Los agentes de inteligencia estadounidenses son formados para hacer frente a objetivos difíciles. Todo el mundo recuerda el espionaje estadounidense contra Angela Merkel y otros líderes europeos aliados de EEUU.
Sin embargo, existen objetivos muy complicados, casi o totalmente imposibles de espiar. Uno de ellos parece ser el presidente ruso, Vladimir Putin, que oculta sus actividades tan hábilmente que es muy difícil incluso para sus propios consejeros saber lo que piensa, señala el presidente del Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU.
Según el canal norteamericano NPR, Putin ocupa el primer lugar entre las cosas que preocupan al presidente del Consejo, Gregory Treverton.
“Hay cosas que tienen una respuesta, incluso si no la conocemos. Y también hay misterios, cosas que son inciertas y contingentes. Y cómo se va a comportar Putin es, sin duda, un misterio”, dijo Treverton.
Treverton no es el único en pensar de esta forma.
El almirante retirado James Stavridis, jefe de las fuerzas de la OTAN entre 2009 y 2013, indica que Putin es excepcional porque no desvela sus intenciones.
“Él tiene, por supuesto, un gabinete de consejeros próximos, pero a fin de cuentas las decisiones estratégicas están ocultas en su mente”, explicó.
La CIA y otras agencias sufren numerosas dificultades en sus empeños por obtener datos sobre la capacidad militar y económica de Rusia y para saber lo que Moscú podría hacer en Siria, en Ucrania o en otras regiones.
Stavridis, que es decano en la actualidad en la Escuela Fletcher de Derecho y Diplomacia en la Universidad de Tufts, subraya que un cierto número de factores convierten al presidente ruso en un objetivo muy difícil.
Un factor importante es el grado de control que él ha acumulado durante sus 17 años como presidente o primer ministro de Rusia.
Los instrumentos de espionaje como el espionaje telefónico, la vigilancia desde satélites y otros pueden a veces penetrar detrás del velo, pero ellos son de una utilidad limitada contra Putin, porque él mismo es un espía bien formado.
Vladimir Putin se unió al KGB en 1975 y fue enviado a Dresde (Alemania Oriental) a fin de espiar a los servicios de espionaje occidentales durante la Guerra Fría. Allí, el aprendió perfectamente todos los métodos de inteligencia.
“Rusia ha tenido siempre una capacidad de contraespionaje muy fuerte y Putin está bien instruido en este campo”, señala John McLaughlin, antiguo director de la CIA.
McLaughlin afirma que la mayor parte de consejeros de Vladimir Putin, con los que él puede ser franco, son igualmente antiguos agentes del KGB.
“Las gentes que pertenecen a su círculo cerrado son claramente conscientes de la forma en que ellos deben comunicarse con él. Y así pues, se trata de un terreno muy difícil para el espionaje”, estimó el antiguo director de la CIA.
Vladimir Putin habla abiertamente de su objetivo principal, que es el situar de nuevo a Rusia en la categoría de una gran potencia mundial, señala McLaughlin. Él añade que corresponde a la CIA y otras agencias de espionaje norteamericanas intentar averiguar cómo lo va a hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario