En los últimos días, las agencias de noticias y fuentes de la oposición turca han señalado que Turquía continúa enviando cargamentos de armas a los grupos terroristas en Siria, y concretamente los situados en Idleb y Latakia. Estas acciones se han producido en cooperación con Israel, que ha lanzado ataques aéreos contra la zona de Quneitra, en el Sur de Siria.
En este contexto, Rusia ha incrementado su apoyo a su aliado Damasco mediante el envío de ocho aviones MIG-31 a Siria. Moscú ha estado enviando en las últimas semanas importantes mensajes “a aquellos a quienes concierna” en tiempos escogidos cuidadosamente. Uno de ellos ha sido el envío de los MIG-31 y del Kornet-5 a Siria. Este envío ha sido descrito por la prensa occidental como “el mensaje más poderoso de Rusia en relación a su apoyo a su aliado sirio. Estos aviones tienen una importancia estratégica, que permitirá un cambio dramático en el campo de batalla en favor del liderazgo sirio,” según el periódico Al Monitor.
El primer mensaje va dirigido, pues, al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que está promoviendo la creación de una zona colchón con el fin de proteger allí a los grupos armados de oposición, que han saludado dicho plan y mostrado a las claras su dependencia y vinculación al régimen turco. En este sentido, el envió de las armas rusas señala que cualquier intento de crear tal zona llevaría a Turquía a chocar no sólo con Siria y su ejército, o con Hezbolá e Irán, sino también con la propia Rusia.
La reciente retirada de los misiles Patriot de EEUU y Alemania de Turquía viene también a poner de manifiesto que Washington y sus aliados europeos no secundan a Ankara en su política belicista y expansionista ni desean participar en un choque militar contra los aliados de Siria con el fin de defender las posiciones turcas.
Con la entrega de estas armas, Rusia busca también dejar claro que el presidente Bashar al Assad formará parte de la solución de la crisis siria y que la prioridad para todas las partes inmersas en el conflicto debería ser la de luchar contra el terrorismo, y en especial contra el EI y Al Qaida, por cuanto que este fenómeno amenaza a la seguridad global y regional.
En este sentido, Rusia considera que el Ejército sirio, que ha acumulado una amplia experiencia en la lucha contra los grupos armados, es ahora probablemente la principal fuerza regional que puede emprender un combate contra los mismos de forma eficaz y lograr su derrota. Esto hace que dicho ejército merezca ser armado con las mejoras armas posibles con el fin de completar esta tarea.
Según medios de la prensa israelí, Israel teme la llegada de los aviones MIG-31 a Siria y en especial la presencia de experimentados pilotos rusos que llegarían junto a los mismos por cuanto que estos aviones tendrían la capacidad de combatir contra los aparatos israelíes. Por otro lado, la muerte de un posible piloto ruso en un choque aéreo con aparatos israelíes podría dar lugar a un enfrentamiento abierto entre Rusia e Israel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario