Cada año en el 15 de Mayo los palestinos de todo el mundo conmemoran el día de la Nakba (Catástrofe) o el establecimiento de Israel en 1948, que llevó a cientos de miles de palestinos a ser obligados a abandonar su tierra.
Hoy en día quedan casi 1,8 millones de palestinos en los territorios ocupados en 1948, en lo que la ONU reconoce como “el territorio de Israel”. Ellos son llamados “árabes israelíes” y cuentan con la nacionalidad israelí. Cada año, sin embargo, ellos llevan a cabo algunas actividades como protestas, marchas, conferencias y otros eventos para conmemorar la desposesión de sus ancestros y su expulsión.
Esto no agrada, por supuesto, al gobierno israelí que ha hecho de la conmemoración de la Nakba un delito en la práctica tras aprobar en 2011 una ley que ponía numerosos obstáculos a estas conmemoraciones. La ley autoriza al ministro de Finanzas a eliminar la financiación de las instituciones que no acepten el “carácter judío” de Israel o que conviertan el “Día de la Independencia” de Israel en un día de lamento público. Esta ley tiene, sobre todo, un carácter intimidatorio, según los palestinos. En Haifa, por ejemplo, el gobierno canceló la financiación a un festival de cine que tenía como fin el de recordar la Nakba.
Una de las razones detrás de la ley es el de impedir que se extienda el conocimiento sobre la suerte de los palestinos expulsados porque esto podría llevar a sustentar con pruebas y datos el derecho al retorno que los palestinos reclaman, junto con su estado.
Mayor interés hacia la Nakba
Esta represión ha provocado el efecto contrario y ha llevado a un crecimiento del interés de la opinión pública hacia la Nakba y de los debates de los jóvenes palestinos sobre su pasado. Un grupo de estudiantes árabes en la Universidad de Tel Aviv ha venido, por ejemplo, conmemorando estas celebraciones en el campus y financiando su propia seguridad.
En la Universidad de Haifa los palestinos no pudieron llevar a cabo una conmemoración de la Nakba en 2014 debido a la prohibición, pero los estudiantes realizaron una protesta. Los participantes en la misma fueron expulsados de la Universidad durante el resto del semestre.
Los árabes israelíes creen que la ley de la Nakba les deshumaniza y les trata como enemigos. Muchos creen que la ley será aplicada ahora con más decisión para reprimir a los palestinos en especial tras el proyecto de ley del primer ministro, Benyamin Netanyahu, para declarar a Israel como “la nación-estado del pueblo judío”. Esta ley significa una mayor discriminación contra los árabes israelíes, que constituyen el 20% de la población y a los que la legislación israelí permite sólo derechos individuales, pero no comunitarios en contraste con lo que ocurre con los judíos.
Con el advenimiento del nuevo gobierno de Netanyahu, donde existen partido como el extremista y antiárabe Hogar Judío, las perspectivas apuntan a que otras leyes similares a la que castiga la celebración de la Nakba serán aprobadas pronto. Sin embargo, ellas no lograrán de ningún modo hacer olvidar a los palestinos su pasado.
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