Desde el fin de semana la ciudad de Caracas está tomada por un fuerte operativo policial. En Valencia, a dos horas de la capital, fueron incautadas armas y réplicas de uniformes militares que pretendían utilizarse en la marcha opositora de este jueves. Miraflores acusa a EE.UU. de conspirar.
"La marca y autoría del golpe de estado planificado para este venidero 1 de Septiembre de 2016" tiene la rúbrica de EE.UU. y la derecha nacional, dice el gobierno de Venezuela.
Mediante un comunicado emitido este lunes por el Viceministerio para América del Norte, Venezuela rechazó categóricamente las declaraciones del vocero del departamento de Estado, John Kirby, quien el pasado domingo se pronunció no sólo para cuestionar una decisión judicial del gobierno venezolano sino para acusarlo de querer amedrentar a la oposición, una injerencia inaceptable para Caracas.
La friccción comenzó el pasado sábado. Las autoridades venezolanas informaron que Daniel Ceballos, condenado a un año de prisión por desacato a una orden judicial, pretendía fugarse "días antes del próximo 1ero de septiembre" aprovechado su arresto domiciliario "a fin de dirigir y coordinar actos de violencia en el país".
Un tribunal resolvió enviar a Ceballos a un recinto penitenciario en Guárico, en el centro del país. Kirby aseguró que en la Casa Blanca estaban "profundamente impresionados" por el traslado a prisión del opositor.
Golpe reeditado
El "shock" de Washington, según Kirby, es porque consideran que la decisión del poder judicial venezolano es "un esfuerzo por intimidar y obstaculizar el derecho de la gente de expresar pacíficamente su opinión el 1 de septiembre". Por eso, Caracas protestó.
"(EE.UU.) en complicidad con la oposición antidemocrática y la derecha internacional, intenta reeditar el gravoso expediente de agresiones y muerte, que ya en el año 2002 derrotó con valentía y dignidad el pueblo venezolano", dice el texto oficial del viceministerio, en alusión directa al golpe de Estado perpetrado hace 14 años contra Hugo Chávez, que fue alentado y respaldado por Washington.
Para el gobierno venezolano, las posturas de la Casa Blanca "alientan y promueven a los factores violentos, extremistas y antidemocráticos en Venezuela, que ya perpetraron crímenes" y "atentan contra la paz de la República, con el amparo y el apoyo irresponsable del gobierno imperial".
En el comunicado, Caracas acusó al mandatario norteamericano Barack Obama de querer desestabilizar la región para legitimar sus planes "contra la paz y el desarrollo" de los pueblos: "La República Bolivariana de Venezuela alerta a la comunidad internacional y responsabiliza directamente al gobierno estadounidense de estos planes conspirativos, que encontrarán en el pueblo venezolano una muralla infranqueable de moral y heroísmo".
¿Toma de Caracas?
Desde el pasado fin de semana, la capital venezolana ha estado bajo un intenso operativo policial. Alcabalas en puntos claves de Caracas y unidades de inteligencia militar rondan las calles de la ciudad, mientras se acerca la fecha de la movilización convocada por la oposición.
"Los órganos de inteligencia están trabajando de manera oportuna con la finalidad de prevenir, descubrir y neutralizar cualquier acción de aquellos elementos perturbadores de la soberanía de la Patria", informó este lunes el Ministro de Interior, Néstor Reverón, citado por Panorama.
Los operativos de seguridad, que también se desarrollan en otros estados del país, han dado como resultado la incautación de armamento, uniformes falsos y municiones que supuestamente serían utilizados el próximo jueves por parte de los simpatizantes de la oposición, refiere AVN.
Voceros de la derecha venezolana -que desaparecieron de la palestra pública durante todo el mes de agosto, época vacacional en el país suramericano- han llamado a la "Toma de Caracas" el primer día de septiembre, pero aún no han anunciado cuál será la ruta de la manifestación ni el punto de llegada de la marcha.
"La toma de Caracas es un ultimátum al gobierno", aseveró hoy el diputado de derecha ante la Asamblea Nacional, Freddy Guevara. "El objetivo político es dejar claro que somos muchos para ser frenados", agregó, entrevistado por el canal Venevisión.
El precedente violento de "La Salida", una protesta opositora llamada por Leopoldo López en 2014 para tratar de sacar por la fuerza al presidente Nicolás Maduro, enciende las alarmas del Estado. En esa oportunidad, la ciudad permaneció más de dos meses asediada por focos terroristas, que dejaron un saldo de 43 muertos y más de 800 heridos, entre simpatizantes de derecha, militantes chavistas y transeúntes ajenos a la confrontación política.
Además de López, Ceballos fue uno de los protagonistas de ese plan. Mientras se desempeñaba como alcalde de San Cristóbal, en el estado Táchira, entidad fronteriza con Colombia, permitió que los violentos actuaran en total impunidad. Por eso fue condenado por la justicia venezolana y relevado de su cargo.
En rueda de prensa al final de la tarde de este lunes, el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello, reveló que tras los operativos de seguridad de las autoridades fueron decomisados cordones detonantes de C4, un explosivo de alta potencia. El portador del dispositivo era el vocero de derecha, Yon Goicoechea.
El dirigente chavista recalcó que la convocatoria del jueves "no es una protesta política, sino un movimiento subversivo" con objetivos violentos.
"Estamos alertas ante cualquier actividad subversiva, no estamos en 2002 (...) Por cada personero de la derecha que se salga de la ley, va a actuar la ley. Sería triste que uno de estos señores que andan desaforados, desesperados por ser presidentes, vayan a provocar en su locura la muerte de nadie. Desde el gobierno vamos a hacer lo que tenga que hacerse para garantizar la paz", puntualizó Cabello.
El espacio aéreo en Venezuela fue restringido. El Instituto de Aeronáutica Civil (Inac) informó que está prohibido el vuelo de drones y aviones privados hasta el 5 de septiembre en todo el territorio.
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