Nuevos bombardeos contra Yemen han dejado al menos 213 muertos y 527 heridos en la capital, Saná.
Este suceso ocurrió en medio del funeral del padre de Yalal al-Roweishan, ministro del Interior. Los yemeníes dicen que fue un ataque de la coalición saudí, pero Riad lo niega.
Centenares de personas estaban de luto despidiendo a un ser querido, sin saber que ellos mismos también perderían la vida. La cifra de muertos es de al menos 160, mientras que cientos han resultado heridos. Entre los muertos están figuras importantes del movimiento popular de Ansarolá, así como varias autoridades.
La Cruz Roja, la Resistencia libanesa Hezbolá e Irán entre otras organizaciones y países condenaron este acto. Ante esta situación, Arabia Saudí dijo que no ha realizado ningún ataque este sábado en Saná. Pero Ansarolá dice que no es verdad considerando responsable a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por su silencio ante lo ocurrido.
Desde marzo de 2015, Arabia Saudí inició la guerra en Yemen bajo pretexto de apoyar al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi y prevenir el auge del poder de Ansarolá, considerándolo contrario a sus intereses. El resultado no ha sido más que miles de civiles muertos, hambruna, destrucción de infraestructuras yemeníes y fuertes pérdidas militares para los saudíes y sus aliados, pese a sus avanzados sistemas militares.
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