Camboya ha tenido un rápido desarrollo en las dos últimas décadas pero la desigualdad y pobreza continúan azotando el país. De hecho el país tiene elecciones libres, permite el libre comercio y ha abierto sus fronteras a los turistas e inversionistas, pero mucha de su gente es incapaz de beneficiarse de estas reformas.
El álbum fotográfico ‘Transitioning Cambodia’ [Camboya en transición] narra la historia moderna de un “país que permanece, por un lado, aún desgarrado por el peso del horroroso pasado y las promesas del porvenir por el otro”. Es una colaboración entre el fotógrafo Nicolás Axelrod y la periodista Denise Hruby, quienes han presenciado las diversas repercusiones del ascenso de Camboya como una nación en desarrollo, en la gente común en varias comunidades a través del país.
Este álbum de fotos, realizado con financiamiento compartido, ofrece una nueva mirada a un país que ha iniciado programas de desarrollo de largo alcance mientras que sus residentes han luchado por sobrevivir en medio de los cambios.
Un niño juega en aguas fangosas que salen de una cañería abierta. Las cañerías están echando arena en un lago natural en la comunidad Borei Reakreay. Los habitantes de la comunidad fueron expulsados de sus viviendas a mediados del año 2009 para hacer espacio a viviendas residenciales. Foto y leyenda de Nicolas Axelrod (3/27/2009).
A continuación nuestra entrevista por correo electrónico con Nicolas y Denise:
GV: ¿Cuáles fueron sus objetivos al realizar este proyecto?
Denise Hruby: El objetivo fue documentar Camboya en un momento de rápida transición que está fundamental — e irreversiblemente — cambiando su entorno, su política así como la imagen global de la sociedad. No hay duda que Camboya necesita desarrollarse en todos esos niveles pero la forma de algunos de esos cambios que están sucediendo han dejado grandes lagunas entre ricos y pobres. Con frecuencia desarrollo significa aquí que los pobres se hacen más pobres mientras que los ricos siguen aumentando su riqueza.
Nicolas Axelrod: Hay pocos lugares en el mundo que han cambiado tan rápida y dramáticamente como Camboya en un periodo tan breve de tiempo. No solo físicamente, miremos la infraestructura, sino también sicológicamente ha habido un cambio en la forma de pensar en relación con la política o los valores familiares. Por ejemplo: el libro comienza en el periodo donde la política no era comentada ni discutida abiertamente, ahora eso ha cambiado. Los dos capítulos relativos a la familia y la política describen estos cambios permitiendo al lector dar una mirada donde el país estaba y hacia donde se podría dirigir. Los otros capítulos – Tierra y riqueza, hacen referencia a cómo ha sido el desarrollo y el impacto que ha tenido tanto en los pobres como en los ricos.
Residentes huyen de un bulldozer que carga los restos de las viviendas destruidas durante la expulsión forzada de Dey Krahorm. Foto y leyenda de Nicolas Axelrod (1/24/2009).
GV: ¿Cuáles han sido en Camboya las reacciones sobre este proyecto?
DH: Hasta ahora hemos tenido una reacción muy positiva de los camboyanos y otros quienes nos han hablado del libro.
La presentación ha sido muy visitada por extranjeros y camboyanos y en los medios de comunicación también ha tenido excelentes comentarios. Muchas personas nos han dicho que están felices de que exista un libro que mire a Camboya como es — no solo los hermosos templos de Angkor o fotos nostálgicas de niños conduciendo una carreta de bueyes. Los responsables de la toma de decisiones lo han mencionado como el libro que deben leer quienes se interesan en los asuntos asiáticos.
Monjes se preparan para el cuarto día de una marcha de diez días, en la Ruta Nacional 6, por los Derechos humanos en Nom Pen. Después de las elecciones generales de Camboya en julio 2013, grupos de monjes tomaron parte activa en la política y en la promoción de los derechos humanos. Foto y leyenda de Nicolas Axelrod (12/4/2013).
GV: ¿Según usted, cual es su opinión de las perspectivas de desarrollo en Camboya? ¿A qué se le debiera dar prioridad?
DH: Uno de los mayores problemas en Camboya es este sistema profundamente arraigado de corrupción y nepotismo que existe en todo el país. Cambiar esto y hacer el país un lugar más justo para todo el mundo tomará décadas simplemente porque cada uno juega el juego – desde el nivel más bajo de jefe de aldea a altos funcionarios del gobierno. Aún existe una gran incomprensión de la corrupción, qué es y cuan mala es para la sociedad y la economía a gran escala. Los sobornos son descritos como “tea money” [dinero para té] y difícilmente casi nadie ve algo malo en ello.
Creo que la segunda prioridad es una mejor educación. El gobierno ha asignado más dinero al Ministerio de educación y el nuevo ministro está promoviendo mayores reformas. Pero allí también la corrupción constituye un problema mayor. Los profesores de escuela reciben un pago tan pequeño que piden a los estudiantes una asignación diaria para asistir a clases y los pobres con frecuencia no tienen los medios para pagar.
Pero veo la mayor esperanza de Camboya en el futuro: cerca de la mitad de la población es menor de 25 años. Es la población más joven de la región, invertir en su educación será la clave.
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