martes, 7 de abril de 2015

Al Qaeda inicia una ofensiva en Irak, Siria, Libia y Yemen para liberar a sus detenidos

   Así como destruyeron por completo a Siria, los sauditas con su rama terrorista Al Qaeda pretenden destruir por completo lo que queda del Yemen.

   "Cada vez que hay operaciones para liberar a detenidos, ya sea en Itak, en Siria o en Libia, los yihadistas liberados se convierten decisivos".
   El caos en yemen está siendo aprovechado por Al Qaeda para ir tomando psociones en la zona y convertirla en un nuevo Siria.

Al Qaida retomó la iniciativa en Yemen, liberando a 300 detenidos, entre ellos uno de sus jefes, y tomando el control de una capital de provincia en el sur, donde rivaliza con el grupo Estado Islámico (EI), según expertos. La conquista de Mukala, capital de la provincia de Hadramut, tuvo lugar mientras Arabia Saudita lidera desde hace una semana una ofensiva árabe en el país contra los hutíes - rebeldes chiitas -, apoyados por Irán.
La toma de Mukala por Al Qaeda es "un acontecimiento importante, puesto que legitima el temor a que la ofensiva saudita genere una inestabilidad que beneficie directamente a los yihadistas", indica Laurent Bonnefoy, especialista de Yemen basado en París.
Los yihadistas sunitas de Al Qaeda y del EI hacen todo lo posible para aprovechar el caos que reina en Yemen, en particular desde que se iniciaron los bombardeos de la coalición árabe.

Mientras Riad preparaba la operación a la que se sumaron ocho países árabes, el grupo EI, poco notorio hasta ahora en Yemen, reivindicó unos sangrientos ataques suicidas contra mezquitas chiitas el 20 de marzo en la capital, Saná, que dejaron 142 muertos y 351 heridos.
Esta carnicería fue percibida como una tentativa del EI, que controla extensos territorios en Siria e Irak, de imponerse en Yemen, bastión de los yihadistas de Al Qaida desde hace más de una década.

Atentados y liberación de detenidos en las zonas en crisis, el objetivo de Al Qaeda

Desde 2009, estos últimos actúan principalmente bajo la bandera de Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA), nacida de la fusión de las ramas yemenita y saudita de la red de Osama Bin Laden. AQPA reivindicó en especial el ataque en enero en París contra la redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdo, con un saldo de 12 muertos.
Durante una acción espectacular, numerosos combatientes de este grupo atacaron el jueves la prisión central de Mukala y liberaron a más de 300 detenidos, entre ellos uno de sus jefes, Jaled Batarfi.
Se ampararon después de edificios en el centro y oeste de la ciudad, antes de reforzar su ofensiva el viernes, tomando el control del puerto y del cuartel general del ejército.
"AQPA aprovechó el caos para hacer hablar de él" con la liberación de detenidos, subraya Mathieu Guidere, profesor de Islamología en la Universidad francesa de Toulouse. Guidere afirma que se trata de un fenómeno recurrente: "Cada vez que hay operaciones para liberar a detenidos, ya sea en Irak, en Siria o en Libia, los yihadistas liberados se convierten en decisivos".
La operación de Al Qaida fue lanzada mientras se multiplican las críticas contra los bombardeos sauditas en Yemen, que causaron centenares de víctimas civiles.
"Mientras no se aclaren los objetivos de guerra y los medios de conducirla, los yihadistas aprovecharán el caos creciente, en un contexto de rivalidad entre AQPA y Daesh (acrónimo en árabe del EI)", juzga Jean-Pierre Filiu, profesor en la Escuela de París de Relaciones Internacionales.
"Lo que está en disputa es la provincia" de Hadramut, cuna de la familia de Bin Laden, y "AQPA recuperó la iniciativa frente a Daesh, pero la lucha entre estas dos facciones seguirá mucho tiempo", prevé.

Yemen va camino de convertirse en una nueva Siria

Mientras AQPA lanza en Mukala "llamamientos a la yihad contra los hutíes", "Yemen se adentra progresivamente en una guerra civil de carácter confesional", que "recuerda los inicios de la crisis siria e iraquí", estima Guidere.
Y no excluye que "la situación empeore". "Asistimos a una alianza objetiva" entre la Arabia Saudita sunita y los yihadistas, también sunitas, contra los hutíes, precisa.
"Hay una alianza de hecho entre sauditas y yihadistas sunitas. Desde luego, este no es el objetivo de la coalición (árabe) pero constituye un elemento perverso de una operación preparada sin duda con prisas", según Bonnefoy.
Al intervenir en Yemen, Riad y las monarquías sunitas del Golfo pensaban parar los pies a Al Qaida, pero el "anclaje de las fuerzas yihadistas" en ese país es tal "que es imposible neutralizarlos definitivamente", dice Guidere.

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