Reproducimos esta carta por un gesto humanitario a un hombre que fue leal a su patria Irak, hoy encarcelado sólo por defender a su amada patria ante el terrorismo mundial...
Ziad Tareq Aziz, hijo del ex-ministro de Asuntos Exteriores de Iraq Tareq Aziz, remite esta carta para su difusión internacional como un llamamiento a favor de la liberación de su padre ante el avance del deterioro de su salud. Tareq Aziz, de 79 años de edad, permaneció en Bagdad durante la invasión del país en 2003, donde fue capturado fuerzas estadounidenses. Encarcelado desde entonces en varios centros militares estadounidenses y posteriormente iraquíes, fue condenado a muerte en 2010 por las nuevas autoridades iraquíes por el asesinato de dirigentes religiosos, en un proceso denunciado internacionalmente por su falta de garantías legales. Tareq Aziz fue traslado en junio de 2014 a la prisión de Al-Nasiriya, en el sur del país.
Me gustaría dirigirme a ustedes, y espero que al resto del mundo, para llamar la atención acerca de la situación de mi padre.
Mi madre fue a visitarlo esta semana a la prisión de Al-Nasiriya, a donde le trasladaron en agosto del año pasado. El guardia le condujo hasta la zona de entrevistas, a él y a sus compañeros de prisión, encadenado con grilletes y cadenas en los tobillos y en las muñecas.
Mi madre flaqueó cuando mi padre comenzó a hablar. Se mostró incoherente y confuso, y apenas podía terminar las frases; fue incapaz de recordar a sus propios nietos, le preguntó a mi madre acerca de mi otro hijo, pero yo sólo tengo un hijo que se llama como él, Tareq.
No ha recibido ningún tipo de atención médica; sigue dependiendo de que concedan permisos de visita a mi madre para poder recibir las medicinas que nosotros le enviamos. La situación es tan extrema en esa prisión que ni siquiera proporcionan alimentos a los internos, mucho menos atención médica.
En el momento de despedirse, mi padre le entregó a mi madre su anillo de bodas y le confesó el presentimiento de que su final está cerca. Le dijo que no quería que se lo robaran. No se ha quitado esa alianza del dedo durante 50 años, desde que se casaron. No encuentro palabras para narrar cómo se sintió mi madre en aquel momento ni como me siento yo y toda nuestra familia.
Me resulta imposible explicar el trágico estado en que se halla mi padre. Necesitamos desesperadamente llamar la atención sobre las condiciones en las que se encuentran él y sus compañeros. Tememos que el desenlace final llegará pronto, y él también parece ser consciente de ello. Les pedimos ayuda para recabar la atención sobre sus penosas condiciones en la esperanza de que podamos lograr su liberación para que pueda pasar los últimos días de su vida al lado de su familia.
Muchas gracias por su apoyo,
Ziad Tareq Aziz
Hijo de Tareq Aziz
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