Una ofensiva a gran escala lanzada este martes por los terroristas de Daesh en la norteña región de Sinyar, ha sido frustrada por las fuerzas kurdas iraquíes.
Un grupo de más de 120 terroristas del EIIL (Daesh, en árabe) ha iniciado esta mañana un gran ataque, en cinco direcciones, contra las posiciones de las fuerzas kurdas iraquíes, los Peshmerga, en la región kurdo-iraquí de la provincia noroccidental de Nínive.
De acuerdo con la cadena de televisión kurda Rudaw, los terroristas takfiríes atacaron (a las 04H30, hora local) las posiciones de los Peshmerga en la zona oriental de Sinyar, en Domiz, Qabusi y Karuiz, lugares en los que se registraron duros enfrentamientos durante horas.
120 terroristas de Daesh han participado en este ataque, en el que han utilizado armas ligeras y pesadas. En alguna ocasión lograron acercarse a las posiciones de los Peshmerga, pero sus operaciones fracasaron", ha declarado un comandante peshmerga.
"120 terroristas de Daesh han participado en este ataque, en el que han utilizado armas ligeras y pesadas. En alguna ocasión lograron acercarse a las posiciones de los Peshmerga, pero sus operaciones fracasaron", ha indicado un comandante peshmerga, en declaraciones al medio kurdo.
En este sentido, el citado comandante ha añadido que unos 60 terroristas han sido abatidos en las operaciones y que únicamente cinco soldados peshmerga han resultado heridos. La situación actual en el este de Sinyar es normal y la operación de Daesh ha sido desbaratada al completo, ha apostillado.
Al este de Sinyar y en esta misma provincia, estas mismas fuerzas han conseguido, en los últimos días, arrebatar pueblos y enclaves a Daesh. Días antes, el Ministerio de Defensa de Irak anunció que los Peshmerga participarían en las operaciones para recuperar el control de Mosul.
La ofensiva a gran escala de las fuerzas iraquíes para liberar la provincia norteña de Nínive, cuya capital, Mosul, está en poder del grupo terrorista EIIL desde junio de 2014, comenzó en marzo.
La posible liberación de la ciudad de Mosul por el Ejército iraquí dejaría a Daesh sin el mayor núcleo poblacional bajo su control, además de que le privaría de una importante fuente de financiación, sin contar con el terrible efecto psicológico que tendría en la banda extremista.
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