Así dice la última ofrenda poética escrita por Bozor Sobir, uno de los más famosos compositores del excomunista Tayikistán y ciertamente el más inconstante.
La condena de Sobir a todo un país le ha valido la irritación del embajador afgano en Tayikistán así como reprimendas en medios sociales donde varios tayikos –conocidos por su amor a la poesía– han ofrecido respuestas en verso.
Pero a los 77 años, es poco probable que a Sobir le interese un bledo lo que otros piensen.
El viejo poeta cascarrabias fue en contra de la tendencia literaria soviética cuando notoriamente no escribió para apoyar a Lenin, el comunismo, Rusia, ni la Unión Soviética, una característica que le hizo difícil encontrar trabajo por mucho tiempo.
Su poema sobre el idioma tayiko, escrito en vísperas de la independencia, se convirtió en un himno para los nacionalistas tayikos de la época, aunque hay algunos adultos que eran escolares en los años 90 que no pueden recitarlo de memoria.
Cuando cayó en desgracia con el hombre fuerte del país, el presidente Emomali Rahmon, durante la guerra civil (1992-1997) Sobir huyó a Irán, Rusia y Estados Unidos, condenando a cada una con feroz verso en su camino.
Después de su regreso a Tayikistán, acumuló elogios a Rahmon y se hizo acreedor de un departamento gratis en la capital Dusambé en el proceso. En estos días, si algo tiene su poesía es un matiz mayormente favorable a Moscú.
Fue el bárbaro asesinato de Farkhunda, una mujer con problemas mentales a quien mataron a golpes y quemaron por supuestamente incendiar una copia del Corán en Kabul, lo que Sobir dice que lo llevó a escribir el poema. Pero aunque el linchamiento de Farkhunda fue ampliamente difundido y totalmente condenado en todo el mundo –incluido Afganistán– muchos han adoptado la opinión de que el poema de Sobir no es más que una provocación ordinaria.
El embajador afgano en Tayikistán, Abdulghafur Orzu, que dio una entrevista a la agencia local de noticias Ozodagon, es una de esas personas.
El doctor Orzu, también poeta, atacó el poema de Sobir como “lema político”.
Destacando el legado compartido étnico, lingüístico, religioso e histórico entre los dos paíes separados por un río, Orzu dijo:
Cuando Ozodagon llamó por teléfono al poeta tayiko para saber su respuesta, estalló:
El poeta, cuyo país depende fuertemente del dinero que ganan los migrantes en Rusia, también rechazó las acusaciones de nacionalismo antiafgano, e hizo ver que cree que el asesinato fue cometido por sus compatriotas tayikos, que conforman el segundo grupo étnico de Afganistán.
Pero esto no lo rescató de la ira en línea.
La estrella religiosa en auge Abdulloh Mukammilov, moderador del grupo tayiko más activo en Facebook, Tarbiyaye imoni, envió una réplica lírica:
En tanto que Darius Rajabian, conocido periodista tayiko, arremetió:
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