casa de los Sindicatos, donde se refugiaron activistas de la persecución de elementos radicales armados.
Kiev estimó oficialmente la cifra de víctimas mortales en medio centenar, pero organizaciones no gubernamentales y defensores de derechos humanos denunciaron más de 500 muertos y desaparecidos.
Expertos europeos que evaluaron la investigación admitieron la implicación policial de Ucrania y la imposibilidad de castigar a los culpables.
Un informe del grupo de consultas del Consejo de Europa que analizó la pesquisa reconoció que la policía al servicio de los gobernantes impuestos en Kiev tras el golpe de estado del 22 de febrero de 2014 asumió una actitud cómplice en la matanza.
"Tomando en consideración los testimonios que indican que la policía estuvo involucrada en los disturbios del 2 de mayo de 2014 en Odesa", el comité de especialistas consideró necesario que la investigación la realice un organismo totalmente independiente de ese cuerpo represivo, sugiere el informe al que tuvo acceso la prensa.
Añade el documento que esta situación preocupa, y otra vez indica la necesidad de un mecanismo independiente y eficaz para investigar las graves violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas del orden y los comandos extremistas de Sector Derecho en Odesa.
Al señalar falta de "avances sustanciales" por parte de los investigadores designados por Kiev, el grupo consultado deplora que las fallas detectadas en la pesquisa impedirán castigar a los culpables.
Creado por el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, el equipo de expertos confirmó en su estudio sobre la masacre de Odesa que los investigadores ignoraron en el proceso de pesquisa las normas de la Convención Europea de Derechos Humanos.
El 2 de mayo de 2014 cientos de opositores pacíficos a la ruptura del orden constitucional en Kiev el 22 de febrero, realizaron una acampada en Odesa y fueron agredidos con distintos tipos de armas por grupos ultranacionalistas progubernamentales.
Cientos de los contestatarios pacifistas buscaron refugio en la Casa de los Sindicatos de esa ciudad, que fue incendiada con botellas llenas de mezclas químicas, mientras que a tiros y garrotazos fueron rematados muchos de los que trataban de huir de las llamas, según mostró la televisión.
La cancillería de Rusia criticó la tolerancia de los gobiernos occidentales en favor de Kiev, unido al manto de silencio de la prensa norteamericana y europea en relación con esta masacre.
El canal Rossiya 24 y otras televisoras mostraron al actual presidente de la Rada Suprema (Parlamento unicameral ucraniano), Andrei Parubi, mientras felicitaba a varios de los participantes directos en la masacre, apenas 24 horas después de su ejecución.
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