Los soldados habrían sido asesinados en Camp Speicher, una antigua base estadounidense cercana a la ciudad, por el grupo autodenominado Estado Islámico.
Detalles de una aparente ejecución en masa fueron fotografiados, grabados y circulados por internet a modo de propaganda del grupo yihadista en junio de 2014.
Y en aquel entonces, el portavoz del ejército iraquí, el teniente coronel Qassim al-Moussawi, se apresuró a asegurar que las fotografías –en las que se veía a hombres vestidos de civil obligados a tumbarse en las fosas a punta de pistola– eran auténticas.
La organización Human Rights Watch, por su parte, analizó las fotos e imágenes satelitales de la zona, calculando los muertos entre 160 y 190.
Pero la autenticidad de las fotografías nunca fue verificada de forma independiente.
De coincidir el ADN de los restos con el de las familias de los soldados desaparecidos, sin embargo, se confirmaría lo que el corresponsal de la BBC en el terreno, Jim Muir, denominó "de lejos, la mayor atrocidad llevada a cabo en Irak desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003".
En ese sentido, Kamil Amin, un portavoz del Ministerio de Derechos Humanos de Irak, informó que ya han tomado muestras de ADN al 85% de los familiares de las supuestas víctimas y añadió que pronto comenzarán a analizar los restos en el laboratorio.
"Escena sobrecogedora"
"Cavamos la primera fosa hoy y hasta ahora hemos encontrado al menos 20 cuerpos. Los primeros indicios muestran indiscutiblemente que son las víctimas de (el campo militar) Speicher", le dijo el domingo Khalid al-Atbi, del equipo forense, a la agencia de noticias Reuters.
"La escena era sobrecogedora. No pudimos evitar romper en llanto. ¿Qué bárbaro mataría a 1.700 personas a sangre fría?", se preguntaba.
A su vez, un superviviente de la masacre contó a la agencia que pudo salvarse haciéndose el muerto, cubierto por la sangre de sus compañeros.
"Dispararon la cuarta bala, pero no me dieron. El quinto disparo mató al hombre que estaba junto a mí. Así que me tiré al suelo, para hacerme el muerto. Cubierto con la sangre de mis colegas, me arrastré por el valle", recordó.
Otros supervivientes cuentan que los militantes los interrogaron para determinar quiénes eran chiitas para después matarlos.
Investigación
HRW denunció en su día que EI había colgado en su cuenta de Twitter 60 fotografías de militantes cargando hombres vestidos de civil en camiones u obligándoles a tumbarse en tres zanjas poco profundas.
Otras imágenes incluso mostraban a los yihadistas disparando a sus víctimas.
Basándose en lo que se veía en éstas, la organización estimó que la primera zanja contendría entre 90 y 110 cuerpos, y la segunda y la tercera, cada una entre 35 y 40.
Aunque la organización advirtió que los muertos podían ser muchos más y llamó a investigar a fondo en el área.
Sin embargo, la investigación no se había podido llevar a cabo hasta ahora.
De hecho, las excavaciones comenzaron justo el día después de que las fuerzas iraquíes y las milicias chiitas se hicieron con el control de la ciudad, situada a 150 kilómetros al norte de la capital iraquí.
La ofensiva para recuperar la ciudad natal del fallecido líder iraquí Saddam Hussein y uno de los bastiones de EI en Irak desde junio de 2014 comenzó el 1 de marzo de este año.
En ella han participado militares, policías y miembros de las Fuerzas de Movilización Popular, un grupo voluntario controlado por el gobierno, además de tribus sunitas locales que se oponen a EI.
Y, según reportes, también han tenido el apoyo de la Fuerza Quds, la unidad de operaciones en el extranjero de la Guardia Revolucionaria, las fuerzas de élite de Irán.
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