Con lágrimas en los ojos muchos de los partidarios de Marco Rubio en Florida, el estado natal del senador de origen cubano, recibían la noticia.
El joven y talentoso político, que para algunos era la esperanza del Partido Republicano en este ciclo electoral, suspendía este martes la campaña que había iniciado meses atrás para aspirar a la presidencia de Estados Unidos.
"No es el plan de Dios que sea presidente en 2016 o quizá nunca y, aunque hoy suspendo mi campaña, el hecho de que he llegado tan lejos es una prueba de lo especial que es Estados Unidos", anunció Rubio.
Tras conocer que el magnate Donald Trump le haba ganado con comodidad en las primarias de su propio estado (45% frente a 27%) -en una derrota calificada de "humillante por parte de la prensa de EE.UU.- Rubio aceptó estoico el resultado frente a sus seguidores y junto a su familia, haciendo un alegato de los valores que defiende, como la familia y el "sueño americano".
Rubio hizo referencia a sus padres cubanos que, como muchos de los presentes en el acto, emigraron a EE.UU. en los años 50 y lograron dar un futuro mejor a sus hijos.
"Tenemos que unificar a nuestro partido", dijo Trump en Palm Beach, Florida, tras su victoria en las primarias del estado.
"Mis padres lo pasaron mal en los primeros años aquí", reconoció el senador, quien señaló que ambos se jubilaron "con dignidad" después de haber trabajado como camarero y empleada en un hotel. Y todo en tan solo una generación.
"Hoy mi madre, que tiene ahora 85 años, pudo votar por su hijo para ser presidente de Estados Unidos".
Ambiente tenso
El ambiente era tenso en el reducido evento organizado en la antesala de la cancha de baloncesto de la Universidad Internacional de Miami, un lugar demasiado pequeño para una gran celebración. Y es que las encuestas de los últimos días ya anticipaban lo que estaba por venir.
"Estados Unidos está en medio de una tormenta política, un gran tsunami y deberíamos haber visto lo que iba a pasar", dijo Rubio. "Después de esta noche está claro que, aunque estamos en el lado bueno, este año no vamos a estar en el lado de los ganadores".
Rubio, que era para muchos la esperanza para ganar a Trump, redobló sus esfuerzos en las últimas semanas para lograr la victoria en su estado, donde es una figura conocida y querida entre la comunidad cubanoetadounidense.
"Espero que (ese esfuerzo) no llegue demasiado tarde", declaró a BBC Mundo antes de conocer el resultado Edith Carbonell, quien ha trabajado para Rubio.
Carbonell lo considera el candidato "más honesto" entre los aspirantes republicanos a hacerse con la nominación de cara a las presidenciales de noviembre.
Pero no pudo ser. Ni siquiera estuvo cerca.
Derrota en casa
Según las proyecciones, Trump ganó en Florida con más del 45% de los votos, mientras que Rubio quedó en segundo puesto con un lejano 27%. El senador se jugaba todo o nada, pues los 99 delegados que estaban en disputa en el estado, pasaban automáticamente al que más sufragios consiguiera.
La derrota no es el fin de la carrera política de Rubio quien, con 44 años, todavía tiene camino por delante. Lo que sí dejan en evidencia estas primarias es que Rubio no cuenta con el todo el apoyo que creía y llevan incluso a preguntarse si no manifestó demasiado pronto sus aspiraciones presidenciales.
Joven y apuesto, Rubio emergió como un candidato con ganas de comerse el futuro, pero quizá su apuesta presidencial fue prematura.
Joven, apuesto, con ganas de comerse el futuro, Rubio podría haber sido el favorito del partido, pero según el profesor de la American University y comentarista político Allan Lichtman, Rubio quedó atrapado en la "marea antipartido" surgida en este período electoral.
"Simplemente no fue un buen año para Jeb Bush, Marco Rubio o el gobernador John Kasich. No ha sido un buen año para nadie que represente al partido tradicional".
"Les pido a los estadounidenses no ceder ante el miedo, no ceder ante la frustración. Podemos estar en desacuerdo en cuanto a las políticas, podemos disentir de manera firme, pero somos un pueblo optimista", dijo Rubio en su discruso de este martes sin mencionar a Trump y su polémica retórica.
"La política de resentimiento contra otras personas no sólo nos deja un partido fracturado; nos va a dejar un país fracturado", dijo Rubio.
Dicho talante lo demostró cuando, durante su discurso, alguien gritó: "Marco perdiste, Trump presidente". Ante los abucheos del público a esta persona, que fue sacada del acto, Rubio afirmó: "No se preocupe, no será golpeado en este evento", también en referencia a los incidentes registrados en los eventos de Trump.
Votaré por Marco
Elsa Carvajal, de 70 años y origen cubano, que lleva 55 años viviendo en Estados Unidos, lloraba este martes desconsolada entre el público, que gritaba consignas en apoyo a Rubio.
Rubio anunció la suspensión de su campaña en un acto organizado en la antesala de la cancha de baloncesto de la Universidad Internacional de Miami.
"Quería que Marco ganara", dice aferrada a su pancarta. Horas antes había estado haciendo llamadas. "Todo por Marco", aseguró a BBC Mundo.
"Para mí representa todo: la libertad, el futuro de nuestros hijos y no la locura de Trump, que nos va a hundir en la Tercera Guerra Mundial", lamentó la mujer, que aseguró que no votará por otro candidato. "Voy a poner Marco en la boleta".
Rubio no pudo contra el magnate que sigue sumando delegados para laconvención republicana que se celebrará en julio en Cleveland (Ohio) para nominar oficialmente al candidato del partido de cara a las presidenciales de noviembre.
Mientras tanto, la cúpula del propio partido busca como frenar a Trump que ya suma más de 500 delegados de los 1.237 que necesita para ser el elegido. El siguiente aspirante en número de delegados es el senador de Texas, Ted Cruz, que tampoco convence a la clase dirigente del partido.
En las primarias de Ohio la victoria fue para su gobernador, Kasich.
John Kasich es mejor visto por la facción más influyente y tradicional del Partido Republicano y su victoria de este martes en Ohio, estado del que es gobernador, le ha dado algo de oxígeno.
Pese a las caras largas, los partidarios de Rubio no se rindieron.
"Este es el proceso democrático de EE.UU.", señaló uno sus simpatizantes, para quien este es solo el principio para Rubio y dijo estar preparado "para la próxima pelea".
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