sábado, 25 de abril de 2015

Perú: esperando un líder



Perú siempre ha sido un país muy singular. Su composición étnica, su condición de civilización que nunca se rindió ante los conquistadores, ser la puerta del Pacífico y su relación permanente con Asia le dan una relevancia que, actualmente, muy pocos países tienen en América Latina.
Como sucede con México, Perú es un país que se va haciendo con la incorporación de las nuevas minorías o etnias a la conquista del poder.
Los datos son claros: desde el año 2000, Perú es, en promedio, el país latinoamericano que ha tenido el mayor crecimiento de la región. De Alberto Fujimori a Ollanta Humala, de Alejandro Toledo a Alan García, Perú crece.

La incógnita no es su desarrollo económico, sino establecer su última identidad
La incógnita del país cuyos orígenes están en la civilización inca, no es su desarrollo económico, sino establecer su última identidad.
La batalla en Perú igualó el nivel de crueldad entre los españoles y los indígenas. La Plaza de Armas del Cusco es la muestra de por qué el imperio español hizo, a un costo tan alto en vidas humanas, tantas obras en tan poco tiempo.
Uno de los mayores problemas que tienen los peruanos es que ni siquiera conociendo toda Lima llegas jamás a abrazar a Perú.
Existe un Perú que está en Lima, en Miraflores, en Surco, en Barranco y en Callao. Existe un Perú que nunca se terminó de cruzar -del todo- entre su población autóctona y los que creen que son Perú, es decir, los limeños.
Fernando Belaúnde Terry fue un presidente de bléiser; uno de los pocos. Hay que tener presente que en la historia peruana los golpes de Estado los daban generales de izquierda como Juan Velasco Alvarado quien hizo la primera revolución.
No hay que olvidar que Perú es Machu Picchu. Es en sí misma una lección sobre la soberbia humana y a la crueldad infinita de los conquistadores, porque cuando uno piensa y reflexiona cómo fueron llevadas esas piedras de la Plaza Mayor hasta allá arriba, puede ver el sendero y las cañadas de sangre que debió costar el construir todo aquello.Fernando Belaúnde Terry fue un presidente de bléiser; uno de los pocos. Hay que tener presente que en la historia peruana los golpes de Estado los daban generales de izquierda como Juan Velasco Alvarado quien hizo la primera revolución.
Perú ha tenido una fuerte personalidad y unos dirigentes históricos como Alan García ‘caballo loco’ a quien le decían permanentemente “se va a acabar, se va a acabar”, en su primer mandato, quien demostró que no sería así e hizo la reconversión.
En el fondo, la historia de Perú está pendiente. Por eso puede tener presidentes que van desde Alan García, Alberto Fujimori u Ollanta Humala con la misma legitimidad, o la esperanza de Nereida su mujer, como el siguiente paso.
El ejército peruano es uno de los más profesionales que existen
La Alianza para el Pacífico, es decir, lo que mejor domina Perú es una de las pocas cosas nuevas y alternativas que tiene la moderna Latinoamérica.
Nunca olvidaré cuando en 1983 tuve oportunidad de participar en un grupo de estudio que investigaba las raíces de Sendero Luminoso.
El ejército peruano es uno de los más profesionales que existen. Es el mismo ejército de Pantaleón y las visitadoras, el mismo que debe administrar varios continentes a la vez, el que da al Pacífico, al Amazonas. Desde el mandato del expresidente, el general Velasco Alvarado fue un ejército consciente de su poder pero que también supo que debía permitirle a los civiles que tuvieran su locura.
Fujimori nunca se fue porque en cierto sentido él, a través de la suspensión de las instituciones unificó el Perú, aunque fuera sobre la base de crear una nueva dictadura perfecta.
Ese es un tiempo que recuerda en el subconsciente una unidad para un pueblo que ahora emerge como el fantasma, una y otra vez, que puede devolver a Fujimori antes de su muerte física a su perpetuación histórica a través de su hija, Keiko Fujimori.
Obsérvese que la batalla en Perú ya no será entre un indígena (Alejandro Toledo o Ollanta Humara), ya no será entre un joven ‘caballo loco’ reconvertido en un buen político llamado Alan García sino que la batalla es, hasta aquí, aparentemente entre dos mujeres: una de ascendencia japonesa, otra peruana pura y finalmente, el técnico eficiente de siempre PPK, Pedro Pablo Kuczynski.
Como pasa en tantos elementos de riqueza cultural, el mundo onírico de la creación, la Ciudad y los Perros o las Conversaciones en la Catedral siguen siendo un buen entreacto de la versión europea de Perú.Obsérvese que la batalla en Perú ya no será entre un indígena (Alejandro Toledo o Ollanta Humara), ya no será entre un joven ‘caballo loco’ reconvertido en un buen político llamado Alan García sino que la batalla es, hasta aquí, aparentemente entre dos mujeres: una de ascendencia japonesa, otra peruana pura y finalmente, el técnico eficiente de siempre PPK, Pedro Pablo Kuczynski.
Pero al mismo tiempo no hay que olvidar que Ayacucho —el origen de Sendero Luminoso—, era el sitio donde la juventud limeña que no podía entrar en la Universidad de Lima, acababa estudiando carreras técnicas y de eso a Sendero Luminoso sólo hubo un paso.
Lo más sorprendente del terrorismo del camarada Abimael Guzmán, de Sendero Luminoso, no era su maoísmo sino que en un salto histórico de estar en América pero estar en la eternidad (como a veces te crea la sensación Machu Picchu), es que toda su cultura y todas sus acciones las regia el calendario lunar incaico.
En este mundo sin referentes y sin historia, Perú puede seguir cualquier modelo: el chino, el de la integración de sus minorías indígenas, el triunfo de las mujeres o bien, seguir esperando un Víctor Raúl Haya de la Torre que lo haga como todo el mundo pensó que sería Alan García en su primer mandato o un tecnócrata, también de bléiser, como Pedro Pablo Kuczynski.

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