Una carta de suma importancia publicada en un momento oportuno y con una profunda percepción de la realidad actual.
En un período histórico donde el Islam sufre ataques de diversos frentes, destacando en ello una enorme campaña comunicacional, que intenta desvirtuar la esencia de esta milenaria e influyente cultura, el Líder iraní, el ayatolá Seyed Ali Jamenei dio a conocer una carta, la segunda en este año 2015 dirigida a la juventud del mundo occidental.
El objetivo central de esta misiva, surgida en el marco de un Oriente Medio convulso tras las agresiones terroristas contra Siria e Irak, como también atentados terroristas que han causado víctimas en Beirut, Bangkok, Mogadiscio, Kuwait, Túnez, Ankara, Maiduguri, París, Susa, uniendo en el dolor a millones de ciudadanos de países tan diversos como El Líbano, Túnez, Tailandia, Nigeria, Mali, Francia, Dinamarca y en forma crónica en los territorios palestinos ocupados por la entidad sionista, que sufre el terrorismo hace ya 70 años.
El objetivo principal de esta segunda carta del ayatolá Jamenei va encaminado a mostrar la cara del Islam alejada de estereotipos, una cara que no esté teñida del enfoque demonizador que Occidente ha hecho de esta cultura en los últimos años y que ha generado una ola de islamofobia, radicando allí el origen de la violencia en una política agresiva y hegemónica de las grandes potencias occidentales y sus aliados incondicionales, que induce a asimilar Islam con el terrorismo. El Islam no tiene nada que ver con el terrorismo y menos aún con las interpretaciones de grupos que hacen de la atrocidad su forma de actuar – surgidos, avalados, financiados y apoyados por las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos, que a través de estos movimientos busca ampliar sus grados de influencias en todos los rincones del planeta.
UN TERRORISMO CON ORIGEN CONOCIDO
En la carta del Líder iraní a los jóvenes, éste afirma que “es cierto que hoy en día el terrorismo es un dolor común para nosotros y también para ustedes, pero es necesario saber que la inseguridad e inquietud que ustedes experimentaron por los últimos incidentes, tiene dos diferencias principales con los dolores que han sufrido los pueblos de Irak, Yemen, Siria y Afganistán durante muchos años. La primera diferencia es que el mundo islámico ha sido víctima de la violencia en una escala más amplia y por mucho tiempo. La segunda es que, desafortunadamente, dicha violencia ha sido apoyada por los poderes mundiales de diferentes maneras y muy efectivas. Hoy en día, casi todos conocen el papel que desempeñó Estados Unidos en la creación y el fortalecimiento de los grupos terroristas como Al-Qaeda, los talibanes y sus consecuencias nefastas. Junto con este apoyo directo, los conocidos patrocinadores del terrorismo takfirí, además de estar al frente de los sistemas políticos más atrasados, siempre han sido considerados los aliados de los occidentales…El doble rasero del Occidente ante los movimientos del Despertar en el mundo islámico es un ejemplo claro de la contradicción en las políticas occidentales”.
El Islam no tiene nada que ver con el terrorismo y menos aún tiene algo que ver con las interpretaciones que grupos salafistas y wahabíes sustentan, para justificar así un actuar amparado en una supuesta ideología islámica, que no pertenece al Islam y más bien responden a las políticas de un Occidente que aprovechando dichas doctrinas, que tienen su origen en la Casa de los Al Saud y las Monarquías Feudales del Golfo Pérsico, financian y apoyan generosamente su expansión, les permite implementar sus políticas hegemónicas y objetivos geoestratégicos, donde el terrorismo takfirí sirve de punto de lanza. No sólo para destruir a los países, fragmentarlos o ceñirlos a sus designios, sino también demonizar a la cultura de 1500 millones de creyentes en el Islam. Ante esa constatación, el Líder de la Revolución Islámica de Irán en su carta difundida el domingo 29 de noviembre expresó su esperanza, que los jóvenes occidentales, ya sea con la urgencia del presente o en un futuro inmediato, cambien esa forma de pensar que ha sido inducida por la hipocresía, cuya estrategia es ocultar objetivos a largo plazo y adornar propósitos arteros.
Este llamado se une a la carta emitida en el mes de junio del 2015 donde el ayatolá Jamenei emitió una misiva donde solicitó a los jóvenes de Europa y de Norteamérica que estudiaran el Islam, que se informarán más allá de lo que los medios de los países donde viven, informarse “de primera mano” y evitar la propaganda claramente islamófoba que los medios de comunicaciones de Occidente estaban implementando, en el marco, en ese momento, de la agresión a Siria e Irak y los acuerdos nucleares entre Irán y el denominado Grupo 5+1 cuyo resultado positivo permitiría cambiar la correlación de fuerzas en Oriente Medio.
La carta del Ayatolá Seyed Ali Jamenei ha sido descrita como “franca y sin rodeos sobre los responsables del actual estado del terror que vive el mundo” y con esa característica su conocimiento adquiere una relevancia especial, sobre todo viniendo de una nación que ha sido capaz de enfrentar las presiones de esas potencias que son las valedoras del terrorismo, que por un lado dicen combatir y por el otro los utilizan con toda la carga de muertes y destrucción que esa conducta significa. Para el ayatolá Jamenei “es cierto que hoy en día el terrorismo es un dolor común para nosotros y también para ustedes, pero es necesario saber que la inseguridad e inquietud que ustedes experimentaron por los últimos incidentes, tiene dos diferencias principales con los dolores que han sufrido los pueblos de Irak, Yemen, Siria y Afganistán durante muchos años”.
Esas diferencias son claramente explicitadas por el líder religioso al afirmar que“la primera de ella es que el mundo islámico ha sido víctima de la violencia en una escala más amplia y por mucho tiempo. La segunda diferencia es que, desafortunadamente, dicha violencia ha sido apoyada por los poderes mundiales de diferentes maneras y muy efectivas. Hoy en día, casi todos conocen el papel que desempeñó Estados Unidos en la creación y el fortalecimiento de los grupos terroristas como Al-Qaeda, los talibanes y sus consecuencias nefastas. Junto con este apoyo directo, los conocidos patrocinadores del terrorismo takfirí, además de estar al frente de los sistemas políticos más atrasados, siempre han sido considerados los aliados de los occidentales. Esto tiene lugar mientras, las ideas progresistas y claras surgidas de la democracia activa en la región han sido reprimidas cruelmente. El doble rasero del Occidente ante los movimientos del Despertar en el mundo islámico es un ejemplo claro de la contradicción en las políticas occidentales”.
A diferencia de otras personalidades del mundo, que han olvidado sistemáticamente y desvergonzadamente al pueblo palestino y su lucha por su autodeterminación y la propia sobrevivencia, ante 70 años de agresiones y una política de genocidio implementada por la entidad sionista, el ayatolá Jamenei afirma que el doble rasero de Occidente se expresa “en el apoyo del terrorismo de Estado del régimen de Israel. El oprimido pueblo palestino es víctima de la peor forma de terrorismo desde hace más de sesenta años. Si los europeos, durante los últimos días, se refugian en sus casas y evitan ir a los lugares públicos de sus ciudades, pues una familia palestina, hace más de una década que no se siente segura incluso ni en su casa debido a la máquina de destrucción y la matanza que es el régimen israelí”.
Como constatación de esa violencia cotidiana, que por crónica parece estar interesadamente olvidada, el ayatolá Jamenei nos amplia esa idea del terrorismo sionista “Hoy en día, ¿Qué tipo de violencia, desde el aspecto de la gravedad de atrocidades, es comparable con la construcción de los asentamientos israelíes? Este régimen usurpador, sin ser condenado seriamente, por parte de sus aliados o las organizaciones internacionales aparentemente independientes, destruye cada día las viviendas y granjas pertenecientes a los palestinos, e incluso no les da la oportunidad para evacuar sus casas o cosechar sus cultivos, y todo esto ocurre ante los ojos espeluznantes y llenos de lágrimas de las mujeres y los niños, que además son testigos de agresiones contra los miembros de sus familias… ¿Acaso en el mundo de hoy, ustedes conocen otro tipo de atrocidad de este tamaño y duración?...¿Acaso esta barbarie llevada a cabo por la fuerza militar de un sistema ocupador, no debe ser considerado extremismo? ¿O tal vez, debido a que dichas imágenes han sido emitidas por las televisiones durante los últimos sesenta años, no deben estimular nuestra conciencia?”
DOBLE MORAL OCCIDENTAL
En la carta del líder religioso iraní dirigida a los jóvenes occidentales se expresa también que los ataques militares contra el mundo islámico, que han dejado un sinnúmero de víctimas, es otro ejemplo de la lógica contradictoria y la doble moral de Occidente. “El sufrimiento que ha experimentado el mundo islámico durante estos años, por el doble rasero de los atacantes, no son menos que los daños materiales, afirma Jamenei, quien convoca a los jóvenes – en virtud de su reserva moral y su capacidad de cambiar el mundo – para construir un futuro mejor y más seguro con relación a las tragedias y actos terroristas que hemos vivido. “Los mil quinientos millones de musulmanes del mundo sienten lo mismo y odian a los autores de tales tragedias. Pero la cuestión es que si los actuales sufrimientos no nos ayudan para construir un futuro mejor y más seguro, entonces se convertirán solamente en recuerdos amargos e infructuosos. Tengo fe de que solamente ustedes, los jóvenes, al tomar lecciones de las adversidades de hoy, serán capaces de encontrar nuevas medidas para definir el futuro, y obstaculizar los desvíos que han creado la situación actual en el Occidente”.
En el corolario de la misiva, que está teniendo positivas repercusiones, sobre todo viniendo de un actor internacional de la importancia que tiene Irán, el ayatolá Jamenei afirma “Queridos jóvenes, espero que ustedes cambien ahora o en el futuro, esta mentalidad afectada por la doble moral, una mentalidad que oculta los objetivos lejanos y prepara las intenciones insidiosas. En mi opinión, la primera etapa para establecer la seguridad y tranquilidad, es modificar este pensamiento que crea violencia. No se debe buscar las raíces de la violencia en otro lugar, mientras la política occidental está dominada por una doble moral, los patrocinadores del terrorismo dividen este fenómeno en bueno y malo, y prefieren los intereses gubernamentales en lugar de los valores humanos y morales…La mayoría de los países del mundo se sienten orgullosos de su cultura nacional, unas culturas que al florecer también han alimentado durante cientos de años a las sociedades humanas. El mundo islámico tampoco ha sido una excepción. Pero en la época contemporánea, el mundo occidental, mediante medidas desarrolladas, insiste en la replicación cultural”.
Esta replicación cultural de la que habla el ayatolá Jamenei, como un patrón que puede influir sobre el entorno y capaz de propagarse, refiere a la violencia que desde las sombras pero con gran violencia se ejerce sobre culturas distintas a las dominantes, haciéndolas aparecer como refractarias al “progreso o a los derechos de las sociedades para acceder a los valores que occidente entrega a través de su herramientas políticas y comunicacionales”. Indudablemente nadie se niega al valor y a la importancia que tienen los vínculos culturales entre diversas culturas pues, en general suelen traer desarrollo y crecimiento pero…deben ser establecidos en las condiciones naturales y con entero respeto a la comunidad donde dicho vínculo desea asentarse.
De lo contrario, afirma el líder iraní, los vínculos heterogéneos y obligatorios, no traen resultados exitosos y son perjudiciales. “Por desgracia, tengo que decir que los grupos innobles como Estado Islámico de Irak y El Levante – EIIL – Daesh en árabe, son el producto de este tipo de vínculos fracasados de las culturas importadas. Si en realidad el aspecto doctrinal hubiera sido el problema, entonces hubiéramos visto este tipo de fenómenos en el mundo islámico, antes de la época colonial, sin embargo, la historia muestra lo contrario. Ciertos documentos históricos afirman que cómo la mezcla del colonialismo con un pensamiento extremista y despreciable de una tribu primitiva, sembró las semillas del extremismo en la región. De lo contrario, ¿cómo es posible que de una de las religiones más morales y más humanas en el mundo que en sus fundamentos considera la matanza de una persona como la matanza de toda la humanidad, nazca una impureza como Daesh?”
Las interrogantes del ayatolá Jamenei se direccionan también hacia esa interacción que se genera en ambientes contaminados y generador de violencia, lo que hace imprescindible concretar un análisis completo, investigaciones que determine cuáles son esos elementos contaminantes, que están ocultos pero también los visibles, donde las desigualdades, discriminaciones sean estos legales, culturales, políticos, estructurales fueron creando complejidades, que en el caso del extremismo takfirí se han abierto como una enfermedad, como una herida que secreta mal olor y contaminación. Para Jamenei, en ese marco “son ustedes los jóvenes, los responsables de romper las capas superficiales de su sociedad, encontrar y eliminar los nudos y malicias. En lugar de profundizar las brechas, es necesario restaurarlas. El mayor error en la lucha contra el terrorismo, son las reacciones apresuradas, las cuales solamente intensifican las brechas existentes”.
Creo necesario destacar, que en momentos donde, en general, los líderes del mundo suelen envolver su palabras en floridos lenguajes diplomáticos, donde se piensa más de una vez lo que se va decir por temor a herir susceptibilidades o generar una espiral y una guerrilla inconducente de dimes y diretes, las palabras claras, francas y directas del Líder religioso iraní Seyed Ali Jamenei son un bálsamo frente a tanta podredumbre política, conductas terroristas y aval a esa violencia irracional. En ese ámbito el llamado a los jóvenes es claro y preciso“Por eso les pido a ustedes, los jóvenes, que en base de un conocimiento correcto y profundo, y aprovechando de las experiencias amargas, construyan los fundamentos de una interacción verdadera y honesta con el mundo musulmán. En tales circunstancias, en un futuro cercano serán testigos de que su arquitectura basada en los fundamentos mencionados, extenderá su sobra de confianza sobre sus arquitectos, les premiará a ellos con el calor de la seguridad y la tranquilidad, y brillará en el universo con la luz de esperanza”.
Esta segunda carta del Ayatolá Seyed Ali Jamenei, que complementa la misiva dada a conocer a inicios del 2015, indudablemente cuestiona las políticas de doble rasero del Occidente ante los retos más importantes del mundo, en especial, el terrorismo. Revela el rol desestabilizador de Estados Unidos y su aliados en el mundo y la hipocresía de occidente pero, al mismo tiempo revela la tremenda confianza que se tiene en el papel de los jóvenes como agentes transformadores. Así, el objetivo principal de la carta es darle a conocer a los jóvenes de occidente la verdadera cara del Islam alejada de estereotipos de ignorancia e islamofobia. En ellos se confía como motor de cambio y transformación, una confianza que da una luz de esperanza también respecto a la posibilidad de transitar hacia caminos de paz en nuestro planeta. Los jóvenes, para Jamenei, aún tienen la mente abierta a diferencia de los líderes occidentales que distorsionan intencionalmente la verdad y en ese plano, los invita a conocer el Islam sin prejuicios y no dejarse confundir por aquellos que bajo el nombre del Islam lo distorsionan y sirven a intereses miserables en el marco del wahabismo y los intereses hegemónicos de unos cuantos países.
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