El ministro de Exteriores de Rusia, Seguei Lavrov, ha advertido este miércoles sobre cualquier presunta agresión contra la República Islámica de Irán, después de entregar el sistema de misiles antiaéreos S-300 a Teherán.
Como resultado de la entrega de los S-300 a Irán, los que todavía quieran atacar a este país, probablemente, se lo pensarán por lo menos dos veces antes de hacerlo”.
“Como resultado de la entrega de los S-300 a Irán, los que todavía quieran atacar a este país, probablemente, se lo pensarán por lo menos dos veces antes de hacerlo”, ha asegurado el canciller ruso.
En sus palabras, durante una entrevista con medios de comunicación rusos en que ha abordado las relaciones internacionales y la política exterior del país europeo, ha negado “una alianza militar” entre Irán y Rusia.
Además ha recalcado que el Gobierno ruso no ha recibido “ninguna propuesta por parte de Irán” al respecto, lo que calificó de idea “poco realista e innecesaria”.
Teherán y Moscú firmaron en 2007 un contrato por 800 millones de dólares, según el cual Rusia debía suministrar a Irán al menos cinco baterías de sistemas móviles de defensa aérea S-300, capaces de interceptar y destruir simultáneamente varios misiles y aviones.
Sin embargo, Moscú, durante el mandato del expresidente ruso Dmitri Medvedev, en 2010, se negó a entregar los S-300 a Teherán, bajo el pretexto de que están incluidos en una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) contra Teherán sobre su programa nuclear pacífico.
El día 13 de abril de este año, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó un decreto por el que elimina la prohibición del suministro del sistema a la República Islámica de Irán.
Esta decisión fue descrita por el primer ministro del régimen israelí, Benyamin Netanyahu, como “extremadamente grave”, pese a que el mandatario ruso, en una conversación telefónica, le había explicado que “el S-300, por sus características táctico-técnicas es un sistema estrictamente defensivo y no amenazará la seguridad de (el régimen de) Israel ni de otros países de Oriente Próximo”.
La medida del mandatario ruso de levantar la prohibición de la entrega de los misiles S-300 ha sido acogida con beneplácito por las autoridades iraníes, ya que, según han insistido, el desarrollo de los vínculos con Moscú favorece la estabilidad y seguridad de la región de Oriente Medio.
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