Con el lanzamiento de las operaciones tácticas en al Qalamoun y la preparación para la recuperación de Jisr al Shoghour en Idleb, parece que el ejército sirio y la resistencia libanesa se preparan para una nueva fase de combate cuya importancia se evidencia a través del enfrentamiento a la guerra psicológica lanzada por el eje opositor.
Entre al Qalamoun, en la frontera del Líbano con Siria, e Idlib, cercana a la frontera turca, se dibujan de nuevo los rasgos del mapa del control en Siria.Hace varias semanas, combatientes liderados por el Frente al Nusrah, una filial de la organización al Qaeda en Siria, entraron a la ciudad de Idlib y luego a Jisr al Shoghour para romper el estancamiento sobre el terreno que persistió hasta casi convertirse en una realidad inalterable.Mientras esto sucedía, comenzó una guerra diferente, una guerra de rumores que retrató al régimen de Siria como tambaleante y a los militantes armados salafistas bajo el mando de la oposición siria como desbordados y con poder de decisión sobre el terreno, en momentos en que la muy esperada batalla de al Qalamoun no había comenzado aún.
La celebración de los grupos radicales islámicos y sus aliados árabes y occidentales no duraron mucho, ya que se había iniciado una contraofensiva que parece que marcaría el inicio de una nueva etapa en Siria, desde Shoghour Jisr al Shoghour (las trincheras de Jisr al Shoghour) e Idlib, en el norte, hasta las profundidades de la región siria de al Qalamoun.
La importancia de esa batalla se refleja en el modo de respuesta del Presidente sirio, Bashar al Assad, y del Secretario General de Hezbollah, al Sayyed Hasan Nasrrallah, a esta guerra psicológica lanzada por el eje opositor.Sobre el terreno parece que en al Qalamoun la situación se moviliza hacia una resolución militar, aunque no se sabe si se librará una batalla generalizada o continuará el avance paulatino hasta culminar la misión.La resistencia libanesa y el ejército sirio se benefician de la estrategia de rodear a los grupos que se encuentran entre las fronteras del Líbano y Siria, cerrando el círculo cada vez más.
Aunado a esto se registra un avance sobre el terreno que dejará a los combatientes de al Nusrah y DAESH (Estado Islámico) con pocas alternativas, o luchar hasta la última gota de sangre, o rendirse, como sucedió con estos grupos en al Qusair y otros lugares.
En Jisr al Shoghour e Idlib el ejército sirio y sus aliados empezaron a concentrarse formando un cerco en forma de tenaza, mientras que los grupos armados aumentaron la intensidad de sus bombardeos para impedir todo intento de avance.
Tal vez Jisr al Shoghour se adhiere más a su nombre original Jisr al Thoghour (puente de los surcos) o lo que registra la memoria sobre las guerras que habían tenido lugar en esta región de Siria, algunas veces a través de las fronteras y otras a causa de la rebelión de las provincias.
Entre al Qalamoun, en la frontera del Líbano con Siria, e Idlib, cercana a la frontera turca, se dibujan de nuevo los rasgos del mapa del control en Siria.Hace varias semanas, combatientes liderados por el Frente al Nusrah, una filial de la organización al Qaeda en Siria, entraron a la ciudad de Idlib y luego a Jisr al Shoghour para romper el estancamiento sobre el terreno que persistió hasta casi convertirse en una realidad inalterable.Mientras esto sucedía, comenzó una guerra diferente, una guerra de rumores que retrató al régimen de Siria como tambaleante y a los militantes armados salafistas bajo el mando de la oposición siria como desbordados y con poder de decisión sobre el terreno, en momentos en que la muy esperada batalla de al Qalamoun no había comenzado aún.
La celebración de los grupos radicales islámicos y sus aliados árabes y occidentales no duraron mucho, ya que se había iniciado una contraofensiva que parece que marcaría el inicio de una nueva etapa en Siria, desde Shoghour Jisr al Shoghour (las trincheras de Jisr al Shoghour) e Idlib, en el norte, hasta las profundidades de la región siria de al Qalamoun.
La importancia de esa batalla se refleja en el modo de respuesta del Presidente sirio, Bashar al Assad, y del Secretario General de Hezbollah, al Sayyed Hasan Nasrrallah, a esta guerra psicológica lanzada por el eje opositor.Sobre el terreno parece que en al Qalamoun la situación se moviliza hacia una resolución militar, aunque no se sabe si se librará una batalla generalizada o continuará el avance paulatino hasta culminar la misión.La resistencia libanesa y el ejército sirio se benefician de la estrategia de rodear a los grupos que se encuentran entre las fronteras del Líbano y Siria, cerrando el círculo cada vez más.
Aunado a esto se registra un avance sobre el terreno que dejará a los combatientes de al Nusrah y DAESH (Estado Islámico) con pocas alternativas, o luchar hasta la última gota de sangre, o rendirse, como sucedió con estos grupos en al Qusair y otros lugares.
En Jisr al Shoghour e Idlib el ejército sirio y sus aliados empezaron a concentrarse formando un cerco en forma de tenaza, mientras que los grupos armados aumentaron la intensidad de sus bombardeos para impedir todo intento de avance.
Tal vez Jisr al Shoghour se adhiere más a su nombre original Jisr al Thoghour (puente de los surcos) o lo que registra la memoria sobre las guerras que habían tenido lugar en esta región de Siria, algunas veces a través de las fronteras y otras a causa de la rebelión de las provincias.
Fuente: Al Mayadeen
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