Recientemente, el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, expuso en Doha, la capital qatarí, un plan de lucha contra el EI promovido por el Presidente Vladimir Putin. El plan incluye la creación de un vasto frente antiterrorista en el marco de la legislación internacional con vistas a la erradicar la propagación del terrorismo "en Siria, en Iraq y en otros países de la región".
Moscú estima qué tal coalición incluiría necesariamente a los ejércitos de Siria e Iraq y las milicias kurdas. Según el proyecto ruso, la coalición debería actuar con un mandato de la ONU.
Lavrov considera que para que tal coalición tenga éxito es imprescindible que sean desechadas las demandas de algunos países occidentales y árabes para la dimisión del presidente sirio, Bashar al Assad.
"Si eliminamos de la ecuación la demanda enteramente irrealista y contraproducente de la dimisión de Assad como precondición para la lucha contra el terrorismo podemos trabajar de forma efectiva", dijo Lavov a la agencia de noticias RIA Novosti el martes.
Él continuó afirmando que los países occidentales tienen un doble rasero en lo que respecta a la legitimidad de Assad: "No puede ser que, en lo que respecta a la destrucción de las armas químicas, Assad sea legítimo y para el propósito de luchar contra el terrorismo no lo sea. Eso no es lógico"; dijo Lavrov.
Según el sitio israelí Debka.com, el pasado mes fue establecida una Comisión Militar Conjunta Ruso-Siria que coordinará la ayuda rusa al Ejército sirio con el propósito de luchar contra el terrorismo.
Por su parte, Washington ha expresado que desea una mayor implicación de Rusia en la lucha contra el EI, según indicó el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, que comentó la información sobre el incremento de la ayuda rusa a Siria. "Seremos sensibles a los esfuerzos de Rusia si ella quiere implicarse más en las operaciones (contra el EI)", dijo Toner.
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