Era una noche muy dura para Sanaa… pero tal vez fue más dura para Arabia Saudita y los aviones de la coalición que buscaban lograr una victoria desde el aire con un bombardeo fuera de la agenda y con objetivos que ya se habían agotado… es el caso de las guerras que tratan de hurgar en el sinsentido de lo que buscan. Después de cincuenta días de incursiones diarias, más bien de incursiones hora tras hora, y después de haber terminado la “Tormenta Decisiva” y de haber iniciado la “Recuperación de la Esperanza”, parece que la desesperación por no haber logrado ninguno de los objetivos de la guerra, los obligó a bajar el techo de sus aspiraciones buscando aunque sea asesinar un solo dirigente importante de Ansar Allah, o asestar un golpe a una institución vital que detenga su avance y su expansión, la cual continuaba, a pesar de la lluvia de misiles y de bombas.
En medio de las confusión de la Recuperación de la Esperanza, parece que la coalición liderada por Arabia Saudita requería de la recuperación de la esperanza. La imagen de las tribus yemeníes que retaban las fronteras en una repetición del escenario de la guerra del 2009 no se ajusta al anuncio de Riad de que logró sus objetivos y pudo repeler el peligro estratégico que se cierne sobre sus fronteras…, más bien, el lanzamiento de misiles a diario contra el sur saudí, en medio de la fortaleza que mostraron el ejército yemení y los combatientes de Ansar Allah, reveló que la parte que aparenta ser la más débil aún se reserva sus mejores jugadas.
Porque las jugadas en la política son diferentes a aquella en el campo de batalla y porque el yemení mostró una resistencia inesperada, la coalición esperaba cualquier señal de debilidad de la otra parte para poder salir del atolladero en el que se encuentra. Que rescate lo decisivo y recupere la esperanza de aquellos que están en busca de una victoria horas antes de la supuesta tregua y de la cumbre de Camp David que, a su vez, no estará a la altura de la esperanza.
En medio de las confusión de la Recuperación de la Esperanza, parece que la coalición liderada por Arabia Saudita requería de la recuperación de la esperanza. La imagen de las tribus yemeníes que retaban las fronteras en una repetición del escenario de la guerra del 2009 no se ajusta al anuncio de Riad de que logró sus objetivos y pudo repeler el peligro estratégico que se cierne sobre sus fronteras…, más bien, el lanzamiento de misiles a diario contra el sur saudí, en medio de la fortaleza que mostraron el ejército yemení y los combatientes de Ansar Allah, reveló que la parte que aparenta ser la más débil aún se reserva sus mejores jugadas.
Porque las jugadas en la política son diferentes a aquella en el campo de batalla y porque el yemení mostró una resistencia inesperada, la coalición esperaba cualquier señal de debilidad de la otra parte para poder salir del atolladero en el que se encuentra. Que rescate lo decisivo y recupere la esperanza de aquellos que están en busca de una victoria horas antes de la supuesta tregua y de la cumbre de Camp David que, a su vez, no estará a la altura de la esperanza.
Fuente: Al Mayadeen
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