domingo, 17 de mayo de 2015

Castro y Hillary vuelven a Cuba


Castro y Hillary vuelven a Cuba

El regalo de Fidel Castro en 1978 a un cosmonauta ruso sirve hoy para recuperar la especie | Las crías de dos cocodrilos de la guerra fría regresan a Cuba tras pasar por Rusia y Suecia.

Castro y Hillary son los nombres que el personal de un zoo sueco dio en la década de los 90 a dos cocodrilos cubanos. Por carambolas del destino, macho y hembra acabaron en el Skansen-Akvariet de Estocolmo varios años después de que Fidel Castro se los regalara a un cosmonauta soviético. Ahora, diez crías de esa misma pareja acaban de regresar a Cuba en un intento por repoblar la especie, que se halla en peligro de extinción. Un símbolo más del deshielo que vive la isla en sus relaciones con Occidente.

"El propio Fidel quiso ir a ver a los animales tres días después de que llegaran al país", asegura en declaraciones a La Vanguardia el director del zoo sueco, Jonas Wahlström, "muy contento" con la idea de que las crías regresen a su hábitat natural. Hace tres semanas, él mismo viajó a La Habana para entregarlas. Preocupadas por el declive de esta especie, fueron los cubanos los que le pidieron algunos de los pequeños ejemplares que Castro y Hillary habían engendrado recientemente en Suecia.


Las crías se hallan ahora en cuarentena, el proceso que se sigue habitualmente antes de devolver a la naturaleza a animales nacidos en cautividad. En esta fase, los responsables cubanos deberán comprobar que los cocodrilos se encuentran en buen estado de salud y que pertenecen verdaderamente a la especie amenazada. Algo de lo que Wahlström dice no tener ni la más mínima duda, pues hace unos años ya mandaron a otras crías de la misma pareja a un zoológico inglés y las pruebas genéticas confirmaron que eran cocodrilos cubanos genuinos.

El intercambio entre Suecia y Cuba llega casi cuatro décadas después de que Fidel Castro entregara a los padres de estas crías al astronauta ruso Vladímir Shatalov como muestra de amistad entre camaradas comunistas. En 1978, los dos cocodrilos, unos bebés de pocos meses, viajaron a Moscú y pasaron una primera temporada en casa del propio Shatalov. Pero cuando crecieron y empezaron a volverse peligrosos, su mujer le obligó a elegir entre ella o los cocodrilos.

El cosmonauta decidió donarlos al zoo de la capital rusa. Pero éste carecía de instalaciones adecuadas para el cuidado de reptiles como esos y en 1981 sus dirigentes se los ofrecieron a Wahlström, que aceptó la propuesta con agrado. "Conocía al director del zoo moscovita, eramos viejos amigos, y llevarme esos ejemplares a Estocolmo era una gran noticia: estamos hablando del cocodrilo más raro del mundo".

Años después, la pareja sería bautizada como Castro y Hillary, coincidiendo con la llegada de Clinton a la Casa Blanca. Desde entonces se han reproducido varias veces y muchos de los nuevos ejemplares han ido a parar a zoos de todo el mundo. Ésta, sin embargo, es la primera vez que algunos de ellos vuelven a Cuba.

Con alrededor de mil crías y sólo cien ejemplares adultos, el cocodrilo cubano, cuyo nombre oficial es crocodylus rhombifer, se halla en peligro crítico de extinción: sólo es posible encontrarlo en zonas protegidas del sureste de Cuba, concretamente, en la Ciénaga de Zapata y en la Isla de la Juventud. Se trata de una de las razas más pequeñas del género.

Con patas más largas de lo habitual y un morro más corto, su piel es especialmente bella y apreciada, compuesta por escamas negras y amarillas más brillantes que las de otros cocodrilos. También se caracteriza por ser especialmente agresivo y tener una inteligencia más desarrollada. Las principales amenazas para su supervivencia son la caza, hoy prohibida, y la hibridación con el cocodrilo americano, una raza invasora y mucho más extendida.

Tras décadas cuidando a estos cocodrilos, Wahlström se siente orgulloso de poder colaborar en la recuperación de la especie. Aunque no es la primera vez que su zoo lleva a cabo proyectos como este. Hace años que participa en la cría y liberación en la selva del tití león dorado, un pequeño mono originario de Brasil también en vías de extinción.


Publicado en http://www.lavanguardia.com/

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