Durante varios años las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia ayudan a las tropas sirias a luchar contra los terroristas de Daesh en una guerra de túneles. El comandante de una escuadrilla del Distrito Militar Sur de Rusia que participó en esos combates reveló a Sputnik en qué se diferencia esta de otras guerras.
El país de las arenas
El relieve de Siria incluye montañas y desiertos. Según Mijaíl —su apellido no se revela por razones de seguridad—, es muy difícil distinguir las instalaciones y los equipos del enemigo en las arenas sirias dado que Daesh —organización terrorista proscrita en Rusia y muchos países— utiliza los relieves para camuflarse.
“[Los terroristas] se visten con ropa de camuflaje, pintan sus autos del color de la arena y por eso a veces solo es posible determinar su posición geográfica con la ayuda de las coordenadas”, aseveró el interlocutor de Sputnik.
Gente con la mente turbada
Mijaíl participó no solo en los combates de Siria, sino que también combatió antes en Chechenia. Según él, la diferencia principal entre los terroristas sirios y los de Chechenia es su locura.
“Tenía la sensación de que se drogaban con alguna sustancia: eran imposibles de detener y además si moría alguien cerca de ellos no les importaba, seguían adelante”, contó el militar.
El interlocutor de Sputnik considera que el poco valor que le daban a su propia vida y la ausencia de piedad contribuyó a que los terroristas sirios se convirtieran en unos enemigos peligrosos pero a la vez vulnerables.
“Personalmente los percibía como personas con la mente turbada”, recalcó.
La guerra de los túneles
Mijaíl reveló que la guerra de túneles es uno de los principales métodos que los terroristas usan en Siria.
“Son como los ratones. Cavan túneles subterráneos que tienen muchas salidas a la superficie, pueden acercarse y saltar muy de cerca de tu posición para atacar cuando menos lo esperas”, comentó el comandante ruso.
Para luchar contra este sistema de combate, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia crean grupos de bombarderos que arrojan contra estos túneles bombas capaces de destruir instalaciones hechas de hormigón. Más tarde los cazas rematan la faena.
Además, los terroristas usan los coches-bomba —que van cargados de explosivos— para aniquilar al mayor número posible de personas. Sin embargo, estos vehículos no son tan peligrosos para los pilotos como sus cañones antiaéreos. Esta es la razón por la que siempre tienen que estar en alerta.
“No tenemos tiempo para tener miedo. Hay que mirar desde dónde podría aparecer el enemigo y escuchar a tu compañero que vuela detrás de ti y te sugiere desde dónde podrían atacarte los terroristas”, explicó el militar.
Los sirios son gente amable
A pesar de que Mijaíl no mantenía contacto frecuentemente con los militares sirios y los residentes locales dado que su trabajo le ocupaba casi todo su tiempo, reveló que los sirios son gente muy amable.
“Los niños cuando ven a un militar en uniforme se acercan corriendo con gritos de ‘ruso, ruso’ y te saludan”, enfatizó.
La mayoría de la gente con la que el militar tuvo la ocasión de hablar había estudiado en la URSS.
“Se parecen mucho a nosotros, el problema del terrorismo es común. Voy a ayudar a mi gente [el pueblo sirio] tanto como esta lo necesite. Ya lo decidí”, concluyó el interlocutor de Sputnik.
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