miércoles, 14 de junio de 2017

Siria: ¿Cuál es el significado de la victoria estratégica de Al Tanf?


El pasado 12 de Junio, quedó abierta la frontera entre Siria e Iraq y los camiones comenzaron a cruzar, por primera vez en años, en ambos sentidos, con mercancías de cada país con destino al otro. Esta apertura llevará a un rápido desarrollo de las relaciones económicas entre Siria e Iraq y, más ampliamente, entre esos países con el Líbano e Irán. La circulación en la ruta se reanudó después de que las fuerzas aliadas limpiaran la frontera de las minas y trampas explosivas dejadas tras de sí por los terroristas del EI.

Las tropas sirias y de Hezbolá alcanzaron el pasado 9 de Junio el límite con Iraq e izaron la bandera nacional siria en su lado de la frontera. Este hecho irá ampliando su alcance en las próximas semanas, según lleguen las fuerzas aliadas a más puntos fronterizos de la larga frontera de 630 kms de longitud. Se trata, pues, de un acontecimiento geopolítico de gran importancia, que va a cambiar rápidamente la situación estratégica en la región.

Este avance de las tropas sirias y la liberación de los puntos fronterizos permitirá la creación de una vía terrestre entre Damasco y Bagdad y, más extensamente, entre Teherán y Beirut. Esto hará posible que la ayuda iraní a Siria llegue más fácilmente por tierra a partir de ahora en lugar de por aire o por mar. Asimismo, esto supondrá una aceleración del declive del EI en Siria e Iraq para disgusto de sus patrocinadores. El significado de esta victoria ha quedado reflejado por la presencia en la frontera del cerebro gris de las operaciones anti-EI en Siria e Iraq, el célebre general Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Al Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán.

EEUU intentó mediante amenazas y ataques aéreos frenar esta victoria en Al Tanf, pero fue incapaz de lograrlo. Un grupo de fuerzas especiales estadounidenses se desplegó en la zona y el mando norteamericano advirtió al Ejército sirio y Hezbolá en contra de “todo intento destinado a aproximarse al perímetro de seguridad”, que los propios estadounidenses habían creado de forma unilateral.

Indiferentes ante tales amenazas, el Ejército sirio y Hezbolá dejaron claro que no se detendrían ni permitirían la violación de la soberanía de Siria y advirtieron que una mayor implicación de EEUU arrastraría a este país a una guerra no sólo contra Siria, sino también contra la Resistencia libanesa e iraquí y también contra Rusia e Irán. Por lo tanto, el eje de la Resistencia siguió adelante con sus planes y nada pudo hacerlo volver atrás: ni tres bombardeos norteamericanos contra sus posiciones desde el 19 de mayo ni las presiones políticas.

Desde el punto de vista militar, la llegada a la frontera del Ejército sirio bloquea el traslado de los grupos armados apoyados por EEUU hacia Deir Ezzor, donde el Ejército sirio va a librar otra importante batalla para levantar el asedio del EI a la ciudad y la base aérea y para llegar a un nuevo punto en la frontera entre Siria e Iraq. Esto, unido a la debilidad de los grupos terroristas aliados de EEUU, significa la victoria indiscutible del Ejército sirio en la batalla de la frontera.

Consecuencias de la victoria

La comunicación entre Siria e Iraq cambiará, pues, las ecuaciones regionales e impondrá una nueva realidad que afectará no sólo al Oriente Medio árabe, sino al mundo islámico en su conjunto. Ella significa, en primer lugar, el fin de los sueños de los enemigos de Siria para derrocar al gobierno legitimo del presidente Bashar al Assad, cuya victoria ahora es indiscutible y una cuestión de no mucho tiempo. También pone fin al plan para la división de Siria, ya sea política o administrativa.

En segundo lugar, refuerza la cohesión dentro del eje de la Resistencia, que va desde Irán al Líbano y al que probablemente se reincorporará en breve Hamas.

En tercer lugar, supone otro golpe más contra la llamada “cumbre de Riad”, que ya había quedado prácticamente muerta después de la crisis de Qatar y la negativa de la gran mayoría de estados árabes e islámicos a seguir la pauta saudí y decretar sanciones contra ese país. Arabia Saudí ha demostrado ser un estado impotente y con poca influencia, que se crea enemigos rápidamente y se halla inmerso ahora en varios conflictos contra Yemen, el pueblo de Bahrein, Qatar y la población de la Provincia del Este en un conflicto que se prolonga ya durante un mes. Los Hermanos Musulmanes y Hamas han sido los últimos en añadirse a la lista.

En cuarto lugar, la victoria de Al Tanf ha arruinado las esperanzas del régimen israelí tras la dosis de optimismo insuflada en el mismo por la cumbre de Riad. La reincorporación de Hamas al eje de la resistencia fortalecerá a la organización palestina en Gaza y esto supone una grave fuente de preocupación para los israelíes, como también lo es el restablecimiento de vínculos estrechos entre Turquía e Irán y entre esos países y Qatar.

Por último, la unión y comunicación del Ejército sirio con el iraquí y con las milicias de las Fuerzas de Movilización Popular de Iraq creará una poderosa fuerza capaz de destruir al EI en un período corto de tiempo y más teniendo en cuenta que los combatientes sirios e iraquíes cuentan con el apoyo de Irán, el Hezbolá libanés y Rusia, que luchan junto a ellos en el campo de batalla. Esta poderosa fuerza es suficiente no sólo para concluir victoriosamente la guerra en Siria sino para poner fin a la amenaza del terrorismo en la región.

La crisis de Qatar lleva a un cambio en las alianzas en Oriente Medio


Cuatro días han pasado desde los atentados terroristas de Teherán e Irán ha eliminado a los terroristas que tomaron parte en ellos y al cerebro de los atentados, que tuvieron lugar poco después de las amenazas del segundo príncipe heredero y ministro de Defensa de Arabia Saudí, Muhammad bin Salman, y de su ministro de Exteriores, Abed al Yubair, contra Irán.

Irán, sin embargo, no se ha precipitado a la hora de reaccionar contra los patrocinadores de los atentados teniendo en cuenta la crisis generada por el conflicto entre Arabia Saudí y Qatar, que viene a sumarse al incremento de las tensiones dentro de Bahrein y de la provincia del Este de Arabia Saudí y a la continuación de la guerra en Yemen.

Estos hechos han coincidido también con la firma el pasado sábado de un acuerdo entre Irán y Boeing, la empresa aeronáutica norteamericana, para la compra de 30 aviones de pasajeros por parte de Irán con un valor de 3.000 millones de dólares y con una opción de compra de otros 30 aparatos posteriormente.

De este modo, Teherán acumula la presión sobre la Administración Trump porque Boeing tiene la necesidad de la aprobación del Tesoro de EEUU para el acuerdo con Irán. Cabe señalar que Washington está obligado a dar a la luz verde a la transacción en base al acuerdo nuclear firmado con Irán. En otras palabras, Teherán espera atraer a EEUU a un proceso de relaciones económicas que se reforzarán y se expandirán progresivamente, lo cual contribuirá a hacer descarrilar el plan saudo-israelí que consiste en incitar a una confrontación entre EEUU e Irán.

Irán genera, pues, oportunidades de exportación para las empresas estadounidenses. Esto representa un potencial de creación de miles de empleos para la economía de EEUU, lo cual irónicamente supone, por otra parte, un ejemplo de aplicación del modelo “EEUU Primero” promovido por el Presidente Donald Trump. Ésta es una formula ganadora para ambos países porque Irán tiene igualmente necesidad de inversiones y de capitales occidentales, en particular para el desarrollo de la industria petrolífera. Esto sin contar que sí las empresas norteamericanas comienzan a operar en el mercado iraní, este hecho daría también un impulso a las empresas europeas para hacer lo mismo.

Dicho esto, la política regional de Irán continúa en la buena vía, sean cuales sean la táctica y la retórica de la Administración Trump para mantener la presión. Irán ha logrado una victoria importante durante el pasado fin de semana cuando las tropas gubernamentales sirias y sus aliados, apoyados por Teherán, alcanzaron el punto de paso estratégico de Al Tanf, en la frontera iraquí. El paso hacia Deir Ezzor de los militantes apoyados por EEUU en el sur de Siria ha quedado cortado.

Durante este tiempo, Teherán ha restablecido sus contactos de alto nivel con los dirigentes de Hamas. El sábado, Hamas anunció que una delegación dirigida por su nuevo jefe, Ismail Haniyeh, que ha reemplazado recientemente a Jalid Meshaal, visitará la capital iraní con el fin de reforzar los vínculos con Irán, que sufrieron una dura prueba después de la partida en 2011 de Meshaal de Damasco, donde había residido durante varios años, para ir a Doha (Qatar), lo cual supuso una forma de mostrar el apoyo a la postura de Turquía y Qatar en la crisis siria.

La reunión de los dirigentes de Hamas en Teherán es muy importante puesto que la organización palestina es una emanación de los Hermanos Musulmanes y Qatar está bajo presión de Arabia Saudí para que rompa sus relaciones con ambos. El encuentro tendrá lugar en el marco del apoyo de Irán a Qatar en su disputa con Arabia Saudí y ambos hechos refuerzan también la relación de Irán con Turquía. El presidente Recept Tayyip Erdogan continúa apoyando a Hamas, a los Hermanos Musulmanes y a Qatar.

Por otro lado, la reanudación de las relaciones entre Irán y Hamas ejerce una presión sobre Arabia Saudí e Israel en un momento en el que el nivel de entendimiento mutuo entre Riad y Tel Aviv ha aumentado en estos últimos tiempos sobre el trasfondo de la política de la Administración Trump, que busca promover activamente la idea de una normalización árabe-israelí, a la que se oponen los pueblos de la región.

La tesis de Jared Kushner (el yerno judío ortodoxo de Trump y su principal consejero en política exterior) es la de una paz “que venga del exterior”, es decir, la firma de tratados de paz entre los estados árabes e Israel para generar una buena voluntad y nuevas relaciones diplomáticas, lo que, según él, contribuiría a hacer progresar el arreglo palestino-israelí en lugar del enfoque tradicional de buscar la paz mediante negociaciones que “partan del interior” y que da la prioridad al logro de un acuerdo palestino-israelí.

La visita de Trump a Riad el pasado mes fue llevada a cabo a demanda de Israel, que ha creado la narrativa de que puede crearse una alianza entre las monarquías árabes del Golfo y la entidad sionista en base a su común hostilidad hacia Irán. Por supuesto, el cálculo israelí no es el mismo que afirma la teoría de Kushner. Para Israel, los posibles tratados de paz con los regímenes del Golfo (modelados en base a los existentes con Egipto o Jordania) acabarían por convertir la causa palestina en obsoleta y levantarían o suavizarían la presión sobre Israel para que ponga fin a la ocupación y devuelva los derechos a los palestinos, incluyendo la creación de un estado palestino independiente.

De manera significativa, al comentar la próxima visita del líder de Hamas, Haniyeh, a Teherán, el influyente diario Tehran Times escribe lo siguiente:

“Mientras que la crisis siria creó un foso entre Irán y Turquía a partir de 2011, la crisis de Qatar les ha llevado a una alianza que algunos creen que representa la mejor oportunidad para recomponer sus relaciones. Turquía e Irán apoyan a Qatar y a Hamas”.

De este modo, la aproximación entre Irán y Hamas y entre Turquía e Irán podría dar al traste con los planes israelíes (elaborados por Kushner y Jason Greenblatt, otro judío ortodoxo asociado a la organización de Trump. Los tres países -Qatar, Turquía e Irán- creen que la nueva ofensiva norteamericano-israelo-saudí contra el “terrorismo” es la metáfora de un asalto total contra los Hermanos Musulmanes, para etiquetar a este movimiento como “terrorista” y llevar a Hamas a un aislamiento y destruir el movimiento de resistencia palestino de una vez y por todas.

Lo que es seguro es que Turquía e Irán han tomado nota de que el Oriente Medio musulmán ha mostrado su rechazo a unirse al frente anti-Qatar promovido por Arabia Saudí -incluyendo Jordania, que se ha limitado a una decisión cosmética de rebajar el nivel de relaciones con Qatar, y Marruecos, que ha ofrecido ayuda alimenticia a Qatar y cuyos ulemas han condenado el bloqueo contra ese país-. Irán, Turquía, Iraq, Líbano, Kuwait, Omán, Argelia, Sudán y Túnez se han disociado de la estrategia saudí, lo que ha servido para poner de relieve la falta de influencia real del régimen saudí en la región. Turquía ha rechazado el embargo saudí contra Qatar y enviará tropas a proteger al emirato.

Presidente Assad se mezcla entre su pueblo en la Feria de Ramadán de Damasco


El presidente sirio, Bashar Al Assad, recorrió las instalaciones de la Feria de Damasco, destinada a las oferta de los más variados productos para el consumo del pueblo, según mostraron el viernes videos y fotos difundidos en la capital.

En las imágenes aparece el mandatario cuando discretamenmte vestido y sin despliegues sensacionalistas de seguridad personal, arriba a media tarde del jueves a zonas del evento en el céntrico barrio capitalino de Mezzeh y entra en un contacto espontáneo con el numeroso público asistente.

En cada estand visitado Al Assad estableció diálogos, comprobó los artículos disponibles a precios muy accesibles e indagaba con los productores sobre la calidad y presentación de los objetos en exhibición y venta, mostrados en los cuatro minutos y 26 segundos que dura la proyección.

Durante el recorrido y sin nada de guión cinematográfico preparado, el presidente recibió apretones de manos, abrazos y palabras de hombres, mujeres y niños, muchos de los cuales se abrazaron a su cintura o le dieron un beso sin dejar de sonreír.

Mujeres con el clásico velo musulmán, otras con típicas vestimentas que reflejan el amplio entorno social presente en Damasco, expresaban en las imágenes una satisfacción pública por la visita, inesperada, a plena luz del día y en medio de una Feria destinada a satisfacer las necesidades populares en medio del sagrado mes del Ramadán.

Testigos del hecho, entrevistados brevemente, relataron sus impresiones, el tremendo impulso moral que esas acciones representan cuando toda Siria se enfrenta con decisión, coraje y firmeza a una guerra terrorista impuesta.

Al Assad, quien hace apenas una semana recibió a 34 personas, entre ellas dos mujeres liberadas de manos de los terroristas, es para sus connacionales, tal y como expresaron los testimoniantes del mencionado recorrido, el significado estimulante para continuar la lucha por la soberanía e independencia de la nación.

La figura y accionar del mandatario de 51 años de edad, oftalmólogo de profesión, es continuamente satanizada y tergiversada por los grandes medio de difusión de Occidente y la región, quienes jamás publican imágenes como éstas o mencionan y divulgan sus constantes contactos con el pueblo.

Para una buena parte de los sirios, los seis pies y dos pulgadas de estatura del presidente representan no solamente un símbolo físico, sino uno que llena de moral y autoridad espiritual a quienes defienden los valores de convivencia por encima de bases confesionales, políticas o sociales.

La cadena iraní Press TV ha publicado un vídeo de la visita del presidente a la Feria

lunes, 12 de junio de 2017

No lo parece, pero el movimiento político de Gadafi podría volver a escena en Libia


Durante un fin de semana del pasado mes de diciembre 2016, un vuelo de Afriqiyah Airways que partía de Sebha, ciudad al sudoeste de Libia, y con destino la capital del país, Trípoli, fue secuestrado y dirigido hacia Malta. Las negociaciones con los dos secuestradores duraron cerca de tres horas. Los dos hombres, Subah Mussa y Ahmed Ali, se entregaron finalmente a las autoridades de Malta. Cuando desembarcaron del avión, Mussa sostenía una pequeña bandera verde, símbolo de la Resistencia Verde de Muamar el Gadafi. Afirmó que ambos habían dirigido esta operación con el fin de impulsar su nuevo partido, al-Fateh al-Jadid. El nombre, el nuevo Fateh, es significativo, pues hace referencia al término con el que bautizo Gadafi el mes de septiembre, fecha en la que dio el golpe de Estado (septiembre de 1969).

Además, puesto que el secuestro fue bastante breve y parecía ser simplemente una pequeña muestra de la anarquía que reina en Libia, se le prestó muy poca atención. Los hombres usaron armas réplica de modelos originales y parecieron desinteresados en el uso de la violencia. Mostraron su punto de vista político y lo dejaron estar. Los medios de comunicación de Occidente señalaron que los hombres habían secuestrado el avión para huir de Libia hacia Europa como refugiados. Pero no hay ninguna indicación que muestre que esta fue su motivación. La pequeña bandera verde mostraba otras pretensiones.

Sebha, desde donde partió el avión secuestrado, es un cruce de caminos en el Sáhara libio. Las carreteras de las ciudades del norte del país, donde vive una gran mayoría de la población, se unen aquí para dividirse después hacia Argelia y Níger. Después de los bombardeos de la OTAN en este país, la costa norte de Libia cayó en el caos y aparecieron grupos de milicias controlando el territorio para saquearlo y defendiendo a un Dios. El sur de Libia, en concreto la región de Fezzan, ha sido bastión de los defensores de Gadafi, muchos de ellos huyeron de Argelia y Níger durante la guerra con la OTAN. Los dos líderes más destacados, el General Ali Kana y el General Ali Sharif al-Rifi, se refugiaron en Agadez. Cuando todo se calmó, el General Ali Kana regresó a la zona de Sebha, donde inició a consolidar su base de apoyo.

Uno de los mayores tópicos de la Guerra de la OTAN en 2011 fue que el pueblo de Libia se unió para enfrentarse a un pequeño círculo de simpatizantes de Gadafi. En otras palabras, un pequeño apoyo de los bombarderos de la OTAN liberaría a Libia y se la devolvería al pueblo libio. Pero en esta idea no se habla del amplio apoyo con el que contaba Gadafi, sin duda no de la mayoría de la población pero sí de importantes grupos del país. En la región de Fezzan, donde destaca la ciudad de Sebha, la población tenía pocas quejas contra el régimen de Gadafi. Incluso en las dos principales ciudades rebeldes, Benghazi y Misrata, eran evidentes núcleos de simpatizantes de Gadafi. Pero la fuerza del apoyo de la OTAN hacia el levantamiento significó que solo aquellos insensatos seguirían luchando hasta el fin. Los defensores de Gadafi o huyeron del país o se escondieron en subterráneos. Aquellos que intentaron esconderse fueron descubiertos por las milicias vencedoras y bien fueron ejecutados sumariamente o encarcelados (hay cerca de 10.000 personas en esta situación que siguen encarcelados desde 2011 sin haber sido juzgados).

El aliado cercano de Gadafi, Khuwaildi al-Hamidi, que murió en un hospital de El Cairo en 2015, formó el Movimiento Popular Nacional Libio en Egipto. Estaba deseoso de presentarse como candidato a las elecciones del 2012 con el fin de demostrar la fuerza de la Resistencia Verde, nombre otorgado al movimiento pro-Gadafi. Pero el nuevo gobierno, apoyado por Occidente y por los países del Golfo, prohibieron el movimiento y rechazaron el uso de cualquiera de los símbolos vinculados a la era Gadafi (Ley 37 y 38). En otras palabras, el sentimiento pro-Gadafi tuvo que desarrollar su política de forma clandestina. Al-Hamidi y sus asociados lo dejaron claro en 2013: su objetivo no era la nostalgia. Durante la década anterior a la guerra de la OTAN, esta gente había luchado contra la venta de tierras libias y de sus recursos a capitales privados. Esta batalla los dirigía directamente hacia un conflicto con el hijo de Gadafi, Saif al-Islam Gadafi (ahora libre después de años en cautiverio). El patriotismo de esta Resistencia Verde, tal y como afirmó al-Hamidi, debería medir su fe a la revolución de 1969 y a sus objetivos.

La política clandestina tiene sus límites. Empezaron a resurgir pequeños grupos alrededor del país, incluyendo en Sirte (en ese momento dominado por el ISIS) y en Derna (previamente dominado por el ISIS y ahora por una versión ligera del ISIS). En ocasiones, estos grupos saldrían ondeando sus banderas verdes, coreando lemas a favor de Gadafi. El peligro de la toma del país por grupos de la milicia y gobiernos rivales, un país repleto de armas y testosterona, ha conducido a la gente normal de la calle a mirar con nostalgia la era Gadafi. En 2015, durante el cuarto aniversario de la muerte de Gadafi, las consignas coreadas desde Bani Walid hasta Benghazi fueron reveladoras, “inshallah ashra Saddam, ashra Muammar” (“Que Dios envíe diez Saddams, diez Muamars”). Lemas como el de “Muamar es el amor de millones de personas” empezaron a aparecer en las paredes. En Sebha, protestantes ondearon banderas verdes por las calles y cuando un avión de combate volaba bajo para intimidarlos, ellos disparaban al aire.

Fezzan, la región sudoeste, no fue inmune a las fisuras de tribus y clanes que habían provocado el levantamiento en el 2011 y sus posteriores consecuencias. Una larga enemistad entre los Tabu y los Tuareg arrasó Fezzan. En los alrededores de la ciudad de Awbari, en la frontera, el conflicto desembocó en una guerra abierta en 2014. Diferentes gobiernos en Trípoli y en Tobruk/Al-Bayda avivaron las diferencias de estas zonas del sur, donde el petróleo descansa bajo el desierto de arena. El Gobierno de Argelia cerró rápidamente la frontera, temiendo que los Tuareg usaran sus vínculos regionales para ensanchar el conflicto al mismo tiempo que Al-Quaeda en el Maghred había empezado a atacar en el interior de Argelia (después de que fueran expulsados de Mali). La existencia de una base militar francesa en Níger, no muy lejos de Libia, al igual que la presencia militar de Estados Unidos en Libia y el dominante contrabando trans-Sáhara complica el conflicto Tuareg-Tabu bastante más. En noviembre del 2015, los representantes de las dos partes firmaron un acuerdo de paz que ha sido siempre respetado, excepto por causa de ciertas tensiones en enero de este año.

La consolidación de la Resistencia Verde requería este acuerdo de paz. La base del apoyo del General Ali Kana son los Tuareg, mientras que el nuevo partido político (al-Fateh al-Jadih), que fue anunciado con el secuestro del avión, tiene sus raíces en los Tabu. Cuando el Primer Ministro de Libia, el Ministro Fayez al-Serraj visitó la ciudad del suroeste, Ghat, situada en la frontera con Argelia, fue recibido con protestas de la Resistencia Verde. Esto fue una semana antes del secuestro y parece indicar una mayor autoestima de los simpatizantes de Gadafi.

En un viaje relámpago por el desierto, el Ejército Nacional Libio dirigido por el General Khalifa Hafter, trajo esas tropas a Sebha a finales de diciembre del 2016. Por ahora, han sido parados por la milicia “Tercera Fuerza” de Misrata, que ha avanzado hacia el sur para bloquear el avance de Hafter. Hafter, que cuenta con el apoyo de Egipto, de Emiratos Árabes y ciertamente de Francia, se ha visto envuelto en una gran batalla contra grupos extremistas en Benghazi y otras zonas del este de Libia. Afirma ser el ejército libio legítimo, pero rechaza estar bajo mando civil ni del débil gobierno del Primer Ministro al-Serraj, respaldado por la ONU, ni de su opositor, quien se basa en varios partidos políticos Islámicos. Para complicar más las cosas, Hafter, quien fue un recurso de la CIA, fue a Moscú a finales de noviembre para buscar ayuda en su lucha. La alineación de hombres poderosos en búsqueda de ayuda rusa para combatir el terrorismo le ha abierto una puerta a Hafter y posiblemente le ha dado a Rusia su primera representación dentro de Libia. Existen rumores que señalan que el ejército sureño de Ali Kana se ha unido al Hafter y otras fuerzas pro-Gadafi están considerando hacer lo mismo.

Pero Tahar Dehech, un aliado cercano de Gadafi, sugiere que la Resistencia Verde se ha construido y resurgirá siempre por su cuenta. Cuando se le preguntó sobre la alianza con Hafter, Dehech fue tajante: “Hafter ha contribuido a la destrucción de Libia desde 2011. Es americano. Tiene su propia agenda. Los soldados verdes, que se unieron a él probablemente pensasen en salvar a Libia desde el interior, pero no será así”. Dehech afirma que la Resistencia Verde persistirá en 2017. Los hombres que secuestraron el avión a Malta puede que no estén de acuerdo con él. Lo mismo sucede con los soldados del ejército de Ali Kana. Es difícil predecir si su reaparición ayudará a una Libia que se encuentra hecha pedazos por la violencia.

Fuente: Alternet News