En un artículo sobre la situación de los derechos humanos en Bahrein, la agencia de prensa rusa Sputnik se ha hecho eco de las acusaciones lanzadas contra las autoridades de Bahrein por diversas instituciones internacionales, que señalan que se está llevando a cabo una política de limpieza étnica contra los ciudadanos shiíes así como graves violaciones de los derechos humanos y libertades públicas de estos últimos.
Desde 2011, Bahrein es el teatro de grandes protestas populares que exigen reformas políticas democráticas, el fin de la discriminación a los shiíes y el respeto a los derechos humanos, señala Sputnik.
En ese año fue decretado el estado de emergencia en todo el país, que fue levantado más tarde, pero la política represiva continúa y el número de arrestos y el de presos políticos no dejan de aumentar. Se calcula en 4.000 el número de personas detenidas por razones políticas, por “delitos” como el participar en manifestaciones.
La política de desapariciones y de inmunidad de los cuerpos represivos en el país suponen violaciones del Derecho Internacional y la Carta de la ONU, señala Sputnik.
El Fiscal General y los tribunales de Bahrein se han transformado en intrumentos represivos contra los opositores políticos y los activistas pro-derechos humanos. El régimen monárquico absolutista de la familia Al Jalifa, que está apoyado por Arabia Saudí y otros estados del Consejo de Cooperación del Golfo, no ha cesado a ningún alto responsable de seguridad por el asesinato y la tortura de manifestantes. El número de muertos causados por la represión asciende a un centenar. El de torturados se cuenta por miles.
La Comisión Americana sobre la Libertad Religiosa Internacional ha pedido a la Administración Obama que presione al gobierno de Bahrein para que aplique las recomendaciones de la Comisión de Investigación Independiente de Bahrein en relación a la libertad religiosa y la libertad de opinión y que responda a los abusos cometidos contra los shiíes, que representan a la mayoría de la población de Bahrein.
El régimen de Bahrein ha intentado cambiar el equilibrio religioso del país concediendo la nacionalidad a extranjeros que residen en el país y privando de ella a muchos shiíes.
En su informe de 2016, la Comisión Americana sobre la Libertad Religiosa Internacional señala que los ciudadanos shiíes en Bahrein sufren todo tipo de discriminaciones y están sometidos a arrestos e interrogatorios continuados.
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