La estrategia del presidente estadounidense, Barack Obama, para combatir al Estado Islámico (EI) se encuentra en entredicho tras el avance de los extremistas y la caída de importantes enclaves en Iraq, Siria y Libia, precisa un comentario de la agencia Prensa Latina .
Para algunos expertos, Obama enfrenta hoy una guerra múltiple el mandatario: comanda los infructuosos esfuerzos internacionales para anular al EI en Oriente Medio, intenta conciliar intereses con sus aliados en esa región y sortea las críticas de sus adversarios en Washington. La caída de la ciudad de Ramadi, situada a 115 kilómetros al oeste de Bagdad, en manos de los terroristas fue considerada por voceros oficiales como un "retroceso táctico". Sin embargo, el portavoz del Pentágono, coronel Steve Warren, expresó que la acción evidenció un fracaso tanto en el orden táctico como de liderazgo.
En entrevista concedida a la revista The Atlantic, Obama explicó que la vulnerabilidad de Ramadi -capital de la provincia de Al Anbar-, obedece a que las tropas allí desplegadas no eran fuerzas de seguridad iraquíes entrenadas y reforzadas por Estados Unidos. Para Susan Rice, asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, la captura de Ramadi por EI demostró las debilidades de las fuerzas de seguridad de Iraq.
Sin embargo, el Secretario de Defensa, Ashton Carter, elevó la tesitura en los comentarios al culpar a los iraquíes de la derrota. Indicó que existen problemas con la voluntad para pelear contra el EI. Entre tanto, el Comando Central -encargado de las operaciones militares estadounidenses en Oriente Medio- informó que los más recientes bombardeos buscan negar "ventajas tácticas" a los yihadistas y se concentran en objetivos estratégicos como la refinería de Baiji y en las inmediaciones de ciudades iraquíes como Ramadi, Faluya y Bagdadi.
En paralelo, Naciones Unidas denunció que los golpes aéreos de la coalición que lidera Estados Unidos contra EI han provocado víctimas civiles en suelo sirio. Según el análisis de Prensa Latina, la estrategia de Obama es blanco de innumerables críticas en el Capitolio por parte de los republicanos, con independencia de lo que ocurra en el futuro próximo y ciertamente se descarta una derrota de EI a corto plazo.
La propuesta de Obama busca dar basamento legal a la actual campaña aérea y proveer un marco flexible para la conducción de operativos sobre el terreno en circunstancias limitadas; es decir, en caso de rescates, en acciones de fuerzas especiales contra el liderazgo extremista o cuando se emplee personal de la coalición. Los adversarios, al tiempo que iniciaron sus ataques con el argumento de que la decisión carecía de un basamento estratégico e imponía demasiadas restricciones a los jefes militares, no han dejado de avivar el discurso sobre la supuesta incapacidad del dignatario como comandante en jefe y garante de la seguridad de los estadounidenses.
La región de Oriente Medio -fundamental para Washington por su posición estratégica militar y comercial, y por las enormes reservas de crudo de su subsuelo- plantea difíciles teoremas para Obama, incluidos el tradicional conflicto israelo-palestino, la desestabilización interna y posterior agresión a Yemen, así como las negociaciones en curso sobre el programa nuclear de Irán. Lo cierto es que el elevado accionar de los extremistas de EI constituye una creciente y seria preocupación para Estados Unidos y aliados en esa región del mundo, concluyó PL.
Fuente: Al Mayadeen
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