En diciembre de 2012, las redes sociales y los medios árabes difundieron un vídeo que mostraba a individuos enmascarados en una fábrica artesanal donde se elaboraban armas químicas para una facción armada que luchaba en Siria autodenominada "Soplo Cálido".
De este modo, la entonces nueva facción provocó en ese momento un gran tumulto, sobre todo porque el vídeo apareció menos de tres meses después de la declaración del presidente Barack Obama acerca de que la utilización de armas químicas por parte del gobierno sirio sería una "línea roja". Un gran número de políticos y de halcones de la oposición siria en el extranjero acusaron entonces al gobierno sirio de haber realizado el vídeo como preludio a la utilización de armas químicas.
En ese mismo mes, sin embargo, la "Brigada Riyad Abidin" de la oposición siria -una brigada muy activa en el norte de Latakia, en la frontera con Turquía- publicó una declaración en la que ella amenazó también al Ejército sirio con utilizar armas químicas si éste último efectuaba una operación en las montañas de dicha zona. Es un hecho sabido de que un gran número de combatientes de la "Brigada Riyad Abidin" son turcomanos vinculados por fuertes lazos a Turquía.
Durante la declaración, leída por el jefe de la "Brigada Riyad Abidin", el capitán desertor sirio Bilal Osei, una persona se encontraba cerca de Bilal. Se trataba de Nadim Baloch, detenido en Turquía en 2001 por formar una célula de Al Qaida y participar en un atentado. Él fue encerrado en la prisión de Sednaya antes de ser liberado en 2010.
Baloch apareció en otro vídeo en el que confirmó que era el fundador de la facción Soplo Cálido y prometió utilizar armas químicas contra los "bastiones del régimen en Latakia". Este anuncio cambió la situación en contra de los grupos armados en la provincia de Latakia, sobre todo después de la aparición de imágenes que mostraban productos de origen turco que Baloch reconoció haber utilizado para fabricar armas químicas. Apenas tres meses más tarde, la Brigada Riyad Abidin repudió a Baloch estimando que su comunicado sobre la utilización de armas químicas no era más que una simple amenaza.
Sin embargo, después de estos dos episodios en los que participó Baloch, Siria conoció su primer ataque con armas químicas en la provincia de Alepo en marzo de 2013. En efecto, las gentes de la localidad de Khan Assal sufrieron un bombardeo químico que provocó la muerte de 16 civiles y heridas a 90. Muchos de los afectados eran miembros del Ejército sirio que detentaba el control de dicha localidad. El ataque se produjo siete meses después de la captura por parte por parte de algunos grupos armados de una fábrica de cloro, la única que existe en Siria y que está situada a 40 kilómetros al este de Alepo. Las autoridades sirias habían comunicado su existencia a la ONU.
Tras este ataque, las autoridades sirias plantearon una queja a las Naciones Unidas en la que exigían la formación de una comisión de investigación urgente para determinar quiénes fueron los responsables de dicha acción. Sin embargo, no fue creado ningún comité y la petición de Siria quedó sin respuesta durante cinco meses hasta que finalmente fue creado un comité encargado de investigar este asunto.
Dos meses después del ataque, las autoridades turcas anunciaron que habían requisado grandes cantidades de gas sarín y acusaron al Frente al Nusra de haber intentado transferirlas a Siria. Este anuncio sirvió para "blanquear la página negra de Turquía", según la expresión de una fuente gubernamental siria, que añadió que el mismo se produjo en un momento en el que miles de toneladas de armas y miles de terroristas cruzaban regularmente la frontera turca hacia Siria.
En ese tiempo, el navío libio "Victoria", que atracó en el puerto de Iskenderun, llegó con una carga de alrededor de 400 toneladas de armas que fueron transferidas hacia el interior de Siria, mientras que varios informes confirmaron que armas químicas entraron en Siria con la ayuda de Qatar.
Después de grandes transacciones en el seno de la ONU, se decidió enviar una misión para investigar la agresión química sufrida por Khan Assal. La misión llegó el 18 de Agosto de 2013 a Damasco. Tres días solamente después de su llegada, los medios árabes e internacionales difundieron imágnes que mostraban un gran número de víctimas en la Guta Oriental, señalando que ellos tenían en su cuerpo rastros de una exposición de gases tóxicos. Por supuesto, las autoridades sirias fueron inmediatamente acusadas por los gobiernos y medios occidentales y de algunos estados árabes del Golfo Pérsico.
En el tema del ataque químico de Guta, la cifra de víctimas definitiva nunca fue establecido. Así, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, adoptó la cifra de la ONU, es decir 1.492, durante las primeras horas que siguieron a la agresión química. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, que opera desde Londrs, afirmó que el número era de 502, mientras que la organización Médicos Sin Fronteras habló de 355.
No cabe duda de que la agresión química de Guta desvió la atención hacia el tema del ataque químico de Khan Assal. Y, como por azar, en ese mismo momento, el médico forense de Alepo, Abdul Tawab Blackbird, se refugió en Turquía llevando todos los documentos vinculados a la agresión química de Khan Assal, un viaje que le hizo perder numerosos documentos y cerficicados médicos. Esto llevó a algunos a sostener más tarde la teoría de que "el régimen se agredió a sí mismo".
Algunos días después de la masacre de Guta, el Consejo de Seguridad celebró una reunión en el trascurso de la cual la delegación rusa presentó documentos de imágenes de satélite que probaban que dos misiles habían sido disparados hacia las zonas atacadas con las sustancias químicas desde zonas de la Guta Oriental controladas por el "Ejército del Islam", dirigido por el pro-saudí Zahran Alloush, que tiene también buenas relaciones con Turquía.
Alloush apareció en abril del mismo año en Turquía en varias reuniones con dirigentes de los servicios de inteligencia turcos y dirigentes de la oposición siria en el exilio.
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