Los acontecimientos que han tenido lugar en Oriente Medio, en los últimos años, han permitido que el mundo, al igual que el presidente de EE.UU., Barack Obama, reconozca a Irán como una superpotencia en la región.
En este artículo pretendemos estudiar los diversos factores que generan el poder de un país en la escena internacional y analizar los indicios que nos llevan a concluir que Irán es una potencia regional.
Desde comienzos de la historia, factores como la superficie de un país, su población, situación geopolítica, los recursos naturales y mineros, el clima, entre otros, han constituido elementos fundamentales a la hora de reconocerlo como un poder en la escena internacional.
En base a estos factores, Irán cuenta con el potencial necesario para ser uno regional e, incluso, internacional. El país dispone del 18 por ciento del gas natural del mundo, lo que lo ubica en el primer puesto, y el 4,9 por ciento de los recursos petroleros, siendo el cuarto. Además, goza de una población de casi 80 millones de habitantes. Por el norte tiene acceso al mar Caspio y por el sur al Golfo Pérsico, por lo que muchos países necesitan de él como una vía de tránsito para sus mercancías y productos.
Junto a estos factores antes mencionados, un país necesita contar con poderío militar, económico, político y cultural. Si nos fijamos bien, en este contexto, la República Islámica de Irán se encuentra entre los pocos países de la región que dispone de estas características e, incluso, en algunos de ellos, es el único país que los tiene. De esta forma se proyecta su condición de potencia.
A causa de los abundantes recursos naturales de los países de la región de Oriente Medio, su principal fuente de ingresos y la mejor forma para llevar adelante su vida cotidiana, normalmente, no invierten en fórmulas que les permitan ser autosuficientes en contextos como el militar o el económico, entre otros. Por esta razón, importan todo lo que necesitan y se convierten en países totalmente dependientes. Mientras que Irán es un promotor de la independencia de la región, al enfatizar en la necesidad de ser autosuficientes en diferentes áreas, como la militar, la espacial, la medicina…
Si bien algunos sucesos que se generaron en la región contribuyeron al aumento de la influencia del país persa, entre ellos el ataque de EE.UU. a Afganistán en 2001 y, en 2003, a Irak, que eliminaron a dos de las principales amenazas de Teherán; Saddam Husein y los talibanes, el país dio pasos concretos que le han servido para atribuirle el carácter de una potencia regional.
Irán ha invertido mucho en el área defensiva por diferentes motivos; entre ellos tener un enemigo en la región como el régimen de Israel y las serias amenazas de una agresión de Washington, durante el mandato de George W.Bush. Es por esto que el país realizó grandes avances en este sector, al punto de llegar a alcanzar la autosuficiencia en la fabricación de diversos tipos de misiles, trenes de aterrizaje, drones, submarinos, aviones de combate y destructores, entre otros. El más reciente logro defensivo iraní ha sido un avión de combate supersónico y de entrenamiento militar, el 'Saeqe2' (Rayo II), equipado con armamento avanzado”.
Además del ámbito defensivo, Irán ha tenido éxito en el sector aeroespacial. En Oriente Medio muy pocos han lanzado satélites al espacio y, en su mayoría, ha sido un trabajo conjunto con otros países occidentales. Sin embargo, la República Islámica es uno de los 24 miembros fundadores del Comité de las Naciones Unidas para los Usos Pacíficos del Espacio Exterior, fundado en 1959, además de ser el noveno del mundo en dominar este tipo de tecnología.
Durante 2014-2015, Irán lanzó y puso en órbita, con éxito, su cuarto satélite Fayr, de fabricación totalmente nacional. Todo esto pese a estar sometido, según las propias autoridades occidentales, a las más severas sanciones de la historia. En el ámbito político, su éxito ha sido más notable. Recientemente, alcanzó concluir con éxito los diálogos sobre su programa nuclear con el Grupo 5+1, según lo cual, el mundo reconoce a Irán como un país nuclear y se retiran todas las sanciones impuestas por la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de la ONU, algo que supone un mayor interacción con el mundo.
La preocupación de los rivales ideológicos y políticos de Teherán, es decir el régimen de Israel y Arabia Saudí, pone de relieve que el país ha podido poner fin, de forma exitosa, a una disputa de más de 12 años sobre su programa nuclear, en unos diálogos extenuantes con las superpotencias. Además ratifica la hipótesis de que Occidente, encabezado por EE.UU., lo reconoce como un poder regional del que necesita para solucionar cuestiones y crisis que viven muchos países de Oriente Medio, debido al extremismo y a otros motivos. Como ocurrió en 2001, durante la invasión estadounidense a Afganistán, donde Irán colaboró con Washington para eliminar a los talibanes.
Hoy, todos, incluso los países árabes, reconocen que sin Irán no se puede poner fin a la crisis que viven Siria, Yemen o Irak. “Sin la presencia de Irán y el rol importante que desempeña, las crisis de la región no se resolverán”, señaló el ex secretario general de la Liga Árabe (LA) Amr Musa. Además, hay que reconocer que cuenta con mucha influencia en Irak, Siria, El Líbano y Yemen, y con su apoyo ha podido contribuir a mantener en el poder al presidente sirio, Bashar Al Asad.
También está fuerte respaldo a los palestinos para resistir ante los ataques israelíes, de forma tal que el régimen israelí, en sus últimas agresiones, tanto contra El Líbano como contra Gaza, no solo no ha salido victorioso, sino que ha visto dañada su imagen a nivel internacional. Con todo ello y teniendo en cuenta los factores que contribuyen a que un país sea un considerado un poder regional o internacional, se puede decir que Irán, en especial después del acuerdo nuclear con el Grupo 5+1, representa una superpotencia regional, cuya influencia es hoy más reconocida que nunca.
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