Según el periódico libanés Al Akhbar, hace meses que los salarios de los empleados de sus sociedades no han sido pagados.
Una de ellas y la más afectada por esta crisis es Ogero, cuya sede principal se encuentra en Arabia. El Ministerio del Trabajo saudí habría tomado medidas referidas a sus empleados que son contrarias a la ley saudí y que han perjudicado a los empleadores, comenzando por los Hariri. Así por ejemplo, los empleados habrían recibido el permiso de abandonar sus empleos sin la autorización de los empleadores.
Según los propietarios, esta crisis ha sido causada por las autoridades saudíes, que rehúsan pagar sus deudas con la compañía por los servicios que ésta les ha prestado.
Para expresar esta situación, algunos han señalado que el dúo influyente en Riad, el príncipe herdero Mohammad bin Nayef y el segundo príncipe heredero e hijo del rey Mohammad bin Salman han decidido dejar de apoyar a Hariri, cada uno por sus propias razones.
El primero no habría perdonado a Hariri el haberle tildado de "tirano sanguinario" en su testimonio ante los miembros de la comisión encargada de investigar el asesinato de su padre. Bin Nayef considera también a Hariri un partidario de los hijos de los fallecidos rey Fahed y rey Abdulá, enfrentados al clan que detenta ahora el poder en el reino. Además, Bin Nayef quiere cambiar su política en el Líbano o al menos su hombre de confianza y dejar de acordar una exclusividad al clan de los Hariri.
En cuanto a Bin Salman, el quiere apoderarse de la compañía Ogero, ya que su política se resume en controlar todos los recursos de la economía saudí.
Según Al Akhbar, Hariri se reunió con Bin Salman hace varias semanas en la capital francesa y le pidió que ayudara a su sociedad a salir de la crisis, lo cual el príncipe saudí prometió hacer. Sin embargo, él no cumplió su promesa. Por otro lado, los dirigentes saudíes no quiere proporcionar a Hariri un trato de favor como sucedió en el pasado, en contraste con lo que sucede con su aliado cristiano Samir Geagea a quien han recibido últimamente de forma calurosa.Otra tesis afirma que Arabia Saudí rehúsa pagar sus deudas a Ogero debido a las
presiones financieras que pesan sobre el reino a causa del descenso en el precio del petróleo y a los gastos enormes que se derivan del conflicto de Yemen y el apoyo a los grupos terroristas en Siria.
Entretanto, Ogero vive sus días más difíciles. Ella ha puesto a la venta su filial Seal C en Sudáfrica, que opera en el terreno de la telefonía móvil y que sufre una deuda de casi 178 millones de dólares.
Esta situación en las sociedades de Hariri ha tenido repercusiones sobre la Corriente del Futuro donde reina el pesimismo. Hace seis meses que los empleados que trabajan en sus fundaciones no reciben su salario. Algunas de ellas han visto obligadas a vender sus muebles para pagar las deudas. Muchos de sus empleados han sido expulsados de sus viviendas por no pagar sus alquileres durante un largo tiempo.
Parece ser también que Saad Hariri ha sido abandonado por su familia, sus hermanos y hermanas, después de haber comprado sus partes en Ogero.
El ex primer ministro Fouad Siniora ha sido incapaz de pagar sus salarios a algunos de sus empleados. Aquellos que trabajaban en su oficina cuando él era ministro de Finanzas sufren esta situación. Su secretaria le ha abandonado y ha emigrado a Canadá.
En principio, el presupuesto de la Corriente del Futuro se estima en casi 150 millones de dólares. Este dinero permite pagar a 3.000 empleados, sin contar los diputados, los ministros, los altos funcionarios y los guardias de seguridad que trabajan en la sede del partido en Bait al Wasat. Sin embargo, desde hace siete meses Arabia Saudí no enviado ningún cheque.
La moral de los responsables de la Corriente del Futuro está muy dañada. Varios de sus representantes señalan que Arabia Saudí ha abandonado al partido y han advertido de una posible reacción popular contra el reino wahabí. Otros barajan la posibilidad de pasarse a la coalición del 8 de Marzo.
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