viernes, 10 de julio de 2015

El problema de EEUU con Irán no tiene que ver con la cuestión nuclear



El problema de Washington con Irán no ha sido nunca el programa de energía nuclear iraní. Esta noción, impulsada por los neocon, de que Irán no tiene un programa nuclear energético (con un enriquecimiento de uranio al 5%) sino uno militar, ha sido siempre una cortina de humo con la que Washington ha tratado de enmascarar su verdadera agenda y su oposición a Irán.

Desde el punto de vista de la doctrina hegemónica estadounidense, el problema de Irán es el de ser un país independiente. Como sucede con Iraq, Siria, Libia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina, Nicaragua, Cuba, Corea del Norte, Rusia y China, Irán no es un vasallo de Washington.

Washington es simplemente incapaz de admitir la verdad que es que Irán está en su lista de objetivos porque no ha querido plegarse a su voluntad. Asimismo, la élite política estadounidense ha decidido demonizar a Irán dentro de EEUU y Europa. Para hacerlo, Irán fue acusado de buscar desarrollar armas nucleares, que entregaría después a “grupos terroristas para que las empleen contra Israel”. EEUU utilizó otra fábula al decir que el sistema antimisiles que desplegó en Europa Oriental, junto a la frontera con Rusia, tenía como finalidad la de detener los inexistentes “misiles intercontinentales” iraníes.

La propaganda de Washington en este tema del programa nuclear iraní ya está muy gastada tras varios años de acusaciones sin pruebas y, sobre todo después de que un informe elaborado por 16 agencias de inteligencia de EEUU afirmara que Irán habría abandonado su interés por el armamento nuclear hace más de una década.

La propaganda estadounidense ha sido apoyada por los medios occidentales y esto a pesar del hecho de que los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica hayan informado regularmente de que no existe ninguna prueba de que Irán haya desviado su programa nuclear civil hacia fines militares. En otros términos, los inspectores del OIEA pueden saber en todo momento lo que está pasando con el programa nuclear iraní, que está permanentemente bajo supervisión. Cabe señalar que las actividades de enriquecimiento de uranio son totalmente legales.

De este modo, la fabricación de armas nucleares ha sido siempre un pretexto para encubrir las intenciones reales de Washington, que ha estado tratando de lograr un cambio de régimen en Teherán, ya sea desde el exterior o el interior, a fin de hacer regresar a Irán a su estatus precedente de vasallo de las naciones occidentales. Los imperialistas occidentales no olvidan nunca a aquellos que escapan del sistema hegemónico o que se han liberado de su control.

De este modo, Washington ha orquestado la “amenaza nuclear” de Irán a fin de preparar a la opinión pública estadounidense y europea para un ataque militar contra ese país.

Sin embargo, falto de una capacidad real para llevar a cabo esta acción, Washington abrió la puerta a Rusia para que ella resolviera la crisis por medios diplomáticos y tuvo que hacer concesiones en muchos temas, como el de reconocer los derechos que a Irán corresponden en base a la ley internacional.

Frustrados, los neocon estadounidenses han intentado bloquear el acuerdo. El Partido Republicano, que está ahora totalmente controlado por Israel, incluso pidió al primer ministro israelí que se dirigiera al Congreso de EEUU a fin de bloquear el acuerdo de Obama sobre el tema nuclear.

El bloqueo del acuerdo en esta etapa pone totalmente de manifiesto que el tema nuclear iraní no es la causa de la hostilidad estadounidense, sino que ésta tiene que ver con la independencia iraní. Israel, por su parte, quiere que Washington elimine todos los obstáculos a su expansión imperialista en Oriente Medio. Después de haber ocupado Palestina, Israel busca anexionar el sur del Líbano, del que fue expulsado por Hezbolá en 2.000.

En este sentido, ya se produzca un éxito en la firma de un acuerdo nuclear o un fracaso, esto no tendrá ninguna consecuencia porque las objeciones de EEUU a Irán son consecuencia de la independencia de este último. Irán, un país grande, estratégico y rico en recursos, es un obstáculo para la dominación de EEUU e Israel en la región. El tema de la amenaza nuclear es sólo un “medio propagandístico” para llevar a los pueblos estadounidense y los países europeos a aceptar, en última instancia, un ataque contra Irán.


Paul Craig Roberts – Ex secretario del Tesoro adjunto de EEUU y redactor en jefe adjunto del Wall Street Journal

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