miércoles, 18 de julio de 2018

Londres cree ver la alargada mano del Kremlin en los asuntos de Macedonia


El Reino Unido advirtió sobre el riesgo de injerencia rusa en el referéndum macedonio con respecto al cambio del nombre de la exrepública yugoslava. Al menos eso refleja el informe del comité de la Cámara de los Comunes sobre asuntos internacionales.

Según el Parlamento británico, durante el referéndum que se celebrará este año, Rusia puede "tratar de frustrar o prevenir" la ratificación del acuerdo. Moscú tiene la intención de "utilizar los problemas de la región para evitar el establecimiento de la paz y la prosperidad en los Balcanes".

Mientras tanto, en junio, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, subrayó que su país estaba a favor de resolver el problema del nombre de la república sin interferencia externa.
"Siempre hemos insistido en que estamos a favor de encontrar un acuerdo sobre este tema sin injerencias externas, sin establecer condiciones creadas artificialmente, y dijimos que apoyaríamos la decisión que satisficiera los intereses de Grecia y Macedonia y que contase con un amplio apoyo público", afirmó Lavrov.
Acuerdo controvertido

El mes pasado, Grecia y la exrepública Yugoslava de Macedonia celebraron un acuerdo sobre el nombre de este último, que va a convertirse oficialmente en la República de Macedonia del Norte.

Atenas siempre ha argumentado que al usar el nombre Macedonia, Skopje reclama una provincia griega del mismo nombre. La disputa ha detenido los intentos de Macedonia de unirse a la Unión Europea y la OTAN.

No obstante, bajo los términos acordados, Grecia prometió retirar todas las objeciones a la entrada de Macedonia en estas alianzas. El acuerdo también desembocó en una invitación formal de la Alianza del Atlántico Norte para comenzar las conversaciones de adhesión.

Sin embargo, la situación provocó violentas protestas en Skopje, la capital macedonia, y cómo no, Rusia fue acusada de estar detrás de las mismas. La Embajada rusa en Macedonia, a su vez, negó las acusaciones del primer ministro macedonio, Zoran Zaev, de que Moscú estaba involucrado.

La motivación de Londres

El 10 de julio se supo que el Reino Unido duplicará la ayuda a los Balcanes Occidentales en un 95%, de 41 millones de libras —53 millones de dólares— en 2018-2019 a 80 millones de libras —104 millones de dólares— en 2020-2021. Londres también planea multiplicar por dos el número de empleados británicos que ayudan a garantizar la seguridad en la región.

El interés de Londres en los asuntos interiores de Macedonia se puede explicar por el hecho de que el campo de acción más importante para el Reino Unido después de su salida de la UE seguirá siendo la OTAN, dijo en una conversación con RT el presidente del Centro de Comunicaciones Estratégicas, Dmitri Abzálov.

Macedonia es uno de los pocos países de la región que aún no es miembro de la OTAN. Tras las negociaciones con Grecia, esta accedió a retirar los obstáculos a la entrada en la alianza de Macedonia. Pero una parte significativa de los ciudadanos se opone al cambio de nombre a Macedonia del Norte.
"En consecuencia, la probabilidad de un desarrollo desfavorable del referéndum es muy alta, y en este caso la posibilidad de unirse a la alianza será cero. Es por eso que es posible un intento de presión política e informativa sobre los dirigentes de Macedonia para proporcionar una decisión positiva sobre el referéndum", comentó el experto.
La jefa del Centro de Estudios de la Crisis de los Balcanes Contemporánea en el Instituto de Estudios Eslavos de la Academia de Ciencias de Rusia, Elena Guskova, subrayó en una entrevista con RT que Rusia lleva a cabo una política de no interferencia en los asuntos internos de los Estados de los Balcanes occidentales.

"El Reino Unido se equivoca diciendo que Rusia puede intervenir en el referéndum sobre el cambio de nombre de Macedonia, así como influir en la posible entrada de Macedonia en la OTAN. Moscú ha desarrollado una política de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, particularmente en los asuntos de Macedonia, Serbia y Montenegro. Podemos hablar de relaciones culturales y científicas entre Moscú y Skopje, pero la presión política, la mayor interferencia por parte de Rusia en los asuntos internos de Macedonia, no va a ocurrir nunca", expresó Guskova.

La experta también señaló que los políticos británicos están motivados por el deseo de continuar la lucha política con Rusia. A su juicio, en este caso, la Cámara de los Comunes simplemente encontró una excusa para recordar el llamado papel negativo de Rusia en la península de los Balcanes.

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