jueves, 14 de mayo de 2015

¿Qué se siente al ser uno de los 1,4 millones de ciudadanos árabes de Israel?



En la actualidad, unos 1,4 millones de palestinos (“árabes israelíes” según el discurso oficial israelí) son ciudadanos de Israel, casi la quinta parte de los 8,3 millones de la población del país, según las cifras oficiales israelíes.

Varios manifestantes palestinos arrojan piedras a las fuerzas israelíes en el curso de los enfrentamientos que siguieron a las manifestaciones en contra de la expropiación de tierras palestinas en el pueblo de Kafer Kadum, cerca de Nablus, en la Cisjordania ocupada. (Foto: AFP / Yafar Achtiyeh)
Cada año, los palestinos celebran el 15 de mayo el “día de la Nakba” —cuando se creó el estado de Israel— para reafirmar su derecho al retorno a las tierras de las que sus antepasados fueron expulsados.
En la actualidad, unos 1,4 millones de palestinos (“árabes israelíes” según el discurso oficial israelí) son ciudadanos de Israel, casi la quinta parte de los 8,3 millones de la población del país, según las cifras oficiales israelíes.

“Hemos estado viviendo la realidad de la Nakba desde 1948. La Nakba no es solamente un acontecimiento, sino la condición en la que vivimos desde entonces”, ha dicho Yamal Zahalka, miembro del parlamento israelí, a la agencia Anadolu.
El término Nakba —que significa “catástrofe” en árabe— refleja la realidad de esos palestinos. Ellos lo utilizan para hablar de su expulsión y desplazamiento de sus hogares y tierras, mientras que los judíos israelíes celebran ese mismo día la “independencia” de Israel.
Otro parlamentario árabe israelí, Masud Gnaim, dijo a Anadolu que “ser árabe en Israel es vivir en confrontaciones diarias”.
“Es una cuestión de identidad y de conservación de nuestras tierras, es una historia de perseverancia a pesar de todas las dificultades y todos los esfuerzos orientados a liquidar la identidad árabe y convertirnos en una minoría”, dijo Gnaim.
Los árabes israelíes se quejan de una larga serie de leyes promulgadas por el parlamento israelí desde 1948. Esa serie se inició con la legalización de la confiscación de sus tierras, continuó con la injerencia en sus vidas y ha culminado con intentos de poner en peligro su misma existencia.
Hasán Yabarin, un destacado abogado árabe israelí que ha estado luchando contra esas leyes en los tribunales, dijo a Anadolu que “ser árabe en Israel es vivir en tu propia patria siendo sometido a leyes racistas que discriminan por la identidad”.
“Esto significa que un árabe que vive en su tierra natal es tratado prácticamente peor que un inmigrante debido a su origen nacional”, dijo Yabarin, que lidera el Centro Legal para los Derechos de la Minoría Árabe en Israel (Adalah).
Según ONGs árabes e israelíes que se dedican a la defensa de los derechos, las leyes israelíes permitieron la confiscación de tierras y pertenencias de los ciudadanos árabes, restringen el matrimonio con palestinos que viven en Cisjordania y les prohíben tener propiedades en ciudades designadas “solo para judíos”. Las leyes israelíes también permiten la persecución de los árabes por sus ideas políticas.
Zahalka dijo a Anadolu que “después de la Nakba, Israel ocupó y confiscó más del 75 por ciento de nuestro territorio creando leyes al efecto”.
“Estamos sometidos a discriminación racial en todos los aspectos de la vida, lo que significa que la Nakba sigue vigente para nosotros y eso afecta a todo el pueblo palestino, haciendo de nosotros un pueblo marginado y disperso”, añadió.
Según el centro Adalah, los datos oficiales israelíes indican que el gobierno ha emitido licitaciones para 38.261 viviendas en ciudades judías en 2014, pero solo 1.844 viviendas en ciudades y pueblos árabes a lo largo del mismo año.
“Los ciudadanos árabes de Israel, que representan el 20 por ciento de la población, tienen acceso solo al 4,6 por ciento de las viviendas en venta”, según Adalah.
Wadi Abunasar, director del Centro Internacional de Consultas de Haifa, ciudad situada en el norte de Israel, dice que Israel se caracteriza por tener una estructura piramidal basada en la raza.
“En la cumbre de la pirámide se sitúan los judíos ashkenazíes laicos, mientras que los árabes se encuentran en la parte inferior de la misma; otras categorías se sitúan entre estos dos extremos. Por ejemplo, un druso podría estar en el tercio superior de la jerarquía del sector árabe, pero está en la parte inferior si consideramos a la sociedad israelí en su conjunto”, explicó Abunasar. “Aunque sirva en el ejército israelí, un druso seguirá estando en la parte inferior porque no es judío”.
Abunasar siguió subrayando que un delincuente judío recibe una tratamiento completamente diferente que un preso árabe. “Tomemos el caso de Yigal Amir, por ejemplo, el asesino del ex primer ministro israelí Isaac Rabin. Se le permitió casarse y tener visitas íntimas, mientras que un preso palestino, aunque sea ciudadano israelí, no tiene ningún derecho”.
Israel considera a la minoría árabe de su población como una “amenaza demográfica”, lo que ha llevado a políticos israelíes como el ex ministro de asuntos exteriores Avigdor Lieberman a proponer la entrega de ciudades con elevada población árabe del norte de Israel al estado palestino, a cambio de algunos territorios.
“Cuando Lieberman hizo esta propuesta, representaba el punto de vista de la extrema derecha israelí. Sin embargo, hoy este punto de vista es compartido por muchos judíos, lo que pone de relieve su creciente desprecio de los ciudadanos árabes”, dijo Abunasar.
Según los datos de la Oficina Central de Estadística palestina publicados en 2015, la población palestina dispersa por el mundo asciende a 12,1 millones de personas. De ellas, 4,62 millones viven en Cisjordania y la Franja de Gaza, 1,4 millones viven en Israel, alrededor de 5,34 millones en países árabes y 675.000 en el resto del mundo.
En cuanto a la Palestina histórica, el número de palestinos era de 6,08 millones a finales de 2014, mientras que el número de judíos era de 6,1 millones en 2013, según la citada oficina. Según las estimaciones, a finales de 2014, los judíos habrían alcanzado la cifra de 6,21 millones. Las proyecciones realizadas dicen que palestinos y judíos se igualarán en 2016: alrededor de 6,42 millones cada grupo social.
Si las tasas de crecimiento de la población se mantienen como ahora, el porcentaje de judíos será del 49 por ciento en 2020 en todo el territorio de la Palestina histórica (6,87 millones de judíos y 7,41 millones de palestinos).
Cuando se trata de la seguridad, dice Abunasar, “no hay ley en Israel”.
“Hay detenciones administrativas, que son ilegales en cualquier país democrático; veredictos judiciales que no siempre se aplican, como es el caso de los pueblos desplazados de Ikrit y Biram [en el norte de Israel], cuando una sentencia judicial de 1956 ordenó el retorno de los habitantes de estos dos pueblos, pero a los que todavía no se les ha permitido regresar por razones de seguridad”.
Por otra parte, Yabarin señala que la reciente campaña de los partidos de la derecha israelí para establecer por ley la noción de que Israel es el estado del pueblo judío “empeora todavía más las cosas”.
“Definir el país como un estado judío significaría que es solo para judíos, lo cual es, en sí mismo, una forma de discriminación de los ciudadanos árabes de Israel y les convertiría en ciudadanos de segunda clase”.
Acerca del traductor: Javier Villate mantiene el blog Disenso, con artículos, análisis y traducciones sobre Palestine, Israel y Medio Oriente. Le puedes seguir en Twitter como @bouleusis
Fuente: Al Bawaba / Traducción: Javier Villate, Blog Disenso

No hay comentarios:

Publicar un comentario