La lucha desarrollada en Brasil por círculos derechistas que pretenden derrocar a la presidenta Dilma Rousseff tiene también una vertiente geopolítica internacional.
El intento de juicio político a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el que tratan de promover también contra su homólogo sudafricano, Jacob Zuma, forma parte de una agenda más amplia para atacar al grupo BRICS.
Así lo advirtió el presidente del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) en la provincia de KwaZulu-Natal (este), Sihle Zikalala, al afirmar que existe una conspiración de los países occidentales para sacar del poder a ambos mandatarios.
Según subrayó, esas pontencias ven al grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) como una amenaza a su control geoeconómico del mundo.
Por eso lo que se observa "no es solo un mero juicio político, sino que es parte de una agenda más amplia en el mundo", enfatizó Zikalala, durante una conferencia impartida en Khululekani Mhlongo, Universidad de Zululand.
El grupo BRICS representa más de 3.000 millones de personas, osea el 42% de la población mundial, y generan de manera combinada aproximadamente el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial", argumentó Zikalala, citado por el canal SABC.
La formación del BRICS fue “un cambio de juego” por parte de estas grandes economías emergentes en medio de la telaraña de las instituciones financieras internacionales (en diciembre del 2010 se acordó la incorporación de Sudáfrica al mecanismo de los BRIC, por ello ahora se emplea BRICS para incluir al estado africano).
Para algunos expertos, el potencial de naciones como Brasil, Rusia, India y China es tal que podrían convertirse en las cuatro economías dominantes hacia el año 2050.
Esta situación explica las acciones norteamericanas de apoyo al proceso de destitución de Rousseff y que expertos políticos brasileños han comparado con el apoyo de Washington al golpe militar de Honduras.
“El juicio contra Rousseff es definitivamente un golpe de estado”, dijo Mark Weisbrot, co-director del Centro de Investigación Política y Económica, en una entrevista con Democracy Now.
El día después de que la Cámara Baja del Congreso de Brasil aprobara el impeachment contra Rousseff, el senador Aloysio Nunes, del partido derechista PSDB, viajó a Washington para mantener encuentros a puerta cerrada con varios responsables estadounidenses.
One de ellos fue el celebrado con Tom Shannon, la persona más influyente sobre América Latina en el Departamento de Estado.
Según Weisbrot, el encuentro de Nunes con Shannon indica que EEUU ha aprobado el proceso de impeachment contra Rousseff. “EEUU quiere librarse del Partido del Trabajo de Brasil y esto desde siempre”.
Andrew Fishman, otro experto norteamericano, señaló que el viaje de Nunes era un hecho revelador. Él uno de los principales oponentes al gobierno de Rousseff y el PT. Cuando se convirtió en líder del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, uno de sus principales objetivos fue el promover vínculos más estrechos con EEUU.
Las relaciones entre Brasil y EEUU se han visto dañadas después de que se descubriera que la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU había estado espiando a Rousseff y a las industrias brasileñas.
Por contra, Rusia y China, por un lado, y Brasil, por otro, tienen un largo período de colaboración estratégica a través del BRICS.
Recientemente, el diario chino China Daily dijo que Rusia, India y China han “intensificado su cooperación a nivel regional e internacional. El asesor de defensa de India Manohar Barikar llevó a cabo el pasado mes una visita de cinco días a China donde mantuvo conversaciones con los dirigentes militares, políticos y económicos chinos.
Se produjeron también encuentros trilaterales por parte de los ministros de Exteriores de Rusia, China e India el 18 de abril para buscar una coordinación de posturas sobre los conflictos del mundo, que incluye la defensa de la soberanía de los estados y el principio de no injerencia.
Esta coordinación, que no sólo tiene lugar dentro del marco del BRICS sino también en el interior de la Organización de Cooperación de Shanghai, de la que Irán pronto será un miembro de pleno derecho, supone un claro empuje al esquema de mundo multipolar y el fin de unilateralismo norteamericano, que prevaleció desde el final de la Unión Soviética en los años noventa.
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