Unos 7,6 millones de yemeníes enfrentan un grave desabasto de alimentos y están a "un paso" de la inanición, advirtió el director de operaciones de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, John Ging.
El funcionario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien acaba de regresar de Yemen, dijo en conferencia de prensa que ha habido un "alarmante descenso" en la ayuda de la comunidad de donantes durante los últimos meses para los millones de yemeníes que necesitan de alimentos, agua limpia y cuidados básicos de salud.
"Esta es una crisis que, pese a estar creciendo en cuanto a su gravedad e impacto en la población, no recibe la atención internacional que merece y esto se refleja en unos fondos excesivamente bajos", ha lamentado.
Esta es una crisis que, pese a estar creciendo en cuanto a su gravedad e impacto en la población, no recibe la atención internacional que merece y esto se refleja en unos fondos excesivamente bajos", ha lamentado el director de operaciones de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, John Ging.
La ONU había solicitado 1800 millones de dólares para ayudar a los 13 millones de yemeníes, pero sólo cuenta con el 16 % de los fondos, pese a que se declaró a Yemen como una de las emergencias humanitarias del más alto nivel por parte de la ONU, aseguró.
Ging pidió a los gobiernos que enfrentan múltiples demandas de asistencia a que no se olviden de Yemen. Dijo que la base de donantes para Yemen debe expandirse y comentó que ya se contactó a Arabia Saudí, los Estados ribereños del Golfo Pérsico y muchos otros países.
Al subrayar que las contribuciones de las partes a una nación en conflicto deben ser desinteresadas, Ging puso de manifiesto que uno de los temas principales a tratarse en la cumbre humanitaria de la ONU que se realizará la próxima semana en la ciudad turca de Estambul es el financiamiento humanitario.
El 26 de marzo de 2015, Arabia Saudí comenzó una ofensiva aérea contra Yemen sin el aval de las Naciones Unidas pero con luz verde de sus aliados regionales y occidentales, en un intento por restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, fiel aliado de Riad.
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