Tras la decisión de Vladimir Putin a levantar las restricciones sobre la exportación de sistemas de defensa aérea S-300 a Irán, el primer ministro de régimen de Israel, Benyamin Netanyahu, hizo una llamada al presidente ruso sólo para asegurarse de que las características técnicas del sistema lo convierten en un arma puramente defensiva.
Aunque Rusia e Irán acordaron la adquisición de este sistema en 2007, en 2010 el entonces presidente, Dmitri Medvedev obligó a Irán a implicarse en un largo juicio de arbitraje internacional contra Rusia. Varios países presionaron fuertemente para que Rusia prohibiera la exportación de estas armas a Irán.
Las relaciones entre Rusia e Irán tienen un fuerte aspecto político-militar, y hay esperanzas de que los dos países aumenten también su cooperación económica para alcanzar su potencial.
Un entendimiento firmado el 13 de abril 2015 entre los dos países aboga por avances en comercio de intercambio de petróleo por bienes por valor potencial de 20 mil millones de dólares en el que Rusia compraría hasta 500 ktpa del crudo iraní.
Durante el programa la “línea directa con Vladimir Putin”, la entrevista televisiva de cuatro horas de duración del presidente ruso con representantes de los medios, celebrado el 17 de abril, Putin reiteró la necesidad de “animar los amigos iraníes” para continuar la cooperación en los diálogos nucleares. Teniendo en cuenta que las sanciones rusas sobre exportación de armas a Irán fueron unilaterales e impuestas exclusivamente con el fin de apoyar el régimen de sanciones internacionales, Moscú ya no ve la necesidad de continuar con ellas.
Según Putin, el sistema S-300 en posesión de Irán, equilibraría el balance de poder en Oriente Medio.
La medida en sí es racional desde el punto de vista político-militar y económico, ya que los fondos de inversión y las empresas multinacionales saben que aliviar las sanciones es el paso previo al de entrar en el mercado iraní. Aumento de la cooperación técnico-militar con Irán y los contratos de venta de armas a este país pueden apoyar la industria militar de Rusia y fortalecer su posición como el proveedor principal del mercado iraní en este campo.
A pesar de ser un sistema de trueque, la adquisición y re-venta del barato petróleo crudo iraní es una fuerte motivación para alcanzar el potencial comercial entre los dos países. El acuerdo, sin embargo, no significa que Irán renunciará de su pleito legal ni que Rusia sería capaz de suministrar el sistema de defensa aérea prometido en un corto período de tiempo.
Cinco divisiones de S-300, producidas después del acuerdo de 2007, ya forman parte de las filas de las fuerzas armadas rusas y el sistema no ha sido producido después de su exportación a China en 2010, ya que la planta de producción de S-300 ha avanzado hacia modelos más sofisticados de este sistema.
Rusia ha ofrecido el sistema Antey-2500 - una variante más avanzada de S-300 - a Irán y las partes son propensas a empezar una nueva ronda de conversaciones que consumen mucho tiempo sobre la demanda legal de Irán y el tipo exacto de sistema que Moscú va a suministrar a Teherán. El ministro de Defensa iraní, Husein Dehqan ha anunciado que las partes van a ultimar todos los detalles del contrato dentro de un mes y los términos del contrato serán puestos en práctica por el final del año. El anuncio, muestra que Rusia e Irán están reanudando las conversaciones donde las dejaron en 2010. Sin embargo, los diálogos al respecto esta vez quizá incluyan más obstáculos que las motivaciones teniendo en cuenta todas las promesas anteriormente incumplidas de Rusia sobre la venta de S-300.
Según el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, la voluntad y la flexibilidad de Irán para llegar a un acuerdo con el Grupo 5 + 1 a través del acuerdo marco firmado en Lausana, ha dado a Rusia una razón para creer que sólo quedan los detalles técnicos del acuerdo final para ser resuelto antes del 30 de junio 2015.
En su entrevista televisiva, Putin mencionó a su vez la objeción israelí a la posible venta de S-300 a Irán. Dado el reciente cambio de posición del presidente Obama, que ha cedido ante la presión de los republicanos y permitido que el Congreso estadounidense tenga voz y voto en el acuerdo nuclear con Irán, no es el mejor momento para el levantamiento de la prohibición de exportación de S-300. No se sabe si el sistema de defensa aérea cambia a estas alturas el juego o no, pero de cualquier modo, el levantamiento de las prohibiciones definitivamente servirá a los que se oponen al acuerdo nuclear final entre G5 + 1, y la República Islámica de Irán, tanto en Washington como Teherán.
Este desarrollo es un recordatorio de la influencia político-militar que tiene Rusia en Oriente Medio para el Occidente, una influencia que va más allá de su histórico apoyo al Gobierno de Asad en Siria. A pesar del apoyo de Rusia al régimen de sanciones internacionales que le costó su relación con Irán, no fue recompensada de ningún modo. Así que en esta ocasión, si fracasan las conversaciones nucleares, es poco probable que Rusia apoye nuevas sanciones. Se podría argumentar que Irán es rival de Rusia en los mercados de energía, y que Moscú podría tener poco interés en ver productos iraníes en los mercados internacionales. Sin embargo, este punto de vista es una perspectiva a largo plazo, mientras que fortalecer la posición de Rusia en el Oriente Medio, especialmente durante estos tiempos volátiles, es una ganancia a corto plazo con beneficios tangibles para la sancionada y relativamente aislada Rusia
ymc
Escrito por Ruzbeh Aliabadi
Ruzbeh Aliabadi es alto asesor de estrategia financiera y política en EE.UU., y socio director de firma de consultoría estratégica, Global Growth Advisor, con sede en Nueva York.
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