martes, 7 de julio de 2015

El nazismo en Ucrania: tiempos pasados, tiempos presentes



El viernes, 3 de julio, unos 2.000 militantes de la extrema derecha ucraniana, y miembros de sus batallones voluntarios que forman la columna vertebral de la operación antiterrorista del Gobierno de Kiev, se concentraron en el centro de Kiev para participar en la llamada Marcha Sviatoslava. La marcha había sido convocada por el Pravy Sektor y otros grupos radicales, y contó con la participación de miembros de los Batallones Aidar, Donbass y Tornado así como de militantes de organizaciones radicales como el C14/Sich. El Batallón Azov decidió sin embargo mantenerse al margen.

El objetivo de la marcha era presentar los diez puntos en los que la parte más radicalizada del nacionalismo ucraniano sustenta sus actuales reivindicaciones. Entre ellas destacan las siguientes propuestas militaristas:

La denuncia y anulación de los acuerdos de Minsk.

La declaración oficial del estado de guerra en el este de Ucrania, superando el actual contexto de operación antiterrorista.

La ruptura de todas las relaciones oficiales con Rusia y la nacionalización de las compañías rusas.

El inicio de una ofensiva militar total para la completa reunificación de Ucrania, a desarrollar tanto en Donbass como en Crimea.

Además, los manifestantes exigían también la liberación de distintos miembros de los Batallones voluntarios que han sido acusados de participar en el asesinato de Oles Buzina.

Los manifestantes marcharon al estilo militar, con una gran parte de los asistentes ataviados en uniforme de combate. Como suele ser habitual en sus actos, iban flanqueados por banderas ucranianas y por las rojinegras del movimiento banderista, heredadas de la UPA de Roman Shukhevych. Se dirigieron por algunas calles céntricas de Kiev hacia la plaza de Maidán y los alrededores del estadio del Dyanamo, recorriendo los escenarios de la batalla que lideraron a primeros de 2014 para provocar la caída del gobierno Yanukovich.
Los manifestantes, dispuestos a iniciar la marcha
Los manifestantes, dispuestos a iniciar la marcha
La marcha, y los momentos previos a ella, estuvo marcada por los habituales lemas heredados de grupos como OUN o UPA y cánticos antisemitas y anti-rusos. Antes de iniciarse la marcha, uno de sus líderes tomó el micrófono para, de manera enardecida lanzar a la multitud consignas radicales a la multitud. Según el canal ucraniano Hromadske TV, poco acostumbrado a criticar las manifestaciones del nacionalismo ucraniano, uno de los mensajes era más propio de los tiempos del nacional-socialismo: “Una raza, una nación, una patria”. Como muestran los vídeos del acto, los participantes respondieron enaltecidos ante la proclama nacionalista.
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Uno de los impulsores de la marcha, dirigiéndose a los manifestantes. En su camiseta puede leerse: Sturm Division-C14
La estética neonazi del mencionado líder, que al final del acto sería uno de los dirigirse a los asistentes, no se limitaba sin embargo a las consignas. En su camiseta negra, lucía el nombre de una de las divisiones emblemáticas del Ejército nazi, escrito en letras góticas, la Division Sturm y, a su lado, el nombre de una de las unidades militantes presentes en el acto, la C14/Sich.

Entre los asistentes otra presencia puede considerarse destacada, la de Serhiy Melnychuk, del Batallón Aydar, acusado de crímenes en el Este de Ucrania y al que la Rada ucraniana ha retirado la inmunidad parlamentaria. Fue otro de los líderes que se dirigieron a los manifestantes antes de terminar el acto.
Serhiy Menychuk
Serhiy Menychuk
En sus intervenciones, los líderes de la marcha lanzaron diversos mensajes contra los actuales líderes en el poder en Ucrania. Entre las reivindicaciones de la ultraderecha y de sus Batallones se mantienen, de hecho, las consignas contra la oligarquía en el poder. Así, además de insistir en el inmediato castigo a los altos cargos de la era Yanukovich, estos grupos dicen seguir reclamando “un combate real contra la corrupción y el cambio de la orientación oligárquica del estado nacional”.

El acto del 3 de julio termina incluso con un mensaje simbólico a los actuales gobernantes haciendo arder unos neumáticos que algunos participantes habían llevado durante toda la marcha.

Con esta acción, los promotores del acto no sólo querían rememorar los acontecimientos de Maidán sino dirigir una advertencia contra las actuales autoridades ucranianas. Según RT, los manifestantes corearon de hecho consignas contra el Presidente de Rusia pero también contra Petro Poroshenko. Según esta misma fuente, algunas pancartas acusaban directamente de traición al actual gobierno: “Traidores en el poder: ¿no sentís la rabia de los muertos de Maidán?” o “¡Maidán luchaba por la libertad y la gloria de Ucrania y no por un gobierno de traidores!”.
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En esta línea de aparente desafío, el Pravy Sektor utiliza sus perfiles en las redes sociales para añadir su sentencia a los diez puntos reivindicativos que habían motivado la marcha:

“Si el gobierno no comienza ya a cumplir rápidamente estas exigencias, y empieza a reaccionar adecuadamente ante las amenazas a la estatalidad ucraniana, caerá rápidamente”.

El acto parecía sin embargo pactado para evitar incidentes mayores, con baja presencial policial y ausencia de incidentes reales durante el recorrido de la manifestación, con apenas la excepción del episodio de los neumáticos quemados cerca del estadio del Dynamo de Kiev, un acto más simbólico que amenazante. Entre las reivindicaciones planteadas por la ultraderecha aparecen de hecho peticiones totalmente corporativas, de interés casi exclusivo de los miembros de los Batallones punitivos. Así, se menciona la necesidad de armar adecuadamente a todas las formaciones voluntarias, la petición de más derechos y seguridad social para su personal o cambios en las estructuras de mando en el Ministerio de Defensa y en el Ejército. Reflejando un creciente desapego social, muy evidente en la escasa participación en la manifestación, se pide además al Estado que difunda entre la comunidad “la verdadera gravedad de la situación en el este”.

Yuriy Shukhevych, Detrás de él, portando la bandera, un militante con el uniforme de la Galizien Division de las SS, formada por ucranianos; a su izquierda portando un retrato de Kutsik, un miembro del Batallón Sich.
Yuriy Shukhevych, Detrás de él, portando la bandera, un militante con el uniforme de la Galizien Division de las SS, formada por ucranianos; a su izquierda portando un retrato de Kutsik, un miembro del Batallón Sich.

El entierro del Jefe de la Hermandad de combatientes de la Galizien Division de las SS,Evgeny Kutsik


La realidad es que la cercanía ideológica entre el establishment ucraniano y la extrema derecha más radical es mucho más evidente de lo que parecen reflejar las reivindicaciones de grupos como el Pravy Sektor. Un ejemplo de ello es lo sucedido en otro acontecimiento ocurrido el mismo 3 de julio.

Ese día se procedió a enterrar, en la localidad de Ivano Frankivsk, en la Ucrania occidental, a Evgeny Kutsik, Jefe de la Hermandad de combatientes de la Galizien División de las SS durante la Segunda Guerra Mundial. Al acto asistió, visiblemente emocionado, el Diputado de la Rada ucraniana, Yuriy Shukhevych, hijo del jefe supremo de la UPA durante los años 40 del pasado siglo. Junto a él numerosos excombatientes de esa organización que constituyó, en la práctica, la base de la mencionada división ucraniana del ejército nazi.

Lo llamativo del acto no está en la reunión de esos viejos camaradas de la ultraderecha nacionalista ucraniana sino en su nulo interés por ocultar su afiliación simbólica. Junto a los antiguos miembros de la UPA, las imágenes del entierro nos muestran a militantes portando sin pudoR el uniforme nazi de la Galizien Division y actuando a modo de guardia de honor de Evgeni Kutsik. Reflejando la continuidad entre presente y pasado, la imagen del fallecido era portada por un joven miembro del Batallón Sich, ligado a Svoboda, otra de las unidades voluntarias que combate en la actualidad en el este de Ucrania.
Veteranos de la UPA en formación al paso de la guardia de honor durante el entierro de Evgeni Kutsik, ataviada con uniformes nazis
Veteranos de la UPA en formación al paso de la guardia de honor durante el entierro de Evgeni Kutsik, ataviada con uniformes nazis
Yuriy Shukevich formó parte del grupo de promotores de la ley aprobada por la Rada ucraniana que condena los regímenes comunista y nazi en Ucrania y que prohíbe también la propaganda de sus símbolos. La ley pretende igualar nazismo y comunismo, aunque el cinismo de su aplicación fue evidente desde la aprobación de la ley. El 9 de mayo, militantes del Pravy Sektor agredieron para arrebatar sus banderas a quienes portaban en el homenaje al Día de la Victoria la bandera que conmemora la victoria soviética contra la Alemania Nazi.

El nacionalismo ucraniano moderno es capaz de convivir con total armonía con las expresiones más negras de sus tiempos pasados porque sabe que, en los tiempos presente, los grandes poderes de Occidente le han dado plena libertad para alcanzar sus objetivos en Ucrania. Y ninguno de sus representantes dedicará mucho tiempo a especular sobre el significado de unas cuantas palabras escritas con letras góticas en la camiseta de un líder sin importancia de la Ucrania moderna.

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