Mientras el Parlamento paquistaní debatía su eventual participación en la ofensiva militar liderada por Arabia Saudí contra los rebeldes hutíes en Yemen, luego de que el gobierno saudí le solicitara ayuda militar, el presidente turco Recepp Tayyip Erdogan visitó Teherán para demostrar unidad de criterios con el gobierno local pese a las posturas divergentes hacia Yemen.
"Irán también debería integrar la discusión y evaluar si su política (en la región) es la correcta", señaló el primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, durante la sesión del Parlamento que discutía el pedido de Arabia Saudita. Turquía, a su vez, apoya el operativo saudí e incluso evalúa un posible envío de material militar. En cambio Irán, de mayoría chiita, exige el fin de los ataques contra los hutíes, a quienes se supone que respalda. Pese a las posturas divergentes, los gobiernos de Irán y de Turquía mostraron cierta unidad durante la visita del presidente turco Erdogan a Teherán.
"Estamos de acuerdo en que la guerra (en Yemen) debe llegar a un fin y que deberíamos ayudar al país a recuperar la paz y la seguridad", destacó el mandatario iraní, Hasan Rohani.
Erdogan no hizo mención explícita del conflicto yemení, pero destacó en referencia a la región: "Todos debemos poner fin, de un modo conjunto, al derramamiento de sangre y a la muerte".
Pero si las posturas parecían ser coincidentes, las diferencias quedaron en tajante relieve al pronunciarse el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, quien criticó que "algunos (países islamistas) tomaron decisiones que no son ni adecuadas ni constructivas" y exigió el fin de los ataques y de la intervención extranjera en Yemen. El ayatolá subrayó que deberían ser los propios yemeníes los que decidan sobre el futuro de su país.
Arabia Saudita lidera una coalición internacional que ha lanzado bombardeos contra posiciones de los rebeldes hutíes (una minoría chiita) en Yemen para frenar su avance. El presidente yemení, Abd Rabu Mansur Hadi, huyó del país y se refugió en territorio saudí.
En Yemen son cada vez más los civiles que huyen de la ciudad de Adén, escenario de combates, relató un miembro de la Cruz Roja sobre el terreno, mientras prosiguen por décimo tercer día consecutivo los bombardeos de la coalición internacional liderada por Arabia Saudí. "Familias presas del pánico huyen con sus coches con las ventanillas rotas y las maletas y los colchones en el capó", escribió en Twitter Robert Mardini, director de las operaciones en Yemen del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Los hutíes cuentan con el respaldo de parte considerable del Ejército leal al expresidente Abi Abdulá Saleh, quien se vio obligado a renunciar tras varias décadas en el poder debido a las manifestaciones multitudinarias en su contra.
La CICR espera poder aterrizar este miércoles en Saná, luego de más de una semana de intentos, para hacer llegar insumos médicos de urgencia a la capital del país. La Cruz Roja insiste en declarar un cese del fuego de 24 horas para distribuir ayudas, pero por el momento no lo ha logrado, así como tampoco cuenta aún con un permiso para trasladar recursos a la ciudad de Adén.
"A los niños los matan, los hieren, tienen que huir", denunció el director de Unicef en Yemen, Julien Harneis. "Su salud corre peligro. No pueden ir la escuela. Todas las partes en conflicto tienen que asegurar la protección de los niños", señala en un comunicado emitido por la organización.
Pakistán, que tradicionalmente ha sido un aliado de Arabia Saudí, ha estrechado recientemente lazos políticos y económicos con Irán debido a sus necesidades energéticas. Además, teme que sumarse a la coalición internacional liderada por los saudíes pueda avivar las diferencias sectarias en el país y en la región.
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