El senador demócrata Bernie Sanders ha dado discursos frente a 10 mil personas y amenaza a Clinton en Iowa, el punto de partida de la carrera presidencial.
El comando de Hillary Clinton está preocupado. Bernie Sanders, el senador independiente pro demócrata de Vermont, de 73 años, podría aguarle la fiesta a la candidata y arrebatarle la votación en Iowa, el lugar que da el puntapié inicial en la larga carrera hacia la Casa Blanca. El caucus en este estado es una prueba crucial para los precandidatos, ya que al ser la primera parada de las primarias, tiene un alto poder mediático. La votación en Iowa es como una radiografía; un indicador de la tendencia de los votantes y de lo que están pensando.
Todavía quedan 30 semanas para el caucus de Iowa, pero Sanders está ganando terreno. Para la celebración del 4 de julio, este ex profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Harvard y el primer senador independiente que tuvo Vermont, atrajo a 2.500 personas en una convención donde habló de la redistribución de la riqueza y de ganar la nominación demócrata. Fue la mayor multitud reunida hasta el momento en ese estado por un solo precandidato presidencial. Esto, mientras Clinton estaba en un colegio en New Hampshire, la segunda parada electoral tras Iowa, con 850 asistentes. Antes, en esta misma semana, 10 mil personas fueron a escuchar a Sanders a Madison, en Wisconsin.
El entorno de Clinton se estaría cuestionando su estrategia, la que hasta el momento se ha concentrado en buscar apoyo entre grandes donantes y no ha realizado las paradas suficientes en Iowa como su competidor. Según una encuesta realizada por la Universidad de Quinnipiac, en mayo Hillary Clinton tenía un cómodo respaldo de 60% en Iowa, mientras Sanders obtenía un 15% de intención de voto. Pero todo cambió este mes: la ex secretaria de Estado bajó a un 52% y el senador obtuvo aumentó su respaldo a nada menos que 33%. De acuerdo con la prensa estadounidense, esto habría puesto nervioso al equipo de la precandidata, considerando que Hillary quedó tercera en el caucus de Iowa en 2008, detrás de Barack Obama y John Edwards. Toda una derrota.
El diario The Washington Post lo anunció en junio: Sanders se está conectando con el electorado de una forma que Clinton no lo está haciendo. “Está hablando de temas que las personas quieren escuchar. Ellos están acostumbrados a candidatos que son calculistas, fabricados y moderados (...) Bernie es diferente”, dijo al Post el senador de New Hampshire, Burt Cohen.
Sanders es el único senador estadounidense que se ha declarado abiertamente como socialista. Y ha dicho que su campaña ha puesto el acento en conectar con los votantes minoritarios, lo que, hasta el momento, estaría cumpliendo. Iowa tiene una importante cantidad de votantes liberales, en los que Sanders se estaría enfocando, mientras que Clinton apuesta por los afroamericanos, latinos y moderados.
“Estamos preocupados por él, seguro. El es una fuerza seria para la campaña, y no creo que eso disminuya”, aseguró Jennifer Palmieri, directora de comunicaciones de Clinton, en una entrevista a NBC. Sin embargo, Sanders ha reunido US$ 15 millones desde finales de abril, mientras que Clinton suma el triple.
El analista político John Zogby, dijo a La Tercera que Sanders representa “la tradición y alguien que habla directo y sin filtro, en contraste con Hillary”. Según él, Clinton podría perder en Iowa ya que en “general a los candidatos que muestran pasión les va bien y los votantes progresistas están cansados de Wall Street, la mala distribución de riquezas y de la clase dirigente. Hillary es vista como esas tres”. Pero el analista John Pitney opina lo contrario. “Es poco probable que Sanders gane la nominación demócrata. Pero, para Clinton perder en Iowa sería un revés”, concluye.
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