Zonas residenciales de Sanaa, capital de Yemen, están nuevamente bajo el impacto de las bombas y cohetes de la alianza árabe liderada por Arabia Saudita, acción que liquida las esperanzas de una extensión del cese de hostilidades solicitado por la ONU y varios gobiernos, indica un reporte del corresponsal de Al Mayadeen.
Hasta el momento no hay reportes de víctimas humanas, debido a que la situación impide el acceso de los socorristas, pero los daños materiales pudieran ser de consideración a juzgar por las densas columnas de humo que se levantan en varios distritos.
Al Mayadeen informó también que prosiguen los combates artilleros en la frontera con Arabia Saudita (norte), donde la aviación de la coalición recomenzó los bombardeos tras concluir la tregua de cinco días para permitir la llegada de ayuda humanitaria.
Según estimados de Naciones Unidas, unos 14 millones los yemenitas requieren auxilio inmediato, muchos de los cuales abandonaron sus casas por la escalada de violencia entre entre hutis y sus aliados y bolsones de partidarios de Mansur Hadi.
Por su parte, una manifestación popular, considerada la más grande desde el inicio de las incursiones militares de la coalición Saudita contra Yemen, condenó la agresión y exigió el enjuiciamiento de los participantes en la reunión de Riad, entre el ex presidente Mansour Hadi y fracciones disidentes yemenitas que le son favorables, al considerar que la solución del conflicto no puede ser negociada con mercenarios y vende patrias que residen en el exterior.
En el marco del tema yemenita, los Ansar Allah entregaron a Marruecos el cadáver del piloto marroquí, cuyo avión fuera derribado durante las incursiones contra Saada. La operación de entrega se realizó a través del emisario internacional para Yemen Jamal Benumar.
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